¡Hola a todos! Como anuncié hace poco, aquí estoy con mi primer Fanfic largo de la pareja SasuSaku. Será un AU y puede que los personajes tenga un poco de OOC pero no lo e podido evitar para desarrollar la historia T.T. El fic está valorado en M, no creo que haga falta que explique por qué xD. Habrán otras parejas secundarías que irán apareciendo a lo largo de la historia.
SummaryEn plena adolescencia, Sakura Haruno escudada en su natural curiosidad, se ve envuelta en una historia de amor, venganza y celos donde los mitos más oscuros cobran vida.
Declaimer:Naruto ni ninguno de sus personajes me perteneces, solo los uso por puro entretenimiento.
El comienzo
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Lentamente me fui acercando. Con paso decidido, avancé pegada mi espalda a la enmohecida pared de ladrillos. Escudada detrás de un muro, miré la rejas de la casa que quedaba escasos metros mi, semioculta por unos grandes pinos que le conferían un aura misteriosa y aterradora.
Ésta se alzaba en medio de un jardín yermo. La fachada principal constaba de unas escaleras que llevaban a una gran puerta de cristal oscuro. A ambos lados de esta se hallaban dos ventanas ocultas por unas cortinas de color carmesí que siempre permanecían cerradas. Más arriba se distinguían dos ventanas más, éstas con rejas y por último el tejado, adornado por sendas gárgolas en los aleros de éste. El contorno de la casa se hallaba cercado por una reja de gruesos barrotes, o eso es lo que creía, pues nunca me había acercado lo suficiente como para dar un rodeo a la casa.
Mirando el reloj digital que llevaba en mi mano derecha me percaté de que ya eran las dos de la madrugada y debería volver a casa. Mas la curiosidad siempre podía conmigo, y haciendo caso omiso a la vocecita que me gritaba que me largara de allí, inhalé fuerte mente, y con sigilo, me despegue del muro que me ofrecía una relativa seguridad, y avancé calle a través hasta agacharme detrás de uno de los matorrales que crecían cerca de la verja de entrada.
Siempre, desde muy pequeña, había sentido un terror infantil cada vez que pasaba por delante de esa casa en dirección al colegio. Mi mente se imaginaba que la casa estaba habitada por espíritus malignos, o por zombis, vete a saber lo que llegué yo a imaginar a esa edad. Mas a medida que fui creciendo, ese temor fue sustituido por una curiosidad morbosa que rallaba en la obsesión, alimentándose de las historias que se contaban, a veces de broma, otras en serio, relativas a esa casa.
Mi amiga Ino siempre defendía que en esa casa habitaban vampiros, pero realmente uno no puede llegar a imaginarse plenamente a lo que Ino llamaba vampiros. Y no es que no fueran chupasangres, como vulgarmente se les llama, sino que según su tórrida imaginación, se trataban de seres sumamente atractivos, rodeados por un aura de misterio y sensualidad capaz de enamorar a cualquier persona. La verdad, siempre pensé que tanta novela rosa le iba a acabar afectando. Mas a veces me e llegado a preguntar si lo que dice Ino no es verdad. No en el sentido de que tengan ese efecto en las personas como ella defiende, sino en el sentido de que sean...vampiros.
Y es que en esa casa habita una persona un tanto extraña, podría decirse. Son pocas las veces que lo he visto, y todas ellas han sido en la noche. Siempre vestido de negro, con ese pelo de reflejos azulados y esos ojos rasgados. Desde mi ventana, oía el rugido de su moto, y cuando me asomaba a ella, contemplaba como se perdía de vista calle a bajo con su piel pálida lanzando destellos bajo la luz de la luna. A veces, me parecía que su mirada se dirigía a mi, puede que suene tonto, pero bajo su casco, sentía como si sus ojos negros se clavaran en mi, capaces de atravesar la débil cortina con la que intentaba ocultarme de él.
