Regreso


Por fin ha terminado un extenuante día.

Ya con el sol que comienza a ocultarse. Una hermosa joven se dispone a cerrar su pequeño restaurante.

Al estar a apunto de entrar para darse un refrescante baño algo llama su atención.

A lo lejos se logra ver una figura ya conocida por la joven. Se queda mirándolo por unos momentos para ver bien de quien se trata. Una amplia sonrisa se forma en su rostro al reconocerlo, levanta un brazo para poder saludarlo, pero la expresión de felicidad de ver a ese personaje de transforma en una de incontenible preocupación al ver cómo ésta figura cae secamente al suelo.

-Ryoga! – corre hacia el joven ya inconciente y lo examina – Dios mío! Está muy herido! – sin pensarlo dos veces lo levanta como puede, su fuerza la ayuda bastante, y se dirige inmediatamente a recostarlo en un sofá de su casa situada atrás del restaurante.

-Que te sucedió! – La chica lo examina – Dios mío! Iré por el doctor Toffu! – dicho esto, inmediatamente sale corriendo de la habitación y en un par de minutos vuelve acompañada por el doctor.

La chica se encarga de ayudarle al doctor en cada petición que él hace.

-Esta muy malherido, pero no tiene ninguna herida demasiado grave.

La chica suspira aliviada

-Muchas gracias doctor

-Con las vendas que le he puesto es probable que sea suficiente, aun así requiere mucho cuidado. Mañana en la mañana quiero que vayas a buscar un medicamento que le prepararé.

-De acuerdo doctor, muchas gracias

El doctor recoge sus cosas y se va, pero no sin antes haberle dado las instrucciones adecuadas a la joven Ukyo


Sus ojos de abren con lentitud "¿Cómo llegué aquí?" Intenta incorporarse pero un dolor en su cabeza se lo impide "qué me sucedió?" Con algo de dificultas logra sentarse en el sofá en el que estaba recostado, saca una frazada que lo cubría y trata de recordar en vano. Hace descansar sus brazos en sus piernas y a la vez, su cabeza en sus manos.

Se queda pensando por varios minutos, recuerda que quedó muy malherido luego de haberse convertido en cerdito y una gran manada de lobos lo perseguían para cazarlo. Recuerda haber sido atacado por algunos a la vez. Luego, sus recuerdos se convierten sólo en imágenes que no logra juntar en una sola idea.

Siente la presencia de otra persona en esa misma habitación, al incorporar un poco la cabeza para finalmente se encontrar con la hermosa figura de una chica. Se queda mirándola por un momento. Ella está dormida en una silla que esta situada justo cerca de donde él mismo permanecía inconciente.

Nota que en sus manos se encuentra la pañoleta amarilla con puntos que él usa siempre. La tiene recargada en su percho algo así como abrazándola.

Una leve sonrisa se forma en sus labios al ver a esa hermosa muchacha. Recuerda en lo único que pensaba era en volver a verla. Estaba tan malherido que lo único que deseaba era poder abrazarla nuevamente, al igual cuando él se alejó nuevamente de ella para un entrenamiento más riguroso. No comprendió lo que sentía hacia ésta muchacha, lo primero que pensaba era que le tenía un lindo cariño por toda la amistad que ella le ha brindado. Pero se ha ido cuenta que no es así. El simple cariño que supuestamente le tenía se fue convirtiendo en una desesperación por volverla a ver, reconoce que es un sentimiento que lamentablemente no es correspondido a causa de lo que ella siente por Ranma… el renombrado Ranma.

Se incorpora un poco para poder acariciar su suave mejilla.

-Ukyo- llama casi en un susurro – muchas gracias Ukyo.

Levemente los parpados de la chica se abren, sus grandes ojos marrones se dirigen adormilados hacia el muchacho que le sonríe.

-Ryoga…- susurra. Un brillo de felicidad se deja notar por sus hermosos ojos

Luego, sorpresivamente para el muchacho, ella se para justo frente a él y se arrodilla quedando entre sus piernas

-Como se te ocurre aparecer después de tantos meses y en éste estado! – Comienza a revisar los venajes mientras lo regaña – Como demonios me preocupas de esa manera!

Una gran fila de regaños le siguen a cada frase que termina

El chico la mira con una tierna sonrisa

-Por que demonios te ríes! – dice algo perturbada – Acaso me estas esc…?

El chico sujeta sus manos para que dejaran de revisar sus vendajes y la abraza haciendo que ella quede en silencio

-No sabes lo que me alegra verte - dice en un susurro - luego le sigue un apretón más fuerte en el abrazo – No recuerdo muy bien cómo llegué aquí… pero lo único que pensaba era en volver a verte…

Un profundo silencio se hace presente en la habitación. Profundo, pero no incómodo.

La chica que en un principio sus ojos estaban completamente abiertos por el asombro, ahora se relajan y cierran para responder ese tierno abrazo – Eres un tonto… - unas pequeñas lagrimas se dejan caer por sus sonrojadas mejillas – Eres un tonto! – repite ahora estrechándolo aún más.


