Insoportable
Otro día llega, otro día transcurre, otro día en el que no estás presente, otro día… lo malo es que es un poco peor que el anterior.
La rutina empieza, finges lozanía ante el quehacer diario, ante las personas desconocidas y en especial con las que quieres, pero principalmente ante la vida misma, siendo que realmente sientes un vacío que no puedes reemplazar.
Qué haces cuando cada paso que das te trae su recuerdo, cuando por simple que parezca al caminar hacia tu colegio una brisa te dé de lleno en la cara y descubras que él no está presente, que nunca más lo estará…
Estando ya en el receso después de clases encaminándote hacia el baño del brazo de tus amigas y al toparte con un espejo ves tu reflejo, pero más que eso te fijas en ese par de ojos café que tanto le gustaban y que tanto te lo recuerdan…
Al salir ya un poco aturdida por su recuerdo te encuentras con la sincera sonrisa de tu mejor amigo junto con sus clásicos hoyuelos que en vez de contagiar la risa que se espera sólo produce llanto por la semejanza con una que añoras pero no te es posible obtener.
La preocupación es el principal detonante que lleva al más calmado del grupo a seguirte para calmarte con su poco común don de contagiar su pasivo ánimo, pero no contabas con que ese olor tan masculino que encanta a tu mejor amiga, se colara antes que nada por tus fosas nasales y paradójicamente rememoraras esa esencia tan particular que sólo él poseía.
Luego de caer presa de la nostalgia llega la única persona que puede calmarte, por quien saliste delante de todo este tormento, quien con un solo toque hace que olvides hasta tu nombre, lástima que en esta ocasión estás tan perdida en tus recuerdos que ese roce tan exquisito producto de sus manos te haga pensar en que jamás podrás volver a sentir la textura de esa piel suave y madura que ahora deseas con tanto ahínco. Y explotas nuevamente.
Pero estás con él, él sabe la razón de tu sufrimiento, por lo que trata de apaciguarte diciéndote todo lo que, por quien piensas, luchó para estar aquí, que hizo todo lo que en su poder estuvo para acompañarte; y tú estás muda, no hay manera de sacarte de tus pensamientos, él lo sabe por lo que solo te abraza mientras tu piensas y piensas…
Sin darte completamente cuenta empiezan a caminar, no sabes a dónde pero confías plenamente en él así que te dejas guiar.
Aún divagando por tu mente te percatas de algo bien obvio, pero que hasta ahora no habías contemplado plenamente… Lo amabas, es más lo amas demasiado, más que mal fue el primero que amaste, el primero que admiraste, a quien primero y precozmente celaste; pero lo sabes perdido, reconoces que ya no puedes tenerlo, ya no puedes mirarlo directo a los ojos y decirle…
Unos preciosos orbes esmeralda y un casto beso se roban tu atención y traen al mundo real, te percatas de que el lugar al que te trajo está atestado de verde y flores por doquier, pero algo llama tu atención, justo frente a ti se encuentra una piedra llana y blanca en la cual reza el nombre del dueño de tus pensamientos en este día, junto a una paloma dibujada con una pequeña rama reposando en su pico. Quien te acompaña te da un leve apretón en tu mano y una mirada llena de ternura y adoración.
Te arrodillas frente a la lápida posando tu mano libre en ésta y dices las palabras que querías, no, necesitabas soltar…
"Charlie, te amo insoportablemente tanto…"
Bueno estaba depresiva y salió esto D: obviamente fue adaptada a los personajes de Twilight, salvo que no nombré a ninguno, pero bueno las descripciones creo que dan una idea... Aps claro, nombre a Charlie xD
Pero la frase final debió haber sido "Osvaldo, te amo insoportablemente tanto..."
Para ti viejito donde quiera que estés...
