TORTURA

Capítulo 1: Cebo

-El Rey Soo-Won nos ha atacado en la frontera – les había anunciado Mizari con una amplia sonrisa a Zeno y al resto de sus compañeros que también estaban de rehenes en la residencia de Kouren -. Con esto el pacto de no agresión que hicimos con vuestra princesita a quedado invalidado. Kouren-sama me ha dado permiso para hacer lo que quiera con vosotros siempre y cuando no mate a más de uno, después de todo todavía podéis sernos útiles. Así que, ¿quién quiere ser el primero? – les preguntó animadamente.

Los miembros del Feliz Grupo de Hambrientos se atrincheraron a la defensiva en el fondo de la lujosa habitación que había sido su prisión mientras permanecían allí como "invitados". Sabían que este momento tarde o temprano llegaría, que este perturbado pronto encontraría alguna escusa para obtener el beneplácito de su ama para ponerles las manos encima. Mizari nunca había sido discreto al respecto, y su ansiosa mirada sádica que estaba recorriendo a sus indefensos prisioneros uno por uno indicaba claramente que no le importaría nada cometer algún "desliz" y terminar con la vida de más de uno.

Shin-ah y Zeno se pusieron al frente, escudando al resto con expresión determinada. Kija y Jae-ha aún estaban gravemente heridos sentados en sillas contiguas detrás de ellos, aunque por sus expresiones se podía deducir que estaban dispuestos a actuar igualmente si era necesario. Yun por su parte, para no ser un obstáculo para los demás al no saber pelear, se atrincheró detrás de las sillas en las que estaban sus compañeros.

En realidad, los dragones azul y amarillo eran los únicos que estaban en condiciones de presentar una batalla real. Pero estando desarmados en medio de la base enemiga desde luego era imposible huir acarreando a dos heridos, y cualquier acción que realizaran para defenderse podría desatar el caos. Entonces, ¿qué opciones les quedaban?

Zeno vio de reojo a Shin-ah llevarse una mano a la máscara vacilante, claramente se estaba planteando hacer uso de su poder de Seiryuu ante lo extrema que era la situación. Sin embargo esa tampoco era una opción viable. El dragón azul solo podría paralizar a unos cuantos antes de que su poder se volviera en su contra, seguramente aún menos de lo normal al encontrarse tan lejos del castillo Hiryuu, y no sabían cuántos enemigos podrían estarles esperando fuera de la habitación. De modo que si hacía eso Shin-ah también quedaría fuera de combate poco después de empezar una pelea que no podrían ganar, al menos sin arriesgarse a que alguno de ellos pudiera morir en el intento. Así que el rubio extendió su brazo para agarrar el de Shin-ah, y cuando este le miró interrogante negó con la cabeza para desestimar silenciosamente su plan. El dragón azul apretó los dientes, claramente frustrado, pero se resignó apartando la mano de su máscara.

-¿Qué pasa? Ibas a quitarte la máscara, ¿no? ¿Por qué no lo haces? – inquirió Mirari ladeando la cabeza aparentando inocencia, pero no engañaba a nadie por la locura que aún brillaba claramente en sus ojos -. He estado informándome sobre vosotros, ¿sabéis? Los cuatro guerreros dragones de la leyenda de Kouka. Me he sentido frustrado por lo poco que explica la leyenda sobre vuestros poderes, pero el de la máscara debe ser Seiryuu, ¿no? Aquel con los ojos de dragón que puede ver largas distancias, y al parecer también puede atravesar objetos sólidos con la mirada porque aún puede ver a través de esa cosa fea que lleva en la cara – señaló astutamente y su sonrisa inocente se volvió a transformar en una macabra -. Me pregunto si podrá hacer aún más cosas con sus ojos. Dime, ¿serias tan amable de mostrármelo? – le preguntó con falsa cortesía.

Shin-ah se estremeció visiblemente y retrocedió un poco a la defensiva, claramente nada dispuesto a acatar su petición.

Zeno sintió la ira y la contrariedad bullir dentro de él y dio un paso más cerca del dragón azul con un claro ademán protector. Los dos dragones heridos también se alteraron, haciendo un amago de levantarse, pero Yun se apresuró en detenerles agarrándoles del hombro

-No te atrevas a tocar a mi hermano con tus sucias manos – se las arregló para espetar Kija furioso de todos modos, y Jae-ha se limitó a gruñir levemente pero de forma igualmente amenazante.

