Zootopia no me pertenece, yo solo tomo prestados a los personajes para fines de esta historia.
Bien, esta idea me ha estado rondando por la cabeza y no pude evitar escribirla. Este solo es la primera parte pues se supone que es un two-shot.
Advertencias: Posible Ooc, se ubica después de lo acontecido en la película, y por si fuese poco lo principal es el crack.
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Shot. Malas mañas.
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"Las viejas costumbres se arraigan las mentiras en cambio se desprenden tan fácilmente".
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— ¿Me escuchas zanahorias?
Nick soltó un leve suspiro de cansancio para después tratar de recuperar el aliento perdido con una enorme bocanada de aire. Una, dos, tres enormes zancadas era la distancia que lo separaban del sujeto a quien perseguía como loco por la estrecha calle.
El interlocutor sonó en respuesta.
"Te escucho Nick, trataré de interceptarlo a dos esquinas de donde te encuentras". La respuesta de Judy se escuchó apenas audible debido a la estática, mil veces le había repetido a Bogo que hiciera algo con las radios de largo alcance pues la señal de otros lugares como puestos de comida o pequeños locales interferían con su señal haciendo que ésta se perdiera o cortara.
—Date prisa pelusa—sin esperar más, el zorro guardó el interlocutor en el bolsillo de su camisa sin despegar la vista del frente. Si lo hacía podía chocara a algún transeúnte y perder al objetivo— ¡alto ahí!—gritó en vano como llevaba haciéndolo los últimos cinco minutos.
El animal simplemente lo ignoró siguiendo su camino. Huyendo. No obstante a unos metros de distancia Nick vio la oportunidad perfecta para detener al susodicho. Sin detenerse, el zorro tomó uno de los letreros de especialidades del día de un pequeño puesto y la arrojó justo al frente, pasando justo por encima de la cabeza del animal; no, la idea no era golpearlo a él sino a uno de los estantes llenos de garrafones de agua que descansaban fuera de una tienda.
Y lo hizo, cada garrafón de agua rodó acompañado de otro en una pequeña avalancha bloqueando el camino del sospechoso, éste sin tener demasiado tiempo para esquivarlos tropezó con uno precipitándose así al suelo en una vertiginosa y casi vergonzosa caída.
El zorro le dio alcance tomándolo por el cuello de la sudadera y levantándolo del suelo sin contemplación alguna. Su carrera no sería en vano después de todo.
—Tranquilos el disturbio ha terminado—Nick trató de apaciguar el barullo de los transeúntes, era obvio que su pequeña y endemoniada carrera había causado demasiados estragos, estragos de los que no se disculparía, era su trabajo después de todo y de antemano sabía de sobra que "el fin justificaba los medios"—y en cuanto a ti, tienes mucho que explicar cuando lleguemos a la estación de policía.
—Demonios Wilde quítame tus patas de encima gran pedazo de idiota—el animal en las patas de Nick hizo amago de querer soltarse. Presionando sus garras en las patas del zorro y retorciéndose un poco— ¿es así como tratas a un viejo camarada?
El zorro se detuvo abruptamente ante la sorpresa del que era cautivo. Esa voz, esa maldita voz la conocía. Sin pensarlo demasiado descubrió la cabeza del animal de la molesta capucha que traía, el cual le cubría parcialmente el rostro.
— ¿Fred eres tú?—Nick abrió sobremanera los ojos sin poder creer a quien tenía frente a él, un mapache, más que eso, un viejo amigo—creí que estabas fuera de la ciudad, escondido de Ralph.
El zorro dejó a Fred en el suelo para después adoptar una pose mucho más casual, relajándose casi al instante y bajando la guardia. Fred no solo era un viejo amigo del zorro sino un antiguo camarada y un casi socio de su vida anterior, a decir verdad el mapache era un excelente buscador y comerciante regateador, el zorro no podía recordar la cantidad de ocasiones en las que pidió los servicios del animal.
Agregando un extra, Nick pudo decir que aquellos permisos que le había enseñado a Judy durante su primer encuentro eran obra de aquel escurridizo mapache. Estafador, regateador, falsificador ¿Qué más podía agregar a la pequeña lista de cualidades del pequeño roedor?
—Y yo creí que seguías en las calles vendiendo junto a "cara de bebé" sus popsibasuras—Fred se acomodó de nuevo la sudadera gris, sin duda tendría que enviarla a la lavandería apenas llegara a casa ¡era su favorita!— ¿Qué es esto, tu disfraz de zorro bueno, los azules saben que les hurtaste el uniforme?
