Capitulo 1
Almas destinadas
Ni siquiera sabía por qué había aceptado salir con sus amigas esa noche, estaba cansada y al siguiente día tenía que trabajar, además tenía que soportar a Laurent. Esa chica rara vez se unía a su grupo pero ésa había sido la fantástica noche que había decidido salir con ellas.
Si hubiese sabido que le iba a crear tantos problemas habría removido el cielo y habría hecho un pacto con el diablo para que a la rubia de bote le atacara una gripe estomacal o algo por el estilo, pero no, ahí estaba ella tomando una copa en un local abarrotado de gente y lleno de humo, con todas sus amigas y algunas enemigas, sin presentir lo mal que acabaría la noche.
Estaban charlando animadamente, Rosalie intentaba persuadirla de que fuera a bailar, pero Isabella Swan era consciente de sus serios problemas de equilibrio para mantenerse lo suficientemente alejada de la pista de baile, cuando vieron entrar por la puerta a un grupo de chicos.
- ¡Oh no! No quiero tener que aguantar otra vez a Mike…- un desliz, eso había sido Mike para Bella, bueno dos , mejor dicho, pero nunca habían pasado de unos cuantos besos y unos toqueteos, nada del otro mundo, pero él había creído que Bella realmente sentía algo por él, pero que simplemente se estaba haciendo la difícil para comprobar sus intenciones. Él sabía ser persistente y eso la enervaba.
- Tu perrito faldero está aquí- rió Rosalie
- No es divertido.- La cara de frustración de Bella hizo que su rubia amiga riera mas estruendosamente.
Eran amigas desde antes de nacer incluso, los Swan, los Hale y los Cullen siempre habían sido amigos, sus hijos también lo eran, por supuesto, bueno, los hijos de los Cullen no, ellos siempre habían estado muy apartados del grupo.
Rosalie y Bella eran como el día y la noche. La primera, alta, rubia, de unos ojos tan azules como un cielo despejado, su figura escultural, la hacía tan atractiva que muchos hombres ni siquiera se atrevían a acercarse a ella, las diosas son inalcanzables para simples humanos, menos para Emmet Cullen, sobrino de Carlise Cullen, el cual normalmente también residía en Edimmburgo y por el que la rubia suspiraba cada vez que lo veía, a pesar de ponerlo en su lugar cada vez que era necesario, semejante diosa contaba con un carácter digno de su status divino. Pero Emmet, que trabajaba en las empresas Cullen estaba ahora en París llevando a cabo ciertas negociaciones que su tío le había confiado y Rosalie nunca confesaría cuánto lo echaba de menos, sería demasiado para su orgullo, ya le costaba aceptar la relación demasiado informal tenían, ella deseaba algo serio, algo para siempre, pero Emmet amaba su libertad, nunca se ataría.
Bella en cambio, no quería nada que ver con compromisos o algo por estilo, la palabra matrimonio era como un insulto para ella, siempre discutía por eso con Rosalie, pero es que con sus 22 años en lo último que pensaba era en "eso". Isabella Swan era cabezota, era soñadora y generosa, en verdad esperaba a su príncipe, pero él no aparecía, le costaba confiar en la gente, quizás por eso era tan buena en su trabajo, en el mundo de los negocios es bueno ser desconfiado. Su cabello castaño y sus ojos chocolates contrastaban con su blanca piel, demasiado pálida para su gusto, y su corta estatura y su figura delgada la hacían parecer alguien frágil, nada más allá de la realidad pues aunque Bella podía ser la chica más dulce de toda Gran Bretaña también era la de mayor temperamento. Su carácter irónico y travieso la hacían una chica peligrosa y divertida, pero también era demasiado tímida como para dejar que cualquiera la conociera realmente.
Los chicos se acercaron y saludaron a las chicas, la mayoría se conocían de toda la vida, habían crecido en el mismo barrio de Edimburgo, una zona residencial a las afueras de la ciudad, pero Bella se percató de que había alguien más, un chico al que no conocía, con unos sorprendentes ojos dorados y una ropa demasiado elegante para el lugar en el que estaban y para la gente con la que venía, ¿cuántos años tendría? ¿24 o 25? Aunque su postura desgarbada y su cabello revuelto le daba un aspecto mucho más juvenil. Sus análisis del nuevo fueron interrumpidos por la pesadilla de Bella.
