Era como un sueño. Star miraba atónita y maravillada como lo que parecía imposible era ahora una realidad.

No sólo había recuperado a su madre, sino que estaba ahora sentada alegremente, feliz como hacía tiempo que no recordaba verla, al lado de Eclipsa, charlando alegremente, riendo, como una sola familia.

Star recordaba que cuando era una niña, su madre sonreía de forma habitual. Era muy pequeña entonces, así que ahora ya no sabría decir si su madre se esforzaba para darle esos bellos momentos o es que quizás en aquella época el reino estaba mucho más tranquilo y la corona no le había pesado como en los últimos tiempos.

A medida que ella había crecido, había notado como su madre se volvía más y más fría. Probablemente era la obsesión de convertirla en una princesa perfecta, mientras que ella no podía evitar meterse en un lío tras otro, cada uno más grande que el anterior. Se había creado una brecha cada vez más profunda entre las dos.

Es por eso que Star fue tan feliz en la Tierra. Los Diaz eran una familia muy diferente. Su gran opimismo. su despreocupación ante sus meteduras de pata... Ellos lo veían como lo que ella misma creía que era. Simples errores de la edad.
Los veía siempre alegres... como ella añoraba de su pasado con sus padres. Sabía lo mucho que la querían, pero Star no podía evitar sentir que su madre la juzgaría y reprendería por alguna nueva equivocación.

Y aunque a veces Star la criticase y pensara que era una "cabeza cuadrada", otras veces tenía que reconocer que los problemas se los había buscado ella sola.

Por eso, en el fondo, sospechaba que los Diaz eran como eran porque Marco era mucho más responsable que ella.

Sin embargo... desde que su madre había perdido la memoria, ella se había comportado... diferente. Despreocupada, alegre... incluso juguetona. Era como la madre que podía recordar, que era un recuerdo tan lejano que los últimos años había dudado si era símplemente una idealización infantil que nunca existió. Por eso había recordado que cuando ella era muy pequeña, ella cantaba, hacía pasteles e incluso alguna vez le tocaba la guitarra para ayudarla a dormir. Había sido hace mucho, mucho tiempo.
Por eso le dijo a Eclipsa que su madre tocaba la guitarra. Por supuesto, había sido una maniobra de distracción por el asunto de Globgor, pero había un fondo de verdad. Aunque Star pudo descubrir en aquel instante cuan buena era su madre tocando. ¿Cómo podía haber estado ocultando ese talento durante tanto tiempo?

Y sin embargo... ahí estaba. Y Star había temido durante todo este tiempo, hasta que llegó al templo, que a medida que sus recuerdos volvíeran ella regresara a su antiguo yo.

Le había dicho a Marco que temía que la mente de Moon no pudiera procesar todo lo ocurrido, pero no había sido del todo sincera con él. Sí... era un miedo real que estaba ahí, pero en el fondo lo que más temía es que su madre le dijera lo muy decepcionada que estaba por todo lo que había hecho. Que por su culpa todo estaba patas arriba, que había sido una mala reina, y que el reino sufriría por su decisión.

Desde que había dado el trono a Eclipsa, no podía evitar esa sensación de haber tomado la solución fácil. Como casi siempre había hecho, como incluso hace pocos minutos había ocurrido. Evitando la conversación con su madre. Era su primer instinto tras liarla. Huir.
Evitó decirle sus sentimientos a Marco hasta el último momento. Salió corriendo de vergüenza cuando Ruberiot la expuso delante de él. Evitó confrontarse con Meteora hasta el último momento.

Había huído demasiadas veces, y no podía evitar pensar que cuando le dió la varita a Eclipsa, una parte de ella estaba huyendo de la responsabilidad. Obviamente esta última decisión era más complicada, porque aunque una parte de ella se sintiera liberada del peso de la corona, otra parte de ella le decía que era lo correcto. Eclipsa era la legítima heredera del trono. Y como la propia Meteora había dicho, era su derecho. A ella le pertenecía el trono de Mewni, no a los falsos Butterfly. PieFolk en realidad... Lo más bajo entre la sociedad mewmana. Eran un fraude despues de todo.

