Capitulo 1: ¿una ruptura limpia?
Desde que ocurrió aquel fatídico accidente el día de mi cumpleaños en la casa de los Cullen, Edward, se había distanciado demasiado y su mirada era fría como el hielo aunque aun era amable conmigo pero yo sabia que algo no andaba bien. Yo jamás culpe a Jasper por lo que paso ya que no fue su culpa ni tampoco de ninguno de los Cullen, me dolía que Alice se hubiera marchado pero debía estar con su marido ya que el la necesitaba mas que yo; me imagino lo culpable que se ha de sentir Jasper es este momento pero por mas que trato de hacerles entender que ninguno de ellos tiene la culpa parece que no me escuchan, no me comprenden. Edward me dijo que Alice le convenció de ir a Denali con el aquelarre que residía en ese lugar.
El día después de que llevara la cámara a la escuela y se la prestara a Jessica para que sacara algunas fotos, Edward me esperaba en el aparcamiento del instituto pero mi esperanza de que esa actitud tan fría desapareciera pero no fue así, el seguía con esa mirada indiferente así que me propuse hablar con el, hablar de verdad y si no lograba hacerlo ese día iría con Carlisle para comentarle el asunto. Debía hacer algo.
Al día siguiente después de clases me acompaño hasta mi coche y me arme de valor para plantearle las cosas; ya no quería darle mas vueltas al asunto, quería arreglar las cosas y no pensaba dejar pasar mas tiempo.
-¿te importa si voy a verte hoy? – me pregunto antes de que llegáramos a mi coche dejándome casi fuera de combate.
-Claro que no – le conteste
-- ¿ahora? – pregunto de nuevo mientras abría la puerta delantera.
-Si, claro – me disgusto la urgencia que detectaba en su voz, pero no deje que eso se notara en la mía – solo iba a echar una carta para Renne en el buzón de correos que hay de camino. Nos vemos allí.
Mire el grueso sobre el asiento del copiloto. De pronto, se inclino hacia mí y lo recogió.
-yo lo haré – repuso con calma – y aun así llegare antes que tu
Esbozo una sonrisa torcida suya, mi favorita, pero yo sabia que algo andaba mal ya que la alegría de sus labios no llego a sus ojos y eso me preocupaba. Yo solo asentí incapaz de devolverle la sonrisa, cerró la puerta de mi camioneta y se dirigió a su auto.
Y en verdad se me adelanto. Estaba estacionado en el sitio de Charlie cuando llegue a la puerta de la casa. Esto era un mal indicio, en todo caso no pensaba quedarse mucho tiempo. Sacudí la cabeza e inspire hondo mientras intentaba hacer acopio de algo de valor.
Salio de su coche a la vez que yo del mío, se acerco y me recogió la mochila, hasta aquí todo era normal pero la puso otra vez en el asiento, y eso se salía de lo habitual.
-vamos a dar un paseo – propuso con una voz indiferente al tiempo que me tomaba de la mano
No conteste, no se me ocurrió la forma de protestar, aunque rápidamente supe que quería hacerlo.
-Esto no me gusta, va mal, muy mal – repetía continuamente una voz dentro de mi mente.
El ni siquiera espero una respuesta y me condujo al lado este del patio, donde lindaba con el bosque. Yo simplemente le seguí a regañadientes intentando superar el pavor y pensar algo pero entonces me obligue a recordar que aquello era lo que pretendía: una oportunidad para aclarar las cosas; lo que no entendía era porque me invadía el pánico estando en esta situación.
Solo habíamos caminado unos cuantos pasos por el espeso bosque cuando se detuvo, apenas habíamos llegado al sendero ya que podía ver la casa. Era un simple paseo.
Edward se acerco a un árbol y se recostó sobre el y me miro con una expresión impasible.
-esta bien, hablemos – dije y sonó mas valiente de lo que yo me sentía
Inspiro profundamente y me miro fijamente.
-Bella, nos vamos – me dijo indiferente
Yo también inspire profundamente imitándolo. Era una opción aceptable, y pensé que ya estaba preparada para eso, pero debía preguntárselo.
-¿Por qué ahora? Otro año… - pero no pude continuar ya que el me interrumpió abruptamente
-Bella, ha llegado el momento. De todos modos, ¿Cuánto tiempo más podemos quedarnos en Forks? Carlisle apenas puede pasar por un treintañero y actualmente dice que tiene treinta y tres. Por mucho que queramos, pronto tendremos que empezar de nuevo en otro lugar.
Su respuesta si que me confundió. Había pensado que el asunto de la marcha tenía que ver con dejar a su familia vivir en paz. ¿Por qué debíamos irnos nosotros si ellos se marchaban también? Le mire en un intento de entender lo que me quería decir, el solo me devolvió la mirada con frialdad. Con un acceso de nauseas entendí que lo había malinterpretado todo.
-cuando dices nosotros… - susurre con tristeza
-me refiero a mi y mi familia – contesto
Cada palabra sonó separada y clara.
Sacudí la cabeza de un lado a otro mecánicamente, tratando de aclararme. Espero sin ningún signo de impaciencia y a mi me llevo varios minutos volver a estar en condiciones de pronunciar alguna palabra.