- ¿Entonces quedaremos mañana para comer juntos cielo?- Empezaba hasta a odiar la voz de Mike, maldecía una y otra vez haberse emborrachado y haberlo besado, dos veces.
- No Mike, tengo que trabajar y sí, antes de que lo preguntes, estaré ocupada todo el día.- El chico no pareció entender ni el tono ni la intención de Bella porque siguió media hora más tratando de mantener una conversación con ella y de acercársele todo lo posible. Mientras tanto no podía dejar de mirar al chico de ojos dorados, el cual parecía igual que ella, no paraba de mirarla, ¿abría sentido él esa misma atracción?
Y la palabra atracción se podría quedar corta para describir las emociones que Edward sentía en esos momentos, nunca había visto a una mujer tan hermosa como era la que tenía en frente a pesar de que sus rasgos a simple vista pudieran parecer comunes, pero había algo, sin duda que la hacía increíblemente hermosa y misteriosamente apetecible. No sabía si era por su larga melena castaña, por sus finas curvas, sus labios un poquito desequilibrados o sus impresionantes ojos chocolate. Se moría por ir a hablar con ella y comprobar si era tan encantadora como parecía pero Mike, uno de los amigos que había dejado en Edimburgo al mudarse a Londres no se apartaba de ella, quizás es que era su novio o algo por el estilo, pero había creído escuchar decir a Mike que estaba libre, así que no podía ser muy serio lo que tuvieran.
Bella tuvo la genial idea de pedirle a Mike que fuese a su coche, aparcado tres cuadras más abajo, a por un CD de música del cual él le había hablado, su interés en poder escucharlo tranquilamente en casa fue la escusa perfecta para deshacerse de él por un rato. Suspiró aliviada y le dio un sorbo a su bebida, cuando escuchó una aterciopelada voz a sus espaldas.
- Hola, creo que no nos han presentado, soy Edward.- por un momento Bella se quedó en blanco, Dios, tan cerca sus ojos deslumbraban más…
- Hola, soy Bella, no te había visto antes por aquí.
Sin saber por qué se sonrieron y algo en ellos hizo "click". Ambos se habían sentido renuentes a salir esa noche, pero ahora se alegraban de haberlo hecho y haberse encontrado. Cuando se estrecharon las manos una corriente eléctrica recorrió tanto a Bella como a Edward, ellos se dieron cuenta y volvieron a sonreir.
- Hacía años que no venía a Edimburgo, casi siempre estoy en Londres, pero por asuntos familiares y de trabajo he tenido que volver, al menos por una temporada. Debo decir que ahora me alegro mas que nunca de estar aquí.
Poco a poco, inconscientemente se fueron apartando del grupo con el que venían, envueltos en una burbuja de la que solo ellos eran conscientes. Hablaron de todo, era como si estuvieran conectados, dos almas que en otra vida estuvieron juntas y que ahora debían volver a unirse. Bella supo que Edward amaba de Londres su libertad, allí no se sentía controlado ni presionado por sus padres, no quería escapar de sus responsabilidades, pero tampoco quería estar tan controlado por ellos, en la capital tenía un poco de todo, velaba por los intereses de los negocios de la familia, tal y como quería su padre y disfrutaba de su vida de veinteañero, por eso nunca estaba en Edimburgo mucho tiempo, aunque esta vez parecía que sería diferente…
Bella le contó de su vida en Edimburgo. Era hija única y vivía con sus padres, los adoraba, ellos confiaban en ella asi que no eran demasiado controladores, también trabajaban en la empresa familiar. No se veía fuera de Edimburgo, allí estaba su vida, su familia, sus amigos, su trabajo… allí estaban sus raíces, a diferencia de Edward, era bastante hogareña. Le contó que por situaciones familiares había acabado trabajando en el mundo de los negocios, le resultaba demasiado frío y aunque estaba a gusto había frustrado su gran pasión, ser escritora. No sabía por qué le contaba eso, no se lo había dicho ni a Rosalie, que era su gran amiga desde la infancia, pero no dejaba de sentir esa extraña conexión con él. Había sido un flechazo, aunque siempre se habían pertenecido, lo sabían, lo sentían, llevaban toda la vida esperándose y ahora, en el momento justo y preciso sus almas se encontraban y nunca se separarían.
