Resumen: Después del asesinato de Orochimaru, Sasuke decide continuar con su venganza, reúne cuidadosamente a su equipo al cual lo bautiza con el nombre de Hebi, este tiene cual tiene como principal objetivo la búsqueda y asesinato de Itachi Uchiha, para tener óptimos resultados Sasuke debe volver a Konoha con un falso arrepentimiento, mas tarde se dará cuenta que su corazón se esta entregando a nuevos sentimientos que desatan una serie de acontecimientos donde el amor y la pasión son protagonistas que van enlazadas a un gran sufrimiento, donde una persona que antes no tenia sentimientos va a experimentarlos de la forma mas drástica posible.
Capitulo No1
Ya no eres útil.
Ya no quedaba nada por aprender, todo el poder que quería lo estaba logrando de una forma u otra, el camino que había escogido, siguiendo a aquel ser perverso y retorcido le repugnaba, fingía todo el tiempo estar totalmente seguro de entregarle su cuerpo como contenedor, alimentando los sueños y las ambiciones de aquella serpiente blanca, a veces le divertía y se burlaba de lo estúpido que era, para Sasuke Uchiha lo mas importante era su venganza, el orgullo de su clan que corría por sus venas, tampoco podía permitir que ese ser tan repulsivo siguiera con vida, ahora que lo había decidido necesitaba retomar su búsqueda, ya era lo suficientemente poderoso para enfrentarse a su hermano, ya no era un estúpido niño miedoso y era hora de enfrentar su destino, ya debía actuar, se encamino hacia el inicio de su verdadera venganza.
En Konoha el ambiente estaba normal, las personas iban y venían con sus quehaceres, llevando una vida tranquila y sin muchas preocupaciones, los días eran cálidos y reconfortantes, los niños jugaban en las praderas, todo iba en una absoluta paz en la que estaban envueltos los habitantes, a excepción de algunas personas que entrenaban sin descansar, todo el esfuerzo que podrían dar era valido para ver cumplido un sueño difícil mas no imposible de alcanzar.
Naruto desafiaba los limites a los que podía llegar el cuerpo humano, se sobre esforzaba sin cesar, entrenando cada día hasta que sus fuerzas le fallasen cayendo finalmente desmayado, nada era suficiente para el, debía mejorar a toda costa, todo lo que quería era devolver a un amigo que caía en la oscuridad sin posibilidad alguna de salvación, maldecía cada vez que fallaba en su intento de mejorar su técnica, sintiéndose frustrado y humillado. – Demonios. Mascullaba entre dientes al sentir la rabia recorriendo sus venas, cuánto tiempo seguiría así, si en verdad quería cumplir con su palabra y su sueño debía superarlo lo más pronto posible, quería ver feliz a su querida amiga, necesitaba retornar a la época en la cual estaba su mejor amigo, también tenía como objetivo no volver a solicitar la ayuda de aquella bestia que tenia sellada en su interior, no quería ser controlado por aquella bestia asesina que al salir le hacía perder el control entrando en una sed de sangre que cobraba como victimas a los seres más cercanos a él, anhelaba proteger y mantener los vínculos que consiguió con tanto esfuerzo, no dejaría que se rompieran tan fácilmente, pero tampoco se podía matar, su resistencia era única, pero ya se estaba cansando y estaba en el límite, lo mejor era descansar un poco, con todos estos pensamientos hizo un último esfuerzo y se iría a dar un paseo para despejar un poco su mente.
Todos los esfuerzos del joven ninja eran observados cuidadosamente por una chica que todos los días le llevaba píldoras de soldado, se sentía impotente e inútil, no podía ayudarle más, solo se limitaría a llevarle las píldoras, las preparaba con la más profunda admiración y entusiasmo, no pensaba que llegara a preciar a aquel muchacho, antes no lo soportaba y ahora es su mejor amiga, su mente viajaba hacia el pasado, rememorando aquellas épocas en las que ella empezaba a enamorarse de él, a ella le importaba demasiado, aquel amor que de alguna forma la hizo crecer, sabía que no era algo pasajero, llego a comprender su soledad, sus sentimientos aunque él no lo hiciera igual, en aquella época era una chica débil y tal parece que todavía lo sigue siendo, ¿Por qué no puede hacer cosas más grandes? Si hubiese sido más fuerte tal vez el no se habría ido, la melancolía llenaba su pecho, recordaba la ultimas vez que se vieron, el era tan diferente, frio y calculador, le dolía saber que él estaba seguro de entregar su alma a la oscuridad ¿Aun quedaba algo de esperanza? A veces lo dudaba y la persona que se la devolvía era su gran amigo Naruto, sus pensamientos fueron interrumpidos por la persona que menos esperaba.
