Aquí traigo un fic más para quien lo quiera leer jajaja Estaría ambientado justo despues del cap 4x05, el tan conocido "capitulo Swan Queen" :)

Se que para ser el primer capitulo no promete mucho, pero dadme una oportunidad xD estaba un poco descentrada, pero quería subir el primer capitulo antes de que emitieran el de OUAT mañana, o os rindais tan rapido con este fic, por favor jajajajaja.

Los personajes de OUAT no me pertenecen. Gracias por leerme y espero saber si os gusta o no ^_^!

Regina quitó la tetera del fuego y se sirvió un poco en una taza, removiendo mientras añadía unas cucharadas de azúcar. Sopló y dio varios sorbitos tentativos con la cabeza puesta en otras cosas. Sidney la había traicionado, de entre todos él era quien siempre había estado a su servicio, aunque obligado nunca la había fallado, él siempre había sido su espejo, su informador, casi más su aliado que su sirviente. Y la había entregado a la Reina de las Nieves sin dudar, sin levantar una sola sospecha. Cuando lo atrapase, estar recluido en un espejo le parecería un paraíso en comparación con lo que pensaba hacerle. Además la Reina de las Nieves se había llevado su espejo, no tenía ni idea de para qué, pero había poderosos encantamientos de magia negra en ese espejo así que no podía quererlo para nada bueno.

Aparte estaba el tema de Marian, que seguía congelada. Su único enfrentamiento con la Reina de las Nieves no había salido bien, aunque quería pensar que era por que la había pillado por sorpresa, aun así no había conseguido su propósito y seguía sin tener ni idea de cómo descongelar a la mujer de su…de Robin Hood.

Y en otra parcela de sus pensamientos estaban las palabras de Emma diciéndola que todo lo que quería era ser su amiga, que no iba a rendirse con ella. Prácticamente le había dicho que la necesitaba, de alguna forma. Emma tenia a sus padres, y a Henry, pero eso no era suficiente, necesitaba alguien que la entendiese, alguien que supiese lo que era estar en su piel, básicamente alguien con quien no tuviese que ser una princesa o la Salvadora, si no tan solo Emma Swan con todos sus defectos y su pasado no muy de cuento de hadas, y parecía que esa persona era Regina. ¿Por qué sería que no podía seguir enfadada con Emma? Maldita fuese.

- - Buenos días.

Dijo alguien asomándose a la ventana de la cocina y haciendo a Regina dar un salto asustado. Como si su pensamiento la hubiese conjurado, Emma estaba apoyada en el alfeizar de su ventana abierta.

- - Señorita Swan, ¿qué hace en mi jardín?

- - La ultima vez volviste a llamarme Emma, lo prefiero.

Respondió Emma haciendo referencia a su último encuentro en la cripta de la morena. Regina dio otro sorbo a su té sin responder.

- - Solo pasaba por aquí ¿está Henry?

Siguió la rubia con un encogimiento de hombros.

- - Ha ido a ver a Archie. – Emma alzó las cejas. – A terapia no, ha ido a pasear a Pongo.

Aclaró Regina.

- - ¿Puedo pasar?

Preguntó Emma con descarado descaro, señalando al interior de la cocina.

- - Acabo de decirte que Henry no está.

Respondió Regina que no entendía la actitud de Emma.

- - Lo sé, vengo a hablar contigo. Preguntarte como estas.

- - ¿Y porque ibas a hacer eso?

Dijo la morena frunciendo un poco el ceño con confusión.

- - Bueno, después de lo que pasó con la Reina de los Lácteos y Sidney… es lo que hacen las amigas.

Volvió a encogerse de hombros mirando a Regina con expresión divertida.

- - Tú y yo no somos amigas.

- - La última vez acordamos que sí.

- - No fue eso exactamente lo que hablamos.

- - ¡Oh, vamos! Dijiste que no querías matarme, prácticamente ya somos uña y carne.

Regina no pudo evitar reírse un poquito, muy poquito, girando los ojos.

- - Acabo de hacer té.

Respondió al final haciendo un gesto con la mano para abrir la cerradura de la puerta sin tener que moverse de la cocina. Emma sonrió y desapareció de la ventana para aparecer momentos después en la cocina, cogiendo una taza y sirviéndose té con naturalidad, Regina no sabía si reír u ofenderse por ello.

- - ¿No has visto a Sidney desde lo del puente?

Pregunto la rubia buscando el azúcar, que estaba al lado de Regina. Se estiró para cogerlo.

- - Él se ha asegurado de que no sea así, el muy traidor…

Respondió la morena con una mueca de enfado digna de la Reina Malvada.

- - ¿Por qué no me lo dijiste? Yo podría haberte ayudado.

Dijo Emma intentando que no sonase a reproche, Regina resopló.

- - ¿A matar a Marian?

- - No, a eso no, pero a lo otro si, cuando cambiaste de opinión.

- - No me habrías creído.

Ciertamente a la Salvadora le dolía esa desconfianza.

