— ¡Lo vas a amar! ¡Lo amaras! — Gritaba Cassy, dando pequeños saltitos desde su lugar como una pequeña niña. — ¡Estoy tan feliz que finalmente ustedes se vallan a conocer! —

Malia observa a su mejor amiga con una sonrisa, aunque esta no llega hasta sus ojos.

— La verdad ya estaba empezando a creer que tu prometido en realidad era imaginario. — Dice Malia, encogiéndose de hombros antes de comer otro poco de su helado. — Han salido por 3 años y hasta ahora lo conoceré. —

Cassy chasquea la lengua. — Su trabajo siempre lo mantiene tan ocupado. — Ella dice con un poco de tristeza.

Malia no es lo suficientemente malvada como para responderle a su amiga con. "— Si él te amara tanto definitivamente encontraría tiempo para conocer a tu mejor amiga. —"

Conocía a Cassandra desde el primer año de universidad, eran compañeras de habitación, y se hicieron amigas casi al instante. Antes de Cassy, Malia no tenía ninguna amiga, ya que ella había estudiado en casa casi toda su infancia y adolescencia, había sido un milagro que sus padres le hubieran dejado ir a la universidad.

— Lo bueno es que ha sacado el suficiente tiempo libre como para ayudarme a organizar la boda. — Cassy mueve su helado con la cuchara de plástico, ya estaba prácticamente derretido, y su cara de asco le da un poco de gracia a Malia.

Cassy había conocido a un chico hace unos años atrás en una fiesta, precisamente la única fiesta que Malia no puedo acompañarla aquel año de universidad. Jamás pensó que dejando a su amiga ir sola ella conseguiría un novio, Cassy era demasiado tímida y siempre tan reservada, Malia se imaginaba al chico que robo el corazón de su amiga como una especie de chico perfecto, porque Cassy era muy exigente con los chicos, y ella ha estado durante 3 años con ese chico, sin mencionar que hace unos meses atrás se comprometieron.

Malia no creía en el amor, pero cuando oía a su amiga de su perfecto prometido ella a veces podía creer, en especial porque le hacía demasiado feliz ver a su mejor amiga tan feliz.

— ¿Por qué de pronto quieren casarse tan pronto? — Pregunta Malia, cuando ella no se le ocurre que otra cosa aportar a la conversación.

Cassy deja su helado a un lado, hace una mueca y evita los ojos de Malia. — Nada en particular. —

— Cassy. —

Su rubia amiga bufa. — No quería que te enteraras así. — Cassy la mira a los ojos. — Él ira a vivir por un tiempo a Londres, por su trabajo, quiero ir con él, pero si voy entonces no sé cuánto tendríamos que atrasar la boda. —

— Oh. —

Su pecho se llenó de celos, y ella se sintió horrible por eso, debería sentirse feliz por su mejor amiga, su única amiga, y era por eso precisamente que no podía, Cassy había sido su mejor amiga por mucho más tiempo que aquel chico su novio, y ahora llegaba a llevársela lejos por no sabe cuánto tiempo.

— No se lo has dicho a tus padres. — No era una pregunta, fue una afirmación.

Cassy asiente con la cabeza. — No he podido, ellos incluso también creyeron que él era un invento mío. —

Malia ríe. — No puedes culparnos por no sospechar, creo que era la única chica que no se toma si quiera fotos con su novio. —

— ¡Te he mostrado fotos! —

— ¡Muy pocas! — Exclama Malia. — Y siempre salen mal, el brillo en sus ojos prácticamente oculta todo su rostro. —

Cassy se encoge de hombros. — Por eso a él no le gusta las fotos, dice que no es nada fotogénico. — Ella se levanta de la mesa con una sonrisa. — Bueno, ya comiste tu helado, ahora vamos de compras querida dama de honor. —

Malia sonríe y se levanta también, dejando su vaso vacío de helado en la mesa del negocio de helados caseros que estaban demasiado populares aquel verano. Ella mira a su amiga, que le sonreía con tanta emoción que Malia se prometió que daría lo mejor de ella para ser la perfecta dama de honor, y aprovechar todo el tiempo posible con su mejor amiga.

...

Stiles Stilinski respira hondo mientras sigue contando mentalmente cuantas lagartijas llevaba. Su pecho y brazos ardían por el esfuerzo, pero él realmente se siente bien ante toda la energía de su cuerpo siendo aplacada.

