Kādokyaputā Kairu Melody!
Este fanfic hace alusión a animes como CardCaptors Sakura, Tokyo mew mew, Mermaid Melody, Sailor Moon y a Vocaloid, además a High School Musical (Por lo que habrá muchas canciones), aquí, en este fanfic… Kyle es un Otaku, por lo que habrá muchas palabras en japonés; además como es una persona muy inteligente se me ocurrió que debe saber muchos idiomas… hablará de igual manera. Yo, en la aclaración voy a poner todos los significados para que puedan entender bien mi punto de vista.
Regiak: Original Character que me ayudará a que la historia sea más parecida a la de Sakura.
Okasan: Mamá en japonés.
Otosan: Papá en japonés.
Ohayo: ¡Buenos días! En japonés
Alienígenas: Son los productores del reality show "La tierra" del episodio de South Park "Cancelled"
Jewcyano: Raza extraterrestre que puede utilizar la magia.
Rinto: Es la contraparte femenina de Kairu. Puede tomar forma humana. Su apariencia es igual a la de Luchia de Mermaid Melody Pitchy Pitchy Pitch, en su forma de súper heroína (No la de sirena, puesto que no tiene aletas; ni la humana). Rinto se me ocurrió porque así se llama un Vocaloid fanmade que es la contraparte masculina de Rin Kagamine. Es una especie de juego que se me ocurrió. Aquí Rinto es nombre de mujer.
Aclaración: La canción que canta al final Kyle se llama, en su versión latina, En las alas de mi padre… y en su versión española Me diste alas para volar y es de la película La espada Mágica. En busca de Camelot. Me pareció apropiada ya que Kyle la canta por su abuela.
Capítulo N°1: "Kairu y el misterioso libro mágico."
La cerradura del libro se desbloqueó. Su presencia estaba en toda la casa, mas sólo una persona en ella podía sentirla.
En la torre más alta de la ciudad de Denver. Allí se encontraba y a su lado ¿Quién era ese a su lado? Una lluvia de cartas desconocidas la cubrió. Un segundo… el pestañeo de alguien, profundos ojos verdes que no le pertenecían a nadie. Se acercó al borde, pronunció una frase que no alcanzó a oír. De repente y sin previo aviso le brotaron orejas y rabo de conejo y unas pequeñas alas en sus pies. Y simplemente… saltó. Así se desvaneció aquella chica.
Ring, ring, ring, ring, ring…
-¡Ay!- se despertó sobresaltado. Observó a ambos lados con la mirada perdida. Se encontraba mareado; tomó el reloj despertador en sus manos. –Con que era este ruido… - lo apagó.
-¡Kyle ven a desayunar!- gritó su papá desde el piso inferior.
-¡Ya voy!- dijo cambiándose el pijama por su ropa habitual. No le gustaba mucho. Le recordaba todo lo que había perdido al mudarse a Denver. Su antigua escuela, sus antiguos compañeros, su antigua casa… En realidad lo único que realmente le había importado perder era el permanente contacto con su mejor amigo Stan. Todo había pasado tan rápido… ahora y con sus 17 años se encontraba cursando el último año de Ingeniería Aeroespacial. Lo habían adelantado 4 años en el secundario gracias a sus notas altísimas.
-Buenos días- saludé, solo para encontrarme con mi pequeño hermano. No nos llevamos muy bien… bueno, supongo que es normal a nuestra edad.
Okasan* y Otosan* acostumbran levantarse muy temprano, así que supongo que lo heredé de ellos.
-¡Ya me voy!- anuncié desde el living room, poniéndome mi mochila con forma de osito rojo (Regalo de mi mejor amigo Regiak). Salí casi disparando para después aminorar la marcha. Me gusta salir temprano de casa.
-¡Ohayo* Kyle!- me saluda corriendo.
-Ohayo* RegiRock.- lo miro un instante.- ¿Te caíste de la cama?
-Muy chistoso Ky.- contestó con un falso ceño fruncido.
Reí, fue inevitable, se veía adorable.
-¿Vamos a darle un par de vueltas al parque antes de clases?- me preguntó.
