¡¡Hola!! Aquí estoy de nuevo, con otra de mis historias Hyugacest. Hace mucho que quería publicar, pero quería hacerle unos ajustes. Naruto no es de mi propiedad, hago esto con fines únicamente de diversión.

Embara… ¿qué?

Un pequeño error

Era una noche fría de otoño. Las pocas hojas que quedaban en los árboles se agitaban con el viento. Era tarde y por las calles no quedaba ni un alma. La luna estaba en un cuarto, apenas. No había más que unas pocas estrellas en el cielo.

Era, en resumen, una noche tranquila y normal. Algo triste, pero normal.

Pero para alguien no era así. Alguien que caminaba por las calles, alguien que quitaba la soledad a la aldea, al menos un poco.

Caminó un poco más, en realidad no le importaba mucho el frio ni la soledad, ni sus pies que dolían de tanto caminar. Sus manos se sumergieron un poco más en sus bolsillos, era su único intento de aplacar el frio, pero a final de cuentas su mente estaba demasiado ocupada en otras cosas como para cuidar de sí misma.

Acomodándose la bufanda alrededor de su cuello, decidió tomar asiento en una banca cercana. Se meció un poco de atrás hacia delante. Luego cerró los ojos recordando los hechos de esa tarde.

Flashback

Hinata llegó apresurada al consultorio de Sakura. Había tenido un día pesado, sobretodo porque había contado los minutos para que llegara la hora.

Sakura la recibió en seguida y le dio un vaso con agua, esperando a que se calmara. Una vez que pudo respirar tranquila, Sakura la hizo sentarse frente a ella, mientras buscaba en el cajón de su escritorio.

-Aquí está- dijo, extendiéndole el sobre.

-¿Tal como lo pedí?- pregunto Hinata, tomando el sobre de manos de la pelirrosa , ansiando que no fuera lo que ella creía. Sus manos temblaban y un sudor frío bajaba por sus sienes.

-Tal como pediste- confirmó Haruno echándose hacia atrás en su silla- nadie más supo de esto, me encargué de los análisis yo misma.

-Gracias.

Estaba indecisa de abrir el sobre. Por unos momentos sintió que no podía respirar, la cabeza le dolía, los nervios no le dejaban pensar.

-Tarde o temprano tendrás que hacerlo- dijo Sakura, extendiendo su mano hasta tomar la de ella- mejor hazlo ya.

Ella asintió y abrió el sobre, tomando la hoja que contenía. Leyó el resultado de sus análisis y llevándose una mano para cubrir su boca, rompió en llanto.

-Hinata, yo…- Sakura ya lo sabía, se acercó a ella tratando de consolarla-¿Hay algo que quieres que haga por ti?

Hinata negó con la cabeza.- Gracias, Sakura, ya has hecho bastante ocupándote tu misma- vio la hoja y la guardo cuidadosamente entre sus ropas- si tienes copia, destrúyela y por favor, que nadie se entere de esto, hasta que yo decida qué hacer, nadie debe enterarse.

-No te preocupes, secreto profesional- dijo Sakura, tratando de sonreír- ¿Te acompaño a casa?

-No- replico Hinata- debo hacer algo más… ¿Me veo mal?

-Si quieres lávate la cara- ofreció Sakura, abriendo la puerta del baño.

-Sí, nadie debe sospechar nada de esto.

Y ella entró al baño y lavó su cara, para al menos quitar el recorrido de las lágrimas en su rostro.

Flashback end

En realidad no tenía nada más que hacer. Gastó las siguientes horas en vagar por la aldea, pensando en su situación.

Poco a poco, el lugar comenzó a quedar vacío, las tiendas y restaurantes fueron cerrando, hasta que la aldea quedó desierta, ni un alma, solo quedaba ella.