Tanta fue la curiosidad que despertó en mí avivada por la imaginativa mente de Ino, que no paré de indagar en bibliotecas y demás, hasta encontrar algo de esa casa, y por qué engañarme, hasta encontrar algo de él. Y así fue como un día en el que estaba revisando periódicos viejos en la biblioteca del pueblo, una imagen captó mi atención. En primera plana, y ocupando casi toda la página del periódico se haya la fotografía de una casa, más concretamente de esa casa. En frente de ella, y agarrando con su mano derecha la verja había un niño de no más de cinco años. Su cara se hallaba oculta por el flequillo, pero en su puño izquierdo fuertemente apretado se notaba la desesperación y la ira que intentaba ocultar. El titular de la noticia rezaba lo siguiente:
"Asesinato atroz en la residencia de los Uchiha, los cuerpo siguen sin ser hallados mientras que el único superviviente se niega a abandonar la casa"
Animada por el descubrimiento, empecé a buscar entre la pila de los periódicos cualquier cosa referente a ese accidente hasta que di con otro titular. Éste rezaba lo siguiente:
"La policía se desespera mientras la investigación se estanca, los cuerpo siguen sin ser hallados y las manchas de sangre en la residencia Uchiha no esclarecen nada"
Cuanto más indagaba en el caso, más desesperación sentía. Quería, no, necesitaba saber que pasó, si se descubrió el asesino, si se encontraron los cuerpos, y lo que es más importante, que fue de ese chico. Mas ese día no volví a toparme con ningún titular que hiciera referencia a ese caso así que me marche a casa frustrada mientras cavilaba sobre lo recién descubierto.
Desde ese día, hasta pasada una semana después, regresé todas las tardes a la biblioteca a continuar con mi búsqueda de información, mas todo fue en vano, y cada vez me marchaba a casa más cansada, irritada y con los ánimos por los suelos.
En mi casa, la única que se percataba de mi estado era mi madre, pues mi padre solo tenía ojos para el fútbol y su preciado deportivo. Muchas veces, intentó averiguar que me pasaba, mas yo culpaba de todo a los estudios y con una sonrisa me marchaba corriendo a mi cuarto, donde me tiraba en la cama y me quedaba horas mirando el techo sin hacer nada.
Pasó un tiempo en el que no pisé la biblioteca e intentaba sacarme el caso de la familia Uchiha de la cabeza. Asistía a clases todos los días y después regresaba a mi casa donde me enfrascaba en los estudios, intentado olvidar al mundo exterior que me rodeaba. Mas una mañana de domingo, mientras me bebía un café caliente sentada en el sofá prestándole escasa atención a los dibujos que salían por la tele, oí sin querer una conversación entre mi padre y mi madre.
─ Llevas posponiendo la limpieza del trastero un mes ─ exclamó ella con la mano en la cintura.
─ Eh estado muy ocupado ─ contestó mi padre
─ A este paso no se va a limpiar nunca, hay muchas cosas allá arriba inservibles, entre ellas, todos eso periódicos viejos
La mención de los periódicos me hizo levantar la mirada y dirigirla a mi madre como un robot. Avivada de nuevo en mi la llama de la curiosidad, me levanté del sillón y avancé hacía la concia con esperanzar renovadas.
─ No te preocupes mama, ya lo limpio yo ─ le dije
─ ¡Oh!, está bien Sakura ─ me respondió con una sonrisa alegre ─ deberías aprender de tu hija ─ recriminó a mi padre con los ojos entrecerrados
Sin perder tiempo me dirigí a la escalera que llevaba al trastero, y una vez arriba, comencé mi búsqueda entre los periódicos. Media hora después, ahí estaba lo que largo tiempo llevaba buscando, entre mis manos, medio corroído por el paso del tiempo. Esta vez la noticia volvía a ocupar la primera plana del periódico, inclusive con foto.
Mi corazón dio un vuelco al reconocer al muchacho, ya mayor, que se encontraba bajándose de su moto con el casco en la mano. Su mirada se dirigía hacia mi, como en esos posters que parece que te están mirando, por lo que deduje que descubrió al que le estaba haciendo la foto, y aunque pareciera una paranoia, sentía lo mismo que cuando pensaba que su mirada se fijaba en mi observándole desde la ventana. Desplazando la vista más abajo, localicé el titular, éste rezaba lo siguiente:
"Tras años de investigación, el caso se a dado por archivado, el menor de los Uchiha continua habitando la antigua casa de sus padres junto a su recién llegado hermano, Uchiha itachi"
Uchiha itachi...paladeé el nombre mientras sentía como un escalofrío me recorría la columna. Sacudiendo la cabeza, comencé a leer la noticia, mas esta no ofrecía ningún dato relevante. Los cuerpos de sus padres seguían sin ser encontrados al igual que el asesino. A pesar de todo el esfuerzo no se encontraron nuevas pistas, y el caso fue archivado. Pero hubo una cosa que sí me llamo la atención, y sintiendo como mi corazón empezaba a latir acelerado, mi boca dejó escapar esas dos palabras que me marcarían desde entonces...
