"Quédate conmigo. Por favor... Por favor no mueras... Por favor no me dejes." Harry suplicaba mientras las lágrimas en forma de gas llenaban el pequeño frasco que tenía en la mano, a la vez que miraba al hombre que tenía en frente justo a los ojos y trataba de mantenerlo despierto.

A caso esto era lo único que obtendría? Un simple frasco lleno de lágrimas del hombre al que amaba? El único recuerdo que tendría de él si no sobrevivía? "Enviare a alguien a ayudarte pero por favor no mueras."

Que tanto decía el muchacho? No mueras... Bueno, si pudiera escapar de la Muerte que se presentaba ante él en forma de la mordida de una serpiente muy venenosa lo haría, no? Muchacho estúpido. Estoy aquí por tu culpa. No... No por tu culpa... Estoy aquí porque yo quise... Por Lily. Lily, mi Lily. A la que perdí a costa de mis palabras. "Sev... Severus, te amo." Sí. Niño estúpido... Estúpido...

Harry Potter tapo el frasco tan pronto como la última gota de las extrañas lagrimas entro en él. Ayudado por Ron, movió cuidadosamente el cuerpo de Severus Snape al destartalado sillón que estaba en la habitación mientras Hermione conjuraba el encantamiento Patronus y enviaba a su nutria con instrucciones de traer a alguien para que ayudara al profesor de pociones lo más pronto posible.

Cuando los tres amigos salían de la cabaña de los gritos, una voz suave, fría y demandante se abrió paso a sus cerebros. " Le ordeno a mis mortífagos que detengan esta masacre y se reúnan conmigo en el bosque prohibido. Harry Potter, has dejado que toda esta sangre mágica se desperdicie en lugar de venir a enfrentarme como el Griffindor que se supone que eres. Tienes una hora para venir y rendirte ante mí. Si no lo haces, yo personalmente mataré a cada hombre, mujer y niño que se atreva a esconderte de mí. Tienes una hora..."

"Harry Potter, ni se te ocurra..."

"Es la única manera, Hermione. Primero iré a la oficina de Dumbledore y veré los recuerdos de Snape. Debe haber algo importante en ellos si me dejo tomarlos. Escuchen, Nagini es el único Horrocrux que queda, debemos encontrar una forma de destruirlo ya que no tenemos la espada, y si usamos fyendfire puede que quememos lo que queda del castillo, pero por ningún motivo se atrevan a seguirme al bosque prohibido. Deben evitar que mis padres o Sirius intenten acercarse también."

"Pero Harry, ese lugar está lleno de mortífagos! Como crees que vamos a dejarte ir solo?"

"Lo sé, Ron. Pero ese bastardo es tan egocéntrico que matara a cualquiera que se atreva a atacarme. Después de todo el privilegio de matarme debe ser solo suyo."

"Harry, por favor ten cuidado, estaremos esperándote en el Gran Comedor, solo... No mueras, ok?" Hermione arrojó sus brazos al rededor del cuello de Harry. No quería dejarlo ir. Su mejor amigo, el chico - no - el hombre al que había llegado a amar como un hermano estaba a punto de entregarse al hombre más demente en la historia mágica de Gran Bretaña. Como podría superar su perdida si no sobrevivía?

"Hermione envío su Patronus por ayuda, pero nos quedaremos un poco más hasta que alguien venga. Vete. Y más te vale salir del bosque prohibido vivo. Aun tienes ciertas cosas que explicar, Harry." dijo Ron después de lanzarle una mirada curiosa a la inconsciente figura de Snape.

Las mejillas de Harry se tiñeron de un pálido color rosa pero asintió, dejando a sus amigos con el profesor de pociones.

Él no había querido que sus amigos se enteraran de su secreto de esta manera, pero ya no había nada que pudiera hacer para esconderlo más tiempo. Si sobrevivían, se aseguraría de que su padre, Sirius y Snape mejoraran su relación, ya encontraría la manera de hacer que el hombre se olvidara de su madre y lo mirara como el hombre en el que se había convertido, que correspondiera su amor.

Pero y si Snape jamás le correspondía? Y si ni siquiera era gay? Qué tal si lograba hacer que olvidara a Lily, pero se enamoraba de alguien más que no fuera él? Lo podría soportar? Él aceptó por fin en su quinto año que estaba enamorado de Snape desde antes que terminara el Torneo de los Tres Magos, solo que se negaba a aceptarlo. En parte porque su padre y Sirius siempre hablaban cosas malas de él, y las pocas veces que lo había visto antes de entrar a Hogwarts, su madre había tenido que hacer de mediadora entre los tres hombres... Cuatro, cuando Lupin estaba de humor para unirse a los otros dos adultos.

Pero como haría para que Snape dejara de pensar en Lily? Él sabía -su padre le había dicho- que Snape y Lily se habían conocido tiempo antes de entrar a Hogwarts, y que desde entonces él había estado enamorado de ella, porque era la única que no lo veía como el niño raro. Lily había sido la primera en ofrecerle su amistad y él la había aceptado. James Potter incluso admitió haber actuado como todo un patán con ella solo para llamar su atención hasta que el mismo Snape la alejó de él cuando la llamó sangre sucia en quinto año. Sin Lily a su lado, Snape pronto fue influenciado por los partidarios de las artes oscuras que compartían Casa con él y al salir de Hogwarts terminó uniéndose a las filas de Lord Voldemort. Después del ataque que sufrieron los Potter, aquel que casi acaba con la vida de sus padres y la suya propia, Snape y Lily hicieron las paces y retomaron su amistad. Snape entró a formar parte de la Orden del Fénix, liderada por Dumbledore, y jugó papel de espía, llevándolos a dar con la identidad del hombre que había entregado a los Potter con el Señor Tenebroso. Peter Pettigrew ni más ni menos... Maldita rata traidora. Pero ni así Lily pudo ver en Snape algo más que a su mejor amigo. En cambio Harry estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para que lo notara. Después de todo no todos los días se cualquier persona está dispuesta a sacrificarse para salvar el mundo mágico...

