Título: Un poco de normalidad
Claim: Manjoume Jun/Tenjouin Asuka/Jim Crocodile
Notas: Situado después del duelo Manjoume vs Amon y antes del final del torneo Disclosure.
Rating: T
Género: Romance/Humor
Tabla de retos: Frases
Tema: 1. ¿Quién es éste?


Manjoume deja que un suspiro largo y profundo escape de sus pulmones, tan lentamente que hace un ruido gracioso que retumba en el mar, extrañamente calmado de esa tarde de mediados de mes. Su figura puede ser vista escondida tras el faro, como si esperara a alguien, como en los cuentos trágicos de amores prohibidos y su suspiro podría aumentar aún más la atmósfera romántica, sin embargo, muy lejos están sus pensamientos de las cuestiones del corazón. Y de hecho, le alegra que Asuka no esté presente para verlo en tan deplorable estado, uno en el que hasta él mismo se da vergüenza, pero que aún sabiéndolo no puede superar. La derrota contra Amon, la vergüenza de su familia.

Manjoume deja que otro largo suspiro se deshaga en su pecho como hielo derretido y mete las manos en los bolsillos, pensando en que es absurdo deprimirse por algo tan insignificante, añadiendo además el pensamiento un tanto pesimista de que ya debería de estar acostumbrado, sobretodo viviendo con Juudai a un lado. La victoria se le escapó en diversas ocasiones cuando su ego lo cegaba, cuando usar un uniforme azul le daba falsa confianza y poderío, todas las veces en manos del castaño, todas las veces en aras de la humildad que ahora posee, que se sigue construyendo día a día. Y aún así, ¿por qué siente tanta rabia? La respuesta tiembla de su lengua y es murmurada en un tono rabioso, que nadie más que él escucha, pero que habría asustado a cualquiera. Porque no es justo.

Sin embargo, nada ha podido hacer para remediar semejante humillación y los días han seguido corriendo, con aquellos extraños duelos trayendo más que sólo derrotas o un poco de diversión. A él, en realidad, no le importa demasiado. Lo único que pobla su mente es la venganza y la manera de conseguirla, todavía inexacta, todavía escurridiza, en su ofuscada mente tras tremenda sorpresa.

En eso está pensando cuando un sonido lejano y gutural consigue distraerlo, algo parecido al eco furioso que su pecho clama por expresar, quebrando el tranquilo aire donde, una vez pone atención, también puede oír a Juudai riendo en alguna parte. El joven se voltea para observar a su alrededor, pensando en que podría aprovechar cualquier oportunidad sin haber planeado nada cuando nota la fuente del ruido, que aún sigue repitiéndose, como si fuese una canción siniestra.

En la orilla más cercana a él y aún así, protegida por árboles y arena, tres figuras pueden ser vistas charlando animadamente, una de ellas un animal. Por supuesto, él puede identificar plenamente al propietario de tan singular mascota, un cocodrilo hembra que parece tremendamente emocionado, como Juudai los días en que llegan cartas nuevas, un propietario que está a escasos metros de su amiga mascota, con el inconfundible sombrero vaquero agitado levemente por los vientos. Jim Crocodile Cook, otro de los campeones extranjeros, otro que, según se rumora tras su duelo con Kenzan, es bastante habilidoso. Aunque viéndolo desde su perspectiva, ahí, todavía medio escondido detrás del farol, lo que está haciendo en esos momentos es todo menos exhibir sus habilidades y con la persona menos esperada, que sólo hace que su furia, mezclada con tristeza, aumente.

Asuka está a su lado, puede distinguir la grácil e inconfundible silueta incluso si ésta es borrosa, incluso si apenas se adivina una sombra de su cabello dorado bajo el sol. Charlan y aunque ella permanece calmada y compuesta como siempre, él puede notar que se están divirtiendo como nunca antes, quizás porque el vaquero le está contando historias de países distantes, quizás simplemente por pura conexión espiritual. Al pensar en esto su corazón da un salto nada oportuno que lo hace entornar los ojos, sintiéndose inmensamente avergonzado de las reacciones de su cuerpo, que aunque nadie ve salvo él, lo hacen sentir un poco indefenso ante la acción de las hormonas y el corazón. Conexión espiritual inmediata, ¿dónde ha visto eso y por qué teme sus resultados? La respuesta le llega inmediatamente en la forma de dos figuras diferentes, bajo sus párpados como recuerdos demasiado vívidos e inexplicables, dos figuras que, incluso si parecen extrañas juntas, no se pueden pensar separadas ya nunca más. Johan y Juudai.

¿Sucederá lo mismo con Asuka y ése tipo si los deja el tiempo suficiente a solas? Piensa que sí por la manera en la cual aún permanecen ahí juntos, incólumes como dos estatuas perfectas, ajenos a toda su realidad. Quizás si fuera él, si fuera otro, cualquiera —salvo tal vez Juudai, si logra exasperarla—, ella ya se habría marchado, para atender asuntos más urgentes y menos apremiantes en la cuestión del amor. Pero ella sigue ahí y él también. Así como Manjoume también los observa.

Un tercer suspiro escapa de su pecho conforme las dos figuras se alejan juntas en dirección a rumbo desconocido, dejándolo una vez más solo con sus pensamientos, los cuales incluyen, además de unas cuantas maldiciones de lo más selectas, la preocupación por preparar un plan para solventar esa otra eventualidad además de la de Amon y el pensamiento de que, con los campeones extranjeros sólo han llegado desgracias, mismas que en realidad él no ha ni llegado a sospechar.