Claro… también encantador.
— ¿Sabes que Finnick te arrancaría la cola si te escucha llamarlo "cara de bebé"?—pero al menos debía darle crédito al mapache, su osadía de llamar así al zorro del desierto fue lo que le dio la brillante idea de utilizar ese pequeño detalle a favor de ambos en el pasado para su negocio—podría tomar eso como agresión policiaca y levantar cargos—Nick señaló su placa y le dio unos pequeños golpes con la uña, el objeto emitió un leve tintineo—soy policía y eso me da ciertos derechos ¿sabes?
El mapache soltó una escandalosa carcajada, doblándose sobre sí para tratar de controlar su risa.
—El DPZ no sabe elegir a sus reclutas y ahora tienen a un pelmazo jugando a ser uno de ellos—Fred se limpió las lagrimas de los ojos que el esfuerzo de su risa había causado, recordaría ese día sin lugar a dudas, nunca en su vida había reído como hasta ahora— ¿Qué te pasó Wilde a esto es a lo que te dedicas ahora? Jugar a ser un policía y amenazar peatones con tu placa y arma de juguete.
Nick se limitó a encogerse de hombros, no estaba en posición de dar explicación de ningún tipo sobre sus decisiones, a decir verdad estaba más que harto de rendir cuentas de su elección ¿Qué no podían entender que solo decidió avanzar y hacer algo de su vida? ¿Acaso estaba mal reivindicarse?
—Oh por favor Fred, no te hagas al animal inocente conmigo, tu y yo sabemos lo que escondes bajo esa sudadera y que no la usas precisamente para salir a correr y que esta carrera no forma parte de tu rutina de ejercicio diario—el vulpino le dio una sonrisa socarrona como diciéndole "por favor es el truco más viejo del mundo amigo"— ¿eres carterista ahora?
Dentro de la sudadera fácilmente podría caber uno o dos bolsos. Y definitivamente Nick había sentido el peso extra del animal ¡por favor! Extendió la pata en clara señal de que éste le estragara lo que tenía, orden implícita que el mapache acotó casi a regañadientes. En efecto, un enorme bolso cayó al suelo.
— ¿Qué esperabas? La situación es difícil y Ralph está sobre mí todo el tiempo exigiéndome su dinero—se excusó, Ralph su corredor hacía incluso mucho más que solo mantenerlo bajo vigilancia, verificaba sin marco de error alguno que el dinero llegara a sus patas cada fin de mes.
Ugh. Eso era verdaderamente pésimo, Nick incluso vivió situaciones similares en el pasado. Los pagos a fin de mes, las transacciones, las amenazas; por suerte para él su negocio de "todo lo que puedas comerciar" dio los frutos necesarios para saldar cada una de las malditas deudas y para quitarse de encima a esos molestos corredores.
Fred, bueno él era un punto y aparte, podría ser el mejor comerciante que conociera pero era un verdadero idiota cuando se trataba de "entretenimiento", los juegos de azar y noches de diversión nunca faltaron y era por ello que se encontraba en esa situación.
—Si tienes suerte solo estarás un par de meses en prisión o en todo caso harás un servicio comunitario—no era la gran cosa de hecho. Pensó Nick, un delito menor se pagaba con una reprimenda de igual calibre.
— ¿Vas a arrestarme Wilde?—el mapache enfocó la mirada en él—piensa en mi familia, piensa en mis hijos—dramatizó lo mejor que pudo con un tono serio que no dejaba lugar a dudas de que estaba desesperado y decía la verdad.
O al menos para cualquiera que no fuese Nick—tú no tienes hijos Fred.
—Bueno piensa en los que podría tener no estando en prisión.
"Nick ¿lo tienes? Estoy arreglando el desastre que causaste, será mejor que lo tengas zorro tonto"
La voz de Judy interrumpió su pequeña conversación. Es verdad, a todo esto, había olvidado el objetivo principal ¿Qué esperaba?
—Vamos Wilde por los viejos tiempos—insistió Fred con su determinación al aire. De antaño Wilde no podía reprocharle que le debiera un par de favores y este era el momento perfecto para cobrarse uno.
"Nick ¿me escuchas?"
— ¿Vas a hacerlo? —siguió Fred, tratando de tentar su suerte.
