Esta es mi primera historia de esta serie. Pese a que me encanta en anime y manga. Me he dado cuenta que hay pocas historias en relación a otras categorías, es una pena porque esta serie tiene potencial para hacer excelentes tramas.
Sé que debería estar escribiendo para actualizar mis otras historias, créanme que lo estoy haciendo pero mi situación/país no está ayudando para nada mi creatividad. De hecho, esta historia fue un golpe de inspiración espontaneo, de esos que ya casi no dan. De antemano, gracias a todos los que leen esta historia y me encantaría saber su opinión.
Es una verdad universalmente conocida en el mundo de la mafia que el más fuerte es el que pone las reglas. Una vez reconocido como tal, debías mantener esa reputación a toda costa a menos que quisieras sufrir una muerte dolorosa a manos de cualquier aspirante al título. La mafia no era para los débiles de corazón, pero al parecer a Sawada Tsunayoshi no le había llegado el memo.
El silencio que reinaba en la habitación era pesado. Tsunayoshi Sawada, el décimo heredero de Vongola no le quitaba la vista de encima al arcobaleno Verde, el científico más temible de la Mafia. Hace un rato hizo su petición, ahora solo quedaba esperar que la curiosidad innata del genio jugase a su favor.
No era una oferta nada desdeñable, los Vongola ofrecían protección y financiamiento para la investigación que el mismo Verde inicio desde que la maldición lo dejase atrapado en la figura de un bebe. Esa de cuyo resultado estaban al pendiente todos los Arcobaleno.
_ Es un trato interesante el que ofreces Vongola… ¿y qué hay de los sujetos de prueba?
Los puños de Tsuna se cerraron en respuesta a esa última pregunta, su expresión no dejaba traducir lo que pasaba por su mente.
_ Lo que necesites se proveerá siempre que la investigación tenga resultados, Verde- repuso Tsuna- Incluso los sujetos de prueba.
_ Esto parece demasiado bueno para ser verdad… ¿Qué condiciones hay? Porque de momento solo me enumeras las ventajas- repuso Verde, sin perder detalle a las reacciones de Decimo por lo que estas pudiesen revelar.
_ No quiero que lastimes a nadie- repuso Tsuna- Y quien acepte ser tu sujeto de pruebas debe saber todos los detalles sobre lo que vas a hacerle. No se vale que omitas información o que les mientras.
Emitiendo un sonido a medio camino entre irritación e impaciencia, Verde acepto sellar el trato con Tsuna. Y así, empezó la investigación para liberar a los Arcobaleno de la maldición, y remediar el daño hecho a los Vindice.
Es así, como casi ocho meses después, Verde se encontraba en el laboratorio que le fue habilitado por Vongola. Spanner e Irie eran sus compañeros de investigación, los dos eran capaces en su área por lo que Verde no tenía quejas, con el tamaño que actualmente tenia, su participación era más que nada planificación y teoría, quienes construyeron el mecanismo necesario fueron los dos mecánicos siguiendo al pie de la letra sus instrucciones. Ahora… solo si los Vongola fuesen tan buenos en seguir instrucciones…
Tsunayoshi no representaba problema alguno, era un sujeto de pruebas diligente que cumplía con todo lo que Verde demandaba. Los demás no estaban tan ansiosos en colaborar, cada vez que debían hacer pruebas con Rokudo Mukuro las cosas salían de dos maneras: El ilusionista se les escapaba entre los dedos antes que lo conectasen a la máquina. O mandaba a Chrome en su lugar.
Gokudera tenía un carácter infernal y cuestionaba todo por tendencia. La única manera de controlarlo era tener a Sawada en la misma habitación y eso no era siempre posible.