Ni cuenta se dio cuando llegó a la gárgola que lo llevaría al despacho del director, sus labios automáticamente formaron las palabras que le darían acceso al objeto mágico que tanto necesitaba. Una vez adentro, colocó el pensadero sobre el escritorio y destapó el frasquito, vertiendo el contenido en él.

"James basta! Déjalo en paz! Sirius! Remus por favor, haz algo!"

"Que pasa Evans? Por qué te molestas? Serpientes simpatizantes de la magia oscura como esta no valen la pena. "

Sirius aprovecho que James tenía a Snape colgado de cabeza para desabrochar su pantalón y quitárselo, mostrando su ropa interior a todos los presentes. Lily no pudo evitar sonrojarse, pero al mismo tiempo el enojo provocó que atacara a James, derribándolo y dejando caer a Severus sobre él. Una vez de pie, Snape se colocó los pantalones y varita en mano lanzó un hechizo que dejo a Sirius inconsciente.

"No necesito de tu ayuda, sangre sucia!"

Los ojos de Lily se abrieron de par en par y las lágrimas comenzaron a rodar.

"Bien hecho Snivellus, mira lo que hiciste!"

"Cállate Potter! Esto es tu culpa! Lily, yo..."

"Aléjate de mi Snape." Lily se dio la vuelta y hecho a correr hacia el castillo, Potter y Black detrás de ella.

••••••••••••••••••••••••••••

Severus estaba tirado en el suelo, recargado en la pared de un dormitorio extraño. Era demasiado oscuro adentro, aunque afuera podía verse la luz del sol apenas traspasando las gruesas cortinas. Un sollozo escapo de sus labios mientras apretaba en su puño lo que parecía una fotografía. La aventó hacia el lado contrario de la habitación.

Una carta, sobre la vieja y destartalada cama.

"Severus, se que trataste muchas veces de disculparte por lo que pasó en quinto grado, pero en ese entonces yo estaba realmente molesta. Mi mejor amigo, la persona que me había defendido tantas veces de los insultos de esos idiotas insufribles, me había insultado también. No fue la palabra lo que me dolió, Severus, sino el hecho de que esa palabra salió de tus labios. Se que debi haberte dado la oportunidad de explicarte, pero mi enojo me sobrepaso. Nos distanciamos tanto que te perdí. Tu amistad con los Malfoy te llevó por el camino que tanto temí que eligieras. Es por eso que te escribo esta carta. Porque quiero recuperarte, Severus, quiero que volvamos a ser amigos y esta vez soy yo la que se disculpa contigo. Quiero que me perdones por no haberte escuchado, y por haberte alejado de mi. No se si lo sepas, pero el hombre que se hace llamar el Señor Tenebroso nos está buscando. A James, a mi, a nuestro hijo. Al parecer hay una profecía. Un niño nacido a finales de Julio de este año será quien acabe con él. Supongo que ahora sabes por que Alice y Frank Longbottom están en el cuarto piso de San Mungo... Su hijo es un día mayor que mi pequeño Harry. Los Lestrange lograron encontrarlos y los torturaron hasta la locura. No quiero perder a mi familia, Sev, quiero recuperarte y que seas parte de mi familia de nuevo, como cuando éramos niños, ¿recuerdas? Vuelve, Sev, por favor. Además, quiero que conozcas a mi pequeño Harry. Tiene casi cinco meses de edad. Es travieso igual que su padre, pero es un buen niño. Quiero que el crezca conociendo la maravillosa persona que eres... Y porque sé que estas pensando, déjame decirte, Severus Snape, que no eres una mala persona. Solo eres una persona buena influenciada por personas con malas intenciones. Se que hay bondad en ti, Sev, y confió en que esa bondad te traerá de vuelta a mí.

Tu amiga, siempre.

Lily Potter.

P.D. Te envío una foto de mi familia. James y mi bebé. Es el bebé mas lindo del mundo, ¿no lo crees?"

u•

Harry salió de la oficina de Dumbledore. Esas memorias ahora le daban sentido a todo.

Caminaba por los pasillos de Hogwarts como si fuera la ultima vez, lentamente... Mirando sin mirar. Podía oler el polvo y la humedad que se desprendían de esas viejas paredes. Aun podía escuchar los gritos de batalla de sus compañeros, peleando por sus vidas y para salvar las de otras personas

•u•

Dumbledore y Snape estaban parados en la cima de una colina, al fondo podía verse el imponente castillo de Hogwarts. El anciano miraba con lastima al joven Snape, que sollozaba y suplicaba.

"Todo es mi culpa, lo de los Longbottom... El que Lily y su familia peligren... Si tan solo hubiera sabido que esa estúpida profecía se trataba del hijo de Lily, yo jamás habria dicho nada... Por favor, protegelos. Lily quiere que yo vuelva, pero no puedo. Cuando ella sepa que por mi culpa su hijo peligra, no sere capaz de mirarla a los ojos."