-¡Claro que sí!- a falta de Stan, lo había elegido mi mejor amigo. Claro que no reparé en el título de Sutan (Súper mejor amigo) el cual a Regiak le quedaba bastante grande.
Él fue mi mejor amigo durante todo el secundario, un internado para superdotados del cual me ayudaba a escapar cada dos por tres para ver a Stan.
*FlashBack*
El sonido fue interrumpido abruptamente por mi propia voz…
Kimi to watashi de hyuhyu
Atsui kodou kizandara
Kawai nekomimi tsukete
Futari de gorogoro shimasho…*
Un mensaje… ¿Spam? ¡Nada más lejos de la realidad! Era un mensaje de Stan.
¡Te extraño! ¿Nos podemos encontrar?
Repentinamente un sentimiento de calor sofocante me invadió, mis mejillas ardían. Rápidamente busqué el reloj más cercano (No se me había ni siquiera cruzado la idea de fijarme en mi celular de lo perturbado que estaba) Era la hora de la merienda. Y le había prometido a RegiRock que comeríamos juntos, de modo que atravesé medio colegio buscándole hasta que al fin di con él.
Estaba en el salón 307 discutiendo sobre Freud con el profesor de Psicología.
-Regi… ¿Podemos hablar?- le pregunté aún con los pómulos en llamas.
-Claro ¿Qué pasa?- nos alejamos del profesor.
-Sé que te prometí que comeríamos juntos esta vez pero…-
-No me digas que otra vez te mensajeó ése cabeza de chorlito.
-¡No le digas así!- me exalté. En realidad no quería gritarle pero me salieron esas palabras.
-¡Bien! Si quieres vete con ese retrasado mental. No me importa.
-¡Bien! Y no es retrasado.- grité exasperado y me di la vuelta, alejándome con grandes pisotones por la furia.
Sabía que esto pasaría en mi interior… siempre pasaba.
Le contesté a Stan: Ahora estoy libre. Dudé en ponerle algo así como Te extraño también o Te quiero en primer lugar porque no quería que piense que soy gay y en segundo lugar porque no quería que soy gay por él.
Salí por la gran puerta y me dirigí a la enorme reja, saqué mi llave y simplemente la abrí.
Casi siempre nos encontrábamos en Starks Pond así que allí me encaminé. Corrí a su encuentro y abrazarlo no me pareció tan buena idea. Él si me abrazó.
-¿Estás bien? Tienes una cara rara. ¿Te costó salirte del colegio?
-No, estoy bien… en serio.- sonreí. – ¡Mira lo que conseguí!- dije entusiasta (Otro de mis asombrosos y habituales cambios de humor) le enseñé la llave.
-¿Qué abre?- preguntó ingenuo.
-El portón del colegio.- dije orgulloso.
-¡Guau! ¿Cómo carajos la conseguiste?
-Le hice un pequeño favor al conserje.
-¡¿Se la chupaste al conserje?- dije horrorizado.
-¡¿QUÉ?- mis ojos se abrieron como platos y mis mejillas se sonrojaron. -¡Claro que no! ¡¿Estás loco?- apreté con fuerza mis puños. –Le prometí que mensualmente saldría para comprarle su revista favorita "Flores y Jardines" y me dejó hacer una copia de la llave para tenerla yo.
-¡Ah! ¿Por qué no lo dijiste antes? Ya me estaba asustando.
-Cambiando de tema… - cof, cof… - ¿Qué quieres hacer hoy?
-¡Charlemos! ¿Me extrañaste?
*Fin del FlashBack*
-Kyle ¿Estás bien?- me preguntó RegiRock. Me olvidé por completo que estaba con él.
-¿Eh? Ah… si, si estoy bien.- reí para disimular.
-Eres bien raro ¿Sabes?
Llegamos a la universidad y me costó muchísimo concentrarme en las clases. Todo el tiempo estuve pensando en él. Ya hace una semana que no lo veo. Ya hace una semana que no contesto sus mensajes.
¿Qué por qué? Bueno… puede parecer una tontería pero… me di cuenta de que a los chicos les gustan las chicas que se hacen las difíciles. En realidad, no tiene argumento científico ni razones basadas en la sociología. Pero por lo que he podido observar es así. Además no quiero que Sutan piense que soy fácil y que no puedo durar ni un día sin él. Es decir sí que he estado sufriendo todo el tiempo y no puedo pensar en nadie más pero ESO NO QUIERE DECIR ABSOLUTAMENTE NADA.
