BUENO PRIMERO DE TODOS, DECIR, QUE ESTE ES MI PRIMER LONG~FIC DE ONE PIECE Y EL SEGUNDO SOBRE UN PERSONAJE, QUE TUVO UN TRAGICO FINAL EN EL MANGA. PORTGAS D. ACE, QUIEN NO DEBIÓ MORIR.

HE REMODELADO UN POCO EL FIC. HE CAMBIADO LOS DOS PRIMEROS CAPITULOS, QUE ESTABAN MUUUY MAL ESCRITOS, Y LOS HE TRANSFORMADO EN ESTE. ESPERO QUE OS GUSTE, Y QUE DEJEIS COMENTARIOS, PUES LA MEJOR FORMA DE APRENDER ES SABIENDO LO QUE OPINA LA GENTE DE LAS COSAS QUE ESCRIBES, TANTO SEAN CRITICAS (siempre que sean constructivas y no destructivas) O ELOGIOS.

BUENO, APARTE DE TODO ESTE ROLLO QUE ESTOY SOLTANDO. QUIERO DAR LAS GRACIAS A

ERIKA.D

PUES ME HA AYUDADO MUCHISIMO EN LA CONSTRUCCIÓN DE ESTE FIC. Y SIN ELLA. ESTO QUE OS PRESENTO AHORA, NO HABRIA SALIDO A LA LUZ.

DISCLAIMER: OBVIAMENTE ONE PIECE NO ME PERTENECE, PUES NI SOY HOMBRE NI JAPONES, ASI QUE NO, NO SOY EICHIRO ODA.


Capitulo 1

¿Las cosas podrían cambiar?

De nuevo, la volvía a cambiar de lugar, de hogar. Solo esperaba que esta vez acertase. Estaba harta de ser objeto de desahogo cuando alguno de sus "responsables" se enfadaba o tenía un mal día. Estaba harta de recibir golpes, día tras día, algún día, lo sabía, le costarían la vida. Y ella aun no quería morir.

Ahora era diferente a la otra vez que la llevó a vivir con criminales. Ahora su abuelo, quien realmente no lo era, pero el cariño le había echo llamarle así, también arrastraba a un pequeño niño, tres años menor a ella. Al menos ahora no estaría del todo sola. Aquel pequeño niño, de nombre Luffy, tal y como se había presentado, era una persona sincera, sin maldad en el corazón, honesto como ninguno. Era inocente, y a ella, al menos le daba la sensación de tener que protegerle de todo. Sabía que el seria de lo poco amigos que haría en su vida.

Luffy, protestaba, e intentaba por todos los medios, librarse del agarre de su abuelo. Luffy era el único, que era verdaderamente nieto de Garp, el único el cual compartía la misma sangre.

Su abuelo. Garp. Tenía la costumbre de dejar a sus nietos, con pequeños intentos de criminales que vivían en montañas. Ellos mismos se hacían llamar, los bandidos de la montaña. Al parecer, por algún extraño motivo, Luffy odiaba a cualquier persona que se hiciese llamar bandido de montaña. Por eso protestaba. Despues de vivir toda una vida en una pequeña aldea, ahora le obligaban ir a vivir con las personas que mas odiaba.

A ella, no le importaba, mientras no le pasase lo que le pasó anteriormente, con el otro grupo de bandidos, se conformaba.

Ella nunca tuvo una vida fácil, incluso a la corta edad de 10 años, lo sabía. De recién nacida, su madre se la encargó al que ahora llama abuelo. Nunca supo el por qué. Pero su madre quería esconderla de su padre.

Despues de un largo camino a través de las montañas. Llegaron a una pequeña casa de madera. Garp, llamó a la puerta de esta. Esa sería la casa donde ahora vivirían. Una voz masculina gritó desde el interior de la casa y de esta salió una mujer, al parecer propietaria de la voz que segundos antes habían escuchado.

- Te veo bien Dadan- rió Garp despreocupadamente.

-¿A qué has venido?- la mujer, actuaba con respeto, frente al abuelo de los chicos, pero sin duda alguna se veía que no le caía en gracia.