"Ellos están seguros por el momento, Severus, pero no pueden permanecer ocultos por siempre."

"Haré lo que me pidas. Lo que sea."

••••••••••••••••••••••••••••

Sirius Black miraba a Snape con rencor desde el otro lado de la oficina de Dumbledore, jugando con su varita entre sus dedos. "Severus!" El rostro de Lily Potter era un mar de expresiones, alivio, sorpresa, felicidad, tristeza, nostalgia...

De pronto Snape era apresado contra la pared y la varita de un furioso James Potter presionaba su carótida. "Dame una razón para no matarte, maldito mortífago."

"James, basta, yo le pedí a Dumbledore que lo trajera. El puede ayudarnos."

"De que hablas Lily? Ahora él sabe en donde estamos y seguramente saldrá de aquí corriendo para ir a contarle al señor tenebroso."

"James, por favor..." La voz tranquila de Dumbledore lo hizo dudar. "Severus está aquí porque yo se lo pedí, si nos disculpan, tenemos asuntos que tratar."

Dumbledore miro fijamente a Lily por unos instantes y después de asentir brevemente, salió de la habitación seguido por Severus.

••••••••••••••••••••••••••••

Las flamas de la chimenea en la oficina de Dumbledore rugieron nuevamente para permitir la entrada a Severus Snape, el anciano lo miraba con un brillo extraño en sus ojos, estaba seguro de que algo no andaba bien.

"Director..."

"Severus, un dulce de limon?"

"No, gracias. Preferiría que fuéramos al punto de esta reunión."

"Tan directo como siempre, Severus, pero está bien, ya que supongo que tienes cosas mas... urgentes que atender. Como bien sabes, la Orden tiene aliados entre los aurores, y algunos de ellos han estado investigando rumores. Se dice que Lord Voldemort está reclutando, y que entre los novatos, hay uno que podría estar filtrando información sobre nuestras actividades. Ninguno de nosotros sabe quien es, y obviamente el culpable no se dara a conocer, así que necesito que estes atento, Severus, quiero que descubras a esa persona. Esta será tu primera prueba. Recuerda que la seguridad de Lily y su familia también depende de ti ahora."

"Los demás saben? Es decir, Potter y Black... Y Lupin, ellos saben que estoy trabajando para usted?"

"Ahora lo saben, pero como pudiste ver, ninguno de ellos confía en ti excepto Lily."

"Y Usted?"

"Poco a poco, muchacho... Poco a poco."

u•

Su mente recordaba todas y cada una de las veces que compartió alegría y tristeza con sus dos mejores amigos. Podía escuchar aun la risa de Hermione y Ron cuando el falso Moody transformó a Malfoy en hurón...

Llegó a las puertas de la entrada del castillo... El cielo estaba completamente oscuro, seguro pronto saldría el sol.

u•

"PETTIGREW!" Grito Severus al entrar a la oficina de Dumbledore y azotando la puerta contra la pared. Sirius Black y Fabian y Gideon Prewett voltearon alarmados y apuntaron sus varitas al hombre que caía de rodillas a mitad de la oficina intentando parar la sangre que salía de su costado izquierdo. "Pettigrew los traicionó. Condujo a Lupin a una trampa y lo torturó para sacarle información. No hay tiempo, el Señor Tenebroso se dirige al Valle de Godric en este mismo instante y lleva a Lupin consigo... La tortura desencadenó su transformación..."

"Sirius, Fabian, vallan al Valle de Godric y aseguren un perímetro en casa de los Potter, si pueden, saquenlos de ahí." Dumbledore movió su varita y en un segundo ambos hombres habían desaparecido. "Guideon, lleva a Severus a Grimauld Place y avisa a Poppy que valla para allá, después alcanza a tu hermano, yo avisaré a los demás miembros de la orden y los veré allá."

••••••••••••••••••••••••••••

"Espero que esto no sea una trampa, Severus, por tu bien..."

"Por mi bien... Bah." De un tirón, Snape arrancó su capa y le mostró su herida a Guideon, el cual, al verla, palideció. "Crees realmente que si los estuviera guiando a una trampa, me hubiera expuesto a que Lupin me atacara?" grito enojado.

"Debo sacarte de aquí, si te transformas... Pondrás en peligro a todos."

"No es luna llena, Prewett. Será mejor que te vallas. Poppy no debe tardar."

••••••••••••••••••••••••••••

Miembros de la Orden llegaban a Grimmauld Place apresuradamente, ayudando a los heridos a acomodarse en el salón. Arthur y Molly Weasley ayudaban a una gravemente herida Lily a recostarse en un sillón y Fabian Prewett trataba de calmar a un inquieto y lloroso bebé Harry en sus brazos. Minutos después, Guideon entró levitando la figura inconsciente de James Potter sobre otro sillón y Sirius levitaba una jaula enorme detrás de él. Al cerrarse la puerta, un aullido dejó a todos en silencio y segundos después se escuchó un chillido y un golpe seco contra el piso. Sirius había dejado inconsciente al hombre lobo.

"Poppy, tienes que prometerme que no dirás nada de esto. Nadie debe saberlo." susurro Snape.

"Pero Severus..."

"No! Escúchame. Nadie, absolutamente nadie debe saber esto mas que tu y yo. En cuanto pueda se lo diré a Dumbledore, pero no quiero que se sepa. Puede que esto nos sea útil en algún momento... Por favor."

