Hola, es mi primer relato, espero que sea de su agrado, espero comentarios.

Capitulo Uno

"A veces creo que nada tiene sentido. En un planeta minúsculo, que corre hacia la nada desde millones de años, nacemos en medio de dolores, creemos, luchamos, nos enfermamos, sufrimos, hacemos sufrir, gritamos, morimos, mueren y otros están naciendo para volver a empezar la comedia inútil." Era lo que surcaba la mente de un ser de no mas de 5 años tendido en un cuarto oscuro y frio, lamentándose de su desafortunado destino, aunque ya hace años, a pesar de su corta edad, se había resignado a convivir con este.

Y como no hacerlo, si la naturaleza humana esta en constante adaptación, y tristemente a el le había tocado una, una inhumana, ya que como es posible que tan solo una criatura como el tenia que soportar tanto dolor, presión, sufrimiento y el peor mal que se puede experimentar en una vida "La Soledad".

Si este niño se trataba de Naruto Uzumaki, un ser conocido por todos en la Aldea, una aldea que se decía ser de Humanos, pero estaba lejos de poder tan siquiera soñar con serlo.

Dejando los sentimentalismos, vemos ahí al joven Uzumaki, lamentándose y preguntándose siempre ¿Por qué?, obteniendo siempre como respuesta el eco de su pregunta llena de ansias de conocimiento, pero lastimosamente cada vez se hundía mas en la oscuridad de la ignorancia de su estado, y en la oscuridad de lo triste que puede llegar a ser, verse solo en el mundo.

Hace poco este, como era ya costumbre de el, había recibido, lo que decían los aldeanos, ser un castigo divino, ya que como no serlo, si ellos consideraban que de esa forma estarían haciendo la voluntad de una Nación entristecida por las sombras del pasado, y siendo incapaces de vivir y ver el presente.

Cegados por dicha sombre, todos los días proporcionaban este castigo a nuestro pequeño protagonista, pero hoy no, hoy no fue como esos días; hoy era un día especial para ellos y temidos por el Uzumaki , era un 10 de Octubre, una fecha conocida por todos, ya que ese mismo día, hace 5 años , se había vivido la escena mas triste en dicha aldea, ya que como si se hubiera abierto el mismísimo infierno y dejando así todos sus demonios, Konoha, fue atacada por un ser temido por todos.

El suelo templo, y una misteriosa calma se vive, pero como todo, la calma antes de la tormenta, y que tormenta, ya que este solo comprable con el mismísimo Shinigami ser aproximaba a ellos.

Esta entidad era más ni menos que Kiuby no Youko, también conocido como Zorro de Nueve Colas, y los estaba ¡Atacando!

Y como si fuera obra de la más desquiciada mente, se vio un paisaje que nadie hubiera deseado ver, era un paisaje tétrico, logrando intimidar hasta la persona más fría y dura.

Se podía apreciar cuerpos carbonizados, mutilados, decapitados, y otras miles de formas posible para acabar con la vida de una persona. Si bien no era una escena prometedora, los ninjas no retrocedías, menudo valor poseían, pero tal vez solo era una simple imagen, ya que cuando llegara a quien esperaran seguro correrían, o al menos la mayoría, ya que aunque no me gusta admitirlo, todos somos cobardes en nuestro fondo, y siempre necesitamos de alguien mas quien nos defienda.

Pero además como no esperarlo, si era nada más que el Grandísimo Cuarto Hokage, el más poderoso de todos, Minato Namikaze, el rayo amarillo de Konoha, el único ser en la aldea, que podría oponer resistencia a tan monstruoso demonio.

-Ahí llega el Hokage- grita un ninja, dando un brillo de esperanza en la vista de sus congéneres, ya que con el a su lado, podrían vencer.

-Humanos idiotas, hasta cuando enteran que solo son eso humanos, no poseen ninguna posibilidad contra un ser superior. Siempre dejándose llevar por sentimientos inútiles, por eso nunca podrán evolucionar, o hacerme frente, ya que siempre que allá esperanza, siempre habrá un miedo Ja Ja Ja, me encanta ser así, ahora mueran- Después de dicho ello se lanza al ataque con sus poderosas colas ondulando detrás de él, causando caos por donde pasa, pero algo sucede, se ha detenido, si, como si fuera obra de invocación de aquel ninja, ha aparecido él que todos deseaban ver.

-Bien, el Cuarto a llegado, te lo dejamos en tus manos Hokage-sama- se oye decir por los ninjas.

Ahí estaba el Hokage más poderoso, según se dice, montado sobre una rana que igualaba en tamaño al Kiuby, pero no estaba solo, tenia algo en manos, algo que parecía ser un bulto envuelto en sabanas. Se escucho misteriosamente un silencio atormentador, como prediciendo que algo malo iba a pasar, así que el Hokage, acariciando con ternura la cara de la criatura en sus manos dice

-Lo siento pequeño, se que esto es algo que ni tu ni yo deseamos, pero es la única esperanza que hay- Después de dicho eso, se disponía hacer a seguir, cuando alguien aparece detrás de el, nada menos que la madre de dicha criatura, ¡Su esposa! Kushina Uzumaki