Cronopios de la autor: Hahahaha, estaba escribiendo el segundo capitulo de "Persona imprudente", y el tercero de "Cuando el séptimo murió", sin embargo me puse revisar otros fics que tengo inconclusos, y cuando vi ya tenía entre cuatro y seis capítulos comenzados de diferentes historias. No obstante, una amiga a la que quiero mucho también le dio por subir nuevo fic y bueno, ese me inspiró a escribir este.
Espero, de todo corazón, no me odien por haber emparejado a Kakashi con alguien, pero es ilógico que sencillamente no tuviera con quien desfogar la ansiedad sexual, que más por lujuria los hombres necesitan satisfacer la necesidad fisiológica, por más shinobi y abstemio que sea un ninja sigue siendo hombre, y bueno, Kakashi es como Sasuke pero más social y menos emo, así que pude imaginar que tipo de mujer tiene a su lado. En fin, dicho lo anterior, espero dejen un review para ver sí estoy haciendo un bien o un mal. O no dejen nada, sólo lean y disfruten.
PD. Y si eres seguidor de alguna de mis otras historias, esta semana las estaré actualizando, ya encontré más tiempo libre. Saludos, los adoro.
Advertencia: Kakashi x Oc.
Descarga de responsabilidad: Naruto junto a sus personajes, obviamente no me pertenecen a mí, sino a Kishimoto "fudanshi de le dicen" Masashi.
Bienvenido a casa.
by: Yukionna.
Capitulo 1/8: Reencuentro.
De todos los trabajos que se habían dado durante el incidente de Kaguya, el de cuidar a los usuarios de gekke kenkai más jóvenes de las cinco grandes naciones ninjas, los herederos, era el más fácil. Sencillamente se había puesto a ella y a otros diez shinobis de alto rango para ser niñeros, pues en caso de que los grandes ninjas fallaran en derrotar al enemigo en común, ellos tendrían la obligación de entrenar y cobrar venganza. Setsuna Engu, estaba a cargo, era una espléndida ANBU de la hoja, originaria de la Neblina pero naturalizada y criada allá donde el primer Hokage había fundado el sistema político que regía en todo el mundo ninja. Era una mujer de unos 26 años, tenía dos hijas, una de ellas estaba al frente peleando y la otra estaba resguardada entre los herederos con el gen más fuerte de su gekke kenkai, no es que hubiera preferencia, el modo de selección había sido simple: "Llevar a los niños más sobresalientes entre los sobresalientes y además tuvieran alguna habilidad especial, o en su defecto, ser el heredero más fuerte del gekke kenkai". Todos estuvieron de acuerdo.
Este grupo de niños y shinobis no habían sido víctimas del Tsukuyomi infinito, estaban bajo tierra y resguardados por una barrera que en ningún momento se había debilitado. Sólo hasta que llegó un canario a la única entrada del lugar donde estaban, y después de abrirle las entrañas al animal, comprobando que era "original", fue que se envió a un tres shinobis a ver el "estado" del panorama.
Dos días después, los shinobis regresaron. Setsuna se aseguró que fueran ellos y por fin pudieron salir de su escondite.
Llegaron a la aldea una semana después de que el "Tsukuyomi infinito" había sido desecho. Todos los familiares de los niños llevados al resguardo estaban en la entrada principal de la aldea y recibieron a sus hijos, había mucha conmoción, todos lloraban, todos reían, todos estaban felices.
Ella miró alrededor como los niños corrían a saludar a sus padres, los otros ninjas que habían estado ayudándola se desbarataban en los brazos de sus familias, de sus padres, hermanos, parejas. Su hija la miró con gesto serio, a lo lejos distinguió la figura de su padre y corrió a saludar. Sin embargo Setsuna, se quedó atrás supervisando que todos los niños fueran devuelto a su familia, le fueron entregadas las listas de bajas, algunos niños habían quedado huérfanos. Tenía que coordinar eso para llevar a esos niños con un tutor o ver con la quinta que pasaría. A tanto, regaló una mirada más a la figura de su hija que iba a un costado de su esposo.