- - ¿Por qué sigues diciendo eso? Sé que tú ya no harías algo así.

- - ¿Cómo cuando te dije que no había matado a Archie?

Emma hizo una pequeña mueca de culpabilidad, el tema de Archie era una carga que arrastraba su relación con Regina, fuese cual fuese en ese punto concreto.

- - Aquella vez me equivoqué, no volveré a cometer ese error otra vez.

Respondió la rubia con una sinceridad que una vez más hizo imposible que Regina siguiese enfadada con ella.

- - Lo que yo haga es asunto mío, señorita Swan.

Cortó la morena haciendo que Emma girase los ojos molesta por el uso de su apellido.

- - Quería preguntarte una cosa. – Dijo la rubia ignorando el último comentario de Regina. - ¿Sabes de algún buen apartamento por aquí? De cuando eras alcaldesa.

Preguntó empezando a beber su té.

- - No puedo creer que te hayas cansado ya de la alegre convivencia con tus padres y el bebé.

Respondió la morena riendo contra su taza.

- - Y Elsa. De verdad necesito un lugar para mí.

- - ¿Para tener intimidad con tu pirata?

Por algún motivo Emma ni siquiera había pensado en eso cuando le pregunto a Regina por los apartamentos, y que la morena lo preguntase le hizo sentir extrañamente incomoda sin saber porque.

- - Para tener intimidad conmigo misma.

Respondió, Regina alzó una ceja y Emma se sonrojo un poco.

- - Oh dios, no me refería a eso. Intimidad espiritual, espacio para mí, un sitio sin bebes.

Especifico la rubia escondiéndose detrás de otro sorbo de té.

- - Hay apartamentos en el centro, y en los límites de la ciudad hay algunas casas deshabitadas.

Dijo finalmente la morena riendo por la reacción de la otra mujer.

- - ¿Por qué creaste la ciudad con casas vacías si se suponía que nadie iba a encontrar esto jamás?

Pregunto Emma que hasta ese momento no se había parado a pensarlo. Regina se encogió de hombros.

- - Por credibilidad supongo. No lo sé, no era eso en lo que estaba pensando en aquel momento.

- - ¿Te apetece ayudarme a buscar casa?

Volvió a preguntar la rubia con una sonrisa que Regina respondió levantando las dos cejas con sarcasmo, Emma no podía estar hablando en serio.

- - Eres quien mejor se conoce la ciudad.

Argumentó la Salvadora con un indiferente encogimiento de hombros.

- - Creo que voy a rechazar tu oferta.

Respondió Regina con su tono irónico.

- - Piensa que Henry va a vivir allí una parte del tiempo ¿no quieres asegurarte de que es un buen lugar o algo así?

Bromeó Emma mirándola divertida, la morena entrecerró los ojos.

- - Búscate tú la casa. – Dijo tercamente. - y cuando lo hagas iré a darle el visto bueno.

Añadió después, pensando que eso no era ceder al chantaje de Emma Swan, que por algún extraño motivo parecía de verdad empeñada en ser su amiga con todas las actividades que ello conllevaba.

- - Estaba pensando que deberíamos volver a buscar a la Reina de las Nieves ¿tú qué opinas?

Dijo Emma dejando el tema del piso aparcado de momento.

- - Si, pensaba volver al bosque hoy, o mañana como muy tarde. No pienso dejar que la heladera del pueblo me venza.

Estuvo de acuerdo Regina moviendo el musculo de la mandíbula apretada, la búsqueda de esa mujer se había vuelto ya una cuestión personal, de orgullo propio y no iba a dejarlo correr.

- - ¿Y no pensabas llamarme? Regina, es peligroso. La última vez tuvimos que unirnos para vencer a ese monstruo de hielo.

La morena no dijo nada, no estaba dispuesta a hacer caso a una bronca de Emma Swan.

- - Hoy, o mañana, cuando vayas a ir, avísame. – Regina seguía sin decir nada. – Regina, lo digo enserio, no vas a ir sola. ¿Prefieres que me quede contigo todo el tiempo para asegurarme? Puedo ser muy persistente.

Regina resopló molesta y Emma supo que había conseguido lo que quería.

- - Está bien, te llamaré más tarde. Ahora vete, tú tienes una casa que buscar y yo una esposa que descongelar.

Dijo la morena aunque no tenía ni idea de cómo descongelar a Marian no quería seguir teniendo compañía.

- - Mi oferta de ayudarte con eso se mantiene.

Le recordó Emma, Regina asintió distraídamente, con impaciencia. La rubia se acabó el té y dejó la taza en el fregadero.

- - La próxima vez te invito yo a algo. – Rio ante la irritación de Regina por sus palabras, aunque tampoco se negó. – Estaré esperando tu llamada, y no pienses en buscarla sin que yo me entere, sabes que siempre te encuentro.

Volvió a reír y se despidió de la rubia con un gesto de la mano que Regina respondió con un gesto de cabeza.