— ¿Qué harás hoy? — Scott McCall, su mejor amiga desde la infancia, le pregunta.

Su amigo también hacia el mismo ejercicio a su lado izquierdo.

— Tengo esta cena con Cassy. — Empieza él, entre bajada y subida. — Finalmente conoceré a su mejor amiga. —

— ¿Hasta ahora? — Pregunta Scott con una ceja alzada.

Stiles pone sus ojos en blanco, todos parecían sorprendidos que no conociera a la mejor amiga de la chica con la que se va a casar, y con la cual ha salido por tres años, no era la gran cosa, él le presento Scott a Cassy luego de dos años de relación.

— Siempre que iba a conocerla el jefe me daba una misión. — Bufa. — Pero es como si ya la conociera, Cassy no deja de hablar de ella. —

Incluso a veces Stiles imagina que su prometida tiene un enamoramiento por su mejor amiga...

— Que bueno que por fin has pedido menos trabajo, Stiles. — Le dice su amigo con una sonrisa. — Creo que finalmente Cassy te sacara de esa mala actitud tuya. —

Stiles bufa de nuevo. — No tengo una mala actitud, que me guste trabajar no significa eso. —

Scott entre cierra sus ojos. — Amigo, desde nuestro último año de Instituto has sido tan cerrado a ti, no sabes lo emocionado que incluso estaba Liam cuando se enteró que finalmente tenías a alguien. — Trata de lucir cansado, porque sus compañeros de trabajo no podían saber que él en realidad tenia súper resistencia, y luego añade. — Creímos que ibas a morir solo. — Trata de bromear.

Stiles no recordaba muy bien su último año de instituto, solo que aquel año su madre había sido asesinada por ladrones, también que fue convertido en hombre lobo... Él no recuerda quien lo mordió, pero jamás parece importante, para ninguno de la manada es importante. En la universidad se concentró tanto para poder entrar en la agencia que a él en realidad no le interesaba entablar ninguna relación con sus compañeros, eso fue hasta su último año de universidad, en una fiesta conocía a Cassy y apenas la vio algo en su interior se movió, era como una necesidad de estar cerca de aquella chica, salieron unas semanas antes de convertirse en una verdadera pareja.

Cuando entro a la agencia él no estaba dispuesto a perderla, a pesar de la distancia, de su trabajo exigente, ellos lograron que su relación se volviera aún más fuerte, así que cuando su jefe le ofreció un trabajo en Londres, un mejor sueldo, mejor puesto, él no dudo de pedirle matrimonio a Cassy para llevarla consigo a esta nueva etapa de su vida.

Fue demasiado feliz cuando Cassy acepto, irse lejos junto con la única persona en el mundo que le hace feliz, no tener que volver a ver a su padre y su nueva esposa, definitivamente no podría pasarle algo mejor.

— ¡Bien, terminamos con los ejercicios de hoy! — Grita el entrenador de la agencia, un hombre de como 40 años, con una barba perfecta y músculos grandes y fuertes en cada parte de su cuerpo. — ¡A la ducha, señoritas! — Hace sonar su silbato antes de caminar hacia el edificio de la agencia.

Stiles se pone de pie, limpia el sudor de su frente con el dorso de su mano. Scott imite sus movimientos, luego agarra su botella de agua y bebe de esta.

— ¿El sheriff ira a la boda? — Pregunta de pronto Scott, cuando Stiles finalmente se dirigía para el edificio, debía alegrarse ya si quería llegar a tiempo a la cena de esta noche.

— Lastimosamente es mi padre. — Es todo lo que Stiles es capaz de decir.

...

Lydia observa con cariño al bebé de juguete en sus manos luego que ve a unos enfermeros acercándose.

Ella debía lucir loca.

Luego que se alejan ella deja de jugar con el juguete, solo lo deja sentado en su regazo, y suspira mirando el paisaje enfrente de ella, por suerte tenia permitido salir al menos una vez a la semana a tomar aire en los jardines de la famosa institución mental; Eichen House.

— Es esta noche. — Dice en un susurro Lydia, mirando a los demás internos, personas que si estaban locas. — Hoy se cumple ocho años, Ally. — Ella mira al cielo, como esperando que la voz de Allison suena en su cabeza.

Pero no sucede.

Nunca sucede.