"Está bien, Severus... Como tu digas."

u•

Alguien tomó su brazo y lo obligó a girarse. Hermione. Si, si alguien se atreviera a detenerlo, seria ella.

"No pensaras ir allá solo, verdad?" dijo ella con lagrimas en los ojos. Ron, a su lado, lo miro, y, como tantas veces antes, entendió lo que tenía que hacer sin siquiera preguntar. Las lagrimas humedecieron los ojos azules del pelirrojo, y abrazó a Hermione por la cintura. "Haz lo que tengas que hacer... Solo... Vuelve, si?"

"Lo intentaré. Asegurense de que mamá y papá no me sigan, mantengan a Sirius y a Remus alejados también."

u•

"Qué fue lo que pasó en el Valle de Godric?" preguntó Snape con el rostro lleno de preocupación. Al parecer habían transcurrido unas horas ya desde el ataque.

"Tranquilo, Severus. Gracias a que nos avisaste, Sirius y Fabian pudieron llegar antes que los mortífagos a casa de los Potter, pero desafortunadamente no hubo tiempo suficiente para sacarlos de ahí.

"Bellatrix, Rodolphus y Rabastan Lestrange llegaron antes que Voldemort y atacaron la casa. Los padres de James estaban ahí así que intentaron ayudar a Lily y al pequeño Harry a escapar mientras James, Sirius y Fabian los distraí y otros mas de sus mortífagos llegaron y soltaron a Remus casi al mismo tiempo que el resto de la Orden y yo llegamos. Al parecer, Sirius fue tras él para contenerlo y Bellatrix atacó a James.

"Cuando Voldemort se dio cuenta de que estábamos ahí, atrajo a mas de sus seguidores y creó una confusión... De alguna manera logró transfigurar a uno de sus seguidores en él y el verdadero Señor Tenebroso atravesó las protecciones que había al rededor de la casa... Me distrajo... Me obligó a pelear con el impostor mientras el iba tras el pequeño Harry... El padre de James intentó detenerlo pero lo mató. Cuando alcanzó a Lily, le dió el bebé a Dorea y comenzó un duelo con él para ganar tiempo. Voldemort la hirió gravemente y al alcanzar a Dorea, ella decidió enfrentarlo, pero antes de poder hacer nada, Voldemort lanzó la maldición asesina al pequeño Harry y su abuela se interpuso. La mató, pero de alguna manera, la maldición reboto y le golpeo también a él... Al menos eso fue lo que vi cuando llegue a donde estaban. Voldemort desapareció pero de alguna manera logró herir al bebé, solo le dejó una cicatriz en la frente... Muy peculiar, debo decir."

"Entonces todo acabo..."

"Me temo que no..."

"Que? De que habla? El Señor Tenebroso ya no está, de alguna manera ese mocoso logró acabar con él..."

"Por ahora... Voldemort era conocido por tener trucos bajo la manga, Severus... Mas vale ser precavidos. Además, muchos de sus seguidores aún siguen ahí afuera y no dudo que quieran vengar a su amo."

"A quienes atraparon?"

"A los Lestrange, Barty Crouch Jr... A Pettigrew..."

••••••••••••••••••••••••••••

"Severus! Pasa por favor. A que debo tu visita?"

"Señor, hay algo que debo decirle... Con respecto a la posición que me ofreció como profesor de pociones..."

"Y bien... Que has decidido?"

"Señor... El día que atacaron a los Potter... Lupin... Me atacó. Yo no puedo aceptar el cargo que me ofrece... Jamás podría poner en peligro la vida de tantos niños... Yo..."

El brillo en los ojos del anciano se intensificó, " No te preocupes, Severus. O acaso has olvidado que Remus estudio aquí?"

"No, señor, pero..."

"Si esa es tu única objeción Severus, espero verte con el resto del personal el próximo ciclo escolar. Puedes irte."

Una mirada del anciano lo detuvo de decir algo, y solo pudo asentir antes de retirase.

••••••••••••••••••••••••••••

"Que es esto?"

"Esto, Severus, es el diario de Lord Voldemort." Severus tomó el diario de la mesa y lo examinó detenidamente. Sangre... Tinta... Una mezcla asquerosa de ambas. De pronto, al ver el nombre inscrito en la portada con letras doradas y elegantes, su mirada se volvió más aguda.

"No entiendo que hace esto aquí. Esto pertenece a Lucius Malfoy, o al menos recuerdo haberlo visto alguna vez en su estudio. Creí que era de él."

"Pues no le pertenecía exactamente, pero si estaba en su poder. De acuerdo con el pequeño Harry, el señor Malfoy depositó este peculiar objeto en la bolsa de libros de la señorita Weasley durante una confrontación en Flourish & Blotts. Este objeto, Severus, contenía magia negra bastante poderosa, si es que mi hipótesis es correcta.

"Harry rescató a la señorita Weasley de la cámara de los secretos, Severus. Estaba siendo controlada por este objeto maligno... Por Tom Riddle mismo. De acuerdo con Harry, el Voldemort que atacó a Grinevra era apenas un muchacho no mayor de dieciséis años. Él pretendía robar a la niña de su energía vital y volver a este mundo... Esto solo prueba que tenemos que estar preparados, Severus. El buscará la forma de volver..."

u•

Caminaba lentamente por los senderos del bosque prohibido. Recordó la primera vez que estuvo ahí, cuando fue castigado y lo enviaron con Malfoy, Hagrid y Fang a buscar la cosa que atacaba a los unicornios; cuando conoció a Firenze.

