Hola a todos! Estoy de vuelta por aquí, después de "Fiebre de Dragón ¿Verdad?" con el pairing Sirius/Hermione. Esta vez vuelvo al dramione, cómo no. Tengo algo con estos dos, una adicción o un problema mental, no me decido. La cuestión es que siento estar en deuda con ustedes, aún no me recompongo del período inactivo, ya que por él he perdido completamente el hilo de mi historia "Non Mortis Phăgus" (que vuelvo y me repito) no lo abandonaré, lo cual no quiere decir que no me lleve su tiempo. Tengo la seguridad de que en algún momento volveré a encontrar entre mis notas el camino para terminarlo, no me gustan las historias a medio hacer y es como una molestia constante.
De cualquier modo, me pareció una buena idea (y un lindo gesto) empezar algo nuevo entre estos dos para regalarles hasta que pueda reencontrarme con la anterior historia. No sé si será un longfic, o algo más corto. Lo que sí sé, es que será de estilo libre, no me ataré a una cantidad de páginas por capítulo como suelo hacer, si sale uno de cinco hojas, pues bien por el y si hay otro de treinta, preparen el tentempié.
Recuerden que los adoro, que me hacen mucha ilusión sus reviews, aunque solo sean para dejar un saludo, y que escribo para ustedes.
Sin más los dejo con una leve introducción.
Disclaimer: Todos los lugares, personajes y actividades le pertenecen a J.K. Rowling, yo solo me entretengo con ellos ;)
Introducción
"Diafragma: Separación, generalmente movible, que intercepta la comunicación entre dos partes de un aparato o de una máquina."
No tenía idea de cómo había llegado hasta allí, mucho menos conocimiento de aquel pasillo. Suspiró como si con aquel gesto intentara suprimir algún pesar y luego se detuvo. Observó desapasionadamente las rudimentarias paredes que lo rodeaban y apoyó una de sus blanquecinas manos en la unión de dos grandes y sufridas rocas. Rozó con el dedo índice el hormigón entre ellas, cavilando, y cerró los ojos. Mantuvo aquella postura poco más de cinco segundos y su brazo cayó laxo, sin vida alguna a su lado.
Hermione se mordió el labio inferior, como las últimas cuatro veces que lo había seguido, la asaltó un sentimiento de culpa. Malfoy no parecía estar acatando órdenes de Voldemort, como Harry le sugería cada vez que discutían el tema, pero no por ello tenía menos razón. En sus incursiones secretas, no solo para el objeto de su escrutinio pero para sus amigos también, había descubierto la constante farsa y la ambigüedad en la vida de su eterno acosador. Por un lado tenía al ahora reservado Malfoy que ya no se metía con ella, pero no por eso dejaba de ser deplorable, con su andar aristocrático y su constante gesto de estar oliendo algo desagradable por debajo de su nariz; y por el otro, tenía a una versión mucho más solitaria, taciturna y abatida. Alguien que buscaba la soledad y más aún en ella una escapatoria.
Malfoy movió la cabeza de un lado al otro y adoptando una postura más determinada se marchó de allí. Hermione permaneció unos momentos más y luego salió de su escondite, cavilando, se acercó hasta donde momentos atrás había estado su contraparte y posó los dedos en el mismo lugar. Se sentía tan imperfecto, fuerte y necesario, como las restantes piezas de admirable roca.
Suspiró a su vez y también dejó caer el brazo sin vida.
Draco Malfoy no parecía estar actuando bajo órdenes de Lord Voldemort, pero sin duda alguna lo estaba haciendo.
Hermione volvió sobre sus pasos preguntándose por cuánto tiempo más mantendría el secreto y peor aún, porqué lo hacía.