Suspira y baja la mirada de nuevo en la muñeca en su regazo. Era aún difícil para ella creer que ha pasado ocho años desde aquella horrible noche donde todos perdieron, aunque los demás tenían más suerte, ellos habían hecho su vida, Peter había robado solo sus memorias, mientras que a ella, que como era una banshee y no podía hacerle olvidar con tanta facilidad que como al resto, prefirió internarla aquí, con incluso el permiso de su madre, también con la aprobación de la Loba... Todos la habían abandonado y traicionado.

No ha visto a Malia desde hace ocho años, extraña demasiado a su mejor amiga, la última que le quedaba con vida, Lydia incluso es un poco feliz al imaginarla teniendo una buena vida, aunque sea una vida llena de mentiras por parte de Peter.

— La hija de Malia debería tener ahora ocho años, ¿no? — Le pregunta a la muñeca, aunque sabe a la perfección que esta no le responderá.

— Por comentarios como esos, Peter jamás te dejara salir de este lugar. —

Lydia ignora la llegada de su madre, ella ni se molesta en mirarla, tratando así de aplacar la furia que hervía en su sangre.

Natalie Martin suspira, y se sienta tímidamente a un lado de su hija. — Lydia, ¿aún no quieres hablar conmigo? — La mujer trata de tocar el cabello de su hija, pero Lydia se aparta justo antes que pudiera hacerlo. Su madre parece herida mientras aleja la mano, y Lydia se concentra demasiado en peinar a su bebé de juguete. — Han pasado ocho años...—

— No importa el tiempo, jamás te perdonare. —

¿Cómo podría hacerlo? Su propia madre había permitido que Peter la metiera en aquel lugar, había dejado que la alejara de Malia, además que se había casado con el sheriff, siendo una gran descarada ya que fue ella misma quien entrego al sheriff para que la Loba lo matar hace años atrás, y ahora vivía una vida tranquila y hermosa con su marido, mientras que Lydia perdía más de su vida encerrada injustamente en aquel lugar desquiciado.

Ella era su madre, ¿no se supone que debería haberla apoyado y cuidado?

Muerde su lengua, tratando de no dejar salir las lágrimas, no quería que su madre viera que ella aún estaba muy afectada por lo que paso aquella noche.

Natalie suspira, derrotada una vez más, como siempre que venía a visitarla cada dos semanas.

— Malia está bien, de hecho la Loba ha dicho que encontró un excelente trabajo en uno de los mejores institutos de California. — Lydia sonríe levemente sin poder evitarlo, estaba muy orgullosa de su amiga. — Y...— Su madre duda unos momentos antes de decir; — Stiles se casara, Noah se enteró hace unos días, dice que su prometida es una chica encantadora y hermosa. —

Los ojos de Lydia se abren demasiado ante la sorpresa. — No. — Ella casi grita, sin importarle que los enfermeros de los alrededores pudieran oírle. — ¡Él debe estar con Malia! — Se levanta de un salto, tirando a la muñeca sin ninguna preocupación de poder romperla. — ¡Malia es su mate! — Se abalanza contra su madre, tomándola del cabello y jalándola con tal fuerza que ella grita, tanto por la sorpresa como por el dolor, pero Lydia la ignora, y sigue atacándola. — ¡Los están matando, los están matando! —

Unos enfermeros se acercan y jalan de Lydia con fuerza, la tiran al suelo, la joven banshee se retuerce y grita, pidiendo una y otra vez que le den su muñeca, que necesita a la hija de Malia cerca, pero luego ella no siente mucho más porque uno de los enfermeros le inyecta un fuerte calmante.

— Cuantos más tiempos separados estén ellos morirán por dentro. — Los sedantes empiezan a hacer efecto, y ella ve a su madre borrosamente mientras se acerca temerosa hacia ella. Lydia ríe con locura. — Peter tendrá a una zombie por hija. —

...

Cora se sienta en su lugar de siempre en la mesa, observa a su tía sentada al otro lado, viendo revistas en una velocidad antinatural.

— ¿Qué sucede? — Pregunta la beta. — ¿Malia esta bien? —

Hace bastante tiempo desde que Malia no ha tenido ningún episodio de nuevo, no desde que dio a luz, pero en la forma nerviosa que la Loba cambiaba las páginas de la revista le hace pensar que tal vez su prima de nuevo ha recordado... Después de tanto tiempo.

Empieza a sentirse impaciente.

