Hola a todos, esta fue una pequeñas historia que se me ocurrió en clase y como no le vi más futuro la he dejado en un "One-shot" de dos partes. Espero que os guste, en unos días publico la segunda parte desde el punto de vista de Natsu (os prometo que será más largo).

TWO SHOTS: "I just want to kiss you before you die"

"Un día como cualquier otro Lucy, Natsu y Happy iban por…" Eso es lo que todos querríamos escuchar, ¿verdad? Sin embargo, este episodio no empezaba con nuestro trio favorito marchando a una nueva misión o celebrando algún acontecimiento con sus compañeros. Esta historia comenzaba en medio de una batalla contra Zeref y su ejército de Tártaros. De alguna manera, el mago oscuro había conseguido duplicarlo y aumentar su poder, haciendo que Fairy Tail, junto a otros gremios de Fiore, luchara en una igualada guerra.

Lucy se había quedado en la ciudad de Magnolia protegiendo a los mucho heridos y los cuerpos de los muertos. Las posibilidades de que alguno de los generales se presentara y les hicieran una visita eran casi inexistentes, pero la rubia no dejaba de estar alerta.

Al mismo tiempo, ayudaba a las curanderas de otros gremios. Una de ellas era Cherya, quien coordinaba al resto del equipo y se ocupaba de los casos más graves. Esta, después de ordenar la pila de toallas limpias, se dirigió hacia la maga celestial forzando una sonrisa y le dijo:

—Creo que por ahora hemos terminado, puedes tomarte un descanso.

—¿De verdad? —preguntó una Lucy preocupada mirando alrededor.

Había cientos de camillas improvisadas decorando lo que hace unos días era el salón principal del gremio. La mayor parte se encontraban ocupadas con cuerpos vivos llenos de vendas, algunas ensangrentadas. No muy lejos, incineraban los cuerpos de los caídos que ya se habían despedido de sus familias.

La señorita Heartfilia se quedó mirando a una camilla en particular, aquella en la que se encontraba Cana. La morena había sido víctima de una fuerte explosión producida hace unas horas en medio de la calle.

—Entiendo que estés preocupada por ella—empezó a decir Cherya, observando a la mencionada. —Mira, si de verdad quieres hacer algo más, sal fuera y vigila por si viene alguien. Así también te dará el aire, lo necesitas. Esta tarea es más dura de lo que parece y necesitamos a personas descansadas y listas para cualquier cosa que ocurra.

—Gracias —respondió la rubia, atendiendo a su consejo.

El aire fresco y el olor a cenizas recordaron a Lucy lo acontecido hace unas horas. Una herida en el brazo le había impedido continuar luchando al lado de Natsu, ya que este se había empeñado en que volviera al gremio para que la curaran. Luego de discutir durante un rato y dada la resistencia que ofrecía el dragón slayer de fuego, la maga celestial se dio por vencida ofreciéndole unas últimas palabras de apoyo y confianza. El arrepentimiento y el alivio batallaban por ganar una posición mayor entre sus sentimientos.

—Natsu…—susurró, pensativa.

De repente, un fuerte estruendo penetró en sus pensamientos. Miró a ambos lados sucesivamente hasta encontrar el origen de tal ruido. Un hombre, con una maraña de pelo rosa como cabello, se encontraba tumbado inconsciente a unos escasos metros.

La rubia se disponía a salir corriendo hacia su amigo, pero una figura corpulenta y morena se interpuso en su camino.

—¡Apártate!—gritó Lucy, tocando sus llaves; sintiendo el calor de sus preciados compañeros.

Sin embargo, el robusto roble arremetió contra ella, derribándola.

—Magia de cuerpo a cuerpo, perfecto…—murmuró irónica.

La rubia se levantó con los codos desgastados, los cuales escocían a más no poder. Su oponente tenía cara de lagarto y pies de rinoceronte, dándole un aspecto aterrador. Además, este sonrió al ver la resistencia que oponía su presa luciendo unos afilados colmillos capaces de decapitar a cualquiera.

Lucy no se quedó quieta y cogió su látigo, poniéndose en guardia. Una de las muchas farolas situadas cerca del vecindario le dio una gran idea. Antes de efectuarla, esperó a que el hombre lagarto se lanzara a por ella. Todo salió como lo había planeado y, con los pies separados, levantó su Fleuve d'étoiles para agarrar una farola y balancearse hasta el tejado del gremio. El impulso de su contrincante fue tan fuerte que consiguió hacer un agujero en las paredes del improvisado hospital.

Al ver que al moreno se le iluminó la cara observando el panorama, la rubia se quitó sus zapatos y los lanzó hacia la cabeza del sujeto. Este, bastante molesto, se giró con rapidez y rugió.

—¡Tú! —gritó la bestia, seguido de un gruñido.

La chica sonrió para sus adentro, su estrategia había dado resultado. Claro que era incompleta, y ahora se hallaba a cuatro metros del suelo con una bola de músculos dirigiéndose hacia ella. Desesperadamente, cogió impulso y saltó a la cornisa de un tejado que estaba cerca. Tuvo éxito y siguió corriendo hasta que, cuando iba a saltar a otro tejado, el hombre lagarto la alcanzó y la golpeó en todo la espalda.

Lucy gritó de dolor precipitándose a la dura y fría piedra de la calle. Su visión se volvió borrosa y fue incapaz de moverse, en su espalda sentía punzadas de dolor. Lo último que escuchó antes de que su oponente le ofreciera su golpe final fue el grito ronco de su pelirosa favorito.

—¡LUCY!

Happyfunnygirl