Hola! No, no he robado el fic XD... Verán. Yo escribí un fic de Gravitation que no quise publicar y Unchuushi lo publicó como suyo ...medianamente bajo mi aprovación... Luego escribí este fic, que me sugirió subir y le dije que sí. Siempre como suyos. Pero el otro día subí un fic como mío y decidí tomar todos mis fics.
Es fácil ver cuando es un fic mío o de ella... en especial porque ella odia a Gaku (el fic Gaku y Kai lo escribió para mí... pero me costó lograr que lo hiciera jajaja) y suele hacer capítulos cortos.
Lo que esta en cursiva, son partes que Unchuushi escribió, porque yo había dejado incompletas XD.
Capítulo 1
¿Recuerdos Perdidos?
Es la mañana temprano, cuando suena el despertador. Lo apago y me quedo en la cama unos momentos... Por lo general, ya hubiera salido de la cama... pero hoy tengo una reunión en el colegio... y no quiero ir. Son aburridas. Siempre se debaten las mismas cosas. Como presidente de uno de los club, estoy obligado a ir; no tengo que hacer nada, sólo decir si me faltan materiales o sugerir alguna ideas. Además, hace unos días, tuve que escoger ayudantes; lo que pasa, es que se acerca una feria, en la cual, cada club de la escuela, debe exponer algo. Me fijé en las calificaciones que los profesores me alcanzaron y saqué los mejores alumnos; fueron citados a través de notas que repartieron y unos pocos aceptaron. Obviamente, saben que no soy alguien fácil, además, si bien lo mío no es una materia, también se clasifica.
La química es mi orgullo. Siempre fui muy habilidoso con ella. Mi padre siempre me enseñó mucho. Cuando entré a la escuela y me enteré de que había un club de ciencias, no dudé en participar y de apoco, llegué a presidente del mismo. Todos los años, en las ferias, mis proyectos y exposiciones dan de que hablar. Nunca fallo. Y los alumnos lo saben, saben muy bien que es complicado trabajar conmigo.
Yo sigo en la escuela por dos razones, la primera y principal, es el club de ciencias. Ya terminé la escuela hace unos años. Ahora estoy con estudios terciarios, pero estoy a punto de dejar y es por mi segunda razón. Cuando llegué al último año, mi lugar como Buchou en el club dió tantos buenos frutos que incluso, el colegio ganó un reconocimiento, así que, me dijeron que me podría quedar, aún dejando de ser alumno.
Sobre la segunda razón... es mi padre. Tengo que vigilar a uno de sus conejillos de Indias y a su antiguo amor... Varias veces me cruzo a Nanami, pero sólo nos miramos y cada quien sigue su camino.
En fin... salgo de la cama y voy a baño para acearme. Por suerte, nunca está ocupado. Mi padre siempre está metido en su cuarto. Casi nunca sale y no tengo la costumbre de ir a saludarlo. Luego de bañarme, sólo me ato una toalla a la cintura, hace mucho calor, que el tiempo me seque por mi. Desayuno algo, lo que sea, cualquier cosa que no tenga que cocinar. No tolero cocinar a la mañana. Tomo un poco de pan, agua y voy al comedor, donde me siento a comer y pensar en nada.
Por último, tomo ropa y me visto. Me peino, para que no se me infle el pelo cuando se seque... punto en contra de usar el cabello corto. Y las mechas de adelante son tan final, que cada una va para el lado que quiere. Me molesta éso. Pero no es nada que no se pueda solucionar con un peine, secador y gel.
Finalmente, tomo mis notas, el delantal y salgo.
Las rejas de la escuela abiertas, cuando llego, pero muy pocos chicos están esperando para entrar.
-Buchou-san- escucho que me llaman.
