Pokémon: Hacia la Cima de Kanto
Por Fox McCloude.
Disclaimer: Pokémon y todos sus personajes son propiedad de Satoshi Tajiri, Nintendo y GAMEFREAK. Todos los derechos reservados.
Prólogo: El último desafío.
Meseta Índigo…
La Meseta Índigo, el destino final de los entrenadores Pokémon en la región Kanto, lugar que durante años ha visto el ascenso y la caída de campeones en la Liga Pokémon. Seis meses atrás, el Estadio Índigo fue la sede del campeonato regional, cuyo ganador obtuvo el derecho de enfrentarse al Alto Mando, un grupo al cual solo pueden entrar aquellos que demuestren ser los mejores entre los mejores entrenadores de su región.
Y para cierto jovencito que partió de Pueblo Paleta a los diez años, ha llegado el momento de enfrentarse a ellos, y con ello lograr su sueño de toda la vida: convertirse en un Maestro Pokémon.
- Aquí estamos, Pikachu. La Meseta Índigo, una vez más. – dijo Ash, sobrevolando la ciudad a lomos de su Charizard, y viendo el estadio en la distancia.
- Pikapika. – asintió vigorosamente el roedor desde el hombro de su entrenador.
Esta era la tercera vez que Ash visitaba la Meseta Índigo. La primera vez había sido apenas durante su primer año como entrenador Pokémon. Para alguien que no se tomaba por aquel entonces muy en serio el entrenamiento, fue una verdadera hazaña haber llegado al Top 16 en su primera competencia oficial. Pero los años pasaron, y gracias a sus viajes y experiencias alrededor del mundo, Ash fue creciendo, madurando, y fortaleciéndose, al igual que sus Pokémon. Casi diez años después, volvió a participar en el torneo regional de Kanto, y tras enfrentarse a oponentes muy duros, avanzó hasta la final y esta vez obtuvo la victoria.
Como ganador de la Conferencia Índigo, Ash se había ganado el derecho de, si lo deseaba, retar de manera oficial al Alto Mando de Kanto. Vencer a cualquiera de ellos le haría acreedor al título de Maestro Pokémon. Sin embargo, derrotarlos a los cuatro le abriría una puerta todavía más grande: la posibilidad de retar al Campeón Regional por su título. El reto más difícil que hubiera tenido en toda su vida, pero siendo alguien que vivía para competir, no sentía miedo, sino emoción y deseos de superarlo.
La fecha para iniciar el desafío había sido decidida seis meses antes para que tuviera tiempo de prepararse, y ahora solo faltaba una semana. El presidente de la Liga Pokémon le había enviado una notificación de que debía presentarse unos días antes para terminar de hacer algunos arreglos, así que había partido unas horas antes de Pueblo Paleta, y abajo pudo ver que el comité de bienvenida ya estaba esperándolo. En cuanto lo vieron, comenzaron a agitar los brazos para llamar su atención.
- Ya llegamos, Charizard, desciende. – pidió Ash.
Charizard asintió y con un gruñido comenzó a descender hacia donde le indicó su entrenador. Había una pequeña multitud reunida, pero la policía había acordonado el área y evitaba que los curiosos se acercaran más de lo debido, sin embargo, los gritos y aplausos de la multitud no se hicieron esperar.
- ¡Atrás, atrás de la línea todos! – gritaba la oficial Jenny, tratando de contener a las masas.
- ¡Ash, eres lo máximo!
- ¡Eres el número uno, tú serás el campeón!
- ¡Te amamos, Ash!
Ash se rio algo nervioso. Aun recordaba la primera vez que llegó a esa calle a pie, y cuando la gente empezó a aplaudir, creyó que era por él. Ahora, sabiendo que los gritos y aplausos sí eran por él, ciertamente no se sentía con la cabeza tan inflada como en aquella ocasión, pero aun así, decidió saludar y sonreír, causando que más de una chica entre las multitudes gritara e incluso que algunas se desmayaran.
Una vez que descendió, Ash reconoció a cuatro de las cinco personas que lo estaban esperando. El más bajo de ellos, el anciano señor Charles Goodshow, inmediatamente se le acercó en cuanto se bajó de Charizard de un salto.
- ¡Bienvenido, Ash! – lo saludó extendiéndole la mano. – Qué gusto de verte después de tanto tiempo.
- Gracias, señor Goodshow. – replicó Ash dándole un amigable apretón. – También estamos emocionados de estar aquí, ¿verdad, amigos?
- ¡Pikapika! – asintió el roedor, y Charizard gruñó estando de acuerdo.
- Ah, cómo pasa el tiempo. Aún recuerdo cuando llegaste por primera vez a este estadio. Cómo has crecido desde entonces, muchacho, y ya no eres un novato.
Ash se rascó detrás de la cabeza, sonriendo nerviosamente. Cierto, ya no era un novato con demasiada confianza en sí mismo creyendo que podría vencer a todos, sino un entrenador con casi una década de experiencia y aventuras acumuladas con el tiempo dispuesto a darlo todo por lograr sus metas.