Su abuelo, pertenecía a la Marine, era un vicealmirante de alto cargo. Respetado y temido por muchas personas, sobre todo, por los que durante los últimos casi ya 50 años, gobernaban los mares. Los piratas.

- Cuidaras de ellos dos también- ordenó Garp, señalando a los dos infantes que se encontraban tras el- ¿Por cierto, como está Ace?

Ace, fue le primer "nieto" de Garp, tampoco compartían sangre, pero como bien se suele decir, el roce hizo el cariño. Ace era moreno y la piel bastante pecosa, llevaba viviendo con aquellos bandidos desde que nació. Su padre, fue uno de los más importantes piratas. El temible Gold D. Roger. Él fue quien inició la que como todo el mundo llamaba "Era de la piratería". Roger fue ejecutado el mismo año que Ace nació y su madre murió en el parto. Roger dijo muchas cosas antes de morir, pero una solamente se la dijo Garp. Le pidió que cuidase de su hijo, de aquel hijo que no tenía la culpa de llevar la sangre que llevaba entre sus venas, y que pese a todo, juzgarían e incluso mucho, la mayoría querrían su muerte. Ace, siempre supo su historia, y desde que comenzó a tener algo de sentido en la vida, maldijo a su padre, por la vida que le había tocado. Por eso el se había cambiado el apellido, para que nadie, jamás, le comparase a su padre. Por eso él, tomo el apellido de su madre, quien luchó hasta la muerte, para traerle al mundo. Desde que comenzó a tener conciencia, el siempre fue Portgas D. Ace, y no Gold D. Ace.

Garp, no había visto al muchacho desde que lo había dejado a cargo de Dadan, es decir, casi desde que nació. Pero al ver un pequeño niño, sentado en lo alto de un gran bisonte, supo enseguida que era él. Garp se acercó a su "nieto" Ace, y se lo presentó a los otros dos niños.

- Luffy, Kayla- llamó a los recién llegados- el es Ace, a partir de ahora viviréis con él, junto a Dadan.

Lo malo de Luffy, era que confiaba enseguida en la gente, y como de costumbre, se emocionó demasiado cuando su abuelo le presentó a un posible nuevo amigo. Sin embargo Ace, no quiso ser tan amistoso como Luffy. Así que para alejarle de él, le tiró un escupitajo.

Si algo unía a los tres nietos de Garp. Era el amor por las artes marciales, o estilos de lucha. Los tres a sus cortas edades, ya las dominaban casi a la perfección, pero sin duda, quien mejor las controlaba era Kayla, la cual tenía unos reflejos imparables, y una fuerza poco común para ser una niña de diez años. Poseía un dos que pocos tenían, unas habilidades que casi nadie conseguía dominar.

Ella cuando no estaba siendo apaleada por sus antiguos responsables. Entrenaba duramente hasta el agotamiento. Solo así, podría algún día defenderse de quien volviese a tratarla como la habían tratado aquellos miserables seres.

Por eso, fue gracias a los reflejos de Kayla, que rápidamente apartó a Luffy, de la trayectoria del escupitajo, que el pequeño se salvó de semejante asquerosidad. Sin embargo, Luffy no se había dado cuenta de nada.

El pequeño protestó a su nueva amiga, pero esta calmadamente le explicó lo ocurrido, cosa que no gustó al propietario de la ofensa. Saltó del bisonte visiblemente enfadado, y encaró a la recién llegada. Dispuesto a matarla si era necesario. A Kayla tampoco le faltaban las ganas de querer matar a Ace. Sin embargo fueron interrumpidos por Garp, el cual se marchaba ya, dejando a sus tres nietos a merced de los bandidos de la montaña.

Aquella noche, los bandidos cenaron el gran bisonte que había cazado Ace. Luffy, por todos los medios intentaba alcanzar uno de los pedazos de carne, sin embargo el ser el más pequeño y con menos fuerza, no le favorecía mucho. Tuvo suerte de tener a Kayla a su lado, esta le pudo conseguir algo de comida.

Kayla, había sentido una conexión con Luffy, que le hacía tener el deber de protegerle. Por eso en cuanto Ace se marchó seguido de Luffy que por todos los medios intentaba hacerse amigo suyo, sintió algo que no le gustó, pero ella tenía sus propias cosas que hacer, sus propias metas que cumplir, y para ello, tenía que entrenar.

