Warning! Leer!
AN: hola a todos! Sé que ha pasado un tiempo desde la última vez, no tengo excusa excepto tal vez la falta de motivación y de imaginación, dos cosas necesarias para crear cualquier historia.Me estuve planteando si seguir o no con 'Querido Karma', soy de la opinión de que si vas a hacer algo mal es mejor que no lo hagas, y desde luego yo no estaba en mi mejor momento creativo, así que tuve muchas dudas. Pero supongo que le tengo mucho amor a esta historia como para dejarla morir, así que aquí estoy nuevamente.
y con cambios!
El asunto es que, después de leer varias veces la historia y compararla con mis notas, ví varias cosas que me había pasado inadvertidas y otras que no tenían razón de ser, así que como la autocrítica que soy decidí fijar y arreglar todos esos detalles.
Con esto quiero decir que todos los capítulos sufrirán unos cuantos cambios. No hablo de cambios exagerados; habrán escenas que eliminaré y habrán escenas que agregare. Todo esto es por el bien de la trama y del desarrollo de los personajes.
Con todo dicho me despido.
atte. Yo.
1º Ley de Karma (La Gran Ley)
Lo que siembras, es lo que cosechas. Esto se conoce como la Ley de Causa y Efecto. Lo que ponemos en el universo es lo que vuelve a nosotros. La energía negativa enviada a otros vendrá de nuevo a ti, pero 10 veces más potente…
Sakura Haruno.
Así la llamaron cuando nació un 28 de marzo de un soleado día de primavera. Era la primera y única hija de Kizashi y Mebuki Haruno, que había nacido tras un complicado embarazo y un doloroso parto. Su nombre había sido pensado inicialmente para ser 'Akane Haruno', pero sus padres vieron al nacer que la pequeña pelusita encima de su cabeza no era 'rojo brillante' si no un extraño rosa chicle. La enfermera a cargo había dicho en un tono divertido:
"es como un cerezo"
Lo que estaba pensado para ser una broma terminó por convertirse en la elección definitiva. Así que 'rojo brillante' se transformó en 'flor de cerezo'. Tal vez ese fue el primer paso para que todo se viniera abajo.
Porque antes de 'rojo brillante' y 'flor de cerezo' estaba Gabrielle Lucchetti.
El porqué y el cómo en realidad no tenían mucha importancia.
Gabrielle Lucchetti había pasado a ser Sakura Haruno. No había nada más.
O en realidad eso fue de lo que trató de convencerse todos los días, pero viviendo una vida que ya sabes de antemano como va a continuar y teniendo los recuerdos de otra que terminó hacía mucho no ayudaba.
La realización que la atravesó como un rayo en el minuto en el que su nuevo nombre fue pronunciado estuvo acompañada por una profunda negación.
Porque sencillamente las personas no reencarnan en un mundo creado a partir de la mente de un dibujante japonés. No lo hacen. No deberían.
Y en cambio allí estaba ella, la prueba irrefutable de ello.
Ella, que nunca en su vida había seguido una doctrina ni había profesado religión alguna, había reencarnado.
Si su situación hubiera sido más agradable habría reído, porque ¿Cómo era posible que habiendo tanto católico, hinduista y budista acérrimo le hubiera tocado a ella, una agnóstica, confirmar un hecho que la humanidad llevaba tanto tiempo preguntándose? Era tan triste.
Gabrielle Lucchetti había hecho muchas cosas durante su vida, ninguna de ellas merecedora de un regalo, así que, la reencarnación no era sino la consecuencia de sus acciones pasadas.
Nació la cuarta hija de Tommaso Lucchetti, el octavo jefe de la familia Lucchetti que dominaba la parte norte de Italia y que tenía un amplio negocio de armas y farmacéuticos. Siendo la cuarta hija nunca había tenido responsabilidades ni se le había exigido nada, ella tan solo tenía que asistir a las fiestas que su padre daba y estrecharles la mano a los invitados.
Su padre y sus hermanos fueron tan ciegos.
'Un accidente de coche' fue lo que los periódicos y la televisión anunciaron. Su padre y sus tres hermanos mayores habían muerto de camino a una fiesta una lluviosa mañana de febrero.
Una verdadera tragedia.
Gabrielle Lucchetti nunca se había reído tanto como ese día, quizás fue en ese momento en el que su destino quedó marcado.
Con ella como nueva cabeza de familia sus territorios se expandieron y sus ganancia se incrementaron, tenía aliados por todas partes y los que se metían en su camino eran eliminados rápidamente, todo iba tan bien…
La muerte vino a ella de manera espontanea. Tenía 32 años y estaba pensando en casarse con el hijo del dueño de una gran corporación americana. Había recibido recién la llamada de su mano derecha diciéndole que los tratos con dos familias enemigas habían terminado, su alegría y satisfacción quedaron en el olvido cuando un fuerte dolor de cabeza la llevó de rodillas y posteriormente a la inconsciencia.
Eso fue todo. La existencia conocida como Gabrielle Lucchetti había terminado en un abrir y cerrar de ojos, demasiado rápido y demasiado fácil.
Pero entonces algo se encendió, una pequeña luz que se hizo cada vez más grande y más luminosa. Y entonces allí estaba de nuevo.
No como Gabrielle Lucchetti sino como Sakura Haruno. La novena cabeza de la familia Lucchetti reencarnada en la heroína de una historia de ficción.
El universo tenía una divertida manera de decirle las cosas.
De mafiosa a ninja, de mafiosa a medico, de mafiosa a niña, de mafiosa a peón, de mafiosa a personaje ficticio.
Karma.