La noche que fue con Ron a visitar a Aragog, con la intención de liberar a Hagrid. Cuando Hermione los salvó a todos de ser atacados por Lupin esa noche tan lejana de luna llena. El día en el que los centauros se llevaron a esa vieja bruja de Umbridge...

u•

"Él ha vuelto, Albus, y si no me presento pronto ante él, sospechará..."

"Lo sé... Y tal vez esa sea una excelente ventaja, muchacho. Quiero que lo hagas creer que lograste infiltrarte en la Orden. Convéncelo, Severus. No permitas que dude de ti. Quiero que me informes de todo lo que ocurra esta noche."

"Sí, señor."

••••••••••••••••••••••••••••

"Horrorcrux, Severus."

"No entiendo, creí que eso era solo un mito... Un rumor que circulaba entre los más cercanos al Señor Tenebroso..."

"Recuerdas el diario que te enseñé? El del incidente de la señorita Weasley? Ese era un Horrorcrux... Y este anillo, pertenecía a la madre de Voldemort. Destruí lo que contenía, pero me temo que al hacerlo, me condene también." Dumbledore extendió su brazo y Severus inmediatamente corrió a examinarlo.

"Al parecer, el anillo tenía un hechizo compulsivo, una maldición, y me consume rápidamente."

"Puedo hacer una poción... No curará tu brazo ni romperá la maldición, pero al menos la ralentizará..."

"Cuánto tiempo?"

"Dos años por mucho."

"Bien... Será tiempo suficiente para preparar al muchacho y tal vez buscar los objetos restantes. Entiende Severus, si no logro ver esta guerra terminada antes de morir... La responsabilidad de guiar a la Luz a la victoria caerá en ti... Tendrás que guiar al muchacho, solo él puede derrotar a Lord Voldemort."

••••••••••••••••••••••••••••

"Dijiste que habían más de esas cosas, he estado intentando averiguar que son, pero nadie sabe nada... Excepto Bellatrix, creo. El Señor Tenebroso le dio algo para que lo guardara en su bóveda en Gringotts, era algo pequeño y dorado con pequeños diamantes incrustados..."

"La copa de Helga Hufflepuff... Creo que tal vez utilizó objetos que tienen significado para el... El diario, el anillo... Tiene sentido. La copa... Tal vez tomó algo de Ravenclaw y Slytherin también."

"La diadema de Rowena lleva perdida casi cincuenta años... Puede ser uno de los objetos, pero en dónde buscar?"

"Harry sabe lo que estamos buscando. Tengo algunas pistas sobre otro objeto, pero no tengo la ubicación exactamente... Llevaré a Harry conmigo una vez que lo haya localizado. Como van las cosas con el joven señor Malfoy?"

"El Señor Tenebroso le ha ordenado a Lucius entregar a Draco, pero logré convencerlo de que esperara al menos a que el muchacho cumpliera la mayoría de edad... no falta mucho. Dos días antes de su cumpleaños, Narcissa vendrá por él, pero ella no quiere que Draco tome la marca. No sabe qué hacer, está desesperada..."

"Ofrece protección para el muchacho a cambio de información. Tal vez ella pueda sacarle algo a Bellatrix."

••••••••••••••••••••••••••••

"Narcissa está agradecida por lo que hizo por Draco." Snape extendió una mano hacia Dumbledore, dándole un pedazo de pergamino. "Ella dice que esto es todo lo que Bellatrix sabe."

"Está segura?"

" La seguridad de su hijo está en riesgo, sabe lo que le conviene..."

"Está bien..." El anciano leyó lo que había en el pergamino, confirmando así sus sospechas. "Sabes qué es lo que está escrito aquí?"

"No, se negó a decirme y encantó el pergamino para que solo usted pudiera verlo." Dumbledore copió el contenido en otro pergamino y se lo dio a Snape.

Guardapelo de Slytherin

Tiara de Ravenclaw

Copa de Hufflepuff

Anillo de Merope Gaunt

Diario de Tom Riddle

Nagini

Harry Potter (El Señor Tenebroso sabe de la conexión entre ellos, y piensa que el pedazo de su alma que usaría para crear el objeto cuando matara al muchacho esa noche quedó atrapado dentro de él.)

Snape miro a Dumbledore detenidamente, intentando descifrar la postura del anciano, entonces palideció. "Así que solo enviaste a Narcissa a confirmar tus sospechas... Claro, debí saberlo... Y dime, que le dirás a Lily cuando se entere de esto?"

"Severus, por favor..."

"El muchacho te admira y te quiere como si fueras su abuelo. Black, Lupin, Potter y Lily confían en ti y al final resulta que todo este tiempo has estado entrenando al muchacho para caminar a su muerte como si fuera cualquier cosa..."

"Existe una profecía. Un niño nacido a finales de Julio... El Señor Tenebroso lo habrá marcado como su igual y solo ese niño tendrá el poder para derrotarlo. Ninguno vivirá si el otro sobrevive. No hay otra manera, Severus. Harry tendrá que enfrentar a Voldemort y ambos tendrán que morir."

"Pero no es justo!" dijo Snape, por fin mostrando un poco de la furia que tenía dentro. "Es solo un niño! Debe haber otra manera..."

"No me digas, Severus, que hay en ti afección por el muchacho?" Snape inmediatamente saco su varita, Dumbledore, por reflejo, se puso en guardia, pero lo que salió de la varita de Snape lo dejo boquiabierto. Un hilillo plateado que poco a poco se transformó en una cierva saltó por la oficina del director para al final esfumarse por la ventana.