"Como sea voy a donde estas"
Por los viejos tiempos. Era lo que el vulpino se repetía. Fred era un buen amigo suyo después de todo, no como Finnick lo era pero casi al mismo nivel. Miró el bolso, todo seguía ahí.
—Solo vete mapache—le indicó a su amigo—pero me quedo con esto, es evidencia—recalcó jalando el objeto hacia él al ver que el mapache iba a recogerlo, esa era la única condición para permitir que se marchara, el bolso regresaría a su dueña.
El animalito soltó un leve gruñido de disconformidad, su preciado botín fue arrebatado de sus patas. Pero no le quedó de otra más que aceptar. Una última advertencia fue dada "esta vez he hecho una excepción, la próxima no me andaré con contemplaciones Fred" y con esto el mapache se alejó de Nick doblando en una de las esquinas.
El bolso en sus patas se sintió entonces más pesado de lo normal y una breve sensación se instaló en su pecho. Vaya dilema. Nick se dio la vuelta para enfilar hasta donde Judy se encontraba y no tardó demasiado en darle alcance, sus orejas se encontraban erguidas y su mirada casi furibunda. Una mala muy mala señal.
— ¿Por qué no me esperaste?—le reprendió a él con un tono mordaz—somos compañeros Nick y se supone que deberíamos hacer esto juntos como equipo.
—Te tardaste zanahorias, yo tuve toda la acción, además—el vulpino alzó en alto el bolso para después arrojárselo— ¡bingo pelusa! recuperé el botín…el papeleo corre por tu cuenta, de nada Hopps.
La coneja se arrodilló para verificar que nada faltara en el bolso y así parecía, cada objeto en su lugar, incluso la cartera de la propietaria. Pero a pesar de eso algo no andaba bien… más bien algo faltaba en esa ecuación. Nick supuesto "héroe", bolso recuperado pero ¿Dónde estaba el perpetrador?
— ¿Dónde está el ladrón?—trató de indagar ella pasando por alto el comentario del molesto papeleo, eso lo discutirían luego— ¿Nick?
Él se acercó a ella y se inclinó un poco para quedar a su altura—Pelusa el ladrón escapó cuando me arrojó el bolso.
— ¿Y por qué no lo detuviste?—se escandalizó Judy. Era inconcebible pensar que el ladrón lograra escapar, es decir, para ella no fue nada difícil atrapar a Roedríguez quien era igual de escurridizo que el animal al que perseguían esa tarde ¿entonces por qué Nick no pudo con éste siendo que él era más grande que ella y al parecer mucho más veloz?
—Tranquila pelusa, tenemos lo que nos interesa, nada se perdió.
Falso, totalmente falso. Al menos la sinceridad se había ido por el caño pero eso Judy no tenía por qué saberlo.
No convencida del todo, Judy accedió a regresar a la estación de policía para rendir su informe y entregar de paso el objeto a su dueña. En el trayecto Nick miró de soslayo a la coneja, odiaba mentirle pero sabiendo lo arraigada que era Judy a su sentido del deber sabía que reprobaría con creces su actuar, no importaba si Fred era su amigo o si había cometido un delito menor, para Judy no se reducía más que a un simple ladrón, un carterista que aun seguía suelto en las calles por su culpa.
Y en definitiva el motivo más poderoso de su silencio era el hecho de no querer lidiar con el enojo de la coneja. Cosas tan simples como el contacto físico entre ambos se ponían en juego y una muralla de indiferencia seria edificada en el momento en el que él hablara. Y no, no se arriesgaría a eso.
…
El espeso humo se desprendió de las fauces del zorro. Una calada fue suficiente para emitir semejante neblina. La sensación de confort entonces fue mayor, pero incluso Nick sabía que esa no era más que una efímera sensación, que tan pronto como la colilla del cigarrillo se consumiera también lo haría su tranquilidad.
Retiró el exceso de ceniza agitando la punta al aire y dejando caer el resto al suelo, fumar en el estacionamiento estaba permitido después de todo e incluso en un par de ocasiones había visto a Bogo hacerlo "liberando su estrés" después de gritarles a ellos u otros oficiales ocasionalmente. Nadie podía culparlo.
Necesitaba ese pequeño espacio para pensar las cosas, un pequeño asunto le rondaba la cabeza tiempo atrás, uno que implicaba a cierta coneja. Para nadie era un secreto su relación ¡vamos solo alguien ciego podría poner en jaque lo que tenían! Y pasados a ese punto el motivo del desasosiego de Nick era tan simple como importante. Pedirle a la coneja que vivieran juntos.