Esos dos sentimientos contrapuestos habían mantenido en vilo a Star durante toda la búsqueda de su madre. Una pregunta se repetía en su mente... ¿de verdad he hecho lo correcto?

Era una pregunta muy difícil. Agradecida por los monstruos... criticada por los mewmanos... Eclipsa había hecho lo que Star había deseado también desde que se había abierto a la verdad de la realidad de su sociedad. Un único reino para mewmanos y monstruos conviviendo en paz. Pero también los sucesos que había vivido, y las palabras de su antigua madre, incluso de Jelly Goodwell... "cuando monstruos y mewmanos conviven... pasan cosas malas... normalmente para los monstruos". Si los cambios hubieran venido de Star... ella lo hubiera hecho más lento. Quizás su intento se hubiera quedado por el camino, creyéndolo imposible. Quizás el modo de Eclipsa era mejor, como cuando uno se lanza a una piscina de golpe para que el choque de frío pase lo más rápidamente posible.

Todas esas dudas aún daban vueltas a su cabeza. Pero ahora... ahora todo parecía perfecto. Su madre no sólo la había reprendido, ni mucho menos colapsado mentalmente. Al contrario, había sido más razonable de lo que había podido imaginar.

Ahora sentía su corazón aliviado. Si su madre lo había aceptado tan bien, quizás había sido lo correcto despues de todo. Y si no lo era, tampoco importaba mucho, porque a fin de cuentas, allí estaría para ayudarla. En el fondo... era lo único que quería. Le daba igual que al final las cosas salieran mal. Nadie es perfecto. Pero sabía que si contaba con el apoyo de su madre, eso significaba que había hecho lo correcto, que había dado lo mejor de ella.
Su aprobación y su afecto era todo lo que necesitaba.

Por eso este momento era perfecto.

Su madre se levantó de repente.

- Eclipsa. Quiero agradecerte la maravillosa comida que has organizado.

Star pudo ver la cara de felicidad de Eclipsa e imaginó la suya igual de radiante.

- Lamentablemente... Tenemos que marcharnos.

"¿Pero qué?" - La mente de Star comenzaba a dar vueltas como una peonza. ¿Qué había pasado? ¡Todo era perfecto!

Por un momento dudó de lo que había escuchado. Quizás la había entendido mal y se retiraba a descansar. Despues de todo, aunque sólo fuera mediodía llevaban tiempo viajando desde la isla de las Tartas.

- ¿River? - dijo su madre con su clásico tono de autoridad.
- Yuhuuu... - estalló de júbilo su padre - Que sepas que no me gustas. - dijo su padre al plato.

Eclipsa en shock no parecía entender nada.

- Mi padre se refería al brócoli. - dijo intentando evitar la posible confusión.

Sin terminar de comprender... Star esperó a ver donde iba su madre. No había confusión posible. Moon elegía una puerta trasera para irse a lo desconocido.

Saliendo de su shock particular, con un cerebro que sólo repetía, ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué?, Star salió corriendo al encuentro de su madre.

- ¡Mamá!

Moon se detuvo un momento.

- Pero mamá... ¿A donde vas?
- River y yo... nos vamos.

Star seguía dando vueltas al motivo del comportamiento de su madre. La primera respuesta fue echarse la culpa. Y es que, como Marco le había señalado, hubiera sido mejor haberle dicho a Moon lo de Globgor en lugar de intentar esconderlo.

- Es... esto es por lo de Globgor, ¿verdad? ¡Sabía que tenía que habertelo dicho antes!
- No, Star... No me voy por Globgor... Me voy por Eclipsa.
- ¿Eclipsa? Pero...¡si estabais conectando ahí dentro!
- Sé que Eclipsa puede ser muy agradable. No he mentido en la comida. Le agradezgo mucho el trato pero... no confío en ella, Star.
- ¿Qué? ¿Por qué?
- Digamos que... mi memoria se va aclarando por momentos...
- Mamá... todo lo que pasó con Meteora... Eclipsa no tenía la culpa.
- Eso no es lo que me preocupa.
- Entonces... ¿qué es?
- ... Es... intuición, supongo. A lo largo de todo mi reinado me he encontrado con mucha gente. Y no faltan los que intentan mostrarse amistosos para ganarse su confianza.