-Hola. Sai la saludaba
-Hola…. ¿Qué te trae por aquí?
-Pensé que Naruto estaba aquí pero al parecer llegue un poco tarde.
-Se fue hace un rato, tal vez está comiendo Ramen
-Eso es lógico… ¿Sakura?
-¿Si?
-¿Sucede algo?
-No… ¿Por qué lo preguntas?
-Por la expresión de tu rostro…no sé cómo llamarle.
-No sé de donde sacas eso, solo estaba pensando.
-Es que en un libro leí que….
-No todo debes aprenderlo de los libros, me tienes harta, en vez de estar desperdiciando el tiempo deberías tratar de vivir las cosas por ti mismo, el día que lo logres, sabrás que los libros no tienen todas las respuestas.
Salió de allí a toda prisa, estaba molesta, no era por Sai, se había desquitado con el de la peor manera, lo dejo allí y lo único que este pudo decir en un susurro que ella no pudo escuchar gracias a su huida fue lo siento, Sakura necesitaba desahogarse, no deseaba hacerlo en su casa ya que esta se encontraba vacía, ella ya vivía sola y sabia que si se iba para allá se asfixiaría en su propia tristeza, tampoco deseaba que alguien de la aldea la viera, en especial Naruto, lo haría sentir mal, ya lo logro con Sai, no cobraría mas victimas por su amargura, se fue a una parte algo alejada, se sentó en la hierba y dejo que esa melancolía saliera, lloro amargamente por unos cuantos minutos, tendría que disculparse con Sai, el no merecía que ella lo tratara de esa forma, se levanto y se encamino hacia su casa.
Caminaba lenta pero decididamente por los pasillos oscuros de aquella habitación, cada minuto se volvía importante para él y le haría un favor a Konoha, se detuvo en frente de una habitación que estaba cerrada, estaba levemente iluminada, pronto daría el primer paso que lo llevaría más rápido a su venganza, abrió la puerta y entro a la habitación, allí se encontraba la serpiente blanca, estaba postrado en su cama, estaba un poco débil debido al rechazo del cuerpo que poseyó antes, en su mirada se veían las ansias en su rostro, lo que le causaba repugnancia a Sasuke, una pequeña imperceptible y perversa sonrisa curvo su rostro, llego el momento.
Orochimaru no aguantaría tanto, necesitaba el cuerpo de Sasuke lo más pronto posible, de repente interpuso sus brazos los cuales fueron atravesados fácilmente por un rayo, estaba asombrado, esa manipulación de chakra nunca la había visto, tontamente se pregunto de quien se trataba y la respuesta llego a él, Sasuke se veía sereno mientras que un aura despiadada rodeaba su cuerpo.
-Ya no me puedes enseñar nada más. Sasuke estaba parado en el marco de la puerta de su habitacion.
-Sasuke.
-Ahora si puedo ser despiadado, incluso contigo.
Caminaba lentamente hacia la cama mientras que Orochimaru desviaba sus brazos para que no atravesara su cuerpo, el rayo dio contra la pared, la cual también atravesó fácilmente.
-Eres más débil que yo, no hay razón para darte mi cuerpo.
-No seas prepotente.
-¿Prepotente? …¿Entonces por qué te fuiste detrás de mí?
-….
- Lo hiciste porque no pudiste con Itachi, a mis ojos y a los ojos de mi clan cualquier ninja por mas genio que sea es un mediocre y tu lo eres, juegas a ser Dios buscando la razón de la existencia…..me repugnas…al terminar de mencionar estas palabra siguió con su cometido.
Salía de aquella habitación llena de sangre, la batalla no fue muy difícil y lo elimino, ahora tenía el camino libre para cumplir con su destino, se encontró con Kabuto, el cual estaba confundido con la identidad de Sasuke, el despejo sus dudas dejándole una visión terrible de lo sucedido, ahora se encaminaría a buscar aquel ser que era objetivo de todo su odio.
