Los personajes han sido modificados, pero todos pertenecen a stephenie meyer. Algunas frases han sido sacadas de arrancame la vida, un libro de Angeles mastretta.

capitulo 1: atraccion.

Este año pasaron muchas cosas en el país. Entre otras, conocí a Eduardo.

Decidí mudarme con mi papa a Tlaxcala, un estado tan abandonado que ni el mismo diablo se acuerda de el. Odiaba todo, lo pequeño del lugar, la gente tan poco interesante que habitaba ahí. Simplemente no encajaba. Todos ellos parecían estar contentos viviendo siempre del tingo al tango y odiaban estar en paz. Mientras que yo, era lo único que quería. Pero sobretodo odiaba el clima extremoso del lugar, en los días de lluvias que eran casi siempre, era nublado y frio, tan frio que los huesos se te helaban y los dedos se entumían. Y cuando había sol, hacia un calor de poca madre.

Recordé las despedidas de mi madre y de su marido antes de que me metieran al camión. Cuanto hubiera querido que nada de esto hubiera tenido que pasar, pero nada podía hacer ahora. Había tomado mi decisión y tenia que echar frente.

El camión se tardo mas de lo esperado, la lluvia que corría era tan fuerte que el viento soplaba como loco y hacia que el camión se ladeara levemente de un lado para el otro. Decidí pues, dormirme, pero el sonido que provocaba la lluvia al golpear las ventanas me hizo moverme del asiento a cada rato. Termine encabronandome y me pase las horas contemplando el paisaje por la ventana. En realidad era la primera vez que me fijaba en los cerros, en los arboles, en las grandes rocas que se levantaban al lado de la carretera. Nunca fui una persona que admirara el paisaje y se sintiera feliz de que ver la vida alrededor suyo. Mis entretenimientos eran mas superficiales, pero no tanto como para ser igual que todas las de mi edad.

Llegue a la terminal una hora después, me puse a tratar de recordar donde vivía por si mi papa se había ido. Pero me saludo antes de poder recordar el número de la calle.

-Isabel- dijo con júbilo, nos abrazamos un buen rato. Si bien odiaba el lugar, amaba a mi papa. Me dio las palabras de siempre, y me miro de arriba abajo, con la sonrisa que orgullo que ponía cada que me veía. Me dijo que nadie podía tener una hija mas linda que yo y que ya podía ver cuantos hacían fila para salir conmigo.

-pero ahí de ti donde les hagas caso- me dijo

Me llevo a comer cerca de la casa, disque queriendo celebrar mi llegada, pero sabia que era por que no tenia nada decente para comer, lo acepte. Y me llevo a un lugar que se llamaba los portales. Yo pedí enchiladas y el chiles en nogada, pero en cuanto los probo hizo una mueca

-nada como tu comida Isabel, no sabes cuanto la he extrañado- dije comiendo mas por hambre que por gusto.

-pues para eso vine, pa salvarte del atún enlatado.- le conteste entre risas. Me alboroto el pelo y siguió comiendo, nos quedamos en silencio un rato. La verdad ninguno de los dos éramos de mucha platica, nos bastaba el silencio y las miradas para ver lo que necesitábamos.



Terminamos de comer y me llevo en el viejísimo auto que le conocía desde que era pequeñita. Le pregunte por que no traía la patrulla .

-cambiaron muchas cosas desde la ultima vez que viniste. Ha estado tan tranquilo todo por aquí que ni siquiera la he necesitado en el trabajo.

Mi papa era policía, el jefe para ser exactos. Aunque eso no era un gran trabajo considerando el lugar. Mis papas se conocieron, se enamoraron, se casaron y se divorciaron aquí. y Antes de cumplir los dos años, yo ya era de otra ciudad. El nunca volvió a casarse y cuando se entero de que mi mama lo había hecho. Se sumió en la tristeza que siempre le agarra a un solitario que no se suelta de su antiguo amor. Eso y otras cosas me llevaron a esto. Vivir en un lugar al que odiaba y al que no podía soportar. Y para colmar el vaso, la escuela a la que iba a tener que ir.

Pase a segundo de prepa, pero el estudio no me aficionaba, además de que no era muy buena para aprenderme cosas. Ni para resolver ecuaciones rápidamente. Para mi, las únicas materias que valían la pena, era español y literatura. Mi mama me leía libros y libros cuando era chiquita y termino por pegarme el gusto a leer. Ahí escapaba de todo, ahí me imaginaba mi mundo, mi otra vida, una vida tan extraordinaria que no podría ser comparada con nada.

Ya era noche cuando llegamos a la casa, una casa de dos pisos que tenia facha colonial igual que todos los edificios de aquí. Papa me dio las buenas noches y subí a desempacar y a dormir. No tarde mucho, mi ropa cupo en una sola maleta, y muchas de las cosas que necesitaba ya estaba ahí, me metí a la cama y me puse a mirar la luna por el balcón que estaba enfrente de mi. Pero la lluvia no tardo en estropear todo y tuve que pararme para cerrar la puerta con tal de que el agua no entrara por ahí. Sin saber que hacer, me puse a tararear la primera canción que se me vino a la mente y poco a poco me quede dormida…

Soñé cosas raras, por culpa del ruido de la lluvia que golpeaba la puerta de mi balcón igualito a como la hacia con las ventanas del camión. Pero el reloj me sacó de las pesadillas para dejarme en un lugar igual de feo: la realidad.

