¡Hola a todos! Bueno primero que nada ¿Cómo se encuentran? Espero que excelente 3 Okey, les cuento un poco, este es la primera vez que publico un fanfic y más un Reader insert o.O Realmente es muy difícil escribir uno, pero se puede lograr, no se preocupen.
Con respecto a la historia, la estoy escribiendo desde hace tiempo así que la he repasado un par de veces para corregirla, así que aquí esta! Espero les guste, y si es así, les prometo actualizar un capitulo o incluso DOS cada mes 3 Bueno, no los molesto mas y prepárense para adentrarse en esta historia trágica pero romántica a la vez.
P.D.: la historia sigue a la continuación del manga sobre "el nacimiento de Levi" no toma el Ova que salió recientemente, porque son algo diferentes Aclaro por las dudas.
Levi x Reader. "La verdad detrás de sus ojos" (p/1)
Lo único que podías hacer era correr, solo correr. Te encontrabas agitada y sentías que en cualquier momento tus piernas te fallarían y caerías, pero no te lo podías permitir, a ti, a una líder de escuadrón.
No había pasado mucho tiempo desde que la expedición había comenzado y te habías agrupado con tus subordinados a la posición que te habían designado en la "formación de exploración de larga distancia" que Erwin Smith había inventado, sin embargo, cuando se trata de titanes, el tiempo no existe. Una ola de aquellos monstruos de todos los tamaños los persiguieron sin descanso, y como era de esperarse de tu equipo no fue difícil derrotar a algunos, pero en una zona despejada de arboles era casi un suicidio arremeter contra ellos. No tardaron en devorar a cuanto pudieran y tú no podías hacer más que tratar de mantener con vida a los que quedaban. A pesar de utilizar las bengalas como señal de alerta y como una forma de pedir ayuda, nadie vino a su amparo. Pocos lograron seguirte el paso hasta el punto de solo quedar cinco, incluyéndote.
—¡Mierda…! —pensaste mientras te girabas para ver el panorama, que no era para nada alentador.
Cinco titanes los seguían y estaban pisándoles los talones. No tenias más opciones, era hora de luchar sin importar las consecuencias. Tus soldados se habían sacrificado para que pudieran seguir avanzando, tú tenías que devolverles el favor. Blandiste tus dos espadas y saltaste del caballo con total agilidad, después de todo, eras la segunda mejor después de "El".
Ambos ganchos se clavaron en la parte delantera de uno de los titanes y velozmente cortaste los brazos que trataron de tomarte, para luego continuar con la boca que te señalaba como próxima presa. Activaste nuevamente el equipo para volar por encima y acabar en la nunca, cortándola con total elegancia, que era propia de ti. La sangre del titán te mancho todo el uniforme para luego evaporarse, dejándotelo otra vez reluciente. Nuevamente y con una velocidad inalcanzable para aquellas monstruosidades, mataste a un segundo y luego a un tercero sin lugar a titubear. Realmente eras muy buena en esto.
Van tres, faltan dos.
—¡Rápido, sigan hacia adelante y reúnanse con el escuadrón de la izquierda!" —lograste gritar mientras caías sutilmente junto con el segundo gigante ya muerto, pero… ya era tarde.
Tus ojos se abrieron de la sorpresa y el horror. Los pocos que habían quedado junto a ti… no, todo tu escuadrón había terminado de ser devorado por aquellas aberraciones llamados titanes. De repente y tomada por sorpresa sentiste que algo se acercaba a ti a gran velocidad, no lograste verlo pero quisiste esquivarlo, sin embargo sus dedos gigantes te rozaron por lo que el impacto te arrojo lejos, muy lejos. Por primera vez, volaste sin el equipo. Soltaste un alarido del dolor mientras la tierra chochaba contra tu rostro y la mitad de tu cuerpo al hacer fricción contra el suelo rocoso y de tierra. Un golpe completo con su mano y estarías muerta.
—¡Mierda! —gritaste esta vez en voz alta mirando la situación yacida en el suelo con solo un ojo debido a que el otro no podías abrirlo por culpa de la sangre.