Star no podía creerse la tozudez de su madre... Con todo lo ocurrido... Eclipsa sólo había intentado hacer lo correcto. Su único "error" fue enamorarse de un monstruo.

- ¿De verdad crees que Eclipsa ha fingido todo este tiempo? ¿Qué realmente te ha mentido ahora cuando te ha dicho que lo sentia? - dijo Star casi enfadada.
- No... No creo que haya fingido. Y no creo que Eclipsa sea una mentirosa con un plan oculto. Es más bien que me preocupa que... que sea ese tipo de personas que están dispuestas a todo con tal de lograr lo que quieren.
- ¡Eclipsa sólo quiere reunir a su familia!
- Lo sé... Y hace esto aún más difícil, porque sé lo fácil que es sucumbir a la tentación de pagar cualquier precio por lograr algo así. Pero si algo he aprendido, Star, es que hay precios que es mejor no pagar, no importa lo mucho que esté en juego.

Star creyó que entendía por fin el problema. Los recuerdos del pasado brotaban, y sus malas experiencias con Eclipsa debían haber regresado.

- Estás... ¿hablando del hechizo de Eclipsa? - dijo mirando los ahora brazos limpios de su madre.
- En parte... estaba recordando a Toffee... cuando tú estabas en la dimensión de la magia. Le dí el dedo, Star. Tú eres lo más importante para mí, y estaba dispuesta a todo. Al final sólo logré que Toffee traicionara nuestro acuerdo. Y cuando el destruyó el cristal... yo... creí que te había perdido, Star... Y en ese momento... me dejé llevar por la ira. Usé el hechizo... lo usé otra vez y no dudé. Apunté a su corazón... Y lo recité sin dudar un segundo. Me daba igual el precio... me daban igual las consecuencias... sólo quería hacerle pagar por lo que te había hecho. Noté toda esa oscuridad dentro de mí y me dió igual...

Star veía la emoción de su madre al hablar de esto. Sus ojos estaban totalmente humedecidos...
- Mamá...
- Y estuvo mal, Star. Tuve la suerte de que la varita no funcionara. Pero estaba mal. Nunca debí haber hecho eso. Durante mucho tiempo, siendo joven, despues de enfrentarme a Toffee por primera vez, estuve temiendo que la oscuridad de ese hechizo me dominara. Y agradecí a mi suerte que dudara en el último momento contra Toffee, porque si no hubiera fallado, si hubiera alcanzado su corazón, le habría matado, pero si el precio que pagué por un simple dedo fue tan alto... ¿cual habría sido si lo hubiera hecho?
- Pero... ¿qué tiene que ver con Eclipsa? Ella te dió el hechizo, sí... pero tú se lo pediste.
- Sí, Star... pero no me advirtió del precio, y ella lo sabía. Yo sólo era una adolescente, como tú. Debería haberlo hecho. Al contrario, ella me pidió realizar un pacto entre reinas. Su libertad por el hechizo. Y me dijo que lo necesitaba. Y no es cierto, Star. Entonces no lo sabía, pero ahora se lo suficiente de magia para saber que esa condición la impuso ella arbitrariamente. Quería ser libre, y no dudó en aprovecharse de las circunstancias. Sospecho que por eso tampoco me habló del precio del hechizo, más allá de sus condiciones.
- Pero... ¡eso pasó hace décadas!
- No para ella, Star. Para ella es reciente. Además, no es la única vez que creo que me ha manipulado. Dime... ¿sabes cómo encontró Eclipsa a Globgor?
- ¿Eh? - Star estaba confusa por la extraña pregunta - Bueno... ellos vivían aquí.
- Sí... pero yo estuve aquí por Ludo y no lo encontré. La Álta Comisión debió esconderlo a conciencia. Y podría haberlo llevado a otro sitio. ¿Cómo iba a saber Eclipsa donde buscar?
- ¿Suerte? ¿Destino? ¿Amor?
- Sospecho que la respuesta es más prosaica, Star. Cuando Eclipsa y yo fuimos al archivo a buscar pruebas sobre Festivia, yo... me quedé atascada. Y Eclipsa desapareció por bastante tiempo. Me pregunté durante días si Eclipsa podría haber tenido un plan secreto que yo no había visto venir. Ahora creo que se que es lo que estuvo haciendo. Averiguando el paradero de su amante monstruo.
- Eso sólo son conjeturas, mamá.
- Sí... Lo son... Pero a través de los años he confiando en mi instinto. Y este me dice que no confíe en Eclipsa...
- ¿Y si te equivocas, mamá? ¿Acaso no se merece Eclipsa el beneficio de la duda?
- Sí... Y eso es lo que le estoy haciendo.
- ¡Te estás marchando!
- Sigo mi propio camino. Si tuviera la seguridad de que Eclipsa es un peligro para todos, no dudaría ni un segundo en enfrentarme a ella. Pero como bien has dicho, sólo tengo conjeturas.
- ¿Por qué no te quedas para ver que resulta?
- Porque sería un estorbo, Star. Incluso si sus intenciones son buenas, Eclipsa y yo tenemos dos formas de ver el mundo muy diferentes. Antes o despues, le recriminaría su comportamiento y discutiríamos. Y aún será peor si sospecho de ella. Algunas veces, Star... cuando no puedes arreglar las cosas, lo mejor que puedes hacer para ayudar es apartarte del camino.