RegiRock me dijo que lo había visto por aquí un par de veces, supuestamente para encontrarme; obviamente buscando respuesta para mi "Extraña" conducta. Por suerte nunca le dije mis horarios y hay veces que me voy antes para evitarlo. (Solo por si las dudas).
Al llegar a casa la encuentro desierta. Una nota adhesiva en el refrigerador explicando las razones de ausencia de los demás integrantes de mi familia. Mis padres volverían tarde y Ike dormiría en la casa de un amigo.
-Bueno mirando el lado positivo, al menos hay paz.
Por desgracia de un estado de paz interior pasé a un estado de completo aburrimiento.
-¿Qué se puede hacer? ¡Ya sé! Leeré algún libro. Me dirigí a la sala de la biblioteca. Por suerte nuestra nueva casa es mucho más grande que la anterior y hay espacio para una habitación donde guardar todos mis libros.
-Veamos… Este ya lo leí cuatro veces, éste no me gusta tanto, éste… - un escalofrío me recorrió lentamente la espalda. Me di vuelta y no había nada.
-Debo estar imaginando cosas. Yo no soy un gato miedoso.- otra vez el sentimiento.
-¿Quién está ahí?
Súbitamente un libro comenzó a emitir una luz plateada. Me alejé un poco. Para mirarlo de lejos. ¿Qué carajos era eso? Con toda mi atención en el extraño acontecimiento no presté interés alguno en lo que pasaba fuera de casa, hasta que ya era demasiado tarde.
Unas criaturas verdes se me acercaron y grité de susto… ¡Eran alienígenas*!
-¡Tú, Jewcyano*, Ven con nosotros!
-¿Qué soy qué?- alcancé a decir estúpidamente.
-Lleva contigo ese libro que tienes ahí.
Lo que menos esperaba para mi noche era terminar en una nave extraterrestre con solo un extraño libro.
-¿Qué quieren de mí?
-Te hemos elegido a ti para revelarte la más grande verdad del universo.
-¿A mí? ¿Por qué?- dije incrédulo.
-Porque eres un Jewcyano y además tienes el libro.
-¿Qué es un Jewcyano?
-Los Jewcyanos son una de las razas más poderosas de la galaxia gracias a que tienen una poderosa magia.
-La magia no existe.
-La verdad del universo es la siguiente: Cada especie del planeta tierra proviene de un planeta diferente. Los Jucianos, los Virklang, las Nereidas, etc. Con éste libro lo entenderás todo y viene con un lindo accesorio: un lente para ver la verdadera forma de cada ser viviente en la tierra.
-¿Por qué me están diciendo esto? Es imposible. No les creo nada.- negué con la cabeza.
-Se terminó el paseo. Bájate. Pronto sabrás que el destino es inevitable.
Con ambos libros en las manos regresé a mi hogar aún faltaba para que mis padres llegaran y supuse que tampoco me creerían. No tardé en darme cuenta de que el supuesto libro que me habían dado no era nada más que una Tablet, una especie de Ipad, y el lente venía con un puerto USB para conectarlo a ella. Decidí dejarme llevar por mi curiosidad e intenté abrir el libro luminoso, pero tenía cerradura. La llave debería estar por alguna parte. Revisé la biblioteca y la encontré en el piso. Desbloqueé el mecanismo y el libro se abrió. Era todo lo que no me esperaba. En su interior no había dibujitos como en su tapa y contrataba, no había ni siquiera letras, todo lo que había era un mazo extraño de cartas. Tomé la primera: Canción. La carta tenía en su frente el dibujo de lo que parecía ser una chica cantando y en su reverso estaba dibujada una estrella de David en un círculo, del centro para arriba había un sol en un círculo y del centro para abajo una pequeña media luna en un círculo.