"Tu mejor que nadie conoces el significado del encantamiento Patronus... Al principio creí que Lily y yo... Pero el de ella resultó ser también una cierva. El de Potter... Harry, es un ciervo..."

El asombro del anciano rápidamente se transformó en tristeza y bajó la mirada. "Lo lamento, Severus, pero no hay nada que podamos hacer. Harry debe hacer lo que es necesario para acabar con Voldemort de una vez por todas..."

"Y cuando se lo dirás?"

u•

Estaba cerca. Podía escuchar las voces de los mortífagos amortiguadas por la espesura del bosque a su alrededor. Podía ver la pequeña laguna y justo en la orilla estaba él.

Harry se detuvo por un momento, metió la mano en el bolsillo de su pantalón y saco una pequeña piedra extraña. La apretó en su puño y retomó su camino.

"Valla, valla, valla... Miren quien ha decidido honrarnos con su presencia esta bella mañana. Potter." Voldemort escupió el nombre como si solo decirlo le causara dolor físico. "Así que has decidido entregarte a mí. Has ya reconocido que tú no eres rival para mí? No eres más que un niño." Todos los mortífagos comenzaron a reír.

"Pediste que viniera, y aquí estoy. Termina con esto de una vez." Harry miraba al frente, pero no miraba a Voldemort. Tenía los ojos fijos en el hombre al que, gracias a su cariño, había llegado a querer como a un segundo padre. Hagrid tenía la mirada nublada por las lágrimas y en silencio le suplicaba por que se fuera de ahí.

"Estamos impacientes, eh, Potter? Como quieras... Avada Kedavra!"

El cuerpo de Harry fue expulsado unos metros hacia atrás, cayendo cerca donde comenzaban a crecer los árboles en el pequeño lago. Narcissa se adelantó, volteando a mirar a Voldemort quien le indico que continuara con lo que estaba haciendo. "Está vivo?" preguntó Bellatrix desde su lugar. Siempre un paso detrás a la derecha de su amo.

Al llegar a donde estaba Harry, Narcissa se arrodilló y desde su posición a espaldas del muchacho pudo ver como su pecho se inflaba casi imperceptiblemente. "Está vivo? Draco, está a salvo?" susurró. Harry usó el índice de su mano derecha para indicarle que sí. "Cuando estés listo podrás moverte." La mujer colocó dos dedos en la garganta del muchacho y presionó suavemente. Harry podía sentir la magia fluyendo por su cuerpo. Se sintió relajado y liviano. Narcissa verificó que su hechizo tuviera el efecto deseado, ocultando el movimiento que Harry hacia al respirar y se levantó.

"Muerto." se escuchó alta y clara la voz solemne de Narcissa Malfoy. Todos los mortífagos comenzaron a reír a carcajadas y el rostro del Señor Tenebroso se transformó en una horrible mueca de satisfacción.

"Levantate, semigigante. Iremos a Hogwarts, trae contigo el cuerpo de Potter."

Una explosión afuera del castillo alertó a los sobrevivientes. Todos salieron rápidamente a ver qué ocurría, temiendo que la batalla comenzara nuevamente.

"James... Qué.. A quien trae Hagrid en brazos?" preguntó Lily Potter en un suspiro ahogado.

"No..." susurró James. Remus y Sirius plantados uno a cada lado de los padres de Harry.

"MI HIJO!" grito desesperadamente Lily al reconocer a Harry, intentando acercarse al cuerpo de su muchacho. James la atrapó antes de que pudiera escapar, sosteniéndola en sus brazos y ahogando su propio llanto de dolor.

"Harry Potter... ESTÁ MUERTO!" anunció el Señor Tenebroso con esa misma sonrisa horrible deformando su rostro. "Su salvador ha muerto, pero no teman. Como muestra de mi magnanimidad, si se arrodillan ante mí los dejaré vivir."

Neville Longbottom avanzó hacia donde estaban los padres de Harry, percatándose que Remus tenía el sombrero seleccionador en las manos. Se lo arrebató y siguió avanzando, deteniéndose sobre una roca.

"Neville, por favor, ven aquí muchacho... No tienes que hacerlo." dijo Remus, intentando alcanzar a Neville pero sin despegar la vista de Voldemort ni sus mortífagos.

"Hola, querido Neville... Como están tus padres?" dijo Bellatrix entre risas.

"Basta, Bellatrix. No es manera de tratar a un novato, no es así, Neville?... Estoy al tanto de tus habilidades, pero no te preocupes, estoy seguro de que hallaremos algo que puedas hacer..." Voldemort extendió su brazo izquierdo, incitando a Neville a acercarse.

"No me importa si usted creé que soy un inútil, de hecho, no me importa lo que la gente crea. Y tampoco importa que Harry esté muerto..."

"Neville!" Grito Sirius furioso.

"No! No importa que Harry haya muerto. No importa su sacrificio. Porque no fue en vano. Todo lo que él nos ha enseñado, especialmente a mí, me ha hecho sobrevivir a las burlas y malos tratos que toda mi vida he recibido de gente como usted. Usted no es nada más que la burla del hombre que dice ser. Y el hecho de que Harry haya dado su vida para salvar la nuestra no importa, porque nosotros vamos a acabar con usted!" Metió la mano al sombrero y saco la espada de Griffindor, avanzando hacia donde estaba Voldemort. Registrando movimiento por el rabillo de su ojo, pudo ver que algún tipo de proyectil se acercaba. Volteó y apenas tuvo tiempo para hacerse a un lado. Nagini cayó al piso y regresó a atacar a Neville.