Te incorporaste cómo pudiste, sin perder de vista a aquellas bestias que se acercaban hacia ti.
Dos contra uno, una total desventaja.
Intentaste levantar tu brazo izquierdo pero una puntada de dolor te obligo a dejarlo donde estaba. Mucha sangre emanaba de él, parecía estar seriamente lastimado al igual que el dorsal derecho de tu rostro debido a que también podías sentir como la sangre brotaba sin pedir permiso. Bien, un solo brazo y un solo ojo, una sola persona… sí que era una desventaja. Blandiste una sola de las espadas y comenzaste a correr, dejando que aquel brazo inmóvil jugueteara como quisiera. Dolía, no podías no admitirlo, pero de todos modos era un dolor insignificante para ti, nada comparado con aquel dolor que sentiste cuatro años atrás.
Para tu suerte, increíblemente uno de los titanes cambio de dirección, pero el otro se mostro algo rebelde. En cuanto te vio correr no dudo en perseguirte, bueno, en realidad no parecían dudar, solo actuaban. Cerca, a tan solo unos metros había algunos árboles, allí ibas a poder deshacerte de tu perseguidor pero primero tenias que llegar antes de que te atrapara.
—¡Vamos, (Nombre), tienes que lograrlo! —pensaste mientras corrías en zigzag para que aquel gigante no lograra atraparte tan fácilmente. Esa era una técnica que tu padre te había enseñado para situaciones así.
Mientras seguías concentrada en sobrevivir, notaste que la sombra del titán se cernió sobre ti, cosa que distrajo tu atención e hizo que calleras producto de una roca que se metió en tu camino. Yacida en el suelo, viste claramente como aquel titán te miraba con aquellos grandes ojos característicos de ellos y querías gritar, gritar como nunca. Pero no de miedo sino de odio, los odiabas con todo tu corazón, ellos te habían arrebatado dos personas muy importantes para ti y ahora querían arrebatar tu vida. Aun así, había alguien humano a quien odiabas por igual y tan solo pensar que ibas a morir antes que él, te repugnaba. "El" era más fuerte que tu, "El" era en el que todos confiaban, "El" era mejor que tu… "El" era quien había abandonado a tu hermano y al amor de tu vida. Ante esto, tu cerebro volvió a activarse y antes de que el titán lograra atraparte con su boca lo esquivaste velozmente cortando parte de su cara.
—¡Eso es por intentar comerme! —gritaste y activaste tu equipo, por suerte aun funcionaba—. ¡Esto es por matar a mis seres queridos! —seguiste gritando mientras cortabas en dos la mano que se aproximaba hacia a ti—. ¡Y esto es… POR MI! —finalizaste dirigiéndote a toda velocidad hacia la nuca.
El golpe fue mortal. Aun sin ningún árbol a tu alrededor, sin ninguna casa que utilizar como soporte, lo lograste… habías dado la muerte a tu cazador. Fue difícil, un solo brazo y un solo ojo, tuviste que emplear mucha fuerza en tu brazo sano para poder lograr que la cortada fuera igual de profunda que con las dos katanas. Pero, no tenías que preocuparte por eso ahora, lo importante era que te encontrabas viva y tenias que encontrar una forma de reunirte con los demás. No tenías bengalas, ni tampoco caballo, tu brazo y tu ojo izquierdos estaban en mal estado, definitivamente hoy no era tu día de suerte.
Comenzaste a caminar, ahora sosteniéndote el brazo, el dolor había incrementado y al parecer se te había dislocado. Necesitabas un doctor urgentemente. No pudiste evitar reír ante esto último ¿Un doctor? ¿Aquí y ahora? No había garantías de que llegase con vida y ya estabas pensando en ir a ver un medico. Que irónico.
—Tengo que apresurarme, no creo…— dijiste para luego sentir una dolorosa puntada en tu cabeza. Apretaste los dientes ante esto como una forma de soportar el dolor y llevaste tu mano sana a tu frente—. ¿Por qué…?—
Abriste los ojos una vez que el dolor se esfumo y viste a tu alrededor fijamente. Aunque, de hecho, no podías ver muy bien, notaste que tu visión comenzó a ser borrosa y que comenzabas a perder tu estabilidad.