Yamamoto no estaba mal, cumplía con todas las instrucciones pero a Verde le enervaba un tanto su sonrisa, única cosa en la que estaba de acuerdo con Gokudera. Ahora, dos sujetos de prueba completamente insoportables eran Sasagawa Ryohei y Lambo Bovino. El primero porque no era capaz de quedarse quieto el tiempo suficiente para ser conectado a la maquina o hacer las pruebas competentes. Después de la tercera prueba fallida, Verde se frustro al punto de atarlo a la mesa de pruebas y ponerle una máscara que impedía el habla (y sus molestos gritos de ¡EXTREMO!) Y el segundo porque no dejaba de llorar, llenando las herramientas y cables de lágrimas y mocos. No dejaba de preguntar cuando iban a terminar (cuando apenas acababan de empezar) y al final de la prueba armaba berrinches cuando no se tenían dulces a la mano para callarlo.
Y mejor ni hablar cuando era tiempo de poner a prueba a los Vindice o a Hibari Kyouya…
Pese a todos los contratiempos, Verde se encontró con progreso sustancial para el primer año de su investigación. Llegando a la conclusión de que para romper la maldición sin daños colaterales se necesitaba de una gran concentración de energía. Allí fue cuando llego la familia Kozato, el resto de los Arcobalenos y… Varia.
El espacio era amplio, pero con toda esa gente se sentía algo reducido. Reborn y Colonello empezaban peleas estúpidas que sacaban de quicio a los demás, porque generalmente acababan en destrozos. A veces, Bel, Viper, Gokudera y Lambo se les unirían por una u otra razón.
Esas escaramuzas acababan cuando Sawada, Xanxus o Luche entraban en la habitación. Cuando eran peleas de alto calibre (con 10 o más participantes) se necesitaba la presencia de los tres para evitar daños a la maquinaria.
…
Más allá de su paciencia y sintiéndose particularmente vengativo, Verde espero a que la casa estuviese desierta, con todos sus habitantes durmiendo o lejos del ala donde estaba el laboratorio. Desde la última semana en que la Familia Kozato llego a la casa, los Vongola estaban más distraídos. Era ahora o nunca que podría llevar a cabo su pequeña modificación.
A lo largo de las pruebas, quedo claro para Verde que su objetivo final de romper la maldición no era una ambición inútil o un sueño imposible como muchos le dijeron desde el comienzo, pero lo cierto es que los efectos secundarios eran impredecibles por la cantidad de energía que se liberaría. Con todas esas llamas tan poderosas y en algunos casos salvajes, cualquier cosa podría pasar.
Pero lejos de querer un efecto impredecible, Verde seguía buscando soluciones a ese inconveniente sin dejar que los otros sospechasen del problema. Si Vongola (Tsunayoshi) se metía en la cabeza que alguien saldría lastimado sería capaz de pararlo todo, y después de llegar tan lejos Verde no iba a permitirlo.
Cansado de ser ridiculizado y subestimado por tener el cuerpo de un infante, y de las limitaciones físicas que ello conllevaba, estaba dispuesto a lo que fuera con tal de recuperar lo que tuvo alguna vez.
Llegando al laboratorio, se detuvo unos instantes para admirar su obra. Que consistía en enormes bases metálicas en forma circular, tres de ellas entrelazadas y cada una con espacios demarcados para que uno de los guardianes lo ocupase.
_ Kufufufu, sabía que te encontraría aquí- dijo una voz a sus espaldas. Y así, Verde se encontró en brazos de Mukuro.
_ ¡Bájame en este instante!- siseo el científico, manteniendo moderado el volumen de su voz pese a la furia.- ¡Tengo trabajo que hacer!
_ Umm… ¿Qué debería hacer? Tsunayoshi no quiere dejarte a solas en el laboratorio, en caso que hagas algo… inconveniente- repuso la Niebla, con toda la pinta de estar entretenido por la situación.
_ No tengo tiempo para esto- espeto Verde- Si vas a quedarte ¡Haz algo útil!
_ Si, diría que sí. En especial cuando ni tú mismo sabes que efectos secundarios tendrá esa máquina tuya en todo el que este lo suficientemente demente como para subirse a ella.- dijo el ilusionista, estudiando atentamente al científico.- Kufufufu es algo que Tsunayoshi querrá saber, desde luego.- añadió el del peinado de piña, sin perder detalle a las reacciones del científico.