-Vale, voy contigo – dije mirándolo con determinación
-No puedes, Bella. El lugar a donde vamos… no es apropiado para ti – respondió
-El sitio apropiado para mi es aquel en el que tu estés – dije desesperada
-No te convengo, Bella – dijo el
-No seas ridículo – dije tratando de sonar enojada, pero solo conseguí sonar suplicante – eres lo mejor que me ha pasado en la vida – agregue desesperada
-Mi mundo no es para ti – repuso Edward con tristeza
-¡lo que ha ocurrido con Jasper no ha sido nada, Edward, nada! – grite desesperada
-Tienes razón – concedió el – era exactamente lo que se podía esperar – agrego el
-¡lo prometiste! En Phoenix que siempre permanecerías… - pero me interrumpió
-Siempre que fuera bueno para ti – me rectifico
Ya no podía mas, sabia que Edward lo hacia por el asunto de mi alma y que el no quería arrebatármela pero eso era algo estupido ya que eso no sucedería además mi alma era suya, sin el no me servia de nada y se lo dije pero el solo respiro hondo una vez mas y clavo su mirada ausente en el suelo durante un buen rato. Torció levemente los labios y cuando levanto la vista sus ojos me parecieron diferentes, mucho más duros, como si el oro liquido se hubiese congelado y vuelto sólido.
-Bella, no quiero que me acompañes – pronuncio las palabras de manera concisa y precisa sin apartar sus fríos ojos de mi rostro
El solo me observaba mientras yo comprendía lo que me decía en realidad. Hubo una pausa donde repetí esas palabras en mi fuero interno varias veces, tamizándolas para encontrar la verdad oculta detrás de ellas.
¿tú… no… me quieres? – pregunte con dificultad y temor a su respuesta
No – respondió el, fue frío y tajante
Le mire sin comprender aun su respuesta, el me devolvió la mirada sin remordimiento. Sus ojos brillaban como topacios, duros, claros y muy profundos y me sentí como si cayera dentro de ellos sin encontrar nada que contrarrestara la palabra que había pronunciado momentos antes.
bien, eso cambia las cosas – dije sorprendiéndome de lo tranquila que sonaba mi voz
Tal vez eso se debía al aturdimiento. En realidad no entendía lo que me había dicho, para mi seguía sin tener sentido alguno.
Miro a lo lejos, entre los árboles y volvió a hablar.
en cierto modo, te he querido, por supuesto, pero lo que paso la otra noche me hizo darme cuenta de que necesito un cambio. Porque me he cansado de ser lo que no soy. No soy humano – después de decir eso me miro y ahora sin duda sus facciones no eran humanas – he permitido que esto llegue demasiado lejos y lo lamento mucho
Comencé a tomar conciencia de lo que pasaba y la comprensión fluía como acido por mis venas, le dije que no lo hiciera y el solo se limito a observarme durante un instante, pero pude ver en sus ojos que mis palabras habían ido demasiado lejos. Sin embargo, el también lo había hecho.
no me convienes, Bella – dijo el
Ahora invirtió el sentido de sus primeras palabras, y yo no tenia replica para eso. Bien sabía yo que no estaba a su altura, que no le convenía.
Abrí la boca para decir algo pero volví a cerrarla sin saber que decir, el aguardo con paciencia y su rostro estaba desprovisto de cualquier emoción o sentimiento. Lo intente de nuevo y esta vez logro auricular algunas palabra.
si… eso es lo que quieres – dije yo mientras el se limitaba a asentir una vez
Todo mi cuerpo se estremeció y no sentía nada por debajo del cuello, sus palabras y reacciones me confirmaron a lo que siempre tuve miedo; el no me quería y me lo estaba diciendo a la cara, se había cansado de mi y antes de poder decir alguna otra cosa el hablo.
me gustaría pedirte un favor, a pesar de todo, si no es desasido – dijo el
No se como se atrevía a pedirme un favor después de dejarme de esta forma pero bueno que mas podía hacer mas que aceptar y me pregunte que vería en mi rostro para que el suyo se descompusiera al mirarme, pero logro controlar las facciones y recuperar la mascara de serenidad antes de que yo fuera capaz de descubrirlo.
lo que quieres – prometí con la voz ligeramente mas fuerte, además, que mas podía hacer
Sus ojos helados se derritieron mientras le miraba y el oro se convirtió una vez mas en liquido fundido que se derramaba en los míos y me quemaba con una intensidad sobrecogedora y es por que lo amaba con toda mi alma y mi corazón; aunque el los estuviera rechazando y después de haber jugado con ellos un tiempo, aun así, yo le amaba intensamente.
no hagas nada desesperado o estupido – me ordeno, ahora sin mostrarse distante - ¿entiendes lo que te digo? – me pregunto
Esto era lo que faltaba, que me ordenara que no hiciera nada estupido, como si no tuviera suficiente con lo torpe que era. Solo asentí sin fuerzas de discutirle, sus ojos se enfriaron y volvió a mostrarse distante como al principio.