- Bueno, creo que es hora de que te demos la bienvenida como debe de ser. Acércate.
El señor Goodshow llevó a Ash con el resto del Alto Mando. Ash ya había conocido a tres de ellos en sus viajes pasados. Todos procedieron a saludarlo.
- Es un gusto volver a verte. Espero que hayas aprendido algo de nuestro último encuentro.
Primero estaba Lorelei, la maestra de los Pokémon de Agua y Hielo, una mujer pelirroja alta y voluptuosa que usaba gafas, e iba vestida de tacones negros, blusa del mismo color sin mangas, y una minifalda púrpura que resaltaba sus largas piernas.
- Será un honor enfrentarte de nuevo, joven Ash. Quiero ver qué tanto has progresado en estos últimos años.
El segundo, Ash lo había conocido como líder de gimnasio: Koga, el maestro ninja y especialista de los Pokémon tipo Veneno, iba ataviado con un traje completo de color negro y púrpura, con un cinturón rojo y se veía idéntico a como Ash lo recordaba, salvo algunas ligeras arrugas en la cara y un poco más largo su pelo negro de punta. Por lo que había escuchado, le había dejado el puesto de líder de gimnasio a su hija.
- Has crecido mucho, Ash, puedo notar que te has vuelto más fuerte.
El tercero era Bruno, el maestro de los Pokémon tipo Luchador, mostrándose tan enorme e imponente con sus músculos, y vestido solo con pantalones de entrenamiento y cinturón negro.
La cuarta miembro era la única desconocida para Ash: una mujer que se veía de la misma edad que Lorelei, de cabello azul platinado y ojos del mismo color. Llevaba una blusa amarilla de tiras que dejaba expuesto su ombligo, pantalones blancos bombachos hasta la rodilla, y zapatillas también amarillas. El señor Goodshow decidió romper el hielo entre ambos.
- Ash, permíteme presentarte a nuestra más reciente adición al Alto Mando de Kanto. Ella es Karen, especialista en Pokémon tipo Oscuro, y originaria de la región de Johto.
- Encantada. – dijo la aludida. – Todos mis colegas tienen muchas cosas buenas que decir sobre ti. Espero poder comprobarlo por mí misma.
- Gracias. – sonrió Ash. – No sé ya si esté a la altura de todos ustedes, pero puedo garantizarles que haré mi mejor esfuerzo.
- Bien, yo tengo que marcharme a terminar con algunos asuntos. – dijo Goodshow. – Si son tan amables de llevar a Ash a sus instalaciones.
Los miembros del Alto Mando asintieron, y mientras Goodshow se iba por su lado, le indicaron a Ash que se fuera con ellos. El entrenador retornó a Charizard y los siguió, mientras la multitud a su alrededor seguía gritando y aplaudiéndole, en espera de que comenzara su desafío.
…
Ash fue llevado a un área del Estadio Índigo donde nunca antes había estado. Por lo que le contaron, era un área reservada para los entrenadores que oficialmente retaban a los miembros del Alto Mando, donde pudiesen tener todo lo necesario.
- Esperamos que estés cómodo aquí. – dijo Lorelei. – Estos serán tus cuarteles privados durante lo que dure este desafío.
El lugar como tal era una sola gran habitación, provisto de una gran cama, un gran sillón enfrente de una pantalla gigante de televisión, y una gran cocina y comedor con un refrigerador que Ash esperaba que estuviese lleno a tope. Al fondo se podían ver implementos para ejercitarse en el gimnasio, una computadora de escritorio, un transportador de Pokébolas y otras cosas más. Los miembros del Alto Mando procedieron a explicar uno a uno todo lo que Ash tendría a su disposición.
- Ya que nosotros hemos visto tus batallas, y nos hemos preparado para ti, lo justo es que tú también puedas hacer lo mismo. – dijo Karen, señalando la computadora. – Desde aquí, tendrás acceso al servidor privado de la Meseta Índigo, que contiene nuestros perfiles y decenas de videos con nuestras batallas oficiales, para que tengas una idea de lo que te espera.
- Muy considerados. – dijo Ash. Aunque él gustaba del factor sorpresa, lo cierto era que para enfrentarse a Maestros Pokémon de dicho calibre, lo mejor sería prepararse y saber exactamente contra qué y quiénes se enfrentarían él y sus Pokémon.
- Esa puerta lleva hacia un campo de batalla de práctica, si deseas hacer algo de entrenamiento de último momento entre los encuentros. – explicó Koga, señalando una puerta de cristal al fondo de la habitación.
- Y está el gimnasio privado si deseas ejercitarte tú mismo. – agregó Bruno, cruzando los brazos después de señalar los equipamientos de pesas, caminadora y demás.
- Supongo que no estaría mal algo de ejercicio para mí. – asintió el entrenador.
