BUENO, LO DE SIEMPRE NO? THE MENTALIST NO ME PERTENECE NI NADA. AVISO DE NUEVO: OJO CON LOS SPOILERS, HAY ESCENAS REALES (AUNQUE PAREZCA QUE NO) QUE HE ADAPTADO A MI MANERA PARA HACERLO COMO ME HUBIESE GUSTADO VERLO. ESTÁ BASADO EN EL 7X12 Y EL 7X13 (FINAL DE LA SERIE)


Jane se había recuperado de la explosión de la casa y se disponía a arreglar la cabaña que había comprado para Lisbon y para él. Lo tenía todo listo, los listones de madera, lapices, reglas y escuadras, cintas métricas y por supuesto una tetera y su adorada taza azul. Golpeó su barbilla con el lápiz, pensativo, intentando imaginar la disposición de los muebles. Una voz le saca de sus cavilaciones.
-Qué tal tu cabeza?
Lisbon había entrado por la puerta con una bolsa en mano y su gabardina beige acompañada de una espléndida sonrisa.
-Oh,hey
-Hey
No fue un saludo como otro cualquiera, este era diferente, con beso incluido, uno de esos en los que hay confianza y seguridad.
-He traído el almuerzo.
-Las palabras mágicas. Sígueme.
Salieron de la casa despacio, paseando, recorriendo con la mirada cada centímetro del terreno, hasta que toparon con los ojos del otro y no pudieron evitar sonreír. Llegaron a un pequeño espacio sin hierbas altas, donde Jane había colocado una manta encima de un tronco caído. Se sentaron mientras hablaban, entre bromas, risas, alguna caricia y tomaduras de pelo se hizo el silencio durante unos instantes.
-No te parece que la casa está ligeramente inclinada hacia la izquierda?- apuntó Lisbon.
-Es una ilusión óptica.
Lisbon asintió divertida pero al voltearse para mirarle se percató de que su mano se encontraba desnuda.
-No llevas tu alianza.
-No estoy casado
Lisbon arqueó las cejas y sonrió ligeramente a modo de sorpresa.
-El suelo es alargado y da la impresión de que está inclinada.
-Alargado eh?
-Sí, es un término técnico.-acabó mientras se metía la mano en el bolsillo del chaleco.

Jane contó su historia, o parte de ella, diciendo que ese anillo había estado con el durante mucho tiempo y que evidentemente tenía mucho significado en relación a su pasado.

-...pero,.-prosiguió.- también representa el haberte conocido. Si no tuviera este anillo, jamás te habría conocido, por lo que tiene el potencial de representar mi futuro, nuestro futuro, juntos. No espero que lo lleves, ni nada, pero quiero compartirlo contigo.

Lisbon no sabía como reaccionar, le escuchaba atentamente, en silencio, solo le miraba esperando el siguiente movimiento y midiendo las palabras que le diría.

-Quiero que seas mi mujer.

Vale eso sí que no se lo esperaba.

-Quieres casarte conmigo?

Lisbon tardó un par de segundos en reaccionar, los cuales a Jane le perecían años.

-Vale...s..sí. ¡Sí! Claro que sí.

Jane suspiro aliviado, liberando toda esa tensión que tenía acumulada.

-Uf, que suerte que has dicho que sí, estaba muy nervioso.

-Oh, vamos, sabías que iba a decir que sí.

-No, incluso después de tantos años sigues siendo un misterio para mí.

-¿Sí?- dijo ella mientras se acercaba.

-Ahá...mmh...-es lo único que pudo vocalizar puesto que a esas alturas ya se estaban besando en aquel sofá improvisado.

Se dejaron llevar, más de lo que esperaban. Pero qué digo, se dejaron llevar mucho. Las caricias iban y venían, las risotadas se escuchaban a lo lejos y de repente hizo mucho calor. No hubo más remedio que ir desprendiéndose de la ropa. No les importaba si pudiera venir un guardabosques, ni la mujer de la inmobiliaria, ni ninguno de los del equipo. Solo estaban ellos dos y su candente baile que acababan de empezar y que ninguno quería que acabara.


-Mmh...no ha sido buena idea hacerlo encima del tronco...-apuntó Lisbon.

-¿Enserio? Yo quiero repetir.

-Msé...bueno... me ha quedado la espalda doliendo...

Aún seguían abrazados, bien pegados, ya que si alguno de los dos se movía, caerían del tronco.

-Oh, eso tiene arreglo.-dijo Jane con una sonrísa. Intentando mantener el equilibrio, soltó una mano de Lisbon y con un par de gruñidos alcanzó la punta de la manta que cubría el tronco; envolvió a ambos como un rollito primavera y con el impulso cayeron rodando al suelo.

-¡Ah!-Lisbon no pudo evitar dejar ir un pequeño grito a causa de la sorpresa pero ni dos segundos más tarde estalló en risas.- ¡Estás loco!

-Por ti.

-¡Dios, mira que hora es! Tenemos que ir a la oficina, no sé si te acuerdas que hay un asesino en serie suelto por ahí..

-Y nosotros haciéndolo en medio del bosque, es que Teresa, ¡qué ideas se te ocurren!

-Y que además ha intentado matarte.-siguió la agente haciendo caso omiso al comentario de su prmetido. Aunque tenía que reconocer que se moría por sonreír ante la situación, debía mantenerse firme, había un asesino bucándolo.

-Bueno, técnicamente, fui yo quien prendió fuego a la casa...

-Sí, por cierto ¿cómo demonios lo conseguiste?

-Con un chicle.

-¿Con un...? Bah, es igual, prefiero no saberlo.-dijo negando con la palma de la mano y cerrando los ojos. Se levantó y empezó a recoger su ropa que había quedado abandonada entre las hojas. Se disponía a ir hacia la cabaña pero Jane la agarró del brazo.

-Jane, debemos irnos...

-No, no es eso. Toma.- se levantó y se colocó a espaldas de Lisbon, ésta intentó girarse pero Jane la cogió de los hombros y la volteó suavemente. Puso sus manos en su cuello y tomó la cadena de Lisbon buscando el cierre. Introdujo el anillo en la cadena y éste se deslizó rápidamente hasta topar con la cruz. Lisbon miró su pecho con una mezcla entre sorpresa y tristeza.

-Patrick yo creo que yo deba...

-Tú chitón. No tienes nada que ver en esto.

-¿A no? Qué mal informada estoy.- dijo con una risa nerviosa.-Así que sigo siendo un misterio para ti ¿eh?.

-Yo nunca he dicho eso.

-Sí si lo has hecho, te he oído- se burló.

-Habrás oído mal. Tengo total y libre acceso a tu mente.

-Sí, sí, claro, claro.

-Anda, calla.

Y como no podía ser de otra manera, Teresa Lisbon y Patrick Jane discutiendo como viejos amigos, como en los viejos tiempos, entre risas y persecuciones hasta la casa.