Un pequeño mini fic dedicado a Stear. Ya saben que esta historia fue escrita solo por el placer de hacerlo.
Cualquier parecido con la realidad u otro fic es pura coincidencia.
Gracias por leer.
STOLEN KISS.
Esta tarde al marcharte, estaba tan dormida que solo acerté a responderte más que un par de monosílabos y poner una sonrisa idiota, al sentir un suave beso en la mejilla.
Y cuando cerraste la puerta. De repente, sentí tu ausencia y desperté sobresaltada. Tomé la almohada aspirando tu aroma de hombre y cerré de nuevo los ojos, rememorando todo lo vivido a tu lado hace poco más de un año.
¿Lo recuerdas?
El paseo en París y ese beso que me robaste con alevosía pero que hizo que por un instante me sintiera en el cielo. Pero la culpa que sentía al amar a dos hombres maravillosos que de alguna manera eran mi complemento, me remordía. Pero él, tú y yo lo aceptamos y comprendimos. Sé que no ha sido fácil pero hemos sobrellevado la situación lo mejor que hemos podido y al parecer ha funcionado.
Ahora aquí, en esta bellísima isla renovamos la promesa de estar siempre juntos y disfrutar al máximo lo que sentimos. Recorro con la mirada la hermosa habitación perfumada con exóticas flores. Camino hasta la mesita donde la pequeña fuente de chocolate tiene aún restos. Golosa introduzco un dedo en el tibio líquido para llevarlo a mi boca.
Sonrío, porque cuidaste cada detalle para hacerme sentir especial. Me amaste bajo el susurro de las olas del mar y ante esto… ¿Cómo no sentir morriña?... apenas te has marchado y ya te extraño.
Con ensoñación giro el rostro y miro la suave cama, sin pensarlo demasiado me arrebujo entre las arrugadas sábanas mientras mis manos recuerdan como tus manos y labios recorrieron mi piel cual arpegios de una bella melodía. Poco a poco la excitación vuelve a mí y mis dedos se dirigen a mi sexo húmedo y se introducen entre sus pliegues buscando mi botón palpitante.
Acaricio, masajeo suavemente provocando que mi placer aumente, mientras con mi mano libre acaricio mis piernas, mis costados y pellizco mis pezones que hacen que un gritito placentero escape de mis labios.
Cuando consigo el clímax, son tus ojos color chocolate los que parecen mirarme y acariciarme. Abrazo fuertemente la almohada y ahogo mi lujurioso grito mientras los espasmos parecen inagotables. Dejo caer mis brazos totalmente desfallecida y entonces mis dedos chocan con algo frío y metálico… es tu iPhone.
Una sonrisa aún más grande curva mis labios y mientras mi desbocado corazón se tranquiliza, no puedo evitar pensar que… ¿Acaso lo dejaste a propósito? Miro la hora, ya es noche. Seguramente lo necesitarás, con lo distraído que eres seguramente lo estarás buscando como loco.
Subo las escaleras que dan a tu balcón, solo para encontrarme con el placer de verte dormido sobre la tumbona. Estás vestido solo con un pantalón de lino, con tus negros cabellos revueltos y húmedos y las gafas torcidas sobre tu nariz.
La ternura me invade, traviesa te quito los anteojos y observo tu rostro apaciblemente dormido. Te acaricio con la mirada recorriendo tu torso desnudo hasta llegar a tus manos que me fascinan. Con cautela me acerco lentamente a tus labios, besándolos suavemente y en ese instante me sentí protagonista de un cuento de hadas, pero a la inversa, porque sin querer me diste el privilegio de despertarte con un beso.
Sonríes y me miras sorprendido.
Y yo solo acierto a decir – Te amo.
Quiero marcharme pero sujetas mi mano con firmeza haciéndome caer sobre tu cuerpo. Deshaces el rosetón que sujeta mi bata, dejándome expuesta a tí. Me miras con una chispa traviesa y guías mi mano hasta tu sexo ya firme. Me pides que lo acaricie, para luego tomarme por la cintura y permitirme cabalgarte con suavidad a mi antojo.
Y ahí bajo la luz de la luna, nuevamente te hice mío y yo fui tuya.
By Tzitziki Janik.