Tomé una segunda, pero en esta ocasión pronuncié su nombre en voz alta: -¡Viento!- mi voz retumbó en toda la casa… casi como si estuviera gritando. De repente una enorme ventisca salió de la nada y me envolvió en un torbellino. Las cartas salieron volando del libro y me rodearon, un flash de luz me encegueció y las cartas escaparon en todas direcciones. La habitación quedó en penumbras y el frío hizo sentir su presencia. ¿Qué había pasado?
Me percaté de que aún conservaba en la mano las dos cartas que había separado del mazo: Canción y Viento.
-¡Oye tú! ¡¿Qué rayos crees que estás haciendo?- me di la vuelta y me encontré con una extraña criatura cabezona y de color marrón amarillento con diminutos ojos que me gritaba y agitaba su bracito con furia, estaba alado y su larga cola terminaba en un pompón.
-¿Yo? Waaaa… ¡Esa cosa me está hablando!
-¡Dame mi libro!- me exigió. Se lo entregué.
-¡Ah! No pasó nada.- rió. Lo abrió y me dirigió una atemorizante mirada. -¡¿Qué demonios fue lo que hiciste?
-No hice nada, solo… leí el nombre de esta carta y de repente… ¡POW! Todo salió volando. No fue mi intención extraviar su juego de cartas señor Ratón.-
-¡¿Ratón? ¿Tienes idea de lo que acabas de desatar? ¡Esas cartas tienen el poder de destruir la humanidad, hay que detenerlas!
-Oh vamos, que es lo peor que podría pasar.
Un graznido enérgico sacudió mi casa y por la ventana vi pasar una especie de ave enorme.
-¿Qué fue eso?
-Una carta Clow, ¡Una de las que liberaste estúpidamente!
-¡Ho! ¿Quieres dejar de restregármelo en la cara?
-¡Rápido, sal y atrápala!
-¿Estás loco? ¿Para qué me mate?
-¡Tú tienes la llave! ¡Es tu deber hacerlo!- entonces miré en mi mano la pequeña llave que parecía un ave. – ¿Cómo se supone que esto me ayude a atraparla?
-Ven, vamos afuera y te diré que hacer… y más vale que seas rápido.
Me puse mis rollers y salimos afuera… y allí se encontraba el gigantesco pájaro.
-Lo primero que tienes que hacer es invocar al báculo. Dime ¿Cómo te llamas, chico?
-K-Kyle.
-Repite después de mí: Llave que guardas los poderes de la oscuridad, muestra tu verdadera forma ante Kyle, quien acepto la misión contigo ¡Libérate!
-Llave que guardas los poderes de la oscuridad, muestra tu verdadera forma ante Kyle, quien aceptó la misión contigo… ¡Libérate!
En efecto el conjuro había funcionado. Un sello como el del reverso de las cartas me rodeó. La llave se convirtió en un bastón con cabeza de ave. Lo tomé y entonces ocurrió… ya no era yo. Tampoco tuve mucho tiempo como para ocuparme de mi apariencia pues al verme la carta voló alto y tuve que seguirla, sí que era rápida, me hacía perder el aliento. Cuando al fin bajo fue para peor, con su pico intentaba atravesarme.
-¡Ten cuidado, esquívalo!- grito la pequeña criatura. Me lancé a un lado. Patiné a su lado antes de que pudiera ascender y fuera imposible de alcanzar. Salté y aterricé en su lomo, lo cual pareció enfurecerlo aún más. Me aferré con fuerza… aunque era difícil con solo una mano, pues en la otra tenía el báculo.
-¡Kyle, usa la carta!- solo tenía una oportunidad porque para usar la carta tenía que soltarme lo que provocaría una eventual caída. Decidí que tenía que intentarlo si quería que la bestia se detuviera y reparar mi error anterior. Me solté y arrojé la carta, la golpeé con el báculo.
-¡Viento!- el poder emergió de la carta. El viento envolvió al pájaro y caí.
-¡Ouch! Eso dolió.-me quejé.
-Muy bien hecho Rinto*. Ahora sella la carta. Di: Regresa a la forma humilde que mereces ¡Carta Clow!