"¿No irás a saludar a tu esposo, Set-san?" preguntó una compañera de la morena que negó.
"Está vivo, después hablaremos, él terminó su trabajo, yo no" argumentó caminando hacia el grupo de niños que esperaban paciente por alguien que no llegaría. Empezó a coordinarlos. Mandó a dos personas para que viera en qué condiciones estaba la aldea y qué lugar era el más seguro para resguardar a los niños.
No es que no amara a su pareja, no lo hubiera extrañado o no estuvieran juntos, sencillamente, así de simple era su relación, ellos funcionaban siendo así. Tenían su momento, tenían su espacio. Ambos estaban conscientes que el simple hecho de verse a los ojos una vez más era una ganancia, significaba que estaban vivos. Por dentro ambos estaban aliviados pero conscientes de que el otro iba a volver con vida, pues habían seleccionado una pareja que fuera lo suficientemente dura y hábil para sobrevivir en el campo de batalla y así no desperdiciar tiempo preocupándose por su bienestar.
Engu Setsuna, había estado muchas veces en situaciones de riesgo de muerte pero jamás hizo alarde de ellas, o usado las mismas para conseguir cariño por parte de su pareja, pues éste había estado en el doble de misiones suicidas desde muy temprana edad, le llevaba tres años de diferencia, y esos tres años marcaban un margen grande de experiencia.
Cuando terminó su trabajo, pasó su informe a la hokage y de ahí se dirigió hacia su hogar. De caminó se topó con su hija mayor que repartía víveres a los que necesitaban de ellos. Su hija mayor era dura y hábil en el campo de batalla, no se preocupaban pues sabían que estaba bien. Muestras de amor, de cariño, de afecto, eran innecesarias. No esperaba nada de eso, así estaba bien. O eso creía, pues al doblar la calle de donde vivía, en la esquina sintió la presencia de alguien.
Rió entredientes la mujer.
"…¿Qué haces?" preguntó con voz baja la mujer al tiempo que se empezaba a quitar la banda de su frente.
"Esperándote, ¿no puedo hacerlo?"
"Supongo, aunque no dejas de ser un jodido acosador. Por eso tus alumnos son iguales a ti. Todos los del equipo siete son unos acosadores" –señaló la mujer riendo suavecito.
"Estás de buen humor"-Ahora fue el turno del enmascarado que después de mucho tiempo leía pacíficamente su libro favorito. Caminaba a la par de su pareja.
"Sí, acabó la guerra… dejaré de cambiar pañales y podré regresar a misiones normales, o al menos hasta que se reestablezca todo" –contestó ella mirándolo de reojo, empezó a amarrar su cabello negro en una cola de caballo alta. Sin darse cuenta ambos habían desacelerado el paso a su hogar que estaba a mitad de la cuadra-. "Aquí el que parece de buen humor, eres tú. ¿Sucedió algo?"
"Sí, los tres volvieron" –comentó alegremente.
Setsuna se detuvo. Kakashi la imitó y viró su atención para observar el rostro de su amante, la cual sonrió con sincera felicidad, sus manos estaban entrelazadas por frente de su cuerpo, y la imagen le pareció perfecta al Hatake, que mostró su sorpresa, abriendo grande su único ojo visible.
"Felicidades, tu misión a acabado, Kakashi-sensei, y sin tener que asesinar a nadie"
El jounnin tragó saliva, recordando la imagen que había presenciado en el Valle del fin, días atrás. Naruto, Sasuke y Sakura por fin juntos y sonriendo. Era cierto, su misión había acabado, y sin haber tenido que sacrificar a nadie más.
"Bienvenido a casa, Kakashi"
"Ya llegué, Setsuna-san"
Yukionna.
Quien los ama degeneradamente mucho.
