the Whiteness in the Darkness.

Prólogo.

"Kurosaki"…

"Ichigo"…

"Mi hora ha llegado, ríndete a mí".

Ahhh!

Ichigo se incorporó gritando en la cama. Había tenido un sueño horrible. Otra vez ese maldito Hollow metiéndose donde no lo llamaban.

Terminó de levantarse y se vistió rápidamente pues era muy tarde y como siempre llegaría tarde al instituto. Bueno…, no sería exactamente como siempre, no. Rukia ya no saldría del armario vestida y lista para irse. Eso ya no pasaría más. Rukia no había vuelto con ellos de la Sociedad de Almas.

"Es lo mejor"

- Adiós, hermanito – le despidió Yuzu.

- Adiós, Yuzu – respondió él, mientras salía de la casa con el desayuno en la mano.

Ichigo emprendió el camino al instituto corriendo para no llegar tarde. Al llegar allí se encontró con sus amigos que, como siempre, habían llegado antes que él.

- Hola Ichigo – le saludó feliz - como siempre - Inoue.

- Hola, Inoue.

- Venga sentaros ya, vamos a empezar – dijo la profesora al entrar.

Y así transcurrió un día más de clase, como tanto otros. Aunque algo iba a hacer que el resto del día no fuese igual.

Al terminar las clases, Ichigo salió hacia su casa. Todavía hacía buen tiempo, así que disfrutaba de un agradable paseo. Pasó por el río, como siempre hacía, y llegó finalmente a casa. Abrió la puerta.

- Ya estoy en ca… – empezó a decir sin poder terminar la frase pues algo se lo impidió. Algo con el nombre de Kurosaki Isshin.

- ¡SUPER PATADA TRIPLE…! – gritaba el padre de Ichigo mientras iba lanzándole, sucesivamente, tres patadas, intentando alcanzar a su hijo. Pero ya no era como antes. Ichigo apenas si pareció moverse, pero esquivó con facilidad a su padre y contraatacó con un sonoro derechazo.

- ¡Auch!...Erez un beftia fijo – dijo su padre con la mano en la boca.

- Te lo tienes merecido – dijo Karin que justo había entrado en ese momento.

- A comer – se escuchó decir a Yuzu y todos fueron a sentarse.

Un poco más tarde Ichigo estaba tumbado en la cama rememorando sus días pasados en la Sociedad de Almas, cosa que hacía muy a menudo. A su lado tenía la insignia de Shinigami que el capitán Ukitake le había entregado antes de marcharse. Últimamente la usaba mucho. Había una gran actividad por parte de los Hollows. La verdad es que no le importaba, porque así no estaba siempre dándole vueltas a la cabeza. De repente se levantó de la cama y agarró la insignia. Su alma con el traje de shinigami salió de su cuerpo.

- ¿Kon, dónde estás?

- Aquí, Ichi – respondió Kon desde debajo de la cama -. ¿Hay problemas?

- Sí, he notado la presencia de un Hollow cerca. Debo salir.

- Muy bien.

Ichigo coge al peluche y le mete la mano por la boca hasta que encuentra la pequeña bolita que introduce en su propio cuerpo.

- No te metas en líos – le avisó Ichigo a Kon mientras salía por la ventana.

- Descuida – gritó Kon asomado a la ventana mientras ve como se aleja.

"Aquí es donde siento la presencia" – se dijo Ichigo – "pero¿dónde está?"