Hagrid sintió que el pequeño bulto que traía en brazos se movía... Pero no, seguro me estoy imaginando cosas...

Harry separó su rostro del pecho del semigigante y lo miro, indicándole con un dedo sobre sus labios que guardara silencio, entonces el muchacho saco su varita de entre sus ropas y conjuro un escudo alrededor de Hagrid, saltó de sus brazos y comenzó a atacar a los mortífagos que había a su alrededor para atraer la atención de Voldemort.

"No es posible!" grito el Señor Tenebroso, alzando su varita para lanzar un hechizo a Harry, quien era perseguido por mas mortífagos.

Al percatarse de lo que estaba ocurriendo, la batalla comenzó de nuevo. Profesores, estudiantes, aurores y civiles combatieron fuego contra fuego.

Harry entró al gran comedor y encontró a Neville y a Luna combatiendo contra Bellatrix. En ese preciso instante, la loca mujer estuvo a un segundo de lanzar la maldición asesina contra Longbottom, pero Molly Weasley la hizo fallar, atrayendo la atención de la otra bruja.

"Neville! La serpiente! Acaba con la serpiente!"

"Matar a la serpiente?"

"Matar a la serpiente. Yo me encargaré de Riddle."

Cuando Harry salió del gran comedor, vio a Voldemort atacando a sus padres y le lanzó un Cruciatus, el cual el otro mago ni siquiera sintió. "Una vez te dije que no funciona si no lo deseas, Potter. Pero yo te enseñaré."

"Es a mí a quien quieres!" grito Harry acercándose cada vez más al mago oscuro. Alzó la varita y un "Expeliarmus!" chocó contra el propio hechizo de Voldemort.

Hechizos seguían volando a diestra y siniestra alrededor de ellos, los Potter irguieron un domo de protección sobre El Elegido y el Señor Tenebroso y Sirius y Remus les cuidaban la espalda.

La lucha entre la señora Weasley y Bellatrix se había movido de un momento a otro hacia afuera, quedando en el rango de visión de Voldemort, y en un descuido de la bruja, la señora Weasley la golpeó con un "Reducto!" que la lanzó contra una columna y cuando chocó contra esta, explotó.

Voldemort logró ver lo que pasó, y por un instante la pelea entre él y Harry se detuvo. Los Potter retiraron el domo y se unieron a la batalla, escuchando el grito de furia del Lord Oscuro. En ese momento, cuando Voldemort estaba a punto de atacar de nuevo a Harry, Neville salió por la puerta principal del castillo seguido de Hermione, Ron y Draco Malfoy, todos ellos apuntando sus varitas al piso. Draco movió un poco su varita y entonces Neville agitó la espada con tanta fuerza que Harry sentía que la sangre le había llegado a salpicar. Humo negro se revolvió furiosamente sobre donde una vez había estado Nagini, haciendo que todos los presentes taparan sus oídos para evitar escuchar el horrendo grito que el pedazo restante del alma de Voldemort soltó antes de expirar.

Harry y el Señor Tenebroso retomaron su duelo, el muchacho con un Expeliarmus y Voldemort con un Avada Kedavra. Sus hechizos se conectaron y ambos inyectaban la magia que les quedaba a su ataque. El hechizo de Harry ganó terreno ante el de Voldemort y expulsó la varita de su mano. El haz de luz rojo subió por el brazo derecho del Señor Tenebroso y viajó rápidamente por su pecho, hundiéndose en el espacio en el que se encontraba su corazón.

El Señor Tenebroso cayó muerto a los pies de Harry Potter y justo cuando su rostro toco el piso, gritos de felicidad inundaron Hogwarts.

Harry abrió los ojos cuando un rayo de luz lo golpeó directamente en la cara. Intentó moverse, pero el dolor en sus músculos le recordó lo que había pasado. Intentó ver claramente más allá de su nariz, pero ni siquiera esforzándose podía distinguir las cortinas de la pared, hasta que alguien amablemente colocó sus anteojos en su mano.

"Gracias..." Lily Potter se abalanzó contra su hijo, atrapándolo en un abrazo casi tan fuerte como el que siguió después gracias a su padre. "Mamá me están aplastando... No... Puedo... Respirar..."

"Lo siento." dijo Lily con lágrimas en los ojos. "Es que llevas dormido casi dos semanas y sentí que me moría cuando te vi inerte en los brazos de Hagrid..." sollozó.

"Se me rompió el alma pensar que pudiste haber muerto, hijo. Pero no entiendo, por qué no nos dijiste? Hermione y Ron prácticamente nos encerraron en el gran comedor para que no fuéramos tras de ti, Remus estaba inconsciente y Sirius hecho un manojo de nervios... No sabíamos que hacer..."

"Lo siento, pero era algo que tenía que hacer yo solo... Snape... Dumbledore sabía que tenía que ser así."

"Snape?" preguntó James.

"Hijo, que tiene que ver Severus en todo esto?"

"Escuchen, es... Complicado, si? Prometo que les explicaré en cuanto salga de aquí, pero antes quiero saber una cosa... El profesor Snape... Sobrevivió?"

Lily arqueo una perfecta ceja pelirroja y lo examinó unos momentos. Harry se sintió como si fuera objeto de estudio en un microscopio, ya que nada se le escapaba a su madre. Es un poco aterrador a veces, en serio!

