Un Amor Diferente

PRÓLOGO

Elizabeth Prescott caminaba por los pasillos de McKinley, luego de un arduo entrenamiento en la cancha de baloncesto. Ya no había casi nadie, estaba sacando su casco que estaba dentro del casillero cuando escuchó unos sollozos provenientes del salón de coro, al principio se asustó al ver que estaba todo oscuro, pensó que se trataba de un espíritu. Se acercó a pasos lentos, se asomó por la puerta entreabierta y descubrió a la persona causante de ese llanto. Rachel Berry estaba en un rincón sollozando, a Lizzie le sentó muy mal verla de esa forma. Sin ser muy consciente se acercó a la menuda morena, que solo era iluminada por la luz que se colaba por la ventana.

- oye... ¿Te encuentras bien? – preguntó con cuidado Lizzie, Rachel se sobresaltó un poco, se limpió inútilmente sus lágrimas.

- sí, no es nada – dijo con la con la voz quebrada, la otra joven le dio un paquete de pañuelos y se sentó a su lado – gracias – sonrió levemente – ¿por qué me ayudas? – Preguntó luego de unos segundos – eres popular y deportista.

- a mí no me importa la escala que reina en el instituto – respondió encogiéndose de hombros – aunque al principio me asusté un poco, cuando escuché los sollozos en la oscuridad pensé que era un fantasma o algo así, tengo que dejar de ver películas de terror – reconoció algo avergonzada, pero logrando que Rachel riera, Lizzie sonrió ante eso, le parecía que la morena tenía una risa muy linda – deberías reír en lugar de llorar – dijo sonriendo se lado.

- es solo que no tuve una buena semana – admitió desanimada.

- deberías estar más animada, después de todo ganaron las seccionales – Rachel miró con sorpresa a la joven – un amigo mío es un Warbler, fui a ver la competencia, esperaba que tuvieras un solo como en las anteriores.

- vaya no pareces de las personas que van a esos eventos – dijo Rachel sorprendida, ya que la chica tenía una apariencia punk, con su remera de Sex Pistols, un jean azul oscuro, zapatillas negras y varios aros en las orejas – disculpa te estoy juzgando sin conocerte – se mostró arrepentida.

- descuida – le restó importancia – oye creo que ya es tarde, deberíamos irnos – dijo tras chequear la hora.

- tienes razón – coincidió. Lizzie se puso de pie y ayudó a la morena a hacerlo, ante el contacto de sus manos ambas sintieron una sensación de calidez, se soltaron lentamente y salieron de la sala – ¿te llamas Elizabeth Prescott, cierto? – preguntó mientras se dirigían hacia el estacionamiento.

- prefiero Lizzie – dijo sonriendo – y tú eres Rachel Berry – la morena asintió sonriendo.

- puedes decirme Rachel – esperó a que la joven buscara su bicicleta y luego se acercaron a su auto – si te gusta el club Glee ¿por qué no te unes? – preguntó mirando a la castaña.

- oh no, yo no canto y mucho menos bailo – dijo sonriendo con timidez.

- ya veremos – dijo como si fuera un reto pendiente – gracias por los pañuelos y por la compañía Lizzie.

- de nada – dijo la castaña – espero que tus problemas se solucionen, nos vemos en el instituto Rachel – se abrochó el casco y se fue pedaleando, dejando a la morena con una mirada curiosa. Sin saberlo, esa noche comenzaría una historia entre las dos chicas.