- No puedes decir eso, adoro Anatomía de Grey, Cristina es uno de mis personajes favoritos.- Bella no podía creer que Edward pensara que esa serie solo era un entretenimiento para amas de casa cotillas y que Cristina simplemente fuera una cirujana obsesiva.- Ella tiene el sueño de ser la mejor, no es obsesiva, es ambiciosa.
Edward no lo pudo evitar y soltó a reír a carcajadas a lo que Bella frunció el ceño y fingió estar enfadada.
- Algún día te demostrare lo interesante que puede llegar a ser esa serie.- Y soltó otra carcajada como la de él, que a Edward le sonó a música.
- Dios, eres tan hermosa…
De pronto no lo pudieron evitar más. Edward le paso la mano por la nuca y acarició su cabello castaño, Bella cerró los ojos disfrutando del contacto, mientras él la acerba mas a sí mismo, cogiéndola suavemente de la mano. Tenía que besarla, tenía que llevársela y convencerla para que estuviera con él el resto de su vida, no sabía como lo haría pero no podía dejarla ir. Lentamente se acercó a sus labios, podía percibir su olor a fresias y rosas perfectamente, era tan embriagante, era hipnotizante…
Iba a besarla solo tenía que acercarse un centímetro mas y probar esos labios que prometían ser tan dulces como parecían, sus alientos se mezclaban en el poquísimo espacio que los separaba, pero de pronto Bella se alejó de él, dejándolo aturdido por unos segundos.
- Bella, lo siento, tienes que venir al baño, es urgente, de verdad.- La cara de Rosalie era de entera preocupación, Bella maldijo por lo bajo la interrupción, se moría por ese beso, es más se moría por ese chico. Sin querer se volvió a Edward para disculparse.
- Lo siento, tengo que ir al baño con Rosalie, al parecer ocurre algo. Vuelvo en cuanto pueda, ¿me esperaras?
- Por supuesto preciosa, siempre.- Edward le acarició la mejilla y de nuevo la corriente eléctrica volvió a ambos, Bella le sonrió una vez más y se fue al baño con Rosalie. Maldecía a su amiga por haberla interrumpido, ese prometía ser un gran beso, uno memorable, de esos besos que te cambian la vida.
- Mas te vale que sea importante.- Bella fulminó con la mirada a Rosalie, pero algo en ella le hizo saber que su amiga iba en serio.
- Bella, yo lo siento, te gusta mucho, ¿verdad?- en la voz de la rubia había tristeza, eso confundió a Bella.
- ¡No! Lo acabo de conocer, ¿Cómo crees?- Rose no dijo nada, simplemente la miró como diciendo "no te lo crees ni tú"- Bueno… puede que me guste bastante… en realidad puede que me haya deslumbrado demasiado…
- Esto va a ser peor de lo que pensaba… te mueres por él.- Rose agachó la cabeza, Bella interrogante alzó las cejas, quería que su amiga terminara pronto, quería volver junto a Edward, quería volver a tener la oportunidad de que la besara.- Bien, Bella, escucha, yo… lo siento tanto… pero es mejor que no te acerques mucho a él.
- A ver, Rose, ¿y por qué?
- Ángela escuchó a Tyler hablar con los chicos, antes de salir le dijeron a Edward que tendría que llevarse a una de nosotras a la cama como bienvenida, él les prometió que nada mas llegar se lanzaría a por su presa, es como una especie de apuesta, ellos le dijeron que no valía cualquiera, es decir, Jessica y Lauren quedan descartadas, por motivos obvios, no podía ser una chica fácil, quedábamos algunas de las demás. Parece ser que te eligió a ti por cualquier tipo de rivalidad que siempre ha tenido con Mike.
El corazón de Bella se encogió y se detuvo por un segundo. No podía ser, no podía creerlo, él le había parecido tan caballero y tan encantador, sobretodo tan sincero en todo lo que le había dicho. Se le antojaba imposible que esos profundos ojos dorados pudieran mentir tan descaradamente.
- No, Rose, te has confundido. Él ha sido totalmente sincero conmigo, no me mentiría, no lo haría, nunca.
- Lo siento pequeña, de veras lo lamento tanto… os he estado observando toda la noche y os veíais realmente bien, pero solo te va a hacer daño. Me lo dijo Ángela, sabes que ella no inventa cosas de nadie ni habla por hablar, ella quiere tanto como yo que tú estés bien.