Star pensó un segundo las palabras de su madre. Entendía todo lo que le decía. En el pasado habría pensado que este es otro de los ataques de tozudez de su madre. Pero sabía que había sabiduría en sus palabras. Pero aceptar esta nueva realidad significaba aceptar que su sueño de una familia unida saltaba por los aires. ¿Por qué tenía que ser todo tan injusto?

Pero aún peor... Se dió cuenta que, una vez más, había decepcionado a su madre. Otra vez. Todo lo que había creido cierto hace apenas unos minutos era una mentira.
- Mamá... ¿crees que me equivoqué?
- Sí, Star. Creo que tomaste la decisión equivocada.

Una vez más... Star sintió que... hiciera lo que hiciera... jamás estaría bien.

- Pero al final no importa. Eras la reina... y tomaste una decisión.

Era extraño... Porque aunque su madre le decía que se había equivocado, sus ojos parecían decir otra cosa.

- Lo siento...
- ¿Por qué?
- Yo... yo... por mi culpa ya no eres reina...
- Star... Dime... ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué le diste el trono a Eclipsa?
- Yo...

Las emociones seguían creciendo y Star ya se veía al límite antes de ponerse a llorar.

- No te estoy juzgando, Star. Sólo quiero mostrarte algo... Así que dime... ¿Por qué?
- Ya sabes por qué, mamá - dijo con voz quebrada - Nosotras ni siquiera debíamos haber reinado. La Alta Comisión alteró la línea de sucesión. Y cuando ocurrió lo de Meteora... cuando luché contra ella... al final no pude derrotarla. Era demasiado fuerte. Fue Eclipsa. Y lo hizo con facilidad. Eclipsa lo dió todo. Creí... creí que había matado a su hija por salvar el reino. Y creo que Eclipsa también lo creyó... Ella salvó el reino, no yo.
- Entonces... lo hiciste pensando en el reino.
- Supongo - dijo secándose un poco los párpados cuyas lágrimas estaban a punto de derrumbarse por las mejillas.
- No pensaste en tí.
- No...
- ¿Ves Star? A eso me refería. Los derechos de Eclipsa no son importantes. Han pasado muchas generaciones. Nosotras tenemos tanto derecho como ella a estar en el trono a estas alturas. Y respecto a Meteora... no dudes ni por un momento que tú, si no lo eres ya, serás más fuerte que Eclipsa. Sospecho que si derrotó a Meteora con facilidad debió ser porque ella dudó de atacar a su madre. También ocurrió cuando nos enfrentamos juntas.
Pero fíjate como actuaste tú. No importa que tú creas que Eclipsa es la reina adecuada y yo no. Diferentes personas pueden creer que la mejor decisión es otra. Y aún está por ver cual de las dos es la que está equivocada. Pero tú... luchaste por tu pueblo. Cuando llegó el momento, no dudaste en renunciar al poder por el bienestar del reino. No somos todopoderosas, Star. No tenemos todas las respuestas, y es inevitable equivocarse a veces. Pero incluso si lo hiciste, lo hiciste lo mejor que pudiste, con la mejor intención y por el bien del reino. Eso... Star... es ser una reina.
- Mamá... ya no seré reina - dijo Star con tristeza.
- Ya lo has sido, Star. Y por breve que haya sido tu reinado, has sido una buena reina.
- Además, corazoncito - intervino su padre - la vida da muchas vueltas. Está por ver si no acaban echando a Eclipsa a patadas del trono.
- River... - le reprochó su esposa - Eso no ayuda.