-¡Sí!- levanté el báculo y luego lo bajé pronunciando el conjuro. –Regresa a la forma humilde que mereces… ¡Carta Clow!- el sello se situó debajo de mí y su luz me cubrió. La bestia era absorbida por la carta que estaba siendo recuperada. Cuando acabó tenía tres cartas en mis manos: Viento, Canción y la nueva que había logrado atrapar… Vuelo.
-¿Puedo preguntarte una cosa de todas las que tengo que preguntarte?- dije.
-Claro que sí, ahora estoy feliz, ya es una menos.-dijo besando las cartas.
-¿Quién es Rinto*?
-Tú lo eres… a partir de ahora.
-¿Qué quieres decir?- por primera vez me di una ojeada a mí mismo… ¡Era una chica! De cabello rubio larguísimo y recogido en dos coletas, pero lo peor era la forma en que estaba vestido… o vestida… un conjunto sin breteles con falda de color rosado con guantes y botas casi hasta las rodillas. ¡Era indignante! -¿Qué mierda me pasó?
-No mucho, sólo tomaste tu verdadera forma.
-¿Mi verdadera forma? Pero si yo era un chico.-dije tratando de bajarme la falda pues me parecía muy corta.
-No ésa solo era como un disfraz para ocultar tu verdadera identidad aquí en el planeta tierra.
-¿Es decir QUE SOY UNA CHICA EN REALIDAD?
-Pues sí y el Poderoso Mago Clow Reed me dijo que tú serías quién me liberara, Rinto*, aunque no pensé que también liberarías a todo el batallón de cartas.- dijo cruzándose de brazos –Ahora estoy aquí para enseñarte todo lo que necesitas saber sobre magia y te transformarás en el mejor hechicero de todos.
-Mis padres vendrán pronto ¿Cómo vuelvo a ser yo?- dije apresuradamente.
-¿No quieres darle una probadita a la nueva carta?-dijo tentador.
Dudé. -¿Cómo se usa?
-Sólo arroja la carta y golpéala con el báculo diciendo su nombre.
Al arrojarla creí que caería al instante al ser solo un pedazo de cartón… mas no. Quedó suspendida en el aire.
-¡Vuelo!- al bastón le salieron unas enormes alas del lado de la cabeza de ave.
-¡Vaya aprendes rápido! Tal vez seas mejor que la última cazadora de cartas.
-¿Quién fue?
-Su nombre era Cleo, creo.
-¿Crees?
-No la conocí. Ella estaba con Spinell Sun. Otro guardián.
-Oye… no sé si tenga que ver, pero mi abuela se llamaba Cleo.
-Ahora que lo pienso se parecía mucho a ti.
-¡No soy una chica!
-Vamos, vamos. Prueba la carta. Solo pon una pierna de cada lado.
-De modo que si es verdad que las brujas vuelan así.-dije algo apenado. Seguí sus instrucciones. -¿Y ahora?
-Piensa en volar, como si fueras un ave.
Parece fácil. Lo hice y lo logré. Las alas se movían. Despegué. La sensación era increíble, el viento en mi cabello… de pronto me encontré a mí mismo olvidándome del hecho de ser una chica y estar volando por todo Denver, de que alguien pudiera verme o de que mis padres estaban por llegar.
Si te tuviera aquí, cerca tú de mí
Si te tuviera aquí, serias la única en saber
Hoy tu sueño vive en mí
Jamás podré olvidar mi infancia junto a ti
Siempre hay algo que soñar, por lo cual luchar.
Tú me hiciste creer en mí.
Me diste alas para volar a sitios que no conocí
Hay muchos cielos que navegar
Hoy late en mí, lo que hubo en ti… tu corazón audaz…
¡Puedo al fin volar!
Un mundo se abre aquí, al que podré llegar.
Quiera estar cabalgando en los cielos sin fin
Ya tengo alas para volar a reinos que ahora debo hallar
Aún hay cielos que navegar
Hoy late en mí, lo que hubo en ti… tu corazón audaz…
¡Puedo al fin volar!
Cuando quieras guiarme,
Cuando vengas a hablarme,
Yo estaré allí…
Tus alas me harán volar a sitios que no conocí
Hay muchos cielos que navegar
Hoy late en mí lo que hubo en ti… tu corazón audaz…
¡Puedo al fin volar!*
Puedo al fin volar.