Me vuelvo a verlo. Es uno de mis ayudantes. Un muchacho algo torpe y que no siempre trabaja. Se hace llamar Miki, porque su nombre no le gusta. Watanabe... me suena a nombre de azúcar impalpable. Lo comprendo. Los primeros días lo llamaba por su apellido o por su nombre y siempre me decía que lo llamara Miki´... así hasta que me cansó y comencé a llamarlo Miki. Pero aveces, sólo para molestarlo, cuando no trabaja o cuando hace alguna de las suyas, le digo Watanabe.
Sin embargo, es con los que más me llevo. Los otros son mocosos creídos, que se creen superiores por ser ayudantes en el club de química, cuando otros eligen cosas más fáciles. Lo que no tolero, es que siempre se adelantan para terminar las frases que uno dice... o presentan trabajos que nunca se pidieron, pero cuando les pides de hacer algo no saben para que lado disparar.
Hay algunos otros que pasan, pero nadie como el atolondrado de Miki.
-¡Siempre llegando temprano!- corre hasta mí.
-No tengo otra cosa que hacer- sigo caminando, hasta las puertas.
-¿Dormir un poco más? Además, usted no tiene obligación de entrar tan temprano- se rasca la cabeza, mientras me sigue a los saltos... Es como si no pudiese estarse quieto.
-Hoy sí. Tengo una reunión.
-¿Osea que no habrá club hoy?
-Es en hora extra colegial ¿Por qué no abría?
-¿Va a estar ocupado todo el día?
-Hoy sí- me detengo-, tengo que organizar los proyectos y los materiales que faltan.
-¿Me va a enseñar a hacer una bomba?
Hago una mueca sarcástica y lo miro.
-Desde que nos conocemos que peleamos esto- me insiste- y usted nunca quiso enseñarme a hacer una bomba.
-Te dije lo que necesitabas.
-Pero no cuanto era de cada cosa.
Niego con la cabeza y sigo camino.
-¡Buchou!- corre nuevamente trás mío.
Entonces suena el timbre de entrada.
-No voy a decirte como hacer una bomba.
-¿Y si la hago con usted?
-¿Probaste usar pólvora?
-Estaba mucho mejor la bomba que me sugirió, con materiales de cocina. Pero se que si no uso las cantidades adecuadas, me explotaría en medio de la preparación...- el chico parece pensar algo- ¿Osea que usted buscaba matarme!
-¡Claro que no!- me defiendo inútilmente... ¿Por qué lo hago? Si es obvio que no fue mi intención- no seas tonto, Watanabe, sabía que no hubieras sido capaz de hacerla, sé que eres inteligente.
-Miki...- suspira.
Entonces, un repentino barullo detiene la conversación. veo entrar corriendo al conejillo de Indias: Hashiba Sora... lo sigue otro chico... Parecen estar peleando.
Reconozco al segundo de inmediato: Gaku Ichikawa. Lo conocí tiempo atrás, el año pasado. El profesor de química de su curso, tubo un problema y como no pudieron conseguir profesor suplente, me pusieron a mi. para haber sido mi primera experiencia como profesor, no fué tan terrible. Ichikawa era uno de los peores alumnos que jamás haya visto... no sé como ahora es uno de mis ayudantes.
Sinceramente, nunca pensé verlo a los golpes con otro chico. Parecía más tranquilo.
-Siempre son así- me dice Miki-, les divierte golpearse.
Gaku Ichikawa... no sabía que conocía a Hashiba.
Ambos no compartían el curso en ese entonces, cuando entré a trabajar como profesor. Recuerdo que el primer día de clases, él no estaba. Dí clases normalmente, siguiendo por donde el profesor había quedado.
Al segundo día, 15 minutos después de que había empezado la clase.
-... Ésos son los Gases Nobles- explicaba, dando vueltas por el salón-. Los Metales son el oro, plata. Siguen los no metales, como el agua o...- el abrir de la puerta me interrumpió; tras esta, apareció Gaku, jadeando, como si viniese corriendo desde China.
Ambos nos miramos, ninguno sabía que hacía el otro ahí.
