Disclaimer: Ninguno de los personajes de Loveless me pertenece ToT los utilizo sin fin de recaudación de fondos…

Warning: Este fic es de relación chico-chico y más adelante tendrá contenido fuerte… así que quedas advertido

Pensamientos entre comillas y con letra cursiva

Diálogos normales entre comillas


Darkless

Capítulo I

Coldless

By Arashi Eiri

La brisa fría del otoño soplaba ligeramente, estremeciendo el pequeño cuerpo de un chico de no más de 14 años que se encontraba mirando, aparentemente, algún punto indefinido en el espacio

Su mirar violeta se notaba perdido, anhelante y triste a la vez. El frío viento movía sus cabellos azabaches apartándolos unas veces de su rostro, y otras tantas cubriéndole por partes.

Llevaba un par de jeans negros y una camisa color vino que hacía juego perfectamente con sus ojos lila oscuro. Sus orejitas estaban pendientes de cualquier sonido en la lejanía, probablemente de uno en especial…

- "¿Por qué Soubi?... Semei… él prometió jamás separarse de mí… ¿Por qué lo hace hasta ahora?" – una lágrima solitaria rodó sobre su mejilla derecha

Esa extraña calidez de repente le embargó, el rastro que aquella lágrima había dejado, estaba tibio… No pudo evitar pensar que así era como se sentía cuando estaba entre sus brazos

Había cometido el peor error de los humanos, no había valorado lo suficiente a ese ser que todos los días dormía a su lado e inclusive le llevaba a pasear a algún lado y estaba ahí, para él, aunque le ordenase que no lo siguiese y, hasta ahora, se daba cuenta de que realmente Soubi no podía seguir a su lado de esa manera… ni siquiera habiéndolo prometido…

Ya habían pasado dos días desde que le hubiese dicho que se iría…

En ese momento, un ataque de cólera lo invadió a tal punto, que llego a decirle que no le necesitaba y que se fuera de una buena vez, porque su sola presencia le enfermaba…

Mentira más notable no podía haber dicho, pero Soubi no se detuvo al ver sus lágrimas, al ver el dolor incrustado en sus ojos, la desesperación que reflejaba su rostro… simplemente se había ido y él… se había quedado solo de nuevo.

En un principio, cuando había logrado calmarse, había pensado que quizá Soubi lo estaba probando, que seguramente le mandaría un mensaje al día siguiente o incluso hasta le llamaría o aparecería en su casa

Tan seguro estuvo que, al día siguiente, sus ansias no le permitieron poner atención a clase y también le ocasionó pelearse con Yuiko y Yayoi, cuando éste último intento defenderla ante sus palabras hirientes de que le dejara solo de una buena vez

Ahora era domingo y había logrado entender que la despedida de Soubi esta vez si había ido en serio…

De no haberlo visto aquel día, tan sonriente y vivo, con aquel joven… quizá lo hubiera seguido esperando

Pero es que esa sonrisa que creía solo para él, ahora era ofrecida a alguien más. Aquellas miradas llenas de amor y ternura ya no eran dedicadas a su persona, lo mismo que cada abrazo o palabras.

Era enfermiza la manera en que, por más que se esforzara, no podía sacar a Soubi de su mente…

Ya no podía soportar más todo aquello… no deseaba sentirse de esa manera, repudiaba el hecho de sentirse dependiente de alguien más… tanto, que ya ni el sueño podía conciliar durante la noche.

No le gustaba ese sentimiento… odiaba las palabras que lo expresaban… los tontos movimientos que lo delataban… porque el amor era algo para lo que no estaba hecho, era un sentimiento tan fuerte que daba miedo la magnitud de su intensidad… pero más que nada, porque era efímero y no estaría ahí por siempre

"Te amo…"

Que palabras tan tontas… ¿cómo era posible que él las pronunciara tan de repente y cambiara de parecer al día siguiente?

Por eso le indignaba sentirse de esa manera… había confiado que quizá Soubi le sacaría ese vacío que sentía dentro, pero simplemente él no era la persona indicada… ya hasta le había abandonado el muy descarado

En estos momentos le culpaba, pero bien sabía que a la larga, aceptaría que el único que había tenido la culpa había sido él… por sus desplantes, por sus reclamos… por su indiferencia ante lo que Soubi le ofrecía y demostraba.

¿Pero qué podía hacer?

No sabía actuar de otra manera, ya lo había dicho, cosas tan intensas que no podía controlar le causaban miedo… No es tan fácil afrontar temores cuando se está solo…

Y quizá nunca los afrontaría y se quedaría así… solo…

No sufriría… no le dolería nada de nuevo… siempre estaría acompañado de alguien que nunca le fallaría…

"No puede ser tan malo…"

Un suspiro escapó de sus labios y sólo se limitó a mirar el firmamento oscuro que se cernía sobre la ciudad

Notó que no había ni una sola estrella que alumbrara un poco la fría noche, ni siquiera la luna estaba presente… solo nubes color magenta arremolinadas entre sí, anunciando una posible lluvia

Guió sus pasos en dirección a su casa… había salido a escondidas, para que su madre no se diera cuenta y esperaba que ella siguiera dormida…

Sus pensamientos se enfocaron en lo que había encontrado recientemente formado en el iris de su ojo derecho…

"Loveless"

Después de que Soubi se marchara, había ido a calmarse mojándose un poco la cara

Se vio en el espejo unos momentos, y comenzó a examinar su rostro hasta que más de cerca, notó que en su ojo derecho había algo inscrito

Asustado, se acercó más al espejo y entonces vio lo que ahí se encontraba… finalmente había encontrado su nombre

Se preguntaba por qué había llegado a él aquella palabra… ¿realmente era un ser que estaba escaso de amor?