Ahora... por fín, Star comenzaba a darse cuenta el por qué de la mirada de su madre.

- ¿Y qué vais a hacer? ¿Donde vais a ir?
- Ah... No te preocupes por eso, Star. En realidad, tu padre y yo habíamos hablado de esto muchas veces. En tiempos malos, cuando temimos ser derrocados. O a veces simplemente cuando estábamos cansados. Bromeábamos con hacer esto cuando nos jubiláramos. La situación... no es tan diferente, ¿verdad? Convertiremos un contratiempo en una oportunidad...
- Vamos a construir una yurta. - interrumpió su padre con entusiasmo.
- ¿Una qué?
- Una Yurta... Es como una cabaña pero circular, sin columnas. Mantiene la estructura en pie por su forma.
- Eso... suena inseguro. - contestó Star extrañada por el deseo de sus padres
- Incluso peligroso... Justo como a tí te gusta. ¿No quieres unirte a nosotros? - replicó su madre
- Os hecho mucho de menos pero...
- Vamos corazoncito - presionó su padre - Podríamos poner una granja de Guerricornos al lado, como siempre soñaste.

La verdad es que sonaba como un sueño... Esa era la familia que ella soñaba. Una familia normal. Unos padres normales con los que pasar el tiempo, reirse juntos y disfrutar de las pequeñas cosas. Pero algo no estaba bien.

- No la presiones, River.
- Yo... Creo que debo quedarme para ayudar a Eclipsa.
- Es por tu decisión, ¿verdad? Sientes ese peso.
- Quiero que salga bien, mamá. Lograr una sociedad de mewmanos y monstruos cooperando... Todo apenas acaba de empezar. Eclipsa necesitará toda la ayuda que pueda lograr para que salga bien.
Moon sonrió
- ¿Qué? - preguntó Star como si se perdiera algo...
- Porque el reino lo necesita... Es lo que estabas pensando, ¿verdad Star?
- Sí... El reino lo necesita.
- ¿Ves Star? Incluso aunque ya no tienes la responsabilidad, sigues actuando como una reina. - dijo mientras le daba el último abrazo de despedida
- Te quiero mamá.
- Nosotros también te queremos.

Las dos se miraron una vez más a los ojos, frente a frente.

- No hay motivos para emocionarse tanto, Star. No es como si fuera a desaparecer otra vez. No estaremos muy lejos. En cuanto nos establezcamos, te avisaremos.

Y sus padres, por fin, dieron media vuelta y comenzaron a alejarse.

Aún con los ojos húmedos, miraba a sus padres alejarse tranquílamente.

Ahora que todo quedaba atrás, se daba cuenta de la presencia de su amigo. ¿Cuando habría escuchado?

- ¿Te sientes bien, Star? - preguntó su amigo al ver a Star, aún emocionada.

Ella aún reflexionaba sobre todo lo que habían hablado. Star había soñado con ser la princesa deseada de mamá. Que en lugar de regañarla, le dijera...
"Muy bien hecho, Star. Así se hace."

Star había deseado la aprobación de una reina hacia su princesa. Pero había encontrado el respeto de una reina hacia otra.
Por fin aceptó que si era fiel a sí misma, su madre y ella muchas veces estarían en desacuerdo y la vida las llevaba ahora por caminos diferentes.

Ahora comprendía que la vida le había dado a escoger entre lo que deseaba y lo correcto, y había elegido lo segundo. Star notaba que cargaba con las decisiones de ser un adulto responsable.

- Siento... que he madurado. - respondió enigmáticamente Star