"Severus se encuentra en la habitación de en frente, debo decir que Hermione hizo un buen trabajo antes de que pudieran traerlo aquí, ella y Ronald pudieron extraer la mayoría del veneno de esa serpiente antes de que Madame Pomfrey se hiciera cargo."

Harry soltó el aire que no sabía que estaba conteniendo y su madre lo volvió a mirar de forma extraña, esta vez alzando ambas cejas. "Y... Qué pasará con él? Quiero decir... Después de la muerte de Dumbledore... Él dejó entrar mortífagos al castillo, no es así? Lo enviaran a Azkaban?" preguntó el muchacho con un poco de preocupación.

"Ya quisieras... Dumbledore dejó unos cuantos frascos llenos de memorias que prueban que cualquier orden ejecutada por Snivellus había sido realizada bajo su expreso consentimiento, alegando que Snape es espía de la Orden y por lo tanto, aliado..." dijo James Potter en un tono casi enfadado. "Además de todo, le dieron la Orden de Merlín Primera Clase! Inaudito! Como alguien como él puede ser considerado héroe."

Harry se había quedado boquiabierto. Snape... Héroe! Pero bueno, ya pensaría que hacer con esa información después. Ahora lo que tenía que hacer era intentar colarse en la habitación de Severus sin que se dieran cuenta. Necesitaba ver a ese hombre y aclarar muchas cosas con él, pero como le haría... "Oye ma, cuando podré salir de aquí?"

"Tan pronto como te examinen los sanadores y digan que puedes irte."

"Y eso cuándo será?"

"Tranquilo campeón! Por ahora lo mejor será que descanses. Estoy seguro que Ron y Mione querrán verte en cuanto se enteren que estas bien. Por cierto, Remus y Sirius tienen algo que decirte." James sonrió y le guiñó un ojo a Harry, quien quedó un poco confundido. Por su parte, Lily solo lo abrazó y susurró en su oído palabras que lo hicieron palidecer un poco. "Tienes algunas cosas que explicar, jovencito..." le dio un beso en la frente y ambos padres salieron de la habitación.

No recibió más visitas durante día, excepto la del sanador que lo atendía. Reviso sus signos vitales y la presión de su sangre. Realizó varios hechizos en él, la mayoría los conocía, pues Madame Pomfrey los usaba en él casi a diario. No había nada fuera de lo común, pero el sanador le había dicho que debía al menos permanecer esa semana más en observación.

Esa noche pretendió estar dormido para evitar a la enfermera que hacía revisiones de rutina en su piso. Cuando ya no escuchó más ruidos en el pasillo, salió de su habitación y se infiltró cuidadosamente en la de Snape.

Estaba oscuro, la única fuente de luz en la habitación era el pequeño rayo de luz de luna que se filtraba por las densas cortinas, bañando el rostro del hombre acostado en la cama. Snape se veía más pálido de lo normal, supongo que se debe a la pérdida de sangre. Un grueso vendaje cubría su cuello, y en él, apenas visible, una pequeña mancha de sangre.

El hipnótico movimiento del subir y bajar del pecho de Snape obligó a Harry a moverse hasta donde el hombre se encontraba. Cerró la puerta con delicadeza y caminó como si estuviera pisando sobre una capa de hielo fino. Al pararse al lado de la cama de su ex-profesor, miro su rostro y vio, como entre sueños, se distorsionaba de vez en cuando de dolor. Sus ojos se movían rápidamente de un lado a otro dentro de sus párpados, como si de una pesadilla se tratara. Por instinto, Harry busco dentro de la fina sabana la mano del hombre y la envolvió entre las suyas. De pronto, la respiración de Snape se volvió errática y elaborada; comenzó a emitir pequeños gemidos que el muchacho asoció con asfixia y el miedo lo invadió. Apretó con más fuerza la mano de Snape y no fue que salió de su estupor sino hasta que pudo escuchar pasos apresurados en el corredor. Soltó la mano del pocionista y se colocó en la esquina más lejana a la cama que había en la habitación. Por reflejo, lanzó un encantamiento desilusionador en sí mismo y se sentó ahí, a mirar como los sanadores intentaban controlar a Snape.

Cuando los sanadores salieron de la habitación, después de lo que a Harry le parecieron horas de observar sin poder ayudar, se dejó caer al piso, aun recargado en la pared. Se llevó las manos a la cara en un gesto de desesperación y después se levantó, acercándose lentamente a la cama del espía. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, estiro su brazo y con la punta de los dedos acarició la pálida y hundida mejilla del hombre. Se acercó un poco más, y pudo notar esta vez que los ojos de Snape estaban también más hundidos en sus cuencas de lo normal, pero para alguien en su condición debe ser normal...

Hundió los dedos en los finos cabellos de Snape, acariciando el cuero cabelludo con cada tierno roce que el muchacho le proporcionaba, y fue como si un imán lo obligara a acercarse más. Sus dedos recorrían y peinaban delicadamente el sedoso cabello negro, y con cada centímetro que recorrían hasta que por fin acunó con su mano la mejilla del hombre, su rostro se acercó al de él, y suavemente depositó pequeño beso en sus labios.

De regreso en su habitación, no podía evitar llevarse los dedos a los labios. No podía creer que se había atrevido a besar a Snape! Poco a poco una sonrisita apareció en su rostro y así se fue a dormir, soñando como sería besar a Snape si estuviera despierto.