Sola, en ese lugar, era perfecto para pensar todo lo que necesitaba. Había tratado de buscar todas las posibles soluciones. Daban vueltas en su cabeza, tomaban forma, se desarrollaban y la hacían llegar a alguna conclusión. Pero ninguna logró convencerla, todas implicaban poner en entredicho su honor, el de su familia, eso sin contar su integridad física y psicológica. Pero esas solo eran las salidas fáciles.

La salida más segura, pero sin duda algo dolorosa y bastante directa, era confesar su condición a su padre y hacerse responsable.

Sí, eso sería lo mejor. Sólo esperaba que su padre pudiera perdonarla. La bondad no era exactamente su mayor virtud pero ¡Por el cielo! Era su padre, debía haber algo hacia ella que lo hiciera tener algo de compasión.

Cubierta de esa última esperanza, se dirigió a la casa Hyuga, en medio de la noche. Llegó y le abrió la puerta un sirviente, todos estaban despiertos aun, por órdenes de Hiashi, esperándola.

-¿Dónde estabas?- preguntó la voz severa de su padre, mientras se acercaba por un pasillo. Hinata bajó la vista.

-Lo lamento, padre.

-Te hice una pregunta, Hinata ¿Dónde estabas?

-Yo sólo fui a caminar. Discúlpeme, padre, se me fue el tiempo.

Hiashi, no muy convencido, dejó ir a su hija- Bien, Hinata, ve a dormir- Hinata caminó por el pasillo, rumbo a su cuarto-pero mañana quiero que cumplas todos tus deberes y entrenes como siempre. Hazte cargo de tus responsabilidades, hija.

Hinata se detuvo, pensando en esta última frase. Le retumbó en los oídos por largo rato.

Hinata oyó un ruido y se dirigió a uno de los sirvientes.

-¿Hay alguien en el dojo?- su voz sonaba indiferente, a consecuencia de su intento de no demostrar su sufrimiento.

-Su primo no ha dejado de entrenar en todo el día.- el sirviente siguió de largo y Hinata dirigió un par de pasos hacia el dojo. Pero luego retrocedió.

Hinata pensó en Neji un momento y se fue a su cuarto. –Espero que no se exceda- sonrió. A veces ella se preocupaba por el.

¿Excederse? Al menos no como ella dos semanas antes.

Flashback

Estaban Hinata y sus amigas en una fiesta, Ino cumplía años. Hasta Sakura estaba allí. Todos estaban ya ebrios, unos bailando alocadamente, otros entretenidos en alguna esquina, otros dando espectáculos muy sugerentes, y Hinata, que era la más sobria de aquella fiesta, decidió que ya había bebido bastante cuando empezó a marearse un poco. Era una de las primeras fiestas a las que iba, debido a lo conservadora que era. Neji siempre se había negado a asistir, pero en esos momentos hubiera deseado que estuviera allí para que la ayudara a regresar a casa.

A final de cuentas, fue ella la que, a pesar de tener algo nublados los sentidos, ayudó a varios de sus amigos a llegar a sus hogares.

El último de ellos, fue aquel muchacho ojiazul que la tenía loca desde que era niña.

En este punto de sus recuerdos, la culpabilidad comenzó a tomar mas forma. La forma del miedo, de la vergüenza, del arrepentimiento.

Ella no tenía la culpa, las cosas se dieron y cuando quiso echarse para atrás, ya era tarde. Apenada, se vistió y salió de esa casa, dejando al muchacho dormido, influido por el alcohol y el cansancio.

Cuando volvió a su casa, no pudo menos que quedarse dormida, aun un tanto inconsciente de la realidad.

Comenzó a preocuparse dos semanas después. Tuvo un retraso y vomitó un par de veces. Ahí fue donde decidió pedir ayuda a Sakura.

Flashback end

En realidad no se arrepentía de haberlo hecho. Ella lo amaba desde que era una niña, y ese fue uno de los momentos más especiales de su vida. Pero cuando lo pensó mejor, seguramente él no recordaba haberlo hecho, estaba ebrio y además, a la edad que tenía ya había tenido muchas novias, y seguramente se había acostado con muchas de ellas.