- Pero es que… ¿cómo ha podido ser? ¿Tan ingenua y vulnerable soy que me pueden mentir tan rápido y tan bien?- una profunda tristeza embargaba a Bella, por su cabeza pasaba cada palabra que Edward le había dicho y cada sonrisa que le había dedicado, había parecido tan encandilado con ella como ella con él y ahora ella estaba mal, aparte de tener que soportar a Mike, de tener que salir obligada por sus amigas, de tener que sobrellevar todos los problemas familiares y en el trabajo, los cuales iban de la mano, tenía que aguantar las burlas de un imbécil.
- Está claro que no se va a salir con la suya. Se arrepentirá.- La furia se reflejaba en los ojos de Bella.- Va a tener que escuchar unas cuantas verdades.
Mientras tanto, en el pub, cerca de la barra, Edward era asediado por Lauren, mientras esperaba impaciente a la mujer más hermosa y dulce que había conocido jamás, cuando volviese la besaría, tenía que probar esos labios y después le pediría que no se alejase de él nunca más, por fin la había encontrado, a su mitad, a su complemento, no permitiría que se fuera.
- ¿Me escuchas Edward?- el chico de cabellos cobrizos y desordenados volvió de sus pensamientos al mundo real y miró a Lauren, "por Dios, pensó, como una mujer puede ser tan provocativa y poco apetecible a la vez".- No te recomiendo que le sigas el juego a Bella, vas a salir perdiendo, se que discutió con Mike porque él no se preocupa por ella todo lo que le gustaría y le dio un ultimátum, le amenazó con irse con el primero que se encontrara, pero obviamente eso solo sería en presencia de Mike, para hacerle reaccionar y morirse de celos. A Bella le gusta manejar a sus hombres a su antojo, no tolera un no. Debo decir que lamentablemente lo está consiguiendo, Mike está muerto de celos, parece un león a punto de saltar sobre ti, sí definitivamente esa chica caprichosa siempre se sale con la suya.
- ¿Qué estás diciendo? No creo que Bella sea tan manipuladora como tú me dices, tampoco creo que le interese Mike.
- Edward, Edward… te digo esto porque me has caído bien, pareces un buen chico. Acabas de llegar y no conoces como son las cosas aquí. Bella siempre consigue lo que quiere, y lo que ahora mismo quiere es jugar contigo delante de Mike, demostrarle que puede estar con otro, para después de que el pobre de Mike se arrastre volver con él, siempre vuelve con él, Edward. Tu solo eres un instrumento. Lo siento, chico, pero no me apet,ece que te lleves un mal sabor de boca cuando acabas de regresar a casa. No es justo, pero ten en cuenta que no todos somos tan traicioneros como Bella Swan.
- No se, todo esto que me dices me suena bastante a telenovela barata, la verdad, no creo que sea tan retorcida y manipuladora…
Lauren lo miró con su mejor cara de niña buena. Nunca había soportado a Isabella Swan, así que si podía divertirse un rato a costa de ella mejor que mejor. Lauren era perceptiva, sabía que a Bella le había gustado demasiado el chico nuevo, pues bien, no lo tendría, no al menos esa noche y siempre que ella pudiese impedirlo.
- Edward, veo que al fin y al cabo Bella va a tener razón, eres demasiado ingenuo. La conozco, ella piensa eso de ti, por eso te ha elegido para poner celoso a Mike. Que no se ría de ti, Edward.
- No lo hará, te lo aseguro.
Los ojos de Edward se habían oscurecido de repente, se sentía decepcionado y triste, también traicionado. Al fin y al cabo Bella Swan casi había tenido razón en lo de ingenuo, se había dejado engañar demasiado rápido por ese rostro de ángel, por esa paz que ella transmitía. Pero esa niña caprichosa lo escucharía, nadie se reía de Edward Cullen. Lo único que lamentaba es que finalmente no probaría esos labios que tanto lo habían enloquecido.
Hola!
Soy nueva y esta es mi primera historia! he leido muchisimos fics de twiligh que me han encantado y mas de una vez pensé que quizás yo podría escribir uno también, asi que aquí estoy. Me encantaría que lo leyerais, tengo muchas ideas muy divertidas para este fic asi que nos leemos! bssss