Una cosa es que le desagradara… pero otra muy diferente era que realmente no lo poseyera…

Quería a su madre, a sus amigos… incluso seguía queriendo a ese bastardo de Soubi…

¿Entonces por qué tenía que ser él precisamente Loveless?

Sintió que sus manos comenzaban a entumirse a pesar de estar dentro de sus bolsillos… y también que el viento frío comenzaba a hacerse más latente…

Un zumbido intenso le atacó de pronto, haciéndolo caer de rodillas

"Así que tú eres el famoso Loveless" – murmuró tenuemente una voz fría… carente de emoción

"Es muy pequeño todavía" – dijo otra voz juvenil desde las sombras, era de un tono más cálido… opuesta a la anterior

Ritsuka se levantó y sacudió sus ropas, intentando visualizar a las personas con las que se había topado

"¿Quiénes son ustedes?" – exigió saber al solo ver un par de siluetas adolescentes, con orejas

"Oh no deberías hablarnos en ese tono, no tienes por qué ponerte a la defensiva… aún" – contestó aquel tono jovial revelándose ante la luz que ofrecía la lámpara del parque – Mi nombre es Kaiou y él es Jun

Ambos debían tener cerca de 16 años. Kaiou poseía unos ojos verdes que denotaban una inocencia tierna y unas facciones aniñadas que lo hacían lucir adorable, su cabello estaba algo corto de color negro-azulado y del cual, algunos mechones caían rebeldemente, adornando aún más su rostro.

Jun en cambio, poseía unos ojos azules fríos e inexpresivos, su cabello platinado estaba algo largo y el flequillo le caía sobre los ojos, cubriéndolos un poco. Eso solo hacía que su presencia irradiara más frialdad.

Eran un poco más altos que él y podía sentir algo muy fuerte emanar de ellos, pero no se dejo intimidar y solo les miró con indiferencia

"¿A qué han venido?" – preguntó cruzándose de brazos

"¿Te gusta ser directo, nee Ritsuka-kun?" – bromeó Kaiou ante la mirada atenta de Ritsuka

"¿Cómo sabes mi verdadero nombre?" – volvió a preguntar algo desconcertado por la familiaridad del otro

"Te equivocas Ritsuka-kun, tu verdadero nombre es Loveless" – aseveró cambiando su aura infantil por una faceta misteriosa y calculadora a la vez – No deberías olvidar eso

Ritsuka no supo qué responder, ese chico le desconcertaba bastante y ni qué decir del otro que lo observaba sin ningún reparo.

"Hemos venido por ti Ritsuka-kun, ahora que has visto tu nombre, estás listo para avanzar" – dijo mirándolo con inocencia de nuevo

"¿A dónde?" – cuestionó con recelo al ver como ambos chicos le rodeaban, Kaiou delante de él y Jun detrás

"Calma Ritsuka-kun, ya te dije que no hemos venido a hacerte daño… solo si tu accedes por las buenas" – advirtió esbozando una pequeña sonrisa

"No es justo lo que traten de hacer… no sin una batalla primero" – aseveró mirándolos a ambos

Jun esbozó una media sonrisa altiva y Kaiou parpadeó un par de veces, como si estuviese asimilando las palabras de Ritsuka

"No estarás hablando en serio¿verdad?" – preguntó Kaiou con una expresión burlesca

"¿Por qué habría de bromear con algo así?" – respondió con tranquilidad

Algo debía haber aprendido de todo el tiempo que pasó con Soubi¿no?

Él siempre se mostraba tranquilo, impasible. Y le había costado mucho trabajo y caídas el aprender que, haciendo caso a los impulsos, la desesperación y la efusividad, uno no logra nada.

Kaiou de pronto estalló en carcajadas y Jun soltó un bufido de incredulidad

"No puedes ser un combatiente" – respondió falto de expresión – Una cosa es que un Combatiente pueda pelear sin necesidad de su Sacrifice, pero una muy diferente es que un Sacrifice intente ser un Combatiente al mismo tiempo…

"Pero no es imposible" – respondió con la misma tranquilidad, aunque por dentro tenía ganas de mandar a todos al infierno y pedir que se le dejase en paz por un momento – Además, no tengo un combatiente propio, soy Loveless y yo solo me basto…

Kaiou dejo de reír y lo vio como si fuera la cosa más interesante del mundo

"¡Que determinado eres Ritsuka-kun!" – exclamó con estrellitas en los ojos, segundos después cambio a una expresión más sombría – Lástima que de eso no se logre el poder

"Iniciamos batalla" – dijo Jun yendo al lado de Kaiou

"Acepto…"

Una sombra negra cubrió el parque y alejó todo lo que se encontraba, manteniendo al trío de chicos en la nada

El frío se incrementó y Ritsuka comenzó a sentir que cada músculo de su cuerpo comenzaba a entumirse, pero no dio muestras de flaqueza, al contrario, mantuvo la mirada desafiante

"Debes sentir el verdadero dolor…" – murmuró Jun cerrando los ojos un momento – Que mil agujas de hielo se claven en tu ser y te hagan sentir el mejor de los sufrimientos, que el dolor alcance incluso a tu cuerpo entumecido

Cientos de agujas se abalanzaron contra él, no fue capaz de decir palabra alguna, solo sintió la ira correr dentro de él al recordar las miles de veces que había soportado ese ataque junto con él…

No supo que hizo… ni siquiera fue consciente de pronunciar alguna palabra…

Solo escuchó un grito desgarrador y el frío calándole en lo más profundo…

Y de pronto… el frío se esfumó…


CONTINUARÁ…


He aquí mi aportación a la sección de esta serie tan buena, espero les agrade y nos vemos en el siguiente capítulo

Hasta pronto.

A.E.