-¿Y el profesor?- me preguntó aturdido.
-Yo soy el profesor- entendí que se trataba de un alumno.
-Ah... Me confundí de curso.
-No, el profesor tubo un accidente- le gritó uno de los chicos desde atrás.
-Ah...- caminó hasta mí y dejó caer la mochila al piso, como si viniese de la guerra. Me extendió la mano:- Gaku Ichikawa.
Lo miré y arquié una ceja.
-Bien, me alegro- respondí con sarcasmo.
No pareció hacerlo con mala intención, como yo había suponido. Lo supe, porque se me quedó mirando confundido. Sin entender porque no le respondí el saludo. escapé de aquella situación, siguiendo mi camino. Pero aún sentía la mirada de Gaku sobre mi espalda.
-Gaku Ichikawa...- dice como analizando su nombre y me volví hacia él.
Como supuse, él aún me miraba. como esperando algo. Y me arrepentí tanto de hacer lo que hice.
Le ofrecí una sonrisa, para que se calmase un poco y le pregunté:
-¿Acaso sabe que diferencia hay entre un metal y un no metal?
Gaku pensó la respuesta y luego, sonrió con ánimos.
-Que unos son vertebrados y los otros no (Kijin: lamentablemente esto es un hecho real... ocurrió en uno de los exámenes de Diciembre en mi antigua escuela o,o.
Por un segundo no supe que responder. Pensé que estaba bromeando... hasta que ví un brillo de decepción en sus ojos, cuando todos sus compañeros comenzaron a reírse de él. Entendí que no había sido una broma.
Pero no dijo nada más. Sólo fué hasta su pupitre y se sentó.
Lo que siguió de la clase, ni lo noté. Entonces, al final de la hora, cuando sonó el timbre de salida y todos corrieron fuera del salón, una sombra cubrió mis anotaciones.
-Sensei- me llamó tímidamente una voz.
Al levantar la mirada, lo encontré a Ichikawa.
-Sí?
-Cuál es la diferencia?
-Qué unos son metales y los otros no.
Gaku se quedó mirándome un rato, hasta que echó a reír. Sabía que ésa no era la respuesta verdadera (Nagase: y que la autora tampoco se acuerda...) (Kijin: éso era química orgánica! ya ni me acuerdo!) y que era una broma. Algo vibró en sus ojos y se dió media vuelta para irse.
-Hasta la próxima clase, Sensei...- siguió camino, sin sacarme la vista de encima, hasta que otro de los muchachos lo tomó del hombro y juntos salieron del curso
Al día siguiente, Gaku fué el primero en entrar a la clase; yo ya había llegado. Se paró delante mío y me dijo una por una las diferencia entre los metales y los no metales.
-¿Y¿Está bien?
-Ve a sentarte- le señalé los bancos con la cabeza y dí media vuelta para tomar mis cosas.
Ése día, logré que la clase fuese algo más entretenida. por lo que supe, el profesor era bastante recto. Las notas lo demostraban... todas era de 6 para abajo, pero todos... menos Gaku... parecían saber. Lo que hice, fué poner a la química en la vida cotidiana. de ésa forma, podría entregar buenas notas al profesor... y demostrar mi nivel... Simple rivalidad.
Pero Ichikawa... el chico estaba en su asiento, escribiendo algo en sus hojas. Sigilosamente me acerqué a él, sin dejar de hablar. entonces, me paré detrás de Gaku y espié lo que hacía... sólo dibujaba. Su compañero, Hano, comenzó a llamarlo.
-¿Qué?- preguntó.
-El Sensei...- le susurró.
Ichikawa miró hacia atrás. Al encontrarme, se paralizo.
-Los lípidos se separan en varios grupos...- continué diciendo y caminando.
Al tercer día, Gaku faltó.