Pensó que era ella entonces solo una más. Sería entonces ella quien iba a llevar la carga.

Sin protección, inconsciente e inocente y con un ebrio. Perfecto para la primera vez, ¿No? No sabía ¿En qué rayos había estado pensando?

No pudo conciliar el sueño.

Los primeros rayos de sol la encontraron despierta. Decidió no tratar de seguir durmiendo, pues comprendió que no lograría dormir a menos que se decidiera de una vez a hablar con su padre.

Se puso lo más presentable que pudo, tratando de no parecer desvelada, y, de la forma más solemne que logró aparentar, se presentó ante su padre.

-¿Padre?

-¿Sí?- preguntó Hiashi sin prestarle demasiada atención, estaba revisando unos papeles que le acababan de llegar para ser firmados.

-Necesito hablar contigo. No puede esperar.

Hiashi, al escuchar la seriedad de la voz de su hija, dejó a un lado los papeles y bajó su pluma. –Bien, dime lo que tengas que decir- dijo brindándole toda su atención. Hinata, nerviosa, tomó asiento frente a su padre- Padre yo tengo que confesar- instintivamente llevó una de sus manos a su vientre-yo estoy…- las primeras palabras salieron casi por la fuerza. Era la primera vez que lo decía y estaba de lo más preocupada- Yo…estoy embarazada.

Hiashi se quedó sin habla unos momentos. La noticia decididamente lo tomó por sorpresa- No- dijo, poniéndose de pie- no, no Hinata, esto es imposible ¿Porqué…? ¿En qué estabas…?- le costaba formular una frase completa- ¿Qué no te das cuenta de lo que has hecho? Tu honor, el honor de todo el clan, ¿Cómo te atreves a hacernos esto?- Hinata cada vez se hacía más pequeña en la silla, la vergüenza se asomaba en sus mejillas, rojas, y en las lagrimas que comenzaban a salir de sus ojos- esto es el colmo, niña, esta vez llegaste muy lejos ¿Embara…zada? ¿Y quién demonios es el padre? No, mejor ni me lo digas porque en este mismo momento iría a matarlo- por el mismo coraje, Hiashi cayó agotado en su silla, cubriéndose la cara con las manos, lleno de rabia e impotencia.

-Debemos hacer algo al respecto- dijo, luego de unos minutos, pasando su mano por su cara en un claro signo de desesperacion- no puedes tener un hijo así…

-No pienso abortar- dijo Hinata, asustada, presintiendo que eso sería lo primero que cruzaría por la mente de Hiashi- por favor, padre, no lo quiero perder, es mi hijo- cubrió su estómago con sus manos con desesperación, llorando de miedo y de tristeza- debe haber otra forma.

-La hay- contestó Hiashi- pero es la única en que permitiré que lo conserves, y es que te cases lo más pronto posible. No podemos permitir la pena de que toda la aldea sepa que la heredera de los Hyuga se embarazó sin casarse ¿Alguien más lo sabe?

-Sólo Sakura, ella hizo mis análisis y le pedí discreción.

-Bien- asintió- es lo mejor. Ahora, llama a Neji, creo que estaría bien que se involucrara en esto.

Una vez que Neji estuvo presente, Hiashi lo puso al tanto de la situación. Neji escuchó atentamente. Hinata lo observó. Se admiraba de la concentración que había en sus ojos y de la inexpresividad de todo su rostro en general, él no parecía afectado por la noticia, más bien, ella sabía que a él no le importaba mucho. Cuando Neji volteó a verla, ella tuvo que apartar la mirada, pues sintió que no podría soportarlo, su mirada de hielo era demasiado para ella en esos momentos.

-Es por eso, sobrino, que te he llamado- finalizó Hiashi- tenemos que buscar una solución.

