Disclaimer: Los personajes de esta historia no me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling autora de la saga "Harry Potter"
Este fic participa en el reto "Estados de Sangre" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black", participando como Sangre Muggle


Para la constelación que hace tiempo alcancé:

Mi querida Drómeda, sé que vas a enojarte mucho conmigo cuando leas esta carta y a pesar de que siempre amé ese humor del demonio Black que muchas veces te cargas creo que debo comenzar mi despedida con una disculpa que sé muy bien no será suficiente. Me hubiese gustado ofrecerte algo más digno de ti.

¿Alguna vez escuchaste "Aceptar la injusticia no es una virtud, sino todo lo contrario"? Es curioso, una persona no piensa en esas cosas hasta que las vive en carne propia. Soy de las personas que consideran que aceptar una injusticia significa trazarle el camino a muchas otras. Es por eso que, me temo, se me han limitado las opciones.

No pienses que me estoy tomando las cosas a la ligera, aunque no lo demuestre por ti, la verdad es que estoy muerto del miedo, no puedo dejar de pensar ¿Y si irrumpen en casa?¿Y si Drómeda, Dora o incluso Remus deciden intervenir para intentar defenderme? Yo no podría permitir que por mi culpa esos mal nacidos les hicieran daño. No voy a someterme a ellos y no obligaré a nadie a que se someta por defender a este brujo cuyo único delito ha sido nacer de gente no mágica.

No sabes el terror que estoy sintiendo justo ahora, me siento estúpido al ver mi mano temblar al escribirte ésto salpicando el pergamino con la tinta como si fuese un niño. Trato de mantener la calma pero es malditamente difícil, Drómeda, me lamento de mi suerte al pensar en que tal vez no vuelva a verte. Es un insulto a los años que luché por que te quedaras conmigo el que ahora deba alejarme.

Cuídate mucho, querida, cuida a Dora, a Remus y también a nuestro nieto o nieta. Me marcho con la esperanza de que para él o ella este mundo de prejuicios y supremacías estúpidas haya cesado.
No temo por ti, sé que estarás bien, pase lo que me pase, tú estarás a salvo. Te amo más que a mi propia vida. Andrómeda. Eres tú lo único que me importa. Lamento no poder permanecer a tu lado y protegerte como te lo prometí el día que nos fugamos.

Deseo que seas fuerte.

Ted Tonks.


Enrolló el pergamino con especial cuidado sujetándolo con un sencillo cordel amarillento. Lo colocó sobre la mesa de noche justo al lado de la cama y observó a la mujer que dormía plácidamente sobre ella. Podían pasar mil años y Ted Tonks seguiría considerando a Andrómeda Black la más hermosa mujer que se pudo haber topado en su camino.

Exhaló un pesado suspiro y se dispuso a salir de la habitación. Debía aprovechar el manto oscuro de la noche para pasar sin ser visto. Antes de cruzar el umbral dio un último vistazo a su esposa que no se percataba de nada siendo protegida por sus sueños.

—Estarás bien y eso es lo único que importa. Se fuerte, Andrómeda Tonks.

«Es con gran pesar que informamos a nuestros oyentes de los homicidios de Ted Tonks y Dirk Cresswell.»

FIN