Había llegado a casa temprano aquel día, su jefe le había dejado irse al verla tan mal, pensaba irse a recostar en su cama y dormir por bastantes horas, pero apenas piso la casa pudo sentir a su tía, camino hasta el comedor y la vio, viendo revistas viejas, sus manos temblando, luciendo temerosa.

Cora solo había deseado un día tranquilo, pero desde hace ocho años aquello era imposible.

— Hoy cumple ocho años. — Dice su tía con la voz temblorosa.

Cora no sabe con exactitud a que se refiere, porque hoy se cumplían dos cosas, la muerte de Allison y el nacimiento del bebé de Malia, pero luego recuerda el hecho que el bebé había nacido muerto, así que cree que la Loba debería referirse a la muerte de Allison.

Repiquetea sus dedos encima de la fina mesa. — Allison murió porque quiso. —

Y era la verdad, seguramente ellos habían podido encontrar otra solución en vez de tener que sacrificarse por aquel chico Stilinski. Cora odia a Stiles Stilinski, todo había sido su culpa después de todo.

Su tía la mira por primera vez desde que había llegado, parece confundida al principio y luego dolida. — Ella era mi responsabilidad. — Aprieta los labios, como si no pudiera decir más.

Cora pone los ojos en blanco, la Loba jamás ha podido superar lo que paso, ella incluso tuvo una horrible depresión mientras Malia estaba embarazada, fue cuando la werecoyote iba a dar a luz que la Loba pudo salir de esta, aunque por un momento casi tuvo otra depresión cuando vio al bebé muerto.

— Tienes que superarlo, tía. — Ella se levanta de la mesa. — Todos lo hemos hecho. —

Como ella que incluso había logrado superar a Liam.

...

Cuando finalmente llega la hora de la cena, Malia se siente impaciente por conocer al gran idiota que pensaba alejarla de su mejor amiga.

— Okay, llega tarde, oficialmente es un idiota. — Dice Malia, viendo el reloj que estaba en la pared frente el mostrador del restaurante donde se habían citado.

Cassy la mira. — ¿De verdad? — Pregunta con diversión. — Solo ha pasado cinco minutos de atraso. —

Malia bufa. — Así empieza, Cassy, cuando menos te des cuenta te dejara sola todas las noches porque preferirá su trabajo. —

— Jamás podría preferir algo antes que Cassy. —

Su amiga se levanta de un salto al oír la voz de su prometido. — ¡Stiles! — Ella corre hacia él, dejando a Malia despreocupadamente sola en la mesa.

Malia gruñe, levemente enojada, se levanta con lentitud de la mesa y gira sobre sus talones para finalmente presentarse con el intruso. Lo primero que ve son sus ojos (Aquellos que en las fotos jamás se podían ver por el flash) y luego sus labios. Por algún motivo que ella no entiende su corazón se detiene unos segundos, y luego su respiración se agita.

¿Qué le estaba pasando?

Stiles sonríe, mantenía un brazo alrededor de la cintura de Cassy (Quien sonreía y lucia demasiado feliz), y su mano libre la estira hacia Malia.

— Hola, soy Stiles Stilinski. —

...

Cuando Lydia despierta de los sedantes, ella se da cuenta que ya era de noche, y que la había encerrado en su habitación, por lo menos ellos no la habían atado a la cama.

Se sienta en la cama, sintiéndose un poco mareada pero ella sabe que es por el hambre y no por los sedantes, aun así lo ignora. Cuando el mareo baja un poco de intensidad, ella busca por toda la habitación fría y oscura hasta que encuentra a su muñeca tirada en una esquina de la habitación.

La puerta de su habitación se abre, oye las ruedas del carrito que las enfermaras usan para llevar las medicinas, Lydia gira con preocupación y se relaja cuando ve que solo era Hazel.

— Sí que la has liado hoy. — Comenta con diversión su enfermera favorita.

Lydia se sienta de nuevo en su cama, y deja la muñeca en su regazo, Hazel cierra la puerta detrás de ella y tira del carrito hasta que está al lado de la banshee.

— Stiles se ha comprometido. —

— ¿En serio? — Hazel abre demasiado sus ojos ante la sorpresa. — Pensé que dijiste que la conexión que ellos tienen les impediría estar con alguien más. —

— No es imposible. — Lydia peina el cabello de la muñeca con sus dedos. — Ellos pueden estar con otras personas, pero no será lo mismo que como si estuvieran juntos. —

Hazel hace una mueca, su enfermera muchas veces no podía entender lo que decía, pero aun así no pregunta, ella había aprendido a no preguntar demasiado.