- Si necesitas algo más solo tienes que usar la línea directa y enviaremos a alguien. – dijo Lorelei. – No te quitamos más tiempo, puedes descansar por hoy, y pensar a quién de nosotros querrás enfrentar primero. Hasta entonces.
Y dicho esto, el cuarteto de Maestros Pokémon salió de la habitación. Ash se llevó su equipaje para descargarlo en la cama y se dirigió hacia el videoteléfono. En efecto, quería descansar y darse un banquete, pero lo primero era hacer una llamada importante a Pueblo Paleta. Cogió el auricular y empezó a marcar el número, hasta que le llegó la señal de comunicaciones.
- ¿Residencia Ketchum? – En pantalla apareció Delia. – ¡Ash, hola, cariño!
- Hola, mamá. – replicó el entrenador con una gran sonrisa. – Solo llamaba para avisarte que ya llegué a la Meseta Índigo.
- ¡Grandioso! – dijo la mujer. – Ah, cielos, apenas puedo creerlo. Pareciera que fue ayer cuando mi bebé finalmente salió de Pueblo Paleta para iniciar su viaje. Y mírate ahora.
- Lo sé. – dijo Ash. – Será difícil, pero estoy más emocionado que nunca.
- No lo dudo, has trabajado muy duro para llegar hasta donde estás. – dijo Delia. – Así que ánimo, te estaré apoyando con todo mi corazón. Igual que todos los demás.
- Muchas gracias. No los decepcionaré, lo prometo. – dijo Ash. – Te amo, mamá.
- Y yo a ti, Ash. Cuídate mucho, y no olvides cambiarte los calzoncillos todos los días.
- ¡Mamá!
- Jaja, lo siento, no pude resistirme. ¡Adiós!
Y con una última risa, Delia y Ash terminaron la llamada. Siempre que Ash creía que su mamá había dejado aquel hábito de recordarle que se cambiara los calzoncillos, tenía que recordárselo. Dicho eso, aunque fuese vergonzoso, también le traía buenos recuerdos, y le hacía ver que aunque muchas cosas habían cambiado, otras seguirían igual. Especialmente en relación a él, a sus Pokémon, su familia y a sus amigos.
- Bien, vamos a comer algo, luego a ver ese servidor de la Liga Pokémon. – dijo Ash, yéndose hacia el refrigerador. – Después, podremos empezar a entrenar. ¿Quieres algo tú también, Pikachu?
El refrigerador tenía de todo lo que Ash le gustaba comer, listo para calentar en el microondas, y también había paquetes de comida para Pokémon, bien organizados según el tipo y sabor según las preferencias. Sin duda no se morirían de hambre en ese lugar, aunque Ash presentía que tal vez tendría que ordenar un poco más, pues así como estaban y con su apetito habitual, posiblemente solo les duraría hasta la mitad de la semana. Y considerando el desafío que estaba por venir, necesitarían de mucha, MUCHA energía.
Esta historia continuará…
Notas del autor:
¿Cómo están? Bien, hoy vengo con algo diferente. Aunque sigo con futuras historias para el Resetverso, tampoco he dejado de lado ideas independientes, y aquí les traigo una sacada del cajón de los recuerdos. Específicamente, esta será un remake de mi fic original "El Último Escalón", pero actualizada con las mecánicas recientes, como los Megas y los Movimientos-Z, y desde luego los Pokémon de Ash. Si leyeron el original, mucho de lo que había en él lo voy a conservar para facilitarme la escritura, pero intentaré mejorar lo que pueda y corregir los errores que haya cometido en él para que no se sienta como que es simplemente "lo mismo pero mejor". Eso incluye además un combate adicional, ya que el original era solo con los cuatro del Alto Mando (dando a entender que el líder del Alto Mando es también el Campeón), pero esta vez será Alto Mando + Campeón por separado, como en los juegos.
Algunas aclaraciones preliminares: primera, esta historia NO va dentro de la continuidad de las que he escrito desde "Encrucijadas: Entre una Sirena y una Princesa" hasta "Ash vs Paul: Revancha en el Lago Acuity", así que cualquier inconsistencia que haya con ellas estará justificada, ¿les quedó claro? Segunda, si bien ya tengo más o menos decididos los equipos que usarán los oponentes de Ash, estoy abierto a sugerencias para estrategias, movimientos y/o Pokémon específicos que se puedan utilizar. Ojo: esto solo para el desarrollo de los combates de manera intermedia, porque los desenlaces de cada uno ya los tengo planeados y esos no se cambiarán. Por último, y esto es para quienes no me sigan, yo no me apego al límite de los cuatro movimientos den mis historias. Si impongo alguno sería de unos siete u ocho y no de manera explícita. Lo digo porque ocasionalmente hay quienes preguntan por ello.
Ya creo que eso es todo por ahora. Espero que disfruten de esta historia, y si no es mucho pedir, agradecería que no se limiten solo a favoritear o seguir. Me gusta interactuar con los lectores, ¿saben? Nos veremos la próxima vez.
