"El verano está en flor, el verano pronto terminara"
Vanessa Carlton, White Houses.
Ella lo mira en el avión.
Al principio ella está segura que no lo es. El joven que habia dejado Berk hace 3 años era prácticamente un pre-adolescente, con mejillas hinchadas y cabello castaño y molesto que no parecía poder dejar libre su frente.
Él muchacho que estaba durmiendo plácidamente en el asiento del avión no podía ser Hiccup Haddock.
Pero Astrid reconoce la forma de su rostro, ahora bañado por pecas mientras que su mandíbula carece de toda la redondez de su i infancia. Ella reconoce su cabello igual de grueso y molesto que durante su adolescencia, pero ahora parece haber capturado un tono cobrizo, casi pelirrojo que parece brillar por sí solo. Como si hubiera sido salpicado por el sol.
No hay manera de negarlo, Hiccup Haddock siempre tuvo un aura que lo identificaba, y dicha aura parece estar vibrando alrededor suyo—un poco incómodo, un poco inocente, todo
Ella…no sabe cómo reaccionar.
Hiccup siempre fue algo como un…forastero entre los jóvenes de Berk. O al menos lo fue, hasta que se ganó una reputación como un desastre local. Astrid no recuerda el número de veces que exploto el laboratorio de ciencias durante algún proyecto sin-sentido, o las muchas veces que accidentalmente intento armar su propia motocicleta con piezas recolectadas una a la vez y acabo chocando contra alguna pared por cualquier falla técnica.
Pero él era demasiado terco e imaginativo para rendirse, y Astrid aún recuerda verlo cargar motores y tubos y armatostes de metal usando hombros demasiado frágiles para él mismo.
Una vez lo habia logrado. Nadie creía que lo lograra, pero la motocicleta ronroneaba como si fuera nueva, brillante y rápida incluso cuando él la hizo desde cero.
Pero el choque también habia sido mucho más fuerte de lo esperado—mitad falla técnica, mitad error demencial.
Le habia costado su pierna izquierda y—aparentemente—su estancia en Berk.
Pero esos eran los recuerdos más amargos que ella tenía con Hiccup. No era algo que Astrid quisiera pensar en este especifico momento.
Durante un particular accidente en el laboratorio de química, Hiccup habia quemado las pestañas y los rizos de los gemelos, lo cual lo habia vuelto algo como el principal blanco para sus bromas maquiavélicas—Snotlout, su primo, se habia unido a dichas bromas un tiempo después impulso por su simple deseo a divertirse a expensas de su primo. Pero aún bajo las bromas pesadas, a Astrid le gustaba pensar que el pequeño grupo en realidad habían sido amigos cercanos.
La relación de Hiccup y Astrid habia sido mucho más complicada.
Ellos habían sido algo así como… ¿amigos?
¿Habían logrado ser amigos, antes de ser lo que sea que fueron?
Seguro que lo eran, salían juntos casi todos los fines de semana, él siempre llevaba suficiente almuerzo para ella cuando toda la pandilla salía al lago a nadar, y ella siempre se aseguraba de nunca dejarlo completamente solo en la pequeña jungla que era la secundaria.
Pensar en ello es casi melancólico, a pesar de que apenas y habían pasado un par de años separados.
Ella recuerda como ambos habían ido juntos al baile de graduación—Astrid aún tiene un álbum lleno de fotografías de toda su vida en Berk, y a ella le gusta llevarlo a todos lados. De haber sido posible ella lo estaría viendo en este momento, pero el viejo libro está junto con el resto de su equipaje.
Hiccup bosteza al otro lado de la cabina, y Astrid recuerda que esto en realidad está sucediendo.
Hay una chica rubia leyendo una historieta cómica al lado de él, y Astrid no sabe cómo interpretar a la pequeña joven que parece estar completamente ignorante a la manera en la que Hiccup descarga su mejilla contra la punta de su cabeza, probablemente babeando su cabello.
Diablos, se ven adorables. Malditas parejas.
¿Es su novia? Seria sencillo de interpretar. Sencillo de la manera más irónicamente cruel posible.
Hiccup Haddock se habia ido de Berk un tiempo después de perder su pierna, la mayoría del pueblo habia afirmado que era para asistir a una universidad en Boston, pero Astrid sabía que era para poder asistir a una verdadera clínica de rehabilitación en algún lugar de Canadá—parte del pueblo incluso le habia organizado una pequeña fiesta de despedida en la gran casa de los Haddock's, donde todos lo habían felicitado por tener las agallas de salir del pequeño pueblo de Berk en busca de un mejor futuro.
Astrid recuerda como todos aparentaban que no habia perdido su pierna, ella recuerda lo mucho que Hiccup odiaba eso.
Astrid recuerda la mirada perdida en sus ojos esa noche, aún recuerda como las pocas veces que su sonrisa real salía a la luz era como un pequeño amanecer—inocente y frágil.