-Bueno, no me importaría jugar contigo en su lugar. Eres el tal Hakuryuu, ¿no? – inquirió señalando ahora al dragón blanco -. Con esa enorme mano monstruosa que tienes debes serlo. También me gustaría verla más de cerca – aseguró pareciendo igualmente entusiasmado ante la idea.

Todos volvieron a retroceder a la defensiva, pero esta vez el que gruñó por lo bajo sin poder evitarlo fue Zeno. De ninguna manera iba a consentir que experimentaran y trataran a sus nuevos hermanos como si se trataran de monstruos de feria. De solo recordar lo que sintió cuando tuvieron cautivo a Abi siglos atrás, el terror y la impotencia que se había transmitido a través del vínculo que compartían, se ponía enfermo.

Pero por lo menos el dragón amarillo ya creía tener claro cuál era el punto débil de su adversario, y estaba dispuesto a aprovecharse de ello para proteger a los demás, por eso esta vez dio un paso al frente.

-Zeno – escuchó que le llamaba Yun alterado en un susurro.

Shin-ah también mostró su inconformidad ante su imprudente acción agarrando al rubio de la parte de atrás de su ropa antes nueva pero ahora rasgada y ensangrentada por las heridas que le había infligido el mismo Mizari en la batalla de días atrás solo buscando complacer sus deseos de ver cómo se sanaba. De hecho era de eso mismo de lo que se iba a servir el dragón amarillo, porque tal y como sospechaba en cuanto dio un paso al frente Mizari fijó su atención en él con claro interés.

Zeno sonrió levemente. Había acertado. El punto débil de este perturbado era su morbosa curiosidad. De modo que ahora mismo su macabro cuerpo inmortal, aquel al que tanto había maldecido, se había convertido en el cebo perfecto para manejar a este tipo.

-¿No preferirías jugar con Zeno en su lugar? – le propuso Zeno esforzándose por esbozar su mejor sonrisa, poniendo el marcha el plan que acababa de idear y que en su opinión era la única opción que tenían de sobrevivir durante un poco más de tiempo ahora mismo.

-¡No, Zeno!

-¿Qué demonios estás haciendo?

-Idiota.

Hablaron sus compañeros a sus espaldas alterados mostrando su disconformidad al instante después. Shin-ah por su parte apretó el agarre que mantenía sobre la ropa del rubio e intentó tirar de él de nuevo hacia atrás, pero Zeno se resistió manteniéndose firmemente en su sitio.

Mientras tanto Mizari ladeó la cabeza, pareciendo como si estuviera considerando seriamente la idea.

-La persona inmortal debe ser Ouryuu, ¿no? Aquel que se dice que tiene un cuerpo robusto – masculló el guerrero de Xing meditabundo -. Sin duda, un cuerpo inmortal es interesante, pero… ya he visto como te sanas de las heridas así que… - argumentó dudoso volviendo a lanzar una mirada fugaz al resto de los guerreros dragones.

Zeno se tensó. Claramente era mucho el interés que despertaban en ese demente los poderes de los demás, sobre todo el aún desconocido para él poder de Seiryuu. Para ganar la partida tendría que subir la apuesta. Pero llegados a este extremo él no tenía nada que perder y mucho que ganar, así que no dudó.

-Es una lástima – habló el rubio encogiéndose de hombros, como si se sintiera realmente decepcionado -. Zeno pensó que al señor le gustaría ver el resto de trucos de Zeno.

Los ojos de Mizari volvieron a fijarse en el dragón amarilló, brillando intensamente de curiosidad. Zeno sonrió para sus adentros, ignorando las nuevas réplicas y regaños de sus compañeros a sus espaldas. Bingo. Iba por el buen camino.

-¿El resto de trucos? ¿A qué te refieres con eso? – le preguntó el guerrero de Xing sin poder ocultar su obvio interés.

-¿El señor realmente quiere saberlo? La verdad es que son cosas que podrían resultar un poco desagradables – le dijo el rubio, haciéndose el interesante, consiguiendo que su demente captor asintiera vehemente claramente ansioso -. Vamos a ver, por ejemplo… Si cortas alguna parte del cuerpo de Zeno ésta vuelve a unirse al cuerpo de Zeno por si sola después de un tiempo, pero, mientras aún está separada de él, Zeno puede mover esa parte de su cuerpo a voluntad.

-¿En serio? ¿Cómo exactamente? – le preguntó Mizari pareciendo entusiasmado ante la nueva revelación.