El cuarto, mi ante último día como profesor del curso, anuncié que tomaría una evaluación sobre lo que dí, así que, hicimos un repaso y por primera vez, Gaku prestó atención a lo que decía... demasiada atención... no dejaba de mirarme. Además, hacía pregunta trás pregunta. Al terminar la clase, sonó el timbre de salida.
-Sensei- Gaku se acercó.
-¿Ichikawa?
-Es por la prueba... estoy algo preocupado.
-Es bueno que al fin te preocupes por esta materia.
-¡No sea malo!
-¿Y qué pasa?
-Quería preguntarle si no me ayudaba con algunas dudas... Si no puede hoy, no hay problema, además, supongo que se irá para su casa.
-No, tengo que ir al laboratorio. Soy el presidente del club de química ¿O no sabías?
-¿Sí! entonces... puedo consultar mis dudas.
-Supongo- salgo del salón, Gaku me sigue.
-¿Vamos?
-No. En una hora nos vemos ahí. El club inicia en dos horas, tienes una hora para consultarme todo lo quieras ¿Te parece?
-¡Gracias!
Allí nos despedimos y yo fuí a comer algo. Fuí hasta el despacho de profesores. No soporto el olor a cigarrillo de ese lugar... Cuando entré, habían unos pocos, la mayoría, corrigiendo pruebas. Era temporada de exámenes.
Me senté en la mesa y acomodé mis notas para revisarlas, cuando recordé que no había traído nada que comer. Dejé las notas sobre la mesa y salí, supuse que nadie las revisaría y de todas formas, no había nada que no se pudiese ver. En el camino, Nanami me pasó muy cerca, pero no me vió. Seguí hasta el comedor y me fijé en la lista, que había para comer.
-Cuidado- me llamó una voz desde atrás.
Al voltearme hacia ella, lo encontré a Gaku, mirándome, con una bandeja vacía.
-¿Qué pasa?
-Cuidado con lo que elige. Cuanto más rico se vé, más feo es.
-¿A sí?- lo esquivé y seguí camino hasta la parte donde se piden las comidas.
-Yo lo ayudo a elegir... ¿Me deja armarle la bandeja?
-Como quieras- tomé una bandeja vacía y se la ofrecí, pero él me mostró la suya. Fué hasta la mujer que sirve y puso algunas cosas. Supuse que lo pensaba pagar, porque estaba sacando algo del bolsillo, así que me adelanté y pagué yo. La mujer me miró extrañada-. Es para mi- le expliqué y tomé la bandeja de Gaku.
-Va a ver que soy bueno en esto.
-De acuerdo- comencé a irme. Tenía hambre, no me importaba el sabor, comenzaba a sentirme débil y si no como, me baja la presión de golpe.
-¿No viene conmigo?
Cuando dijo éso me paré en seco.
-¿Qué?
-Claro. Así me dirá si elegí bien o mal.
-Te lo diré luego- seguí camino.
Entonces, lo escuché correr. Fué hasta donde su amigo, Hano, que me miraba extraño. Cuando Gaku llegó donde él y le sonrió, mientras le decía algo; no podía verle el rostro a Ichikawa, pero hacía las clásicas señas de una colegiala tonta, mientras saltaba. Varios pensamientos cruzaron por mi mente, pero preferí seguir mi camino.
Al entrar al despecho de profesores, no había nadie... salvo una persona... Sigilosamente me fuí acercando hasta él.
-Nanami- lo llamé.
Nanami dió un salto en su lugar. Estaba revisando mis papeles y varios, terminaron estrujados entre sus manos, por el susto que le dí.
-¿Perdiste algo?
-Lo siento- los ordenó como pudo y me hizo un lugar para que me sentara-. No sabía de quien eran.
-Claro...- me senté y corrí los papeles para poner la bandeja.
-¿Comes en el comedor?
-Me olvidé de traer algo para comer.
-Ah... Los alumnos no están muy conformes con lo que se sirve allí.
-No sé. Me lo eligió uno de los chicos: Gaku.