Claro que solo era cuestión de pedirle aquello a Judy, el verdadero inconveniente residía en "el lugar" en el que habitar. El departamento de Nick no era muy diferente al de Judy, un espacio lo suficientemente grande para alguien como él. Pero ahora no era solamente el zorro, Judy se incluiría en el paquete muy pronto y de eso se encargaría él.
Nick llevaba semanas buscando en internet lugares, departamentos a un buen precio y que estuvieran dentro del distrito, no obstante su búsqueda no había dado frutos. Todo se reducía a ubicación y precio, si al caso encontró un departamento que cumpliera con sus expectativas éste se encontraba en lo recóndito de la ciudad y definitivamente no era una opción, ni por asomo.
Otra exhalación, esta vez un poco más violenta debido a la frustración. Necesitaba dinero, su sueldo apenas cubría con sus necesidades básicas y cosas como pequeños caprichos no podía brindarse. Ni pensar en pedirle a la coneja la mitad del dinero para el depósito, se suponía que era una sorpresa. ¿Qué hacer entonces?
— ¿Nos vamos ya?
La voz de Judy irrumpió sus pensamientos al asomarse por la puerta, de nuevo abstraído entre sus divagaciones perdió la noción del tiempo así como el motivo real de su presencia en ese lugar.
Nick despegó la espalda de la pared en la que se encontraba aparragado—creí que nunca saldrías zanahorias—enfocó la mirada en Judy quien al parecer lo miraba con gesto curioso—hey pelusa ¿Qué sucede tengo algo en la cara?—se palpó las orejas, la nariz y demás con fingida alarma— ¿o es que acaso no puedes creer lo bien que se ve este zorro esperando por ti como todo un caballero?
Pero no, Nick no había acertado y ni siquiera el tono juguetón había despistado a Judy de lo que en verdad estaba observando— ¿Desde cuándo fumas Nick?
Siendo totalmente consciente de lo que aun sostenía entre sus patas, Nick volvió la mirada hacia el objeto. Cierto, al parecer nunca le había comentado aquel viejo hábito suyo a la coneja.
—Oh esto—rodó el cigarrillo entre sus almohadillas observándolo cuidadosamente, no quedaba mucho de él—lo hago desde los dieciocho pelusa… es algo que solía hacer para despejar la mente—apagó el cigarrillo restregándolo en la pared cual cenicero para después tirarlo despreocupadamente al suelo.
— ¿Estás preocupado por algo Nick?—despejar la mente era un sinónimo de "algo me preocupa" para Judy y siendo Nick el afectado, bueno digamos que el zorro no era muy a fin a resolver los problemas de la mejor manera sin entrar en un pequeño pánico o tomar medidas extremas.
—Estrés pelusa, solo eso—mintió descaradamente, la segunda mentira de ese día—ahora—tomó la pata de Judy entre las suyas para hacerla caminar de una buena vez—vallamos a tu departamento, ordenemos pizza y veamos una película, es todo lo que pido después de este horrible día.
Lo necesitaba quizás para tratar de acallar sus arremolinados pensamientos y darle un pequeño descanso a su mente.
Ante la sola mención de pizza y película la mirada de Judy se iluminó. Aprovecharía la oferta de Nick para sonsacarlo y ver la película que a ella le encantaba.
Oh mierda. Pensó él al ver esa soñadora mirada—No Hopps, no veremos por enésima vez "Maestros del engaño"—denegó Nick, maldijo la hora en la que había comprado aquella cinta, a Judy le había encantado tanto que la había visto en más de una ocasión.
—Vamos Nick, es buena ¿Por qué no lo reconoces?
—El hecho que te identifiques con la protagonista no es suficiente razón para calificarla como "buena"—volvió a quejarse. La agente July Potts encajaba con el perfil de Judy pero eso era solo una mera coincidencia.
—Tienes razón Nick no puedo sobrevalorar algo como bueno cuando en realidad es excelente—de nuevo esa ferviente mirada en la coneja—además ese tal Rick es bastante apuesto, no tanto como el villano Frank pero lo es—Judy codeó al zorro para así picarlo aun más de lo que ya estaba con sus comentario.
—Eres una coneja infiel zanahorias—sí, definitivamente no debió comprar aquella película pero ya nada podía hacer, caminaron hasta salir de la estación de policía— ¿así que te gustan los chicos malos Hopps? ¿Quieres probar cuan malo puedo ser esta noche?—su tono totalmente sugerente le dio a entender a Judy de lo que hablaba.