Baje a la cocina pero papa se fue antes al trabajo. Me dejo una nota e la mesa de la cocina donde me deseaba buena suerte y me decía que me vería hasta en la tarde. Al lado de la nota estaba mi nuevo uniforme. Una fea falda gris que me hizo ver mas ancha de las caderas y una playera blanca con rayas color gris y vino en las mangas. Se equivoco en la talla y me compro dos números mas grandes. Calcetas blancas, zapatos negros y suéter vino. Me sentí otra vez en kínder solo que menos adorable

-solo falta que me pongan un moño en la cabeza- dije enfadada cuando me mire al espejo.

La escuela estaba cerca. Solo tenia que caminar tres cuadras para llegar y no me sorprendió que fuera igual de pequeña que todo aquí. No eran ningún edificio largo ni nada por el estilo como las escuelas de la antigua ciudad donde vivía. Parecía internado monjas mas que escuela, el terreno se extendía a lo largo , como si fuera un pasillo y solo era de dos pisos. Al llegar a la entrada, habia unas escaleras que te llevaban a la cancha, lo peor era que tenias que pasar por ellas para llegar a 

los salones, y arriba de las escaleras había un gran arco de piedra con el nombre de la escuela grabada.

Me metí a la primera oficina que vi pero me arrepentí en cuanto vi la amargada cara de la secretaria que trabajaba ahí. Me miro como si fuera algo asqueroso y me pregunto a secas que quería.

-saber donde esta mi salón, soy nueva- le conteste del mismo tono

-bueno chula y yo que voy a saber, ni siquiera me dices de que grado eres-

Le dije mi grado y mi nombre, apurada por querer salir de ese lugar. Pero a la tipa pareció divertirle mi enfado y se tardo mucho mas para averiguar mi salón, cuando por fin se digno a decirme, se volvió sin decirme nada mas y me Salí echando pestes.

El timbre no había sonado todavía pero ya estaba todos ahí, cuando llegue, nadie disimulo seguirme con la mirada mientras buscaba alguna banca libre que pudiera ocupar. Encontré dos vacías hasta el final de todo y me senté en la que estaba al lado de la ventana. Pasaban los minutos y yo me revolvías más en mi asiento mientras sentía cada vez mas y mas miradas de todos los que estaban ahí. Saque el primer cuaderno que encontré y me puse a hacer garabatos como lela haber si con eso se me quitaba la pena y el coraje que sentía.

No me equivoque al juzgar a las nuevas personas con las que estaría, mientras escribía a lo pendejo, pude escuchar la conversación de casi todas las mujeres que había en el salón, se la pasaban hablando de hombre y después de ropa, volvían a los hombres y se desviaban hablando de películas, para después hablar de actores y volver al tema de los hombres. No me sentía superior ni mas inteligente que ellas, simplemente me sentía diferente.

-Ya llego, ya llego- escuche que una de ellas dijo con tanto entusiasmo que la curiosidad me gano y levante la cara para mirar de quien hablaba.

Un hombre entro en el salón, contrastaba tanto con todos los que estábamos ahí que fue difícil dejar de mirarlo. Su piel, su cabello, su porte, todo desencajaba con el ambiente. ¡Nunca había visto una piel tan pálida como la de el! Y su pelo de castaño dorado, podía sentir lo suave que era sin ni siquiera tocarlo. Entro sin saludar a nadie y nadie lo saludo a el, las mujeres se dedicaban a contemplarlo en miradas que pretendían ser disimuladas y sin embargo podías ver lo urgidas que estaban por mirarlo, y los hombres simplemente se quitaban de su camino en cuanto lo veían pasar. No entendía por que le tenían miedo, si no parecía ser un maldito, al contrario, caminaba de una forma tan… exquisita, no entendía como nadie se sentía atraído a el al ver simplemente su porte.

Lo mire tanto rato como pude, hasta que vi que se acercaba hacia mí, volví a poner la vista en el cuaderno y estruje las manos con la falda nerviosa sin saber por que. De pronto escuche como la silla de al lado la ocupaban y me metí valor para voltear.



Una ráfaga de viento entro por la ventana y alboroto mi cabello. Su nariz se abrió exageradamente y mi mirada cruzo con la suya. Me aleje al ver sus ojos pero no desvie la mirada. Como si algo me impidiera hacerlo, y poco a poco, el color de sus pupilas se volvio negro, como el carbón de vías de ferrocarril.

Se acercó rápido y no pude reaccionar hasta que lo tuve cerca de mi cara, con su aliento rosando mi cara y des alborotando mas mi cabello, y abrió su boca dejando ver sus dientes..

Ok, creo que querran explicaciones, Esto es algo que he estado fantaseando desde hace un buen tiempo, no es nada serio, solo pura diversion. Estaba el otro dia pensando en crepusculo y pense, ¿que pasaria si Edward y Bella no fueran americanos, ¿como pensarian, como hablarian? ¿seria igual el amor que sentirian o seria aun mas pasional? asi que hoy me decidi y puse mi imaginacion a volar, en este capitulo cuento la vida de Bella (isabel en esta historia) , su forma de hablar, de pensar, es igual a la de la original solo que con otro punto de vista ¿no se si me explico? y tambien Edward, en mi historia es Eduardo, en el siguiente capitulo hablare de que pasa despues de ese primer encuentro, que eso si, no se parece nada a lo que stephenie escribe. bueno, espero que lo lean y que pasen un agradable momento leyendolo, estoy tenido un poco de problemas imaginando como se podria llamar Carlisle ya que estoy modificando los nombres un poco y estoy indesica respecto a dejar los apellidos o tambien adaptarlos, bueno si pueden den su opinion, no sera muy larga la historia lo prometo. gracias y disfrutenlo