-Bien tío- habló Neji, sin siquiera voltear a ver a Hinata- así que ¿Cuál es su primera idea?

-Pues hay que buscar a quien se case con Hinata. Hay muchos posibles candidatos en varias aldeas que querrían desposarla.

-Ellos aprecian mucho la virginidad en sus posibles mujeres- observó Neji- sería imposible que la aceptaran en su estado.

-Ella ha entrenado toda su vida, su himen podía haberse roto en algún momento- justificó Hiashi- y el embarazo podría ser resultado de la linda noche de bodas, si el matrimonio se logra lo más pronto posible, como es primeriza no se le notará demasiado, aunque implicaría un gran riesgo, eso sin mencionar todo el teatro que tendríamos que montar para que funcionara.

Hinata cada vez estaba más incómoda con la plática. Estaban hablando de ella y de su situación como un objeto mal fabricado al que hay que esconderle los defectos para poderlo vender. Los dos hombres más influyentes en su vida discutían sobre su futuro y ella no decía nada.

-En todo caso- seguía Hiashi con sus conclusiones- muchas mujeres usan trucos para engañar a sus maridos la primera noche.

Hinata vio a su padre con indignación. Ella no era un objeto, ¿Cómo se atrevía a hablar así?

-Hiashi sama, creo que hemos llegado muy lejos- habló Neji. Pareciera que había sentido la incomodidad de Hinata- ¿Está seguro que es la única solución, buscarle alguien con quien casarse?

-Es eso, o que ella convenza al responsable- le dirigió una mirada fuerte a Hinata- ¿Crees que el acepte, Hinata?

-No lo sé, padre- contestó ella con tristeza- tendría que hablar con él.

-Pues ya está- dijo Hiashi- te doy hasta mañana a esta hora para que hables con él y nos traigas una respuesta.

Hinata asintió y salió del lugar, bajo la mirada de su padre. Neji ni siquiera volteo a verla.

Pero esa noche, en el pasillo, él la alcanzó mientras ella se dirigía a su cuarto.

-Hinata sama, debo hablar con usted.

Hinata no le negó a Neji hablar con ella. Después de todo, no esperaba más que regaños, y ya que estaba resignada y muy arrepentida, no le sorprendía que Neji fuera quien comenzara con la humillación.

Se sentaron allí mismo, en el piso de madera del pasillo. Neji en ningún momento le dirigió una sola mirada, mantenía su vista al frente en todo momento y su voz conservó el matiz frío y recto que tenia siempre. Es decir, el mismo Neji inexpresivo de toda la vida.

-Fue la noche de la fiesta, ¿Cierto?- comenzó él.

-Así es- susurró Hinata, sin verlo.

-Sí. Noté que llegó algo tarde esa noche.

-Y algo ebria- completó ella tristemente. Para su sorpresa, más que regaño parecía una conversación desapasionada y habitual, como todas las que tenía con Neji.

- Entiendo…

-No quiero justificarme. Tomaré responsabilidad por esto, cueste lo que cueste.

-¿Aún casarte y acostarte con un tipo al que apenas conocerás, en un matrimonio por conveniencia?- preguntó él en voz baja.

-Si eso me permite quedarme con mi hijo, sí.

Neji asintió.

-Bien, entiendo tu posición. Espero que la solución que encontremos no te cause mucho daño. Ni a tu…- pareció dudar en decirlo- hijo.

-Gracias, Neji.

-Sería bueno si el padre se hace responsable. Menos complicado y vergonzoso.

Neji desapareció luego de decir esto último.

Hinata tuvo que admitir que él estaba en lo correcto.

Continuara….

Esto es mi intento de hacer una historia larga un tanto más adulta. Así que dejen sus comentarios, recomendaciones, opiniones… ayúdenme a ser mejor escritora y disfruten mi humilde aportación a la lectura Hyugacest.

Atte

Yereri Ashra