-¿Gaku Ichikawa?- pude ver como escondía el miedo.
-¿Lo conoces?- sospeché que algo andaba mal.
-Lo nombras aveces- jugaba con sus manos, nervioso- ¿Y qué has hecho?- cambió de tema.
-Estoy como profesor.
-Llegaste muy lejos. Cuando te conocí, eras un niño ¿Qué estás estudiando?
-Para químico.
Nanami palideció. Obviamente temía que estuviera siguiendo los mismos pasos de mi padre.
-¿Tanto te gusta?
-No sé- respondí con sinceridad-, pero es algo en lo que soy hábil, y disfruto siéndolo.
-Estás muy influenciado por tu padre ¿Te gusta buscar cosas sobre la química¿O lees libros?
-Sí.
-Entonces si te gusta- me sonríe-. Sigue adelante con éso. Pero ten cuidado.
Hay que admitir que Nanami es bueno, aún por todo lo que pasó con mi padre, comprende mis gustos y me dá ánimos de que siga con ellos. Me vigila de vez en cuando, pero no ah quitado a Sora de la escuela, así que, supongo que no sospecha. Por otra parte, dudo que le halla dicho a su pareja que soy el hijo de Aizawa, así que ¿Qué excusa tendría para sacarlo de la escuela?
Nanami me sonrió.
-¿Eres feliz?
Supe de inmediato que la pregunta se relacionaba con mi padre; Nanami debe pensar que mi infancia fué mala. No fué excelente. Pero aprendí rápidamente a encerrarme en mi y seguir en paz.
-¿Por qué te preocupa?- sucesivo un poco mi voz.
Nanami y yo no llevamos una relación estrecha, casi no hablamos. No hay razón para éso. Más que nada, porque paso mucho tiempo en el laboratorio y él en la enfermería. Además, su pareja es muy celoso, aún que no lo admita. Además, no podría sentir nada por Nanami, no por él.
Nanami es algo especial. Alguien demasiado bueno. Podría decir que lo quise, me niego a decir lo mismo ahora. Sinceramente, el día que tenga que tocar a su protegido: Sora, me va a doler. Nanami y yo, solíamos hablar mucho, cuando era más pequeño; siempre me traía un dulce o algo, supongo que se encariñó conmigo... Pero sé que también ve en mi a mi padre y éso le duele.
Dentro de todo, si nos tratamos, nos tratamos bien, eh incluso, como amigos.
-Quisiera cambiar algunas cosas del pasado... para no tener que estar ocultándole todo a Shinichirou- dijo mientras se recostaba sobre mi hombro-. Gracias por no haber dicho nada.
-¿Con qué sentido?
-¿Quién sabe?
-Konnbanwa- saludó una voz.
Al voltearme para verlo, encontré a Minato. Lo saludé con una seña y sentí que Nanami se apretaba más contra mí, para que Minato no lo viese; por suerte, el último, siguió de largo, hasta la ventana.
-Parece que va a llover- gruñe.
Nanami aprovechó para ponerse de pié e ir donde su novio, fingiendo haber llegado recién. Por mi parte, comencé a comer.
Más tarde, fuí hasta el laboratorio. Al llegar, Gaku ya estaba, esperándome con su cuaderno abierto, escribiendo algo.
-¿Gaku?- lo llamé.
Él dió un salto en su lugar y me miró. Noté como sus mejillas se sonrojaban y bajaba la mirada, fingiendo leer sus notas.
-Buenos días.
-Será mejor que nos apuremos, en una hora empieza.
-¡Sí!
-¿Cuales son las dudas que tienes?
Gaku abrió la boca, como si lo hubiera atrapado con las manos en la masa. Supuse que no tenía ninguna duda en verdad y que sólo me había mentido. Fruncí el ceño y me senté a su lado.
-¿Y?