Dio la casualidad de que el lugar donde ella estaba entrenando, quedaba cerca de donde se encontraban los chicos, y cuando oyó un grito de auxilio proveniente de Luffy, corrió en su auxilio.

Corrió hasta un cercano rio que dividía el bosque de la civilización. Cuando de pronto, vio algo caer hacia ella, era Luffy.

Kayla, pudo atrapar a Luffy antes de que impactase contra el suelo, y posiblemente como cualquier humano. Muriese.

Alzó la mirada y vio en lo alto del precipicio por el cual había caído Luffy, a Ace, con una mirada asesina, queriendo dar a entender que había sido mala suerte que el pequeño no muriese en el acto.

Al regresar a casa, Luffy seguía con su idea entre ceja y ceja, por todos los medios a conseguiría de alguna forma hacerse amigo de Ace. Tanto, que cuando estaban en casa no se separaba de él ni a sol ni a sombra, aun que el intentase varias veces asesinarle. Kayla intentaba siempre que podía defender al pequeño, cosa que sacaba aun más de quicio al pequeño con instinto asesino.

Una tarde, mientras Kayla se despejaba la cara en el rio, tras una dura sesión de entrenamiento. Oyó tres voces gritar, cosa que le extrañó. Solamente había tres personas en el bosque, una era Luffy, que posiblemente seria uno de los que gritaba. Ace, que con las pocas palabras que había cruzado con el resto del mundo desde su llegada, sinceramente dudaba mucho de que estuviese gritando, y despues estaba ella, que lógicamente no estaba gritando.

Fue en busca de los gritos, pues la curiosidad le ganó, además, si Luffy estaba en peligro, debía ira salvarle.

Cuando llegó al lugar de los hechos, no se esperaba encontrar lo que encontró. Ace y Luffy, estaban peleando, pero no parecía que Ace tuviese la intención de matarle, es mas, parecía que estuviesen entrenando. Aun que lógicamente, por la diferencia de edad, Luffy estaba perdiendo.

Justo en un lateral del improvisado campo de batalla, se encontraba otro chico. Era rubio y tenía un extraño sombrero en la cabeza, aproximadamente tendría su misma edad.

Los chicos pararon, cuando sintieron la presencia de la chica observarles.

- ¡Kayla!- exclamó Luffy corriendo a abrazarla. Luffy era de lo mas cariñoso, sobre todo con ella- ¿Quieres entrenar con nosotros?

- ¿Seguro?- preguntó divertida, no estaba segura si esa idea la aprobaba el moreno que la miraba fulminantemente, o incluso aquel desconocido rubio.

- ¡Claro!- tiró de ella el pequeño- ¡Mira, el es Sabo, es amigo de Ace, vive en el bosque!

- Un placer- saludó educado Ace- es un placer conocerte por fin, estos dos no paran de hablar de ti- dijo sonriendo.

- Así que Ace hablaba de ella, vete a saber que abría dicho, no sabía si fiarse de ese chico.

Tras las presentaciones, el rubio también invitó a Kayla a unirse al entrenamiento, así que esta accedió. Al parecer Luffy y Ace, por fin habían conseguido llevarse bien, aun que no sabía bien porque, tenía el extraño presentimiento de que ese nuevo conocido, había tenido mucho que ver.

Los cuatro estuvieron hasta bien entrada la noche entrenando duramente, la verdad es que los conocimientos de lucha de cualquiera de los cuatro, eran mucho más superiores que de la mayoría de adultos. Pero para ellos, no era suficiente. No si querían cumplir sus sueños, cada uno el suyo: Ace, superar a su padre, lo que implicaba, ser pirata. Luffy, quería convertirse en el rey de los piratas. Y Sabo seguiría las órdenes de Ace, como buen amigo que eran prácticamente desde que se conocieron. Sin embargo, Kayla, tenía otro muy diferente, aun que seguramente, acabaría llegando a lo mismo. Ella únicamente vivía para vengarse de su padre. Aquel que le arruinó la vida.