Disclaimer: …y de paso digo que los personajes de son de Rumiko Takahashi.

Datos extras: Este Drabble participa en el reto de inscripción oficial al foro: ADP, del que soy mod (OMG! O sea, yo Asadafaja(?) (Link sensual en mi perfil).


Las princesas también besan perros.


Un beso.

Solo uno.

Le valía un comino que InuYasha no se lo diera por su voluntad o que Kikyō fuera la dueña de su mente.

Ella quería un beso. Un maldito…beso. ¿Cuánto le costaba, joder?

¿Es que tenía hongos en los labios, o qué?

—Bésame, InuYasha —le exigió (sí, EXIGIDO), con el ceño fruncido y las mejillas rojas—. O lo haré yo misma.

—¿Qué tonterías estás diciendo, Kagome? —No supo en dónde se quedó, la verdad nunca entendió a Kagome y su manera extraña de ser. ¿Un beso? ¿Le estaba exigiendo acaso que la besara?—. No quiero.

Le habrá sonado broma, pero…

—Entonces iré a que me lo de Kōga—giró sobre sus talones. Atinó a que su voz no sonase tan decepcionada y triste como realmente se sentía.

¡Él no quería besarla, por Dios!

Era una mujer fea. Seguro.

¿Y qué mierda había dicho Kagome? ¡¿Qué Kōga le iba a poner la boca encima…?!

Mataría a ese cabrón. Tenía el don de hacerlo morir de la ira.

—¡Nunca! —Agarró a Kagome del brazo, frunciendo el ceño al instante. Se sonrojó de manera furtiva, cuando la tuvo muy cerca y con la misma expresión tozuda de él.

—¿Qué es lo que quieres? —Lo retó.

—¡Que dejes de decir estupideces! —Aún con el color de tomate no dejaba de gritar.

—Quiero-un-beso—pronunció suave, dejando de lado la vergüenza. Oh, cómo deseaba estamparse en los labios de InuYasha, pero por mucho que alardearan de su valentía, seguían siendo unos cobardes. InuYasha abrió más los ojos, sin ocultar la mezcla de enojo y tensión de ese momento.

—De acuerdo, pero Kōga queda fuera de esto.

Jo, jo, jo, sí. Cualquier cosa a imaginar a Kōga cerca de Kagome.

¡Se sentía enfermo!

—Adelante. —Aceptó Higurashi, con el brillo de la esperanza en los ojos.

—¡Kagome! —Escucharon chillar a Shippō, mandándoles el momento a la mierda.

InuYasha soltó a Kagome, muriendo de muchas sensaciones, entre ellas…

«Mataré a ese estúpido de Shippō, algún día»

¡A la mierda!

—Shippō—Kagome tomó al mocoso entre sus brazos, fungiendo una sonrisa por el momento frustrado.

¡InuYasha había estado a punto de besarla!

Oh, Shippō…

E InuYasha no seguiría allí un minuto más (y esperar las cuestiones de Sango y Miroku… No… ¡Nunca!)

Jodidos pu…

—Oye, Kagome —atrajo la atención de la chica, que triste, observaba sus intenciones de huida. Cobarde, como siempre—. La próxima vez… Se te van a hinchar los labios.

Y con eso, salió saltando por las copas de los árboles más altos que encontraba.

—¿InuYasha…?—Sonrió de a poco, con las mejillas volviendo a tomar color.

Oh, lo había entendido.

¡Asadafaja! ¡Por Dios!

Sin embargo, Shippō…

—Nunca entenderé a los adultos.


FIN.

Hace dos siglos lo prometí y… Gracias por la espera.