Las ideas que me habían dado vueltas por mi cabeza antes, se acentuaban ahora y se afirmaban... ese chico estaba buscando algo ¿Acaso yo podía interesarle¡Pero que estupidez! Si hacían días que nos conocíamos... De todas formas, era divertido pensar algo así y sobre todo, sube mucho el ego.
-Es que... podría hacerme un resumen sobre todo- pidió con timidez, ante la posibilidad de que lo mandase muy lejos por sugerir semejante cosa.
-Claro- le sonreí.
Gaku se sonrojó y afirmó mi pensamiento. Si le interesaba.
Comencé a explicarle todo, él asentía, pero no estaba seguro de que entendiese.
-Si tienes alguna duda, pregúntame.
-Sí. No se preocupe- me respondió.
El chico parecía atento, pero no a lo que yo decía. Me incomodó un poco. Se que no soy perfecto, pero tampoco creo tener defectos muy obvios y si lo tengo, mucho no me importa... Además, al chico no parecía molestarle.
-¿Me vas entendiendo?- le pregunté, ofreciéndole una sonrisa, a lo que Gaku se sonrojó y asintió varias veces.
Luego, le dí los temas que irían en la prueba.
-¡Muchas gracias!- me agradeció.
Entonces, un furioso sonrojo se apoderó de su rostro por completo. Bajó la mirada y preguntó en voz baja.
-Pero... no estoy seguro sobre si... me irá bien en la prueba. No podríamos encontrar en algún lugar para seguir estudiando?
Tardé en responder, sólo para que sus nervios aumentarán. Me gustaba molestar a ese chico. Se veía tierno, como una niña tímida que no sabe como invitar a salir a alguien.
-Déjame pensar...- unas cuantas dudas daban vueltas en mi mente.
Cualquier respuesta que yo le diese, él respondería impulsivamente, sin pensar. Por una parte, en esos momentos, no tenía intenciones de algo que no fuese una relación casual, de una noche y chau, hasta siempre, si te eh visto, no me acuerdo. Pero, Gaku no parecía querer lo mismo y de seguro, buscaría algo más. Podría simplemente seguirle la corriente y luego desaparecer, pero siendo su profesor, no podía arriesgar y aún que no lo fuera, una equivocación tal, podría traerme serios problemas y mi padre se enfurecería si me quitaran del colegio.
-No puedo- se me pasó por la mente, llevarlo a mi casa y ver que pasaba, pero recordé que justamente a mi casa no podía llevar a nadie.
--Esta bien... no pasa nada. Estudiaré de lo que tengo.
-De acuerdo. Te deseo suerte.
-¡Sí!- el chico saltó de alegría y se fué.
A la tarde, estaba en el comedor, viendo unos libros. Escuché que mi padre salió de su cuarto y entró al mío; lo sé, porque mi puerta hace un chillido. Me paré, supuse que estaba buscándome.
Mi padre estaba recostado en mi cama, mirando el techo, mientras dejaba colgar su pierna. Se tomaba la cabeza con una de las manos, parecía tener dolor de cabeza. Su cabello estaba largo y la barba crecida. No es muy cuidado de su aspecto.
-¿Qué pasa?- fuí hasta mi cama.
-Estoy pensando. Necesito que me ayudes- se sienta y acerca su rostro al mío-. Estoy algo tenso- comenzó a quitarse la camisa.
Suspiré. Odiaba éso.
-Será luego...- le prometí, pero procuré mantenerme ocupado- tengo mucho que hacer.
(Nagase: aj... aj... no... no hubieras sido capaz? Verdad?) (Kijin: Mal pensado... le iba a hacer masajes! Sucio.
Al salir de mi cuarto, me paralicé. El conejito de Indias de mi padre, estaba parado en la puerta, mirándome con ojos sobnolientos. Su piel rosada estaba pálida, vestía un camisón y tiritaba. Su cuerpo estaba lleno de ematomas, producido por las inyecciones y algunos golpes que él mismo se daba. Aveces comenzaba a golpearse sin razón alguna.
