DGM no me pertenece.
Pastel
—Allen.
El chico se estremeció ante la voz amenazante de la Noah. Estaba molesta y sabía perfectamente porqué. Era por su culpa.
— ¿Qué sucede, Road?—le preguntó cauteloso.
— ¿Sabes dónde está el pedazo de pastel que dejé anoche?
— ¿Pastel? ¿Tuyo? No sé, no lo he visto…
— ¿Seguro?
Allen le daba la espalda a la chica, si dejaba que le viera la cara se daría cuenta enseguida de sus mentiras.
—Totalmente seguro.
— ¿Por qué no me lo dices mientras me miras a los ojos?
Road lo obligó a darse la vuelta y mirarla. Y como sospechaba, él tenía una cara de completa culpabilidad. Aunque no se lo confesara con palabras, era totalmente obvio que él se lo había comido.
—Allen—dijo la chica cruzando los brazos—, te comiste tú solo la mitad del pastel, ¿por qué te comiste mi parte también?
— ¡Lo siento!—le dijo uniendo sus manos para disculparse—es que me dio hambre y no sabía que era tuyo.
— ¿Y no podías comerte otra cosa que no fuera precisamente mi pastel?
— ¡Él me tentó!
—Ajá, si claro.
— ¡Perdón! Te compensaré con lo que tú quieras, Road.
— ¿Con lo que yo quiera?—le preguntó pícaramente.
Oh, oh. Allen había metido la pata. Le estaba dando a Road la libertad de elegir lo que quisiera. Eso podía ser peligroso.
—Mmmmmmm, me gustaría algo, ¿no se te ocurre qué podría ser?
—No…
Road extendió la mano y quitó el merengue que aún estaba en el labio de Allen y lo lamió.
—Se me antoja…comerte a ti, Allen.
—Ah—fue lo único que logró responder, después de escuchar tal petición, pero vaya que el castigo no era nada malo—supongo que puedo hacer el sacrificio.
— ¿Sacrificio? No niegues que lo disfrutas tanto como yo.
Allen rio.
—Creo que me comeré tu pastel más seguido si esta es mi recompensa.
—Ni pienses en comerte de nuevo mi pastel, mejor búscame cuando tengas hambre.
—Creo que esa es una muy buena idea, Road.