— He logrado convencerlos que no era necesario atarte. — Hazel saca una bolsa negra del carrito. — Si lo hubieran hecho nuestros planes hubieran terminado antes de empezar. — Ella bufa dejando la bolsa en la cama, enfrente de Lydia.

— Lo siento. —

Lydia había llegado a Eichen el mismo día que Hazel había empezado a trabajar, por suerte para la banshee Hazel había sido encargada de cuidarla a ella (Por lo menos Peter le había dejado su habitación personal y una enfermara para ella sola también), al principio Hazel también creía que estaba loca, eso fue hasta que Lydia le había dicho que su abuela iba a morir... Y la abuela de Hazel murió el mismo día que Lydia le había dicho, simplemente no podía ser una coincidencia y Hazel lo sabía, así que luego dejo de sedarla tanto y le permitió contarle su historia, incluso ahora se podía decir que eran amigas.

Y Lydia también estaba segura que Hazel sentía lastima por ella.

— Está bien. — Hazel le da una cálida sonrisa y se sienta al lado de ella. — ¿Estas lista? — Lydia asiente con la cabeza. — Bien, en la bolsa está el boleto en avión y todo el dinero que logre sacar de tus cuentas, tu madre no debería demorarse en darse cuenta de la falta de dinero. —

Lydia abre la bolsa y observa el bolso y la ropa, mete la muñeca en la bolsa antes de cerrarla y pasársela a Hazel para que la metiera de nuevo en el carrito.

— Gracias. —

— En realidad voy a extrañarte, Lyds. — Hazel hace un puchero.

Lydia sonríe, ella en realidad extrañara también a Hazel, pero ella no lo dice, en vez de eso se pone en pie y se quita su bata, entonces Hazel emita sus movimientos y se quita su uniforme, pasándosela a Lydia.

— En la bolsa hay un sostén. — Le dice Hazel, mientras se pone la bata.

Lydia se encoje de hombros. — No lo necesito. — Ella se pone el uniforme de enfermera de Hazel.

Luego que ambas ya habían cambiado de ropas, Hazel agarra un sedante del carrito y se lo pasa a Lydia, la banshee lo agarra con fuerza.

— Hazlo, salva a tus amigos. — Hazel le guiña un ojo, y Lydia asiente con la cabeza antes de inyectar a Hazel en el cuello el sedante.

Deja a Hazel en la cama, y sube la manta hasta ocultar el rostro de ella, así si algún enfermero hacia guardia podía creer que la chica en la cama era Lydia.

Parte uno del plan podía ahora ser tachado, ahora solo debía encontrar a Malia, a Stiles, vengarse de Peter.

— Ahora empieza el juego, Peter. —

...

Stiles no entiende porque su corazón se acelera cuando ve a la mejor amiga de su prometida, ni mucho menos porque su piel se calienta cuando Malia estrecha su mano con la de él.

— Malia Hale. — La chica ni siquiera se molesta en sonreírle.

A sus oídos llegan los latidos acelerados de alguien más además que Cassy, y minutos después se da cuenta que eran los latidos de Malia, y también a él le llega el olor de la chica, aprieta inconscientemente la mano de ella, y Malia lo mira sorprendida, ella hace un poco de fuerza para alejar su mano pero hace todo lo posible para que Cassy no lo notara.

— ¿Nos hemos visto antes? — Pregunta Stiles sin poder de ver a Malia.

Ella niega con la cabeza y ríe. — Jamás te he visto, creo que lo recordaría. —

Cassy frunce el ceño, y es cuando Stiles recuerda que debería dejar de ver tanto a la amiga de su prometida. Carraspea levemente y luego se gira para dejar un tierno beso en la frente de Cassy.

— Te he extrañado. — Le dice a su prometida, tratando de omitir el delicioso olor deprendiendo de Malia.

¿Cómo es posible que ella huela tan bien?

— También te extrañe, cariño. — Cassy sonríe de oreja a oreja. — No saben lo feliz que me hace que vosotros por fin se hayan conocido. — Ella ahora mira a Malia.

Malia le devuelve la sonrisa, pero ella no dice nada como tampoco Stiles, el chico no podía hablar, ni tampoco podía dejar de verla, o dejar de pensar en lo bien que olía ella... Y tampoco dejar de pensar que ya la ha visto antes.