Una semana más tarde el doctor Toffu, en su consulta, ve el estado del muchacho. Esta sorprendido por la alta recuperación que ha tenido el muchacho en solo algunos días, su cuerpo ha recibido tantas heridas que éste mismo se ha acomodado de una manera tal, que no demoren mucho tiempo en curarse.

-Bien, creo que ya no será necesario que vengas tan seguido – dice el doctor – Tus heridas han mejorado mucho y no creo que sea necesario más cuidado que los vendajes.

-De acuerdo doctor – Ryoga vuelvo a vestir su camiseta y se dirige a la puerta

-Ukyo se ha preocupado mucho por ti – Toffu hace que Ryoga voltee a mirarlo – debe quererte mucho

Un tono rojizo se apodera del rostro del muchacho – Es por la amistas que tenemos doctor…- Dice con una sonrisa muy forzada. Finalmente sale de la habitación y ve a Ukiyo que lo espera afuera.

-Todo bien? – Cuestiona la muchacha incorporándose para retirarse junto a el

-Todo bien – responde el muchacho siguiéndola

Camino a la casa de la chica. Ryoga se deja ver algo deprimido, el asumir que esa chica que lo cuida tanto solo lo vea como un amigo lo vuelve algo molesto.

-Que te pasa?

Ryoga se distrae de sus pensamientos para mirarla. Le dedica una hermosa sonrisa – Nada, no te preocupes – vuelve a mirar hacia delante – No es nada…

Al llegar al restaurante la mirada de Ryoga se transforma en una casi llena de ira "Ranma" se repite en su cabeza

En efecto, apenas llegan al restaurante lo primero que se hace notar es la presencia de Ranma que está sentado en la mesa donde Ukyo atiende.

-Hola chicos!- saluda animadamente el muchacho presente ante la llegada de los otros 2

-Hola Ranma – Ukyo devuelve el saludo animadamente mientras se sitúa en su lugar para atender a los clientes.

-Que tal Ryoga, supe que estabas muy malherido…

-Hmm… si… - dice el aludido sin mostrar mucho interés, Luego entra junto a Ukyo para ayudarla.

Ranma nota la indiferencia, pero prefiere no darme importancia

Pasan un par de minutos, Ranma y Ukyo conversan animadamente mientras que Ryoga no puede evitar mirarla, le causa algo de recelo verla tan animadamente conversando con ese chico.

-Hola chicos! Lamento la demora!- Una voz femenina se cuela en el restaurante y se acerca donde los demás.

-Ya estaba por irme – Bromea Ranma sonriéndole.

-No seas malo!

Para sorpresa de Ryoga, la recién llegada ha cambiado mucho, su cabello ha vuelto a crecer como antes que él fuera el causante de cortarlo como melena y, lo que le causa más sorpresa aún, es que saluda al muchacho con un dulce beso en los labios.

-A…Akane…- susurra el muchacho seguido a sus pensamientos

-Hace ya varios meses que están juntos – Le introduce Ukyo que había notado lo desconcertado que estaba

-Pero… no era que?... como..?

-Hola Ryoga, tanto tiempo

En realidad había pasado un buen tiempo de que no los veía.

Pero aun así nunca imaginó que el momento de ver a Akane y Ranma por fin como novios llegaría.

-Hola Akane – la mirada de Ryoga se ilumina. – Cómo estás? Te ves muy bien con tu cabello largo – el joven sonríe.

-Muy bien, gracias - se sonroja levemente

Ambos jóvenes comienzan a hablar animadamente, de vez en cuando esta la intromisión de Ukyo y Ranma. Desde que Akane supo que Ryoga era su mascotita P-chan, creció mucho la amistad entre ellos.

Ranma y Akane no se van del local sino hasta que llega la hora de cerrar.

Al pasar unos treinta minutos luego de que se fueran. Ryoga se encuentra lavando los platos que quedaban, mientras que Ukyo se encarga de cerrar las puertas.

Apenas la chica termina se dirige a la cocina y se queda mirando al muchacho recargada en la entrada a la cocina.

-Te ves muy contento… - comenta la chica

Ryoga voltea para mirarla, no había notado que ella lo observaba.

-Tu crees? – cuestiona el chico volviendo a lo que hacía- Hace mucho tiempo que no veía a Akane, algo más de un año.

-Ya veo…

Ryoga termina de enjuagar y comienza a secarse las manos – Le viene muy bien el cabello largo, que bueno que finalmente se lo dejó crecer – Le sonríe.

-Si… - Ukyo baja la mirada – se ve muy bien…

El joven se acerca a donde está la chica – Qué te pasa? Desde la tarde que estas muy seria.

-Nada… olvídalo – Ukyo se da media vuelta y se aleja del lugar.

Desconcertado, Ryoga la sigue – Ukyo… pero qué..?

-Voy a darme un baño! – contesta secamente la muchacha

Al sonar tan cortante el chico simplemente para de seguirla y le pierde el paso, pero su mirada se sitúa en la chica que camina alejándose. Desde que volvió que ella ha sido muy tierna con él, le preocupa que su animo haya cambiado tan de repente.