-Ya cállate, Zeno. No sigas – le rogó uno de sus compañeros con un tono exigente pero también suplicante que el rubio se obligó a volver a ignorar.

-Zeno no sabe cómo responder a eso – le respondió con una pose meditabunda, como si realmente estuviera pensando la mejor manera de explicárselo -. Simplemente obedecen la voluntad de Zeno. Zeno incluso puede hacer que sus brazos leviten mientras están separados de su cuerpo – le reveló y los ojos del guerrero de Xing volvieron a brillar de curiosidad. Otro punto para el dragón amarillo, ya casi le tenía -. Pero aún más importante, el señor aún no ha visto las escamas de Zeno, ¿verdad?

-¿Escamas? – exclamó Mizari.

-Claro, después de todo Zeno es el dragón amarillo. Por supuesto que Zeno debería tener escamas – le dijo como si fuera lo más obvio del mundo, para luego añadir con una sonrisa brillante y sacando pecho con porte orgulloso -. Las escamas de Zeno son doradas como el oro y brillan intensamente bajo el sol.

-Quiero verlas – afirmó el guerrero demente pareciendo realmente fascinado, pero luego arrugó la nariz ligeramente contrariado -. Pero, ¿donde tienes tus escamas exactamente? – volvió a mirar de reojo a los otros dragones, más concretamente la visible mano de Kija llena de escamas blancas.

-Bueno, las escamas de Zeno son algo tímidas y hay que ayudarlas a salir. Principalmente salen cuando Zeno recibe alguna herida grave – se apresuró en hablar el rubio, volviendo a ganarse la atención de Mizari.

Sus compañeros volvieron decirle que se callara, cada vez más alterados, pero nuevamente sus palabras no hicieron meya en la determinación de Zeno.

-¿Cómo de grave? – le preguntó el guerrero de Xing por su parte, llevándose la mano hacia la espada que tenía colgada en la cintura, aparentemente de forma inconsciente, con sus ojos brillando sádicamente.

-Cuanto más grave sea la herida más escamas salen en la zona afectada y más tiempo duran – le explicó.

Mizari parecía realmente interesado mientras meditaba, pero aún les estaba lanzando miradas fugaces a los demás dragones. Zeno entrecerró los ojos. Aún no era suficiente, ¿eh? En ese caso no se andaría con melindres y pondría toda la carne en el asador. Lo sentía por sus compañeros, preferiría no haber tenido que llegar a tanto con ellos aún presentes, pero le no quedaba otro remedio si quería protegerles.

-¿El señor no tiene curiosidad por averiguar los límites del poder de Zeno? – le preguntó, dejando caer un poco su fachada despreocupada y dejando salir un poco de su propia locura que guardaba a buen recaudo en su interior, provocando que sus habitualmente brillantes ojos azules se oscurecieran -. ¿El señor no quiere comprobar cuánta sangre puede derramar Zeno antes de desmayarse? Zeno está seguro de que el señor se sorprendería – le reto directamente, obteniendo jadeos horrorizados de sus compañeros y una mirada sádica aún más brillante de su captor, pero aún no había terminado y continuó hablando impasible con tono neutro y sombrío -. ¿El señor no quiere ver como Zeno vuelve a la vida después de que le arranquen el corazón? ¿Después de que le corten la cabeza? ¿Después de ser estrangulado? ¿Después de ahogarse? ¿Después de ser envenenado? El señor ya ha visto arder a Zeno, pero el señor aún no ha visto a Zeno volver a la vida después de ser completamente convertido en cenizas. Zeno revivirá una y otra vez, una y otra vez, sin importar lo que el señor haga. Zeno ya lo ha probado todo, ¿sabes? Después de todo Zeno ha tenido siglos para experimentar – el rubio esbozó su propia sonrisa macabra, satisfecho por la expresión fascinada de Mizari ante cada posibilidad que le planteaba y el dragón amarillo se dispuso a dar el golpe de gracia -. Es más, ahora es Zeno el que siente curiosidad por saber si el señor podría hacer que Zeno experimentara algo nuevo. En una vida eterna las novedades escasean, a veces Zeno se siente taaaan aburrido, ¿sabes? – el rubio se lamentó exageradamente encogiéndose de hombros, para luego dirigirle a su captor una afilada mirada retadora -. Aunque en realidad, Zeno duda que el señor ni tan siquiera pueda conseguir que Zeno grite de dolor.