_ ¿Qué quieres?- siseo Verde, sin poder creer que se encontraba en esa clase de situación.
_ No quiero que lo que sea que planees afecte a Fran, a Chrome o a mí. Creo que es una petición justa a cambio de mi silencio- repuso Mukuro.
_ Bien- acepto Verde inmediatamente, no quería extender las negociaciones y quedar en desventaja.- Ahora, bájame.
Sin ganas de discutir con el irritable científico, Mukuro se apresuró a obedecer la petición. El resto de la noche transcurrió en silencio, Verde trabajaba silenciosamente en su máquina y Mukuro no le quitaba el ojo de encima.
…
El esperado día de la prueba al fin había llegado.
Mantener la paz en el laboratorio fu sencillo, nadie deseaba atraer la atención de Vindice o los Arcobaleno, los principales interesados en que todo funcionara. Todos estaban con la mirada clavada en el centro de comandos de la maquina en el que se encontraban Spanner e Irie. Vongola, Varia, los Arcobaleno y Vindice ocupaban sus lugares en medio del mecanismo. Estaban organizados de forma en que los tres portadores de las llamas del cielo se encontraban en el centro de sus guardianes. Y en un círculo más pequeño al centro, estaba Vindice, con Bermuda situado en el centro mismo de la máquina. Colonello y Lal ocupaban el lugar de la lluvia en el círculo de los Arcobaleno, igual que Chrome y Mukuro en el círculo de los Vongola.
_ Muy bien, vamos a empezar. Nadie haga nada hasta que se indique. Y los que no son parte de algún circuito tienen prohibido acercarse. ¿Entendido? ¡Empiecen!- repuso Spanner desde la cabina de control.
Entre los espectadores estaban, Gamma, Aria, Yuni y sus hombres. Dino y Romario, Bianchi, Kyoko, Haru, I-Pin, y en representación de Nono, Coyote, Ganauche y G.
Una a una, las bases metálicas de la maquina empezaron a iluminarse en respuesta a las llamas de cada portador. La energía seguía subiendo hasta que el laboratorio quedo envuelto en una luz blanca cegadora, el lugar donde estaba Vindice quedo sumergido en una luz blanca en la que se mezclaban los colores de arcoíris. Nadie se atrevía a mover un musculo, los ojos fijos en el espectáculo que brindaban las luces creadas por las llamas de los guardianes.
Cuando la luz se disipo, el caos se desato en el laboratorio. Tsuna y Luche estaban arrodillados tratando de recuperar el aliento, Xanxus no estaba mejor pero su orgullo lo mantenía en pie. Ryohei, Lussuria, Kyoya, Bel, Squalo y Hayato estaban inconscientes. Por supuesto, el caos se desato.
_ ¡Onii-san!- Kyoko trato de avanzar hasta donde estaba su hermano, solo para ser detenida por Bianchi que a su vez no le quitaba la vista al lugar donde estaban los Arcobaleno y Vindice, tratando de constatar el estado de Reborn.
Luche colapso desde su posición al mismo tiempo que la luz se disipaba por completo de la habitación. Una mirada a donde estaban los Arcobaleno confirmo que al menos estos dejaban de tener forma de bebe, en su lugar parecían universitarios. Todos estaban inconscientes. Lal ya no tenía quemaduras, parecía estar profundamente dormida con la cabeza apoyada en el hombro de Colonello. Reborn estaba casi al frente, incorporándose. Fon flexionaba sus manos, casi sin podérselo creer.
En el lugar donde antes estaba Vindice, solo quedaban las capas oscuras, las vendas, cadenas y pacificadores de piedra. Como si se hubiesen desvanecido en el acto. Por supuesto, Tsuna estaba a punto de cuestionar aquello. Cuando la atención se centró en un desconocido que al parecer consiguió burlar las defensas de Vongola.
_ ¡Tú!- era sin lugar a dudas Reborn que se incorporaba con un aura temible a su alrededor, su arma apuntada al extraño. La sed de sangre brillaba en sus ojos.