Pasan un par de horas, el chico esta en la habitación que le prestó Ukyo para su estadía. Se encuentra recostado con ambas manos en su cabeza. Se queda pensando en la reacción de Ukyo, le preocupa, pero aun así no se atreve a hablarle, puede ser que ella quiera estar sola.

-Ryoga… - se oye en la puerta. La joven abre lentamente la puerta para luego entrar

El chico voltea a mirarla, se sonroja al verla. Está con una bata de mangas largas, que le llega a la mitad del muslo y su cabello mojado se deja caer en su espalda con unos mechones que se pasan al frente tapando levemente la zona de sus senos.

-Qué sucede? – evita la mirada volviendo a mirar al techo

-Lamento lo de recién… yo…

El chico vuelve a mirarla, observa cada movimiento que ella hace para acercársele y sentarse junto a él en la cama.

-No se lo que me paso… es que…

-No… no preferirías vestirte?... – el muchacho se pone muy nervioso y vuelve a voltear la mirada.

Ukyo se queda mirándolo algo extrañada, pero luego sonríe, son muy pocas las veces que lo ve sonrojado y el verlo algo nervioso le causa algo de gracia.

-Antes te daba igual – En efecto, anteriormente ella estaba de igual forma vestida y a él no parecía importarle, incluso pasaban horas y horas hablando de un tema sin importancia.

El chico se voltea dándole la espalda – Muchas cosas cambian en tantos meses, no crees?

-Incluso nuestra amistad?

Un par de segundos en silencio

-Ryoga – La chica toma su hombro

-Ve a vestirte

-Pero Ryoga…

El chico se sienta en la cama y la mira – Ukyo, por favor…

-Siempre me gustó la amistad que teníamos, que tiene ahora que la hace diferente?

Ryoga se queda mirándola, el impulso se le hace cada vez más difícil de controlar, pero no quiere echar a perder todos esos hermosos años que lleva siendo amigo de la chica.

-Vamos Ryoga… - la chica se recuesta – hablemos de algo…

-Ukio… por favor… lo haces apropósito.

-Te molesta que este así?

-No es eso… es que yo…

-Seguro que si se tratara de Akane te daría igual

El chico voltea a mirarla – Akane? De que hablas?

-Dijiste que te agradó mucho verla… - la chica voltea la mirada para evitar la de él

-Eso que tiene que ver? Te vistes así para provocarme?

-No seas tonto! – la chica se sienta en la cama

Un nuevo silencio se hace presente, esta vez algo más incómodo que el anterior

-Yo solo… -Ukyo no sabe que decir, cómo explicar lo que acaba de pasar – Eres un tonto! – la chica vuelve a recostarse, ésta vez, dándole la espalda al muchacho.

Aun en su mente trata de buscar la razón del por qué salió Akane en su conversación ¡que demonios fue eso! ni ella puede explicárselo.

Para sorpresa de la chica, un brazo rodea su cintura

-Ryoga…

-Qué fue todo eso? – cuestiona el chico haciendo que ella volteara para que quedara mirándolo fijamente.

La chica siente como su corazón se acelera al ver tan de cerca el rostro del muchacho "que me sucede?", son incontables las veces que ya han estado así, hablando por varias horas sin que sintiera lo que ahora experimenta. Ryoga tiene razón, muchas cosas pueden cambiar en tanto meses.

-No… No lo se… yo…

El chico, con la yema de sus dedos cierra sutilmente los labios de la chica dejando la habitación en un nuevo silencio. Suavemente comienza a acariciar las sonrojadas mejillas de la muchacha, mira fijamente sus brillantes ojos marrones.

-Dios mío… - Ryoga no aguanta más – Eres hermosa… - lentamente se acerca a ella para posar suavemente sus labios en los de ella.

La joven queda atónita, ante ese suave contacto no atina a hacer nada más que abrir los ojos por la sorpresa. Su corazón se vuelve loco, nunca había sentido que palpitara de esa manera ¡Qué sucede aquí?

Ryoga esta dispuesto a aceptar cualquier reacción por parte de la chica. Se separa abriendo los ojos con lentitud y quedar mirándola nuevamente. Sicológicamente se prepara para ser abofeteado o mandado a volar de la casa en ese mismo momento.

Nota el ligero temblor que esta presente en todo el cuerpo de la chica, al ver esos hermosos ojos marrones que lo miran con tanta sorpresa se arrepiente de lo que acaba de hacer.

-Lo… lo siento… - El joven se aleja y vuelve a sentarse – Ukyo… lo lamento… yo…

Sin decir palabra, la chica se levanta escondiendo sus ojos en la sombra de sus cabellos. Al igual de silenciosa se dirige a la puerta y desaparece tras ella.

Ryoga queda mirando por donde acaba de salir la chica – Demonios… - lleva ambas manos a su rostro, debió haber esperado más tiempo, pensar más lo que iba a hacer, haber adivinado que con un simple beso la hermosa amistad que ha tenido con la muchacha se iría al diablo. Se recuesta y mira nuevamente la puerta – Ukyo…


FIC SIN TERMINAR