Me dijo que debía cuidarme por Charlie ya que me necesitaba y debía cuidar de el así que solo asentí de nuevo ya que en parte tenia razón ahora yo debía cuidar de el así como el lo había hecho conmigo.
lo haré – murmure
Ante mi respuesta el pareció relajarse pero solamente un poco.
te haré una promesa a cambio – dijo – te garantizo que no volverás a verme. No regresare ni volveré a hacerte pasar por todo esto. Podrás retomar tu vida sin que yo interfiera para nada. Será como si nunca hubiese existido.
Las rodillas debieron de empezar a temblarme en ese momento porque de repente los árboles comenzaron a bambolearse. Oí el golpeteo de mi sangre más rápido de lo habitual detrás de las orejas. Su voz sonada cada vez mas lejana, sentía que mi mundo se me venia encima. El me sonrío con amabilidad.
no te preocupes eres humana y tu memoria es un autentico colador. A ustedes, el tiempo les cura todas las heridas – dijo el, ¿acaso me conocía? ¿Cómo se atrevía a decirme estas cosas?
¿y tus recuerdos? – le pregunte y mi voz sonó como si me hubiera atragantado, como si me estuviera asfixiando.
Bueno – apenas y dudo un segundo – yo no olvidare, pero los de mi clase… nos distraemos con suma facilidad
Sonrío una vez mas, pero a pesar del aplomo exhibido, la alegría de sus labios no le llego a los ojos y se alejo de mi un paso. Yo sentía como mi mundo se desmoronada ante mis ojos, recordando todos los buenos y malos momentos vividos juntos.
supongo que eso es todo. No te molestaremos más. – dijo el
El plural capto mi atención, lo cual me sorprendió incluso a mi, ya que a juzgar por mi estado cualquiera hubiera creído que no me daba cuenta de nada a mi alrededor. Alice no va a volver. Comprendí inmediatamente. No se como me oyó, porque no llegue a pronunciar las palabras, pero pareció interpretarlas y negó lentamente con la cabeza sin perder de vista mi rostro.
Después me dijo que los demás ya se habían ido y que el solo se había quedado para según el despedirse de mí; vaya manera de despedirse la suya. Cuando le pregunte con incredulidad que si Alice se había ido el me dijo que ella quería despedirse pero que le convenció que una ruptura limpia seria mejor para mi. El enserio pensaba que eso seria mejor para mi. ¿Una ruptura limpia? Se nota que en verdad no me conocía.
Me sentía mareada y me costaba concentrarme, sus palabras daban vueltas y más vueltas en mi cabeza. Pude oír la voz del medico del hospital de Phoenix, la pasada primavera cuando James trato de asesinarme, el medico me mostraba las placas de rayos X: Es una fractura limpia, como bien puedes ver. Recorrió la imagen de mi hueso roto con el dedo. Eso es bueno, así sanara antes y con mas facilidad.
Procure acompasar la respiración, necesitaba concentrarme y hallar la forma de salir de aquella pesadilla.
Adiós, Bella - dijo entonces con la misma voz suave, llena de calma.
¡Espera! – le grite mientras intentaba alcanzarle, deseando que mis piernas adormecidas me permitieran avanzar.
Cuando creí alcanzarlo, el me tomo de las muñecas suavemente y me beso la frente delicadamente; cerré los ojos y me pidió que me cuidara. Abrí los ojos de golpe esperando encontrarlo pero ya no estaba, había desaparecido y el único rastro que dejo fue la suave brisa que removió una pequeña enredadera de arce. Se había ido.
Le seguí, adentrándome en el corazón del bosque perdiendo así el sendero; no podía encontrar su rastro, no había huellas ni nada que me diera una pista de por donde se había ido así que lo único que me quedo fue seguir caminando. No podía pensar en nada que no fuera encontrarlo y seguir caminando ya que si me detenía todo habría acabado.
El amor, la vida, su sentido… todo se habría terminado.
Camine y camine, quizá horas, la verdad no estoy segura ya que perdí la noción del tiempo. Lo único que me importaba era encontrarlo, me tropecé y me caí varias veces pero la ultima vez que me caí no pude levantarme; me quede tirada en el suelo mojado y ahí en el suelo frío y húmedo me dio la sensación de que el tiempo transcurría mas aprisa.
Todo estaba obscuro, lo más normal seria que un débil rayo de luna cruzara el manto de nubes o las espesas copas de los árboles pero esa noche no; esa noche había luna nueva y por eso el cielo parecía boca de lobo.
Horas después comencé a escuchar como débiles voces susurraban mi nombre pero no lograba ver a nadie, todo eran penumbras. Las voces se hacían cada vez más fuertes pero antes de que dieran conmigo aquellas personas sentí como unos fríos brazos me alzaban y me alejaban de ese lugar. Yo estaba segura de que la persona que me llevaba en brazos era un vampiro porque aunque no lograra ver su rostro por tener la vista nublada de tantas lagrimas y sufrimiento el frío de su cuerpo no era normal, ningún humano podría tener esa temperatura estando vivo. Resignada a morir deje que me llevara directo a mi muerte.