-¡Aizawa!- le grité- ¿Qué hace Sunao aquí?
-Lo traje a visitarte- bromeo.
Gruñí y empujé al chico dentro del cuarto.
El timbre anunció que el recreo había terminado. Salí del laboratorio, donde había estado trabajando y fuí al salón. ya estaban todos. Gaku estaba sentado al fondo, en su lugar. Sin darme cuenta, me lo quedé mirando. Sus ojos iban de un lado al otro, estaba mirando el banco y parecía muy nervioso. Cuando levantó la mirada, nos cruzamos. Parecía asustado, nervioso y rogando. Bajo el banco, movía sus pies. Hano le palmeó el hombro, entonces miré al otro chico, quien me negó con la cabeza y me sonrió.
Entregué las pruebas. 100 preguntas, cada una valía 1. No las había hecho yo, sino el profesor del curso. les dí las dos horas. Ni me preocupé por ver si se copiaban o no, había estado viendo las pruebas y les hubiera costado mucho. De vez en cuando, levantaba la vista del libro que leía. No podía evitar sonreír, al ver los rostros asustados de los alumnos. En su lugar, Gaku se mostraba nervioso. Supuse que no quería fallar. De seguro, quería darme una prueba 10. Tenía los ojos negros, ojerosos, no había dormido bien.
Al final de la hora, todos entregaron, menos Gaku. Me paré, luego de ordenar las pruebas y fuí hasta el chico.
-Ya se acabó el tiempo.
-Un poco más...- me rogó, mordiendo el lápiz.
Iba por la 54.
-Te dejaré hasta el final del recreo- me senté sobre el banco vecino y allí lo esperé.
Siguió completando. Iba lento, pero seguro. Había llegado a la 70, cuando sonó el timbre. Entonces, sin quejarse, me entregó la prueba. La tomé y la dejé con las otras.
-Hoy es la última clase que tiene con nosotros- me siguió.
-Sí.
-¿Puedo entrar al club de química?- preguntó con esperanzas.
-Necesitarías mejorar tus notas.
-Ah...- bajó la mirada.
-Nos veremos algún día- le dije y tomé todas mis cosas, para luego salir.
Desde entonces, veo a Gaku de vez en cuando. Siempre me saluda, pero no pasamos de éso.
Miki me palmea el hombro.
-Me voy- me dice y sale corriendo, para alcanzar a sus amigos.
Hashiba empuja a Gaku y también sale corriendo. Todos lo imitan.
-Los chicos están cada día peor- se queja el profesor de música.
Como supuse, las juntas son siempre iguales... primero, todos piden los materiales que faltan y luego, se quejan de los alumnos.
Nanami está sentado de mi lado, dos asientos después que yo. Yo, estoy recostado sobre mi mano, apoyando el codo en la mesa, con ojos sobnolientos, rogando por que todo éso termine de una vez.
-¡Es terrible!- se queja otro.
-Hay que ser muy rectos o terminan controlándolo a uno- se queja el que está sentado alado de Nanami.
Sin darme cuenta, al volverme para ver al profesor, me quedo mirando a Nanami. Parece igual de aburrido. Además, no tiene de que quejarse. Su cabello brilla dorado al sol. Es algo extraño. El castaño claro siempre me resultó un color raro, muy cambiante. Cuando era más chico, me gustaba jugar con su pelo, era suave.
Siempre que veo a Nanami tengo deseos de regresar al pasado, a cuando era un niño. Entonces era tan inocente, tan tranquilo. No había cosas que me preocuparan. Ahora no tanto, sólo sobresalir en la universidad y no discutir con mi padre; no hay nada peor que éso... Cuando se enoja, no se detiene hasta descargar toda la bronca junta, sea con uno o algo personal; y siempre termina en lo mismo: el pasado.