—Maldición…—pensaste. Sabias lo que tu cerebro pensaba hacer, debido a que ya te había pasado unas cuantas veces.
De pronto, un escalofrió recorrió todo tu cuerpo y sentiste una presencia cerca de ti, te giraste velozmente para luego perder las esperanzas que tenias de vivir. Dos titanes venían hacia ti a paso reducido, parecía que aun no te habían visto pero en cuanto lo hicieran seria tu final. No podías enfrentarlos en estas condiciones, apenas y pudiste matar al anterior, dos de ellos eran tu sentencia. Te giraste completamente y te ubicaste en línea recta hacia donde ellos estaban. De nuevo, una puntada en tu cabeza hizo que te comprimieras. Según las circunstancias, este era tu verdadero final… no era la manera en que planeabas morir, pero no había ninguna oportunidad esta vez. Ese sentimiento de repugnancia volvió a ti y no pudiste evitar esbozar una pequeña sonrisa satírica.
—Morir antes que el… que lastima me doy… —pensaste mientras veías a tu dos asesinos acercarse—. Flagon, Sayram... pronto nos veremos…
Subiste tu vista al cielo, era la última vez que lo verías… tan celeste, tan limpio, tan puro… era realmente hermoso. El viento meció tu cabello (c/c) mientras sentías el temblor a tus pies que los dos titanes producían. Cerraste los ojos, o el único ojo con el que podías ver y pensaste en todos tus sueños y promesas que no ibas a poder cumplir, era realmente triste. Sentiste como una lágrima bordeaba tu mejilla algo lastimada haciéndote cosquillas y una imagen de un muchacho de cabellos negros con corte militar vino a tu mente pensante. Abriste el único ojo sano sorprendida y viste como una figura obscura surco el cielo a toda velocidad. Mantuviste tus orbes clavados en aquella figura para luego ver como con gracia y velocidad cortaba los puntos débiles de las dos bestias que tenias delante.
—Tú… —dijiste en voz alta mientras veías como los dos titanes caían de lado y comenzabas a sentir tu cuerpo pesado.
Podías ver su espalda claramente mientras que el viento ondulaba su capa verde. Al mismo tiempo que el comenzaba a voltearse tu visión se vio perturbada otra vez, comenzó siendo borrosa para luego dar paso a un obscuridad infinita. Te habías desmayado.
xxx
El pelinegro camino hacia ti, arrodillándose a tu lado en cuanto llegó. Te encontrabas tendida en el suelo sin conocimiento debido a que te habías desmayado segundos antes, producto del cansancio físico y emocional y la pérdida de sangre, que aunque no lo creyeras era mucha. Él te miró con detenimiento, antes de deslizar uno de sus firmes brazos detrás de tu cabeza para sostenerte.
—¡Capitán! —grito uno de los soldados que se acercaba hacia el lugar rápidamente.
—¿Qué sucede? —pregunto seguro y firmemente Levi mientras viraba su vista hacia el recién llegado.
—El capitán Erwin dio por finalizada la expedición, tenemos que regresar cuanto antes— señalo el soldado que ahora se había arrodillado para verte mejor y sorprenderse—. ¡Esa es la capitana (Apellido)! —exclamo.
Levi volvió su vista hacia ti y finalmente te alzo con sus dos brazos, para luego dirigirse hacia su caballo que lo estaba esperando a un lado.
—Ca-Capitán… —exclamo el soldado novato al ver que Levi te ubicaba detrás de él, arriba del caballo.
—¡Rápido, no hay tiempo que perder! —afirmo Levi mientras sujetaba las riendas del caballo, preparado para avanzar.
El soldado sacudió su cabeza despejándose de sus pensamientos y corrió directo a su caballo. Ambos se dirigieron a toda velocidad a reunirse con los demás, mientras dejaban atrás el desalentador campo de batalla en el que habían perdido sus vidas todo tu escuadrón.