Ella pareció meditarlo un par de minutos hasta que al fin respondió— ¿vas a hacerme pagar por toda la pizza y bocadillos?... paso…—una limpia carcajada salió de ella y empujó al zorro.
—Que graciosa pelusa… yo tenía en mente más bien dejar a un lado la película y no dejar dormir a tus vecinos esta noche.
Los ojos de Judy rodaron instintivamente ante el plan de Nick, en definitiva no, al día siguiente debían trabajar y sabía cuán difícil era despertar al zorro.
—Me temo señor Wilde que me quedo con la primera opción, cena y película… te guardas tus gritos internos mientras vemos por—Judy contó sus dedos en recordatorio del número de veces que había visto la cinta—vigésima vez.
Dándose por vencido Nick profirió un audible "aguafiestas" a Judy siguiendo así su recorrido hasta el departamento de ella. La noche sin duda sería larga.
…
Finnick miró a Nick con ojos de fastidio. Era la segunda noche que el vulpino acudía a él para quejarse, no le reprocharía la ronda de bebidas cortesía de Nick pero sí estaba en contra del trato que recibía como buzón de quejas. Esas ganas incesantes de golpear a Nick siempre estaban presentes pero se reprimía el impulso de la mejor manera.
—Eres un imbécil Wilde ¿creíste que con volverte policía los billetes te caerían del cielo? ¡Por favor!—la mordacidad—o es que por sobre todo estaba tu sentido del deber para con la ciudad.
Nick le dio una mala mirada. Ser policía no era lo que esperaba, al menos económicamente hablando pero en verdad no se quejaba.
—La coneja te lavó el cerebro con palabras dulces o…—Finn dejó prácticamente al aire la última frase pensando que estaba de más decir lo que pensaba. Nick era un idiota que se dejó engatusar por una cara bonita y un buen trasero, eso era todo.
—Hey idiota mucho cuidado en cómo hablas de ella—el tono de Nick se elevó una octava de lo normal, nadie sin excepción alguna hablaba mal de Judy en su presencia.
Un tenue "Tsk" salió de Finn en señal de su molestia, rectificaba lo pelmazo que era Nick ante la coneja. El zorro era un macho y solo pensaba como tal, sin usar la cabeza. El silencio cayó cual bloque pesado entre ambos tornando el ambiente un tanto denso.
—Hace un par de días me encontré con Fred—rompió el silencio Nick—lo encontré hurtando un bolso—siguió al ver que no hubo respuesta de Finnick.
Esto último pareció captar la atención del Fennec, no por el hecho del encuentro sino por lo que el zorro hubiese hecho ante tal situación.
— ¿Y?
—Lo dejé ir—Nick apretó fuertemente el vaso vacío en sus patas. De alguna manera aun no lograba sacarse esa espinita. Maldito sentido del deber y estúpida consciencia.
Finn asintió como sopesando la situación. Vaya eso si que no se lo esperaba, Nick había convivido demasiado tiempo con la oficial coneja para afirmar que para ese entonces su sentido del deber de hubiese afilado y en todo caso para que el zorro se hubiese reformado casi por completo de lo que solía ser antes.
—La coneja no lo sabe—más que una interrogante, eso fue una afirmación. Nick negó con la cabeza dándole la razón— ¿y el sentimiento de culpa es tan grande que quieres comprarle un departamento?
Por supuesto que no. Nick consideraba ese pequeño detalle por el simple hecho de afianzar su relación con Judy, vivir juntos solo le serviría para conocerla mejor y sentar las bases de lo que tenían.
—Apestas en esto Finnick, te despido como mi consejero personal.
Pero a pesar de esas palabras y siendo que Nick dio por zanjado el tema, no se retiró de la mesa o en todo caso hizo amago de marcharse, siguió ahí con la firme convicción de beber todo cuanto le fuese posible hasta encontrar una solución a su problema.
El zorro del desierto no entendía cual era el problema, para Nick el dinero nunca lo fue en el pasado ¿Por qué lo sería ahora?
—Sabes cuál es la solución Wilde, puedes resolver tu situación con un simple viaje pero ambos sabemos que no quieres hacerlo
En todo este tiempo Nick no había querido recurrir a esa opción, esa era por sobre todas las cosas la última alternativa que le quedaba y se negaba a implementarla por el gran dilema moral que le traería.