Él no quería irse.
¿Habia sido su sonrisa la que la impulso a tomarlo de la mano y llevarlo a la habitación de arriba? ¿O simplemente sus propios deseos de impregnar su esencia en su piel?
De cualquier manera, sucedió.
Astrid aún recuerda el color en sus mejillas cuando se besaron por primera vez. Él estaba un poco molesto, porque era el primer beso de él, pero no era el primer beso de ella. (Astrid le habia dado su primer beso a un chico llamado Todd Jones en sexto grado durante un juego de botella, y no le habia dado mucha importancia, pero aparentemente Hiccup aún era anticuado en más de una forma).
Astrid aún recuerda como sus ojos se abrieron cuando ella tomo su mano y la puso sobre de uno de sus menudos pechos—ella aún era casi una niña, y ninguno de los dos sabía lo que estaban haciendo. Pero se sintió bien cuando le dio un pequeño apretón y ella habia sonreído tontamente.
Él habia sido tímido por la cicatriz aun roja en su pierna—ella habia calmado sus miedos mientras lo abrazaba fuerte contra su pecho.
Sus manos temblaban cuando desabrocho su sostén, sus besos se sentían algo torpes e inexpertos contra sus labios, pero tras un par de intentos se volvieron cálidos y suaves. Ella no supo exactamente qué hacer con cuando vio su erección, además de sentirse extrañamente molesta y acalorada en las mejillas, pero los instintos, las emociones y el conocimiento popular la hicieron actuar.
Y cada vez Hiccup envestía sus caderas contra las suyas un diferente sentimiento se formaba en su cuerpo y mente, un poco de dolor al principio, algo nuevo después, algo increíble.
Tenían 16 años, y sabían tanto del sexo y del amor como un bebe de cuna. Pero esa noche, ambos habían experimentado lo que era ser adultos—al menos en una de sus maneras.
"Sin arrepentimientos" Ambos habían cantado en unisón.
Fue…fue sorprendentemente placentero. Hiccup habia sido tan tierno y gentil como habia podido ser, y aunque parte del dolor no habia podido ser evitado, él la habia abrazado después. Tan cerca como pudo. Dos cuerpos medio-desvestidos sosteniéndose el uno al otro mientras ignoraban el tiempo y la razón.
La fiesta tronaba escaleras abajo, pero ambos estaban adormecidos.
En algún momento, Hiccup se habia lamido los labios tentativamente antes de abrir la boca, y cuando Astrid se dio cuenta de cuáles eran las palabras se estaban formando en sus labios, ella lo habia detenido con un beso.
Ella no recuerda si era para evitar amarrarse a sí misma, o para evitar enlazar a Hiccup a un desafortunado viaje de culpa nacido en una noche de primeras veces.
Lo mucho que le funciono. 3 años después y Astrid seguía poniendo a todo chico que conocía en la escala de "Hiccup". ¿Qué tan amable es? ¿Qué tanto me hace sonreír? ¿Qué tanto daría por mí? ¿Qué tanto daría yo por él? ¿Es adorable? ¿Es imaginativo? ¿Es algo tonto? ¿Qué tantas pecas tienen? ¿Qué tan verdes son sus ojos?
Era difícil encontrar a alguien arriba de la línea. 3 años después y la sequedad ya empezaba a alcanzarla.
Ahora Hiccup está sentado a 7 asientos de ella, y Astrid simplemente podría levantarse y despertarlo con un golpe, después podrían hablar y retomar lo que alguna vez estuvieron dispuestos a comenzar.
El vuelo de Montana a Oregón es simplemente una escala a un vuelo mucho más largo a California. Y aunque Astrid tiene que bajarse en el siguiente aterrizaje para tomar un autobús a Berk, puede que Hiccup en realidad no este regresando al pueblo en el que nació, sino simplemente pasando por el estado en el que se encuentra como una parada más a su aventura con la linda rubia sentada a su lado.
Tal vez Berk solo fue una piedra en el camino para él. Ella no sabe si sentirse feliz por su amigo, o triste por algo que nunca fueron.
Amigos nunca pareció suficiente, ahora todas las memorias parecen lejanas y borrosas, excepto los vividos recuerdos del día que se fue.
Astrid decide hablarle—ella nunca fue una para dudar, para vacilar—pero cuando intenta levantarse para ir a enfrentar a su destino la azafata decide pasar a su lado, ofreciéndole maní de aeropuerto o una bebida caliente. Ella niega con la cabeza, pero para cuando vuelve a mirar a Hiccup el momento pasa y su ambición se apaga como la flama de una vela en medio de una tormenta.
"Sin arrepentimientos" Ambos habían cantado. Quien hubiera pensado que ambos mintieron esa noche.
FIN.