Colonello a su vez, deposito a Lal en el suelo, sus ojos azules brillando con la misma furia asesina que los de Reborn.
_ ¡¿Qué demonios haces aquí, kora?!
_ Checker face-san- Luche se incorporaba con dificultad del suelo, sus ojos brillaban de determinación a medida que enfrentaba al intruso- ¿Qué haces aquí?
_ Jamás creí que pudiesen salvar a Vindice. Una forma… interesante de resolver todo esto- su tono indicaba cierto asombro y… diversión.
Las miradas iban del intruso, a Reborn, Luche y Colonello.
_ Sabía que este día iba a llegar, esto no es solo culpa suya, también es mía.- dijo Luche.
Fon, Skull, Verde, Colonello y Reborn miraban a Luche, las diversas reacciones ante esa declaración no se hicieron esperar…
_ ¿Qué quieres decir?- inquirió Lal, la primera en recuperarse lo suficiente para formular esa pregunta.
_ ¿No se los han dicho?- inquirió el intruso con falsa sorpresa. Para añadir con malicia- Ella y yo somos los únicos responsables del Tri-Ni-Sette. Luche supo todo este tiempo lo que ocurriría cuando las llamas dejasen de ser aceptadas por los pacificadores. Siempre supo lo que les pasaría y jamás se los dijo.
_ Sabes tan bien como yo, que pese a que son acciones lamentables estas tenían su razón de ser- repuso Luche con firmeza, sin quitarle la mirada a Checker face.
_ ¿Por qué?- inquirió Reborn, pese a que su tono de voz no revelaba emoción alguna.
_ Kora…- Colonello se había quedado sin palabras.
Reborn salió de la habitación sin dedicarle otra mirada a los presentes, nadie trato de detenerlo. Tsuna al parecer iba a seguirlo…
_ Es mejor dejarle a solas, Sawada-san- dijo Luche.
_ ¿Alguien puede explicarnos esto?- inquirió Verde con impaciencia, mirando de Luche a Checker Face.
_ Creo que es justo que yo lo haga, después de todo yo fui quien revelo el secreto- repuso Checker Face. Por toda respuesta, Luche se limitó a asentir.
…
Al final de la explicación, ya casi todos los presentes se encontraban despiertos, a excepción de Hibari, Squalo, Belphegor y Hayato.
Tsuna comenzaba a preocuparse por eso, y porque no quedaron rastros de Vindice. Verde aún no estaba en condiciones de explicarle nada, conmocionado por lo que acababa de ser revelado con respecto a la maldición de los Arcobaleno y el que estuvo a punto de ser su destino. La atmosfera en la habitación era pesada, Luche abandono su lugar en la maquina apenas se aseguró que no habría consecuencias por ello, ahora estaba situada junto a su familia, los Arcobaleno no le dirigían la mirada y nadie podía culparlos por ello. Pese a lo necesario de todo aquello, lo cierto es que fueron traicionados por su jefe. Eso no era algo que se perdonase o superara fácilmente en el mundo de la mafia.
El escuadrón medico llego para atender a los heridos. Los Arcobaleno fueron declarados en perfecto estado de salud, ahora se encontraban atendiendo a Varia y Vongola.
Tsuna pese a que estaba agotado no les quitaba la vista de encima a los médicos mientras hacían su trabajo, haciendo una que otra pregunta. En cambio Xanxus estaba reclinado contra la pared, fumando un cigarrillo.
Su aura asesina era notable y los paramédicos que trabajaban en Squalo y Belphegor no dejaban de lanzarle miradas de soslayo pues parecía que el hombre en cualquier momento sacaría sus pistolas.
Y así, sin que lo sospechara alguien, empezaría un capitulo muy interesante para Vongola.
No dare una fecha especifica para la actualizacion.
Ya empece el siguiente capitulo y tengo parte de todo el desarrollo en mi libreta de control
Nos leemos pronto
Belle Bennington
