Matt Ishida era un joven cantante de 19 años, vocalista y guitarrista de su propio grupo, Teenage Wolves. De cabello rubio y ojos azules -muy parecidos a un zafiro-,el joven Ishida era el más deseado por todas las chicas del país, porque, además de ser guapo, tenía una voz magnífica, lo suficiente para enamorar a una chica; y sus canciones eran tan bellas que podía transmitir un bello sentimiento a toda la gente. No había duda de que era uno de los cantantes más famosos de Japón, aún así, él se sentía como un chico normal; cuando no cantaba, se quedaba solo en su departamento en Odaiba, claro, nadie más que él y sus amigos sabían en dónde se localizaba, esto para evitar que las fans lo molestaran. No era que le fastidiaran las fans, al contrario, firmar autógrafos y recibir cartas de éstas era lo que más le gustaba hacer; pero tampoco quería ser asechado todo el tiempo por ellas, especialmente por una: June Motomiya. Desde que su amigo Daisuke se la presentó –siendo éste el hermano de ella-, no hacía más que acosarlo todo el tiempo, lo seguía a todas partes e incluso, en cada concierto que él daba, veía el rostro de June. Por suerte, ella no sabía en dónde vivía, si no, sería una pesadilla.
Era verano, el sol estaba que no se aguantaba. Matt se había tomado unas vacaciones, después de una larga gira por el país. Salir a caminar era su forma favorita de liberarse del estrés, auque siempre tuviera que salir con gorra y gafas puestas, no quería que lo reconocieran en la calle. Venía en alerta, ya que hacía unas horas, se topó con June al pasar por el restaurante favorita de ésta. Para Matt, era un misterio saber cómo es que siempre lo reconocía, podría asegurar que aunque se vistiera como mujer, de cualquier forma lo identificaría. Al volverse para comprobar que nadie lo seguía, no se fijó en que una joven venía frente de él, ésta también iba distraída...
¡PUM!
Disculpe, no me fijé –dijo éste la darse cuenta del accidente.
No importa, yo también venía distraída- comentó la muchacha. Era una chica muy guapa, tenía el cabello castaño y ojos del mismo color.
Creo que se le ha caído algo, permítame –dijo mientras se agachaba a recoger lo que parecía ser una revista.
En la portada del ejemplar, venía una foto de él, de Matt, con el encabezado " ISHIDA A VACACIONAR". El joven sonrió, esa chica podría ser una de sus fans y ésta no sabía que hablaba con su ídolo.
¿ Es su cantante favorito?-preguntó el a la vez que le entregaba el ejemplar a la chica.
Pues no exactamente –respondió ella-, no lo creará pero, él y yo fuimos amigos hace algún tiempo. Y me sorprende en lo que se ha convertido ahora.
Eso desconcertó a Matt, había muchas fans que se inventaban historias locas, pero esa joven parecía estar segura de lo que decía; sin embargo, él no recordaba a alguien como ella.
Compré esta revista en el aeropuerto cuando regresé, vi su foto en ella y quise saber que ha hecho en todo este tiempo, aunque todavía no termino de leer el artículo –comentó con una sonrisa.
¿En todo este tiempo? ¿acaso no lo ve desde hace mucho? –preguntó él, lleno de curiosidad.
Así es, no lo he visto desde que me mude a Estados Unidos, ni a él ni a todos nuestros amigos.
Matt empezaba a atar cabos: amiga, aeropuerto, Estados Unidos..eso sólo podía significar que...
¿Mimi? –cuestionó él muy sorprendido.
¿Perdón? .
Mimi...Mimi Tachikawa.
¿Cómo sabe mi nombre?- le preguntó muy confundida al ojiazul.
Lo sé porque –dijo mientras se bajaba un poco las gafas- yo soy uno de tus amigos- le guiñó un ojo.
La chica abrió los ojos como platos, miró la foto de la revista, como si quisiera comprobar que la persona frente a ella era la misma de la portada.
¿¡Matt?-dijo la joven, casi atónita.
El chico sólo se limitó a sonreír. Y, sin previo aviso, Mimi se lanzó a darle un abrazo, tan fuerte que casi lo asfixió.
¡Qué alegría! ¡por fin encuentro a un amigo!-dijo ésta, que continuaba abrazada a él.
Cuánto tiempo sin verte –comentó él, respondiendo al abrazo de su amiga.
Si –la chica se separo de él-, los he extrañado mucho
¿Hace cuánto regresaste? –cuestionó el ojiazul.
Hace algunos días.
¿Has venido a vivir otra vez? ¿Y tus padres?
Bueno, vine yo sola –dijo ella, la sonrisa que tenía al ver a su amigo se borró, parecía nerviosa-, la verdad es que...
¡HASTA QUE TE ALCANCÉ!-dijo la voz de una mujer, detrás del joven Ishida.