—Sabes por qué no puedo hacerlo Finn, una vez que empiece no podré detenerme—la opción no era viable por muchas razones pero la principal era por la naturaleza del propio Nick, hablando claramente en el sentido figurado.
Apostar en el póker siempre fue uno de los vicios de Nick, de antaño el zorro se dejó deslumbrar por los juegos de azar, derrochando lo poco que tenía a cambio de jugosa recompensa al final del juego. Con el tiempo aquello se volvió un pequeño inconveniente para Nick. Adicto era tal vez la palabra correcta para describirlo. Ahora tras años de "rehabilitación" su única posibilidad apuntaba al camino que había abandonado.
—Entonces olvídate de ese sueño absurdo—acotó Finnick, era lo mejor.
No era solo un sueño absurdo, era una meta que Nick se había propuesto. "El fin justifica los medios". Esa vocecita de nuevo irrumpió su mente. Justificándose bajo ese falso pensamiento el zorro al fin tomó una decisión.
—Voy a entrar—declaró determinantemente—dile a los chicos que se reúnan mañana.
La última palabra fue dicha.
…
El sonido del celular despertó a Judy. Sin muchos ánimos de responder o de siquiera levantarse estiró la pata en dirección al aparato encima de la mesita y respondió al llamado.
Garraza sonaba un tanto alterado y al fondo Bogo profería tremendos gritos. Nick se había retrasado de nuevo y Ben la llamaba para preguntar por él. Era la quinta vez en esa semana.
—Lo siento Garraza no he visto a Nick desde el día de ayer después de salir de la estación—decir que siquiera había llegado a su departamento con él sería mucho.
En los últimos días Nick actuaba de manera extraña, de hecho los retrasos se hicieron muy frecuentes y las despedidas también, cada vez que Judy invitaba al zorro a su departamento éste denegaba la invitación alegando que se sentía muy cansado o simplemente que tenía asuntos personales que arreglar. Esto último sin duda hacía a Judy sentirse muy ofendida; Nick escondía algo de eso estaba muy segura ¿en donde quedaba entonces la confianza entre ambos?
"De acuerdo Judy, trata de llamarlo tal vez a ti si te responda".La línea murió después de eso.
La coneja dejó el celular de nuevo en su lugar. Miró el reloj, apenas eran las siete y media. Si tenía suerte aun podía ir a ver a Nick a su departamento en el caso de que éste se hubiese quedado dormido.
Era imposible, Nick bien sabía que Bogo lo había reprendido por todos los retrasos de la semana quitándole el día de descanso y era bastante irónico y absurdo que ese fuese el motivo por el que no se presentara a su castigo. Tonto zorro.
..
¿Qué hora era? Ni él mismo podía asegurarlo con seguridad, la única certeza que tenía era que las fichas seguían acumulándose en sus patas formando una enorme pila. Sin lugar a dudas esa fue su noche de suerte, la mejor tal vez… solo un poco más para recaudar lo necesario.
—Tu turno Wilde—un armadillo lo instó a hacer su apuesta, cuidando recelosamente el mazo de cartas que tenía.
Nick miró de soslayo su propio mazo, una jugada que parecía casi perfecta y tal vez lo fuese—tres grandes amigo—tomó parte de sus fichas y las arrastró hacia el centro.
Nick fue cegado por la nueva enorme pila de fichas que se acrecentaba en el centro, ignorando el zumbido y el vibrar de su celular en su bolsillo. Llamadas perdidas y tiempo invertido, todo eso sobraba cuando el futuro deparaba la mejor inversión de su vida.
…
Tocó insistentemente la puerta, casi al punto de tirarla abajo por el golpeteo. Pero a pesar de eso nadie respondió del otro lado, Judy acercó lo suficiente la oreja para tratar de escuchar algo. Nada, simplemente parecía estar vacío ¿en dónde rayos se encontraba Nick?
Intentó de nuevo, obteniendo la misma respuesta. Incluso con el celular en mano y todas las llamadas, él no atendía ninguna.
—Vamos Nick contesta—el mensaje del buzón de voz fue lo único que escuchó para cortar la llamada.
Decidida a ir al único lugar en donde creía encontraría respuestas, dio media vuelta guardando el celular en el bolsillo. Pero su paso se vio impedido por alguien.
—Pero si es la oficial Hopps a quien tenemos aquí—un cerdo bloqueó el camino de la coneja. El corpulento animal sonrío de manera indescifrable.