Por un momento la fascinación inocente de Mizari desapareció para mostrar una expresión de ira y auténtica locura. Los compañeros de Zeno por su parte parecían haberse quedado sin palabras porque no volvieron a decir nada. Debían estar realmente conmocionados, pero el rubio ahora mismo no podía permitirse tranquilizarles. Aunque pudiera parecer cruel, esa era precisamente la clase de impacto que estaba buscando, sobre todo de su captor que de todos modos pareció recuperar la compostura con bastante rapidez mostrando nuevamente su falsa sonrisa, solo que esta vez era aún más inquietante.

-Realmente sabes cómo despertar mi interés, persona inmortal – habló finalmente su captor rompiendo el silencio -. De hecho, cuanto más cosas averiguo de ti, más seguro estoy de que estábamos destinados a encontrarnos, de que debes ser mío – aseguró con una sonrisa loca que incluso a Zeno le provocó un escalofrío -. Serás el mejor juguete que he tenido nunca. Estoy seguro de ello, y disfrutaré infinitamente con cada grito de dolor que emitas. Porque te haré gritar aun más que en todo el resto de tu monstruosa vida, no lo dudes – prometió siniestramente.

-¿Oh? Si tan confiado esta el señor entonces Zeno lo esperará ansioso – se obligó a provocarle Zeno nuevamente, encogiéndose de hombros con aparente despreocupación, consiguiendo solamente que la sonrisa de Mizari se ampliara. Pero, a pesar de tener la certeza de que tenía un auténtico infierno por delante, el rubio se sintió satisfecho al comprobar que su captor ya no volvió a desviar su vista hacia los otros dragones. Había conseguido que centrara en él toda su sádica atención que era lo que pretendía. En cuanto a las consecuencias que esto traería para él, por lo menos tenía la certeza de que sobreviviría, seguro que ya habría pasado por cosas peores.

-Muy bien, entonces empecemos ahora mismo. No puedo esperar – declaró el guerrero demente entusiasmado con una sádica sonrisa a la vez que desenvainaba su espada.

Ante el peligro inminente sus compañeros en estado de shock finalmente parecieron reaccionar porque escuchó varios jadeos a sus espaldas y el agarre que Shin-ah aún mantenía sobre la ropa del rubio se volvió a apretar.

Muy bien. Ahora que había completado con éxito (tal vez demasiado éxito) la primera fase de su plan, era hora de pasar a la segunda.

-Sí, Zeno tampoco puede esperar – aseguró el dragón amarillo con fingido entusiasmo, sorprendiéndose incluso a sí mismo por lo realista que estaba siendo su actuación -. Pero Zeno realmente cree que deberíamos jugar en otro sitio. Zeno duda que a la ama del señor le agradara que llenáramos estas hermosas y lujosas alfombras de sangre, ¿verdad? – le preguntó aparentando inocencia.

Tal y como esperaba, Mizari dudó ante sus palabras, reacio a arriesgarse a contrariar a su señora. Su excesiva devoción a su ama era otro de los puntos débiles de su captor. La intuición de Zeno volvió a acercar. No por nada había estado examinando a su captor detenidamente durante los últimos días.

-Tienes razón – accedió Mizari a regañadientes, pero aún no guardó su espada -. Iremos a un lugar más apropiado, así que ven conmigo y no hagas ninguna tontería, persona inmortal – le indicó señalando la puerta con su mano libre y manteniendo su espada apuntada hacia el dragón inmortal de forma amenazante -. Puedo cortarte tan rápido y tantas veces que dudo que ni siquiera alguien como tu pudiera recuperarse a tiempo como para proteger a sus queridos compañeros antes de que les matara – le advirtió, dejando claro que a pesar de su locura era consciente de que le había manipulado y él también sabía su punto débil, dejando claro que le tenía en sus manos.

Zeno por su parte se limitó a alzar las manos en un gesto de indefensión. De todos modos ya había cumplido su principal objetivo, alejar al peligro de sus compañeros, así que no tenía intención de resistirse. Sin embargo cuando fue a dar su primer paso al frente se encontró con su siguiente obstáculo, la mano de Shin-ah que se negaba a dejarle ir y la renuencia de sus compañeros a aceptar su plan. Algo que en realidad ya había esperado, pero que debía resolver antes de arriesgarse a que el voluble Mizari cambiara de parecer y su plan se fuera al traste.

