Rating: PG
Genere:
Humor/General
Summary: Aragorn, Legolas, Gimli y... ¿un
bebé? Uh oh...
Padres por un día
Por
The Balrog of Altena
"¿Pero qué se supone que tengo que hacer yo con ésto?"
Gandalf le miró por debajo de esas largas y espesas cejas blancas. Aragorn se veía muy agitado y molesto. Los cabellos negros hirsutos se le habían pegado a la cara a causa del sudor que le caía de la frente; tenía los ojos muy abiertos, casi desencajados.
"Cuidarlo." - le respondió Gandalf con muchas tranquilidad - "No será por mucho tiempo; sólo hasta que la madre se recupere, o hasta que aparezca el padre."
"¿Por qué yo?" - gimió Aragorn, mirando el bulto en sus brazos con desconcierto.
"¿Ves a alguien más por aquí que parezca dispuesto a encargarse de él? Se te ha encomendado a ti; ahora es tu problema."
Aragorn volvió a gemir. No le gustaba la idea de tener que cuidar de un niño tan pequeño. No es que no le gustaran los niños, sino simplemente que nunca se había imaginado que al finalizar la batalla en el Abismo de Helm tendría que afronatr una nueva batalla, una peor. ¡Él era un guerrero, no un niñero!
Ahora bien, os estaréis preguntando cómo Aragorn logró meterse en este embrollo. Pues eso yo os lo explicaré. Todo comenzó cuando el montaraz, yendo siempre con todas la buenas intenciones del mundo, se fue voluntariamente al refugio de mujeres y niños en las Cavernas Centelleantes para prestar su ayuda como curandero a las heridas. Orcos había logrado irrumpir en el refugio durante la batalla, y algunas mujeres bellas e inocentes habían muerto por ello. Afortunadamente, algunas de ellas no estaban desarmadas, y eran valientes y el instinto maternal dominaba sus acciones, por lo que lograron deshacerse del enemigo sin muchas dificultades.
Allí, en las cavernas, Aragorn había encontrado a una mujer joven malherida, que se estaba retorciendo de dolor en el suelo. Inmediatamente el montaraz había dado gritos de socorro y se apresuró a tomar la mujer en brazos, inspeccionando sus heridas.
Fue cuando se dio cuenta que la mujer sostenía algo en sus brazos, celosamente protegido en su fuerte abrazo: era un bebé. Justo entonces llegaron las curanderas, acompañadas por dos hombres jóvenes.
"¿Cuál es su nombre?. ¿Dónde está su marido?" - le preguntaron a la mujer. Pero ella no respondió. Se había desmayado.
Los hombres la alzaron cuidadosamente, llevándosela donde pudieran atenderla apropiadamente. Antes de que Aragorn pudiera decir algo al respeto, se encontró sujetando la criatura en su regazo.
"Sosténgalo un momento." - le habían dicho. Y Aragorn así había hecho, sin rechistar. Pero ése momento, al parecer, duraba demasiado tiempo.
Aragorn, obedientemente sosteniendo al bebé con mucha cura, creyó que una de las curanderas lo tomaría y se encargaría de él. Por eso mismo se quedó desconcertado cuando vio que todos se marchaban con la madre, dejándole a él y al bebé solos y olvidados ahí atrás.
Pensó que mandarían a alguien para llevarse al pequeño, así que se quedó ahí, quieto, y al cabo de unos minutos, cuando empezaba a impacientarse, comenzó a acunar al bebé y a hablarle dulcemente; porque no sabía que otra cosa mejor podría hacer.
"Bueno, pequeño. Parece que estamos aquí solos tú y yo; tú y el tío Aragorn." - le dijo. Cuando miro a su alrededor y vio que en verdad no había nadie cerca, se volvió al pequeño en sus brazos - "¿Sabes? Creo que se han olvidado de nosotros..."
Entonces Aragorn se preguntó si no se estaba comportando como un tonto. Después de todo, se encontraba sentado en una cueva fría, húmeda y oscura, hablando con un bebé que por supuesto no iba a unirse a la conversación; es más, la hermosa criatura parecía estar dormida profundamente.
"Lo mejor será que vayamos a buscar a tú papá..." - le dijo finalmente, olvidando de nuevo que estaba hablando solo.
Así fue como Aragorn se paseó por todo el Abismo de Helm con el pequeño, buscando a alguien que pudiera encargarse de él, o que le ofreciera la menor ayuda, por pequeña que fuera. Pero todas las mujeres lo echaban o le ignoraban, diciendo que estaban demasiado ocupadas y que ya tenían suficientes preocupaciones. Lo que no era mentida: ninguna mujer en el Abismo de Helm estaba ociosa; curaban a los enfermos, cocinaban para los hambrientos, cuidaban de sus hijos... Aragorn acabó por rendirse; pronto nadie le prestaba atención, y no se molestó en pedir ayuda a los hombres.
Y de éste modo era como se había encontrado con Gandalf. El mago le sonrió largamente.
"Vamos, Aragorn. Algún día no muy lejano vas a ser padre. Esta es una gran ocasión para aprender a cuidar de tus futuros hijos. ¿No querrás que la dama Arwen se encargue de ellos sola?"
Aragorn se sonrojó. Acababa de imaginarse a él y a la bella Arwen sentados muy juntos, contemplando felices a un bebé precioso en su regazo. El pequeño era muy parecido a su madre... y él la había besado apasionadamente, y Arwen le había devuelto el beso con la misma pasión.
Antes que el montaraz pudiera responder, Gandalf le dio un apretón de ánimos en el hombro y se marchó. Pasó un rato hasta que Aragorn volviera a la realidad.
"¿Por qué yo?"
Notas de la
autora: Aiya! Por fin he vuelto, y esta semana os ofreceré
otro capítulo de "Cazador de Fëar", que ya
casi tengo terminado.
Este fic lo empecé escribir hace mucho tiempo (2 años, creo...) y me he decidido a subirlo. Después de todo, será muy corto. Subiré el próximo capítulo cuando tenga un momento, pero por ahora me centraré en terminar el capítulo 4 de "Cazador de Fëar".
Námarië, an sí!
PS. si a alguien le intersa ver un dibujo slash Legolas/Gimli que hice yo misma, podéis encontrarle en esta dirección: http/