Nanami advierte que lo estoy mirando y me sonríe. Pensaba devolverle la mueca, cuando siento una mirada desgarrándome; entonces, encuentro a Minato clavándome ambos ojos, como un águila dispuesta a desgarrarme.
-Bueno... estamos de acuerdo- finaliza el director de la escuela.
Todos asienten y se van poniendo de pié. Soy uno de los primeros. Aún sigo mirando a Minato, cuando Nanami lo llama.
Salgo sin apuro del salón. Voy perdido en mis pensamientos. No sé porqué Gaku regresó a mi mente... Todo éso pasó hace tanto tiempo... No sabía que conociera a Hashiba... es algo bueno... interesante... y ahora que lo tengo de ayudante... puede que me sirva ¿Aún le seguiré interesando? Éso sería provechoso.
Al llegar a las escaleras, estoy tan concentrado en mis cosas, que no veo el primer escalón y casi caigo. Me acomodo los anteojos y sigo. Al terminar los primeros pisos, me doy cuenta de que no me eh agitado ¿Tan distraído voy?
El pecho se me cierra de golpe, pero enseguida puedo respirar normalmente, agitado, pero bien. Al recuperarme, sigo y termino de subir, es el último piso. Aún sigo pensando en una buena forma de sacarle provecho a Gaku, cuando escucho unos pasos.
-Nagase...- escucho alguien que me llama.
Lentamente levanto la vista.
-Hashiba Sora- le respondo, bromeando con él, ofreciéndole me mejor sonrisa.
Obviamente, Sora no está feliz de verme y comienza a temblar, para luego salir corriendo. Termino de subir las escaleras y lo veo agarrándose de las paredes. Prefiero no preguntar... sólo sigo camino.
Al llegar al laboratorio, Hano abre la puerta y sale.
-Buenos días, Buchou- me saluda con una reverencia y se vá.
-Buenos días- entró y cierro.
Como supuse, Gaku esta allí. Es el único. Juega con una de las pipetas.
-Gaku.
Al escuchar que lo llamo, se sonroja y me mira.
-Buchou- dice con timidez.
-¿Eres el único?
-Sí.
-Miki debe haberle dicho a los demás que no vinieran.
-¿Ah?- sus nervios aumentan- Entonces... podremos organizar... nosotros... solos... ya que es la primer clase... con usted.
-Buen punto- sin duda aún le intereso-. pero no hay nada interesante. Habría que esperar a los otros, para debatir que es lo que quieren hacer. Así que, mejor, demos fin a esta clase.
-De acuerdo.
La puerta se abre y Miki salta dentro del laboratorio.
-Holaaaa, Buchou!- me grita al verme y salta para abrasarme; yo atino a hacerme a un lado, para intentar esquivarlo, pero me agarra y estruja. Una vez que logro sacármelo de encima, me alejo del chico.
-¿Les dijiste a los demás que no vinieran?
-Para que usted y yo estuviéramos solos- me guiña un ojo.
-Mala suerte ¿No Gaku?- le hago notar a Miki que el otro chico está ahí.
Watanabe aguanta su respiración y luego, suspira aliviado.
-Mira si metía la pata- bromea.
No importa la situación... él siempre se toma todo con humor; es algo que siempre admiro de Miki.
Gaku no lo está viendo con buena cara, más bien parece que en cualquier momento le saltará encima. Miki advierte éso y le sonríe.
-Me tengo que ir- salta de su banco, toma sus cosas y sale, sin saludar.
-¿Y a este que le pico?
-Es el nuevo ayudante. No lo molestes.
-¿Y por qué lo defiendes?
-No lo hago.
-Si lo haces- se mantiene serio.
-¿Celoso?
-¿Yo¿Por qué?- me saca la lengua y se sienta en una de las mesas- Sólo bromeo.
-Es amigo del conejo de Indias de mi padre.
-Ah...- mira hacia la puerta- Debí suponerlo.
-Será divertido.
-Cuidado con lo que hace...
Continuará...