Dubitativa ante el recién llegado, Judy tardó un minuto más del necesario en responder sin saber realmente qué decir.
— ¿Viene a ver a Nick?—fue lo primero que se le vino a la mente al ver al animal plantarse frente a la puerta del zorro.
El cerdo pareció pesarlo—De hecho linda puedo ver que Wilde no se encuentra en este momento—golpeó la puerta un par de veces para probar su punto—así que creo que lo que he venido a hacer tendré que tratarlo contigo.
¿Ella qué tenía que ver en todo eso? El destello de la duda invadió su mente por un breve instante. En definitiva Nick estaba escondiéndole algo.
—Y eso ¿es?
El cerdo sacó una pequeña tarjeta de su bolsillo y se lo tendió a Judy instándola a tomarlo de sus pezuñas.
—Nick Wilde me debe dinero niña, si no tengo mi dinero de aquí al lunes dile a tu novio que tendré que cobrarle de la manera difícil—su mirada se endureció ante esto último, su dinero regresaría a sus pezuñas de una u otra forma.
Judy se perdió por un momento ¿Nick le debía dinero a ese cerdo? ¿Cómo, cuándo? Debió asumir que sería de hacía mucho tiempo cuando el zorro aun era un estafador, de esas deudas de las que no podías zafarte tan fácilmente.
—Esto debe ser un error, Nick él no…—trató de decir la coneja pero el cerdo la interrumpió cortando tácitamente cualquier cosa que ella fuese a decir.
—Wilde perdió ante mí en una partida de póker hace dos días, juró pagarme su cuota pero ¿adivina qué preciosa? No he visto un céntimo de ese dinero y tampoco ha dado la cara.
Se petrificó, el corazón de Judy cayó en picada haciéndose trizas en el proceso. Las cosas eran mucho peores de las que pudo imaginar. El zorro estaba metido en algo turbio ¿pero cómo podía ser eso posible? Nick era un policía ¿Por qué delinquir una vez más? Él le había asegurado en más de una ocasión que esa vida había quedado en el pasado. Palabras vacías y sin sentido, casi patrañas, es lo que eran ahora.
No podía permanecer ni un momento más ahí de pie en presencia del animal, tenía que buscar al zorro y exigir una explicación. Más le valía a él que fuese lo suficientemente convincente.
Trató de pasar del cerdo pero justo cuando estuvo a la par escuchó al animal mascullar algo.
—Si Wilde no cubre su deuda no me queda más remedio que cobrarle a usted oficial Hopps.
Las orejas de Judy se crisparon de inmediato sin poder creer lo que estaba escuchando ¿acaso estaba amenazándola?
— ¿Disculpe?—detuvo su andar para encarar al cerdo—esto que está haciendo es ilegal y podría ir a prisión.
—Al igual que su novio oficial, solo tenga esto en mente, Wilde no puede esconderse para siempre.
Dicho esto ahora fue el cerdo quien se marchó dejando a Judy con un hueco en el estomago ante lo ocurrido. Miró la tarjeta, "Tom Hammilton" era lo que rezaba el pedazo de papel en sus patas, abajo un número de teléfono resaltaba con números mucho más oscuros.
—Demonios Nick, zorro tonto ¿en qué te has metido?
…
Los parpados de Nick se sentían muy pesados pero no por ello cancelaria la visita al departamento de Judy. Hacía poco que había salido de su última partida y no era por presumir pero le había ido demasiado bien, no obstante tarde fue cuando se percató de que ese no era su día de descanso pero ya se excusaría con Bogo de alguna manera, alegando por ejemplo que se encontraba enfermo.
Por ahora solo le importaba ver a la coneja y darle las buenas nuevas. Esa tarde al fin había cerrado el trato con la dueña de uno de los departamentos y por sobre todo, le entregó la cuota completa para el arrendamiento del mismo, la flamante llave permanecía en su bolsillo en una caja especial.
Golpeó un par de veces el departamento de Judy manteniéndose a la espera de la pequeña mamífero. Uno, dos, tres minutos hasta que la puerta se abrió. La vista no fue muy favorable a decir verdad.
— ¿Judy?—eran momentos como estos en los que Nick optaba por llamar a la coneja por su nombre en vez de los apelativos "zanahorias" o "pelusa". Y por demás era mejor tantear el terreno.
