Resident Evil:La Nueva Generación

Capítulo 1:Matt Redfield-Rachel Kennedy

Rachel Kennedy tenía 18 años. Estaba sentada frente al espejo de su habitación, peinando su hermoso pelo lacio negro que caía con gracia sobre su espalda. Había heredado su elbelta figura de su madre, Ada. Sus ojos, de color celeste, recordaban a los de su padre Leon. Sus facciones no parecían asiáticas, sino que claramente se notaba que era americana. Esa noche, tenía un vestido rojo corto con escote en v, que beneficiaba sus piernas largas.

Rachel tenía su baile de graduación esa noche. No parecía exitada, y eso se reflejaba en su maquillaje: un poco de máscara en las pestañas, los ojos delineados y la boca con un suave color rojo. Cuando terminó de peinarse, se quedó contemplando el espejo con tristeza. Rachel no tenía amigas. A las demás chicas no les agradaba que los varones la miraran atónitos cuando ella entraba o salía de una habitación. Tampoco les gustaba que ella se sacara tan buenas notas. Rachel tampoco tenía amigos hombres. Ellos querían acercársele, pero no tenían el valor. Tal vez tenían miedo de que ella los rechazara. De repente, Rachel apartó la vista del espejo. "No los necesito.No necesito amigos. ¿Para qué?"-pensó-"Ni siquiera sé porqué voy a esta estúpida fiesta de graduación.".

Aunque, en el fondo, ella sabía porqué iba. Iba para verlo a Matt, el único muchacho que pudo penetrar en su corazón. Iba por Matt, aunque él fuera con su idiota novia, Lucy.

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Matt Redfield sonreía ante el espejo. Era un muchacho muy apuesto. Su cara era igual a la de su padre Chris, y su pelo, de un castaño claro, como el de Jill. Todas sus compañeras de colegio suspiraban por él. Era el chico más popular de la escuela y tenía muchísimos amigos. Su novia se llamaba Lucy, y era una chica rubia bastante presumida. Matt era inteligente, aunque no le gustaba estudiar, por eso sus notas no eran muy buenas que digamos.

Matt era el niño mimado de la tía Claire. Desde pequeño, ella siempre lo llenaba de regalos y él se aprovechaba para pedirle todos aquellas cosas que sus padres no le dejaban tener (vivía castigado, era de esos chicos que no podían quedarse quietos), ya que sabía que su tía nunca le negaría nada.

Tenía 18 años. Estaba tan entusiasmado¡Al fin la fiesta de graduación! Pero, por otro lado, había algo que lo tenía preocupado. Desde hacía unos meses, él salía con Lucy, pero ya no estaba seguro acerca de su relación. Él sabía que no la quería, pero no tenía el valor para cortar con ella. La chica de sus sueños era otra: Rachel Kennedy.

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Rachel se dirigió a la sala de estar. Sus padres la estaban esperando.

-Estás lista, cariño?- Leon le preguntó.

-Si,ya estoy.

-Pero vas a ir a ningún lado con ese vestido. Puedo ver tus piernas con eso.- Leon le dijo muy seriamente.

-Leon, te están haciendo viejo. Está preciosa con ese vestido.-Ada le dijo.

-Bueno,bueno.Vamos.

Rachel se subió al auto de su padre y éste la llevó a la escuela en donde estaba la fiesta.

-Que te diviertas, cariño- Le deseó Leon.

-Voy a intertarlo.Adiós pa.

-¡Eh¿No te olvidas de algo?-

Rachel sonrió y besó a su padre en la mejilla. Luego, entró a la fiesta.

Leon manejó de regreso a su casa. Su esposa lo estaba esperando. Cuando llegó, Leon la abrazó. Le dijo:

-Ada, no puedo creer que esto esté pasando. Era ayer cuando estaba matando ganados, y ahora, mi hija tiene 18 años.

-Ella ya creció, estoy yan orgullosa.

-Si, yo también pero¿Viste ese vestido?

-Lo ví Leon, y me dí cuenta de que es rojo como el que yo acostumbraba a usar.

-Era tan sexy...

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Jill sostenía la mano de Chris.

-Chris...

-¿Qué pasa Jill?

-Mi hijo acaba de ir a su baile de graduación- Ella lo dijo con un tono melancólico.

-Sí. Y con MI auto.Más le vale que me lo devuelva entero.