HOLA A TODOS:

Mucho tiempo sin escribir. Ahora les presento esto... es totalmente diferente a lo que escribe y ojala les guste :D

Recuerden estos personajes no me pertenecen... demos gracias a nuestra querida Rowling por ello=)

La trama si que si.


(Este fic participa del Reto Temático de Febrero "Dramione" del foro "Provocare Ravenclaw").


:.:.:.:.:

SANGRE SUCIA

Yo podría decir mil cosas en un segundo. Comenzando por el magnífico clima que observo hasta la batalla interna con que lucho día a día. Podría decirlas, pero me harían recordar una vez más como las cosas que parecen ser las más seguras se esfuman de un momento a otro. Como pierdes las batallas una y otra vez sin poder hacer nada al respecto. Podría comenzar a decirlas pero me limitare a que los recuerdos inunden una vez más mi mente y que destrocen los pedazos rezagados de alma que quedan, para que una vez más recuerde que caer en una fantasía puede ser peligroso.

Bastaba una palabra más para que mis impulsos dieran el golpe final. Sus palabras me torturaban una y otra vez. Cada insulto parecía como un golpe en el rostro y trataba que mi autocontrol actuara por sí mismo.

Me escuchaste sangre sucia o quieres que te lo vuelva a explicar para ese estúpido cerebro tuyo comprenda las palabras que digo. – decía con esa lengua viperina que deseaba cortar.

Ya estaba respirando con dificultad, las manos me temblaba de forma incontrolable. Estaba rozando mi varita con mis dedos, pero faltaba esa palabra mágica para despedazar lo último de mi autocontrol.

Acaso estas sorda – decía mientras arrastraba las palabras y con poca delicadeza pasaba su varita por mi garganta. – responde a lo que te digo o tu cerebro se pudrió por tanto libro que te tragas asquerosa sangre sucia.

Un segundo más, un segundo antes de querer vengarme. Yo no era de esas personas. El querer dañarlo hasta que suplicara perdón no estaba dentro de mis principios. Sabía que alguien llegaría. Estábamos en medio de un pasillo y él arriesgaba mucho con este teatro de villano barato, después de lo que había pasado con sus padres. Un segundo más, era su última oportunidad.

O es que acaso ver a tus padres morir basto para que …. – error.

Tome la varita con facilidad y comencé a lanzarle hechizos. No quería dañarlo, quería torturarlo hasta que se diera cuenta del dolor acumulado y la tristeza que me ahogaban día a día.

Primer hechizo, segundo hechizo. La sangre se esparcía por las paredes mientras Draco Malfoy se desplomaba contra la pared. Su rostro me decía que aún no comprendía que pasaba.

Tercer hechizo, cuarto hechizo. Pequeños cortes se hicieron en el perfecto rostro del rubio. Al momento de querer gritar no pudo hacerlo, llevándose sus manos a la garganta, su voz se había esfumado completamente. Por primera vez pude apreciar la expresión de pánico en el rostro del slytherin.

Quinto hechizo, sexto hechizo. Cuando intento ponerse de pie para correr, no pudo. Sus piernas no le respondían. Y para evitar que hiciera cualquier movimiento se escuchó un crujido que retumbo en los pasillos. Su pierna derecha estaba en una posición irregular.

Las lágrimas en el rostro del rubio se hicieron presente, no podía gritar, el dolor era insoportable, pero yo aún no lograba obtener la satisfacción que deseaba. Necesitaba más.

Ahora qué opinas de mí, pequeño hurón. Crees que esto es todo – comencé a deslizar mi varita con delicadeza por su garganta. Comenzó a temblar y el pánico estaba presente en su mirada – acaso le tienes miedo a esta sangre sucia… Pensé que con todo lo que ha pasado podrías haber cambiado un poco tu opinión acerca de lo que somos, y sobre todo de lo que soy capaz – lo mire por un segundo sin pestañear, sin sentir absolutamente nada - Pobre huroncito. No sabes el sin fin de cosas que tengo planeadas para ti.

Mi varita comenzó a quemar la piel de su cuello. El olor a carne quemada se hizo presente en el ambiente, mientras que él, un débil intento de detenerme, hizo que hundiera más mi varita contra su cuello.

No luches contra mí, no te cruces en mi camino. – le dije con delicadeza mientras espasmos incontrolables aparecían en el cuerpo del rubio. Estaba a punto de entrar en shock por el dolor. – sería una lástima que perdieras el conocimiento sin siquiera conocer más de lo que sería capaz de hacerte. Pero creo que será todo por hoy.

Séptimo hechizo, octavo hechizo. El rubio había perdido el conocimiento por completo. Los rastros de sangres había desaparecido y los cortes cicatrizaron de inmediato. La pierna volvió a su estado original y la quemadura en el cuello ya no estaba.

No quiero quebrantar las reglar después de todo lo que ha pasado, pequeña serpiente – le murmure al oído – pero créeme que recordaras esto.

Con delicadeza, le gire la mano y escribí "SANGRE SUCIA" con letras doradas que luego se desvanecieron por completo en la piel del chico.

Noveno hechizo, décimo hechizo. El rubio estaba de pie, a pocos centímetros de mí, tenía los ojos abiertos pero aún no estaba plenamente consciente.

Malfoy, Malfoy – mi voz sonó fría y con un tono de maldad subyacente. – créeme lo que te digo… es lo mejor.

El hurón me miro y luego se tocó la garganta. Tomo su varita para lanzarme un hechizo, pero en la muñeca comenzaron a aparecerles las palabras que había escrito hace un momento:

"SANGRE SUCIA"

El dolor era insoportable, se reflejaba en su rostro, pero no podía gritar, no podía moverse, no podía hacer nada.

No lo intentes hurón, porque lo vas a lamentar. – y me marche del lugar. Comencé a caminar y trate de contener la parte oscura que había aparecido en mi alma. Esa parte, que había tratado de ignorar por tanto tiempo y que había reaparecido en la guerra y ahora era más difícil de manejar.

Luego de que me aleje unos cuantos pasos, pude sentir como el rubio se movía y se marchaba del lugar. Los pasos rápidos provocaban un eco profundo en el ambiente.

Draco Malfoy huía de la escena, huía de lo que había pasado, huía de una sangre sucia. Y yo me detuve por un momento. Gire mi cabeza al momento que desaparecía una sombra de lo que un día fue un hombre con poder y ambición. Y me di cuenta que sería muy entretenido cambiar los roles de nuestra relación. Ahora yo me convertiría en el cazador y el pequeño hurón albino sería una excelente presa para lo que hoy comenzó en este pasillo.

Y con un una sonrisa en mi rostro y sin ningún remordimiento seguí mi camino.