Ella simplemente se abrió paso dándole el acceso a la morada, en ningún momento dijo palabra alguna y eso sin lugar a dudad comenzaba a exasperar a Nick.
— ¿En dónde estabas Wilde? Bogo está como loco tratando de dar contigo porque dejaste botado el trabajo.
Primera mala señal, lo había nombrado por su apellido y encima sabía lo de su ausencia.
Titubeante él respondió—Olvidé el castigo de Bogo pelusa, quedé con Finn de ayudarle con algunos asuntos eso es todo—su tono de voz tal vez aparentara seguridad pero su mirada esquiva denotaba otra cosa.
—Te llamé.
Demonios, no revisó en ningún momento sus llamadas perdidas.
—Olvidé cargar el celular.
Era imposible, Nick ponía excusa a cualquier cosa que Judy le reprochara. De nuevo esa sensación se apoderó de ella calando profundo en su interior, no era ira pero se acercaba lo suficiente, era una sensación incomoda que le constipaba el corazón.
Bien, si Nick lo prefería de la manera directa entonces que así fuera.
—Te preguntaré una vez más Nick y quiero la verdad ¿estuviste apostando? Y no me refiero solo al día de hoy.
Al fin la bomba había sido arrojada y lo único que quedaba era esperar a que explotara en cualquier momento.
—No—dictaminó él tratando de mantener la mirada a la coneja, recogiendo la determinación que en ese momento no poseía.
Error. Algo flaqueó en Nick, su tono de seguridad distaba demasiado del brillo de sus ojos, los destellos de la mentira se asomaban en sus orbes gritando que cada palabra no era más que bazofia.
—De acuerdo—un pesado suspiro salió de los labios de Judy—quiero que te largues ahora mismo.
Fue tajante al respecto sin tentarse el corazón ante su postura. Nick no se había tentado el corazón al mentirle e involucrarla en algo que ni ella misma entendía ¿Por qué ella lo sería entonces?
— ¿Qué? Espera zanahorias no puedes correrme así como así—se quejó el zorro—Judy de dónde sacas semejante tontería, no sé quién te llenó la cabeza de ideas equivocadas pero te aseguro que…
Pero cuánto cinismo. Se dijo Judy. Nadie le llenaba la cabeza de ideas equivocadas, ella era la testigo inmediata de los hechos.
—Tom Hammilton habló conmigo esta mañana.
Y solo eso bastó para que la máscara de seguridad del zorro se resquebrajara y todo se fuese al caño. El maldito cerdo había hablado con Judy seguramente delatándolo de su deuda.
—Escucha pelusa esto es un error…
—Dije largo Nick no me hagas llamar a la dueña del edificio para que te saquen así que mejor vete.
Judy se encaminó a la puerta para abrirla. Su semblante impávido le indicó al zorro que hablaba muy enserio.
Era demasiado obvio que no lograría hablar con ella esa noche, Judy se veía muy perturbada ante las noticias. Bien, se marcharía e intentaría al día siguiente. Enfiló hacia la salida sin despegar la mirada de Judy.
—Hablaremos mañana Judy—tentaría su suerte una vez más ese día. Se inclinó hacia ella para poder besarla pero lo único que obtuvo fue que la coneja lo empujara y se apartara como si el solo contacto quemara, no pudo negar que se sintió dolido ante tal acción—te amo…
Judy ni siquiera esperó a que él terminara de atravesar el umbral, azotó la puerta estrepitosamente haciendo al espejo sobre la pared tambalearse. No se atrevió a corresponder al gesto del zorro mucho menos a sus palabras.
Entonces lo supo, aquella sensación apabullante no era más que decepción. Aquel animal al que creyó conocer no era más que una fachada.
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Continuará…
Chan…chan…chan…crack wajajaja. Esta idea surge de un episodio del programa Bones, últimamente me he visto influenciada por este programa.
De alguna manera tengo la noción de que las mañas nunca se pierden ¿Por qué Nick sería la excepción a eso? ¿Dejar por completo su vida criminal y reformarse de la noche a la mañana? No del todo…
Por cierto he tomado algunas referencias para el fic, "Maestros del engaño" es un fic creado por Miss. G. solo he cambiado los nombres de los personajes principales que vendrían siendo los mismos XD (mujer espero no me mates por esto).
En fin… disculpen si el inicio es muy flojo o tedioso, aun estoy puliendo esa parte de mi redacción.
Espero les gustara… espero saber sus opiniones al respecto con un review… hasta la próxima.
