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MELINDA
Autor/a: A. Hawk / Traducción: Kayra
Título original: Melinda
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Disclaimer: Este es un fanfic sobre Mel y Janice. Los personajes son de los Estudios Universal, Rob Tapert y Sam Raimi... Los he tomado prestados y probablemente lo haré de nuevo. Me gustan muchísimo estas dos... siento decir también que no contiene sexo... Sí, sé que soy vaga, pero siempre puede haberlo más adelante...
Quisiera tomarme tiempo para darle las gracias a mi lector Beta, Dimples, te aprecio mucho... como no tienes idea. Y a todos mis amigos de FansofFate por darme el empujoncito que necesitaba para darle forma... Chicos, sois los mejores y os quiero por eso...
Ten en cuenta que esta es mi primera vez así que cuando comentes, por favor se constructivo, eso no me detendrá, pero evitará que vaya a por ti... jajaja. Pero ciertamente puedes encontrarme en the_dark_huntress69(arroba)yahoo(punto)com ¡¡¡Disfrútalo!!!
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Me cuesta admitirlo, pero la chiquilla se ha envalentonado. Al principio pensé que sólo eran los efectos residuales de Xena, pero ahora veo que es algo más. Nunca nadie me había afectado así. La veo todo el tiempo. Cuando estoy despierta fantaseo con ella y cuando duermo... ¡¡¡Oh, Dios mío!!! Los sueños que surgen por la noche. Ella es todo cuanto siempre quise y no lo sabía. Es casi ridículo. Que me sienta cohibida delante de la majestuosa belleza sureña, ¿pero cómo podría no hacerlo? ¡¡Mírala!! El pelo, negro como la medianoche y tan suave como la seda. Su piel, del más suave tono de marfil que se vuelve casi dorado tras un día al sol. Su sonrisa, que lleva a la sumisión incluso a alguien dura de pelar como yo. Y, finalmente, sus ojos. Decir que son azules es más que quedarse corta. El tono podría ser el de un círculo cromático pero cara a cara, y cómo adoro esa cara, son del color del mar. De un auténtico color azul oscuro cuando se concentra y de un etéreo cielo azul, casi blanco helado cuando se enfada o apasiona.
He visto todos los colores y todas las posibles emociones que los provocan. Y estoy algo más que arrepentida de decir que yo misma he provocado más de una vez las emociones más peligrosas. Por otro lado, estoy muy contenta de poder decir que también he compensado mi falta de sensibilidad. Mel me hace ser humilde y la amo por eso. Se lo dije, no sólo que la amaría por siempre, sino que pasaría mi vida y cada vida que tuviera a partir de ahora haciéndola sentir tan feliz y completa como ella a mí. Admito que será difícil, ya que incluso su persistente fragancia me enloquece.
En resumen, Mel es mi todo. No hay mejor modo de expresarlo. Las palabras nunca tendrán nada que hacer. Así que mientras estoy aquí sentada, escribiendo en mi diario y mirándola, viéndola dormir, siento, no por primera vez, la paz que había faltado en mi vida y comprendo lo que significa amar y que te correspondan. Es el regalo que Mel me hace. Ella cree que es lo contrario; una parte de mí, la parte arrogante, a la que le gustaría creer que ella es perfecta. Pero la arqueóloga en mí, la parte que encuentra hechos y revela la verdad de los antiguos misterios, lo sabe también. Mel es mi verdad, mi amor, mi vida, mi misterio y pasaré la eternidad descubriendo todo lo que la hace feliz y esforzándome al máximo por dárselo.