-Deja ir a Zeno, Seiryuu. Zeno estará bien – aseguró en un susurro, girándose finalmente para encarar a sus preocupados y contrariados compañeros esbozando una sonrisa que esperaba que fuera tranquilizadora.

-No hay manera de que vayas a estar bien si dejamos que te marches con ese loco – negó Kija convencido.

-Y mucho menos después de todo lo que le has dicho – añadió Yun -. ¿Por qué tenías que darle tantas ideas macabras? ¿Te has vuelto loco tú también?

Zeno se mordió la lengua para no decirle que estaba seguro de que ya hacía varios siglos que la locura le había consumido, y en vez de eso le respondió:

-Zeno sabe lo que está haciendo. Así que solo confiad en Zeno y dejadle ir. Volveremos a reunirnos pronto.

-¿De verdad esperas embaucarnos con esa falsa sonrisa, Zeno-kun? – le preguntó Jae-ha -. Ya deberías saber que tus tercos hermanos menores no van a consentir que te vayas de ninguna manera – le dijo con tono burlón, aunque con la mirada ardiendo de determinación.

-Mi paciencia se agota, persona inmortal – le advirtió Mizari por su parte con tono cantarín, aunque quedó claro que se trataba más de una amenaza por sus siguientes palabras -. Si tus compañeros insisten tanto, podríamos llevarnos a alguno de ellos con nosotros para que el resto se quedaran más tranquilos.

-No será necesario – le respondió Zeno mirándole de reojo con tono amable pero un inconfundible brillo amenazante en los ojos, ante el cual su captor se limitó a encogerse de hombros despreocupadamente como si le estuviera diciendo: "Eso depende de ti".

-Zeno… - hizo amago de hablar también Shin-ah, que también debía estar realmente alterado para lanzarse a hablar frente a un desconocido, pero Zeno le interrumpió lanzándole una breve mirada de advertencia y luego encaró también a los demás dejando caer su fachada alegre para mostrar una expresión seria.

-Esta es la única opción que tenemos ahora. Debemos ganar tiempo hasta que la señorita pueda hablar con el señor Rey y detenga todo esto, y Zeno es el único que puede hacerlo sin arriesgarnos a que nadie muera. Por favor, Zeno sabe que no os gusta la idea, pero tenéis que dejar que Zeno se encargue de esto. Por favor – reiteró con tono suplicante. Los demás parecieron vacilar ya que era la primera vez que él les rogaba así por algo, pero el agarre de Shin-ah todavía no cedió -. Debemos volver todos vivos junto a la señorita. Eso es lo único importante ahora, la señorita jamás se perdonaría lo contrario – los demás fruncieron e ceño porque no podían negar eso -. Por favor. Confiad en Zeno.

Sus compañeros intercambiaron miradas entre ellos, aunque ahora parecían más resignados y abatidos que otra cosa. Finalmente Jae-ha miró fijamente a Shin-ah y asintió a regañadientes. El dragón azul dio un último apretón a su ropa, mostrando claramente su disconformidad, pero finalmente le dejó ir.

Zeno les sonrió agradecido y se alejó antes de que tuvieran la oportunidad de cambiar de opinión.

-Gracias. Zeno volverá. Lo promete en el nombre de Ouryuu – les juró girándose para mirarles por última vez y sonreírles ampliamente antes de salir por la puerta.

Mizari le siguió de cerca con la espada alzada y también les dirigió una última sonrisa macabra al resto de sus prisioneros que no auguraba nada bueno antes de volver a encerrarles.

El resto del Feliz Grupo de Hambrientos no pudo más que gruñir frustrados o suspirar abatidos, y sobre todo rezar por no arrepentirse de esto.

Mientras tanto Mizari guió a Zeno hasta las mazmorras, donde nadie podría molestarles, para dar rienda suelta a todos sus macabros deseos e ideas.

El dragón amarillo se esforzó por seguirle el juego resignado, pero según iba pasando el tiempo y las torturas camufladas como juegos se sucedían una detrás de otra sin descanso comenzó a sentirse flaquear. No por su cuerpo, que era tan malditamente robusto como siempre aunque su sanación fuera más lenta por la larga distancia que le separaba del castillo, si no por su mente. Su salud mental hacía tiempo que era inestable, siglos de hecho, y aunque en los últimos tiempos hubiera aprendido a manejarlo y a convivir con ello ahora su estricto control parecía estar flaqueando.

