DISCLAIMER: Todos los personajes y/o lugares conocidos del mundo de HARRY POTTER le pertenecen a la maravillosa escritora J.K. ROWLING. Sólo la trama es mía.


Este fic participa en el reto "¡Feliz cumpleaños, Victoire!" del foro Amor de Tercera Generación.


Advertencias: What if.


SU FAMILIA


Esa mañana era su décimo quinto cumpleaños y había despertado con la certeza de que Merlín al fin había escuchado sus ruegos. Ya no soportaba estar postrada en la cama inmóvil sintiendo los dolores que debilitaban su cuerpo destrozándolo lentamente. Debía ser fuerte y aguantar. Dentro de poco tiempo su familia entraría como todos los años a cantarle feliz cumpleaños y no quería hacerlos sufrir.

Su familia. Era lo que más amaba en el mundo. Su padre era su héroe. Su príncipe valiente que hacía lo imposible para que cada cumpleaños fuera único y especial. Su madre era maravillosa. Siempre atenta y amorosa. Cumplía hasta el más mínimo de sus caprichos y la adoraba. Su hermana Dominique, era su mejor amiga y su confidente. La única que conocía su sufrimiento, sus miedos y la que la consolaba en sus peores momentos. Louis era su hermanito. Su debilidad. La luz de sus ojos.

Su familia. Esa era la que amaba con locura y le dolía tener que dejar, por culpa de una maldita maldición incurable que cada día la desgastaba y la mataba lenta y dolorosamente.

Aún recordaba con dolor su onceavo cumpleaños, cuando junto a sus primos encontraron un viejo reloj en el jardín de la casa de sus abuelos. Louis, su pequeño hermano, trato de tocarlo, pero su instinto de hermana mayor, lo detuvo tomando el reloj del suelo. Fue ese preciso instante que sus dedos absorbieron la maldición que traía el reloj que le ocasionó un inmenso dolor haciéndola gritar desgarradoramente y caer al suelo agonizando.

Cuando llegó a San Mungo no podía mover su cuerpo, pero si podía sentir el dolor y la preocupación de su familia. Antes de que los Sanadores se la llevaran a otra habitación, su padre se acercó a ella diciéndole "Te vas a poner bien, princesa. Papá está aquí a tu lado y no te dejará sola. Te amo mi princesa y estaré esperándote para cortar tu pastel". –recordó-Y a pesar de que ella no podía moverse ni hablar, haber sentido las lágrimas de su padre la desgarraron mucho más que la terrible maldición que la estaba matando en ese momento.

Regresó al presente cuando la puerta de su habitación se abrió, entrando sus padres con un pastel y sus hermanos cantándole Feliz Cumpleaños. Sonrió. Era feliz y amada por una familia maravillosa.

Louis se subió a la cama, mirándola como siempre lo hacía, con culpa, pero no lo culpaba. A pesar de la agonía que vivía desde hacía cuatro años, no se arrepentía de lo que había hecho. Había salvado a sus hermanos y a sus primos.

Con la ayuda de su padre, logró sentarse ahogando un grito de dolor. No quería preocuparlos, pero el dolor la estaba desgarrando por dentro, pero aguantaría. Porque los amaba y aunque sentía que ese sería su último cumpleaños; nada, ni nadie, ni siquiera una maldita maldición evitaría que ella, Victoire Weasley, celebrara su décimo quinto cumpleaños con lo que más amaba. Su familia.


NOTA DE LA AUTORA: Este es mi primer fic sobre Victoire Weasley. Fue lo que se me ocurrió. Obligue a la musa volver y esto fue lo que salió. Así que no sé cómo me quedo. Se aceptan tomatazos, crucios y críticas.