Recuerdos que tenía profundamente enterrados en su subconsciente, de esa época en la que no hacía más que auto-mutilarse en busca de la muerte, comenzaron a aflorar, amenazando con terminar con la escasa paz mental que había alcanzado después de tantos siglos esforzándose por alcanzarla.

Al final incluso comenzó a perder la conciencia de sí mismo y de su objetivo a ratos, amenazando con arremeter contra su agresor valiéndose de su poder. Pero en cada una de esas ocasiones Mizari consiguió refrenarle con solo unas pocas palabras.

-Sabes que si te resistes o me aburres iré a jugar con alguno de tus amiguitos, ¿verdad? Si no soy yo, porque me las arregles para matarme, te puedo asegurar que lo hará otro, ¿eso es lo que quieres? – le preguntaba burlón y con una sonrisa sádica.

Con esas advertencias Zeno finalmente se las arreglaba para controlarse y seguir con el macabro "juego", pero la conciencia y el control se le estaban escapando por momentos a pasos agigantados.

Solo debía resistir. Un poco más, un poco más. Él era bueno esperando y también soportando el dolor, su eterno compañero de viaje. Ahora el dolor era su herramienta, su arma, para proteger a sus compañeros y lo utilizaría hasta las últimas consecuencias. Después de todo el punto fuerte de Ouryuu era la resistencia, ¿no?

Zeno se esforzó por concentrarse en esos pensamientos y también en mantener controlada su aura dorada en el plano mental para no preocupar en exceso a sus hermanos transmitiendo su dolor a través del vínculo. Aunque a estar alturas estaba bastante seguro de que ya se habrían escapado varias de esas emociones negativas a través del vínculo durante sus breves y cada vez más frecuentes lapsos de locura. Lo alteradas que parecían estar las tres luces que representaban a sus compañeros, que parpadeaban frenéticamente y trataban de extenderse hacía él no hacían más que confirmárselo.

De todos modos Zeno se esforzó por alejarse de sus coloridas auras y mantener bajo control sus emociones, embotellándolas dentro de él para que su dolor no les alcanzara a pesar de que cada vez tenía la impresión de estar más cerca del colapso.

Solo le quedaba la esperanza de que la señorita, Hiryuu, solucionara las cosas pronto y pusiera fin a esto antes de que lo que quedaba de él fuera tragado por su propia locura.

Sus silenciosos ruegos solo fueron respondidos por las estruendosas risas de Mizari que reverberaban en la oscura sala de piedra que se había convertido en su nuevo infierno. Aunque en realidad no le extrañó. Después de todo, ¿cuándo había respondido alguien a sus ruegos?

ooooooooooooooooooooooooo

Después del último capítulo del manga no pude evitar lanzarme a escribir algo al respecto, más bien del destino que les puede estar aguardando a los "invitados" de Kouren.

Ya había mostrado un pequeño aperitivo de este fanfic en un one-shot que publique en mi fanfic "Lluvia de amaneceres" como mi tercera aportación para el reto del foro "El feliz grupo de hambrientos". A los que os haya gustado este fanfic os animo a que os paséis a leerlo porque se podría considerar como algo que pasó después del primer capítulo de este fanfic. El segundo capítulo de este fanfic, que trataré de publicar antes del próximo capítulo del manga y que seguramente será el último, tendrá lugar después de ese one-shot en "Lluvia de amaneceres", pero tampoco se perderá la continuidad de la historia si no lo llegáis a leer.

No se si os habéis dado cuenta, pero llevo tres días seguidos publicando cosas. No quería dejar de lado a "AMNESIA" para publicar este fanfic porque ya me había comprometido publicarlo antes y no quería faltar a mi palabra sobre todo porque es el proyecto que parece estar reuniendo a más fans. Para que veáis lo mucho que aprecio vuestros reviews, me he puesto las pilas para hacer publicación doble este finde. Entre unas cosas y otras me paso mi tiempo libre escribiendo como una máquina. Akatsuki no Yona y sobre todo Zeno van a ser mi muerte, pero moriré feliz y desahogada después de soltarlo todo XD

Espero que os animéis a leer el resto de fanfics y traducciones que voy a seguir publicando. Porque os adelanto que a lo largo de la semana que viene publicaré un nuevo capítulo de "GUERRA", otro de "Lluvia de amaneceres" y si me da tiempo la segunda parte de este fanfic. Si os interesa alguno de estos proyectos estad al pendiente.

Nos vemos.