─ Sasuke Uchiha...
Sí, ese era su nombre, era la persona por la que empezó todo esto. Toda esa curiosidad, toda esta búsqueda. Apoyando la espalda en una caja, dejé que mi mirada vagara errante mientras mi mente perfilaba la imagen de Sasuke...que raro se sentía decir su nombre. No supe cuento tiempo estuve tirada en el trastero sin hacer nada, más unos golpes de mi madre me terminaron de despertar e incorporándome, comencé a ordenar el alboroto que había montado con mi búsqueda.
─ ¡Ya voy!- le grité ─ ya...
No puede terminar. No sé por qué antes no me había percatado de ese pequeño detalle. Mas mientras me acercaba el periódico a la cara con manos temblorosas supe que aquello no había terminado, es más...la verdadera búsqueda había comenzado...
Y así, a partir de ese día, la casa se convirtió para mi en algo más que una estructura casi abandonada en medio del barrio, se convirtió en parte de mi vida...en parte de mi mundo...y es que ese día descubrí,...descubrí que...que Sasuke Uchiha tenía ciento diez años...
Sí, sé que parece una tontería, es más, yo al principio no lo creí, pero el periódico estaba bien fechado, y el chico que habitaba en esa casa era el vivo retrato de Sasuke Uchiha, y por si esto fuera poco, estaba él...solo lo ví una vez, hablando con mi madre en plena noche, su cara pálida, su largo pelo negro, esas arrugas en los ojos,...Uchiha itachi.
Así que poco a poco, se fue alimentando en mí la fantasiosa idea de que Sasuke y su hermano eran vampiros, pues su forma de actuar y su persona era lo más idéntico a esos personajes. Puede parecer que este loca, o como dice Ino, que tengo mucho tiempo libre, pero de tanto cavilar he llegado a la conclusión de que no puede ser algo tan descabellado.
Frotándome las manos para intentar darme calor, aparaté de mi mente esos recuerdos y avancé en cuclillas entre los matorrales hasta llegar a la verja de entrada. Mi respiración formaba nubes blancas al salir de mi boca y a veces mis dientes castañeaban por el frió. Y no era para menos, no encontrábamos en pleno mes de diciembre, en alerta por una posible tormenta, y con lo más seguro, varios grados bajo cero, por lo menos a las dos de la madrugada. Solo a mi se me ocurre salir a esta hora pero llevaba días preparando esa excursión y por nada del mundo la cancelaría.
Armándome del poco valor que me quedaba, me erguí entre las sombras y escruté la fachada de la casa. A simple vista, todo parecía estar igual que siempre, mas pronto me pude percatar de una sombra que cruzó por la ventana derecha del piso inferior. Conteniendo la respiración, me acerqué a los barrotes e intenté atisbar algo del interior. Segundos después vi pasar otra sombra, e inmediatamente la asocie con la primera persona, pero en esos instantes eran dos las que se perfilaban a través de la ventana. Tan concentrada estaba en poder descubrir algo más que no noté como alguien se me acercaba por detrás hasta que ya fue demasiado tarde.
Ese alguien se hallaba detrás de mi lo suficientemente cerca para notar su respiración acariciarme la nuca. Una cálida fragancia llegaba hasta mi nariz abotargando mis sentidos mientras notaba como mi cuerpo se había paralizado presa del miedo y como mi garganta no dejaba escapar el más mínimo sonido.
Parecía que habían pasado horas cuando sentí como inclinaba su cabeza hacía mí e inhalaba delicadamente. Mierda, ya me topé con un violador, fue lo único que se me pasó por la mente mientras sentía como el corazón quería salirse por mi boca. Pensando que tendría más oportunidad de escapar si me giraba, solté lentamente los barrotes a los que inconscientemente, estaba agarrada con todas mis fuerzas, y me giré lentamente para acabar encarando la mirada más profunda que había visto en mi vida.
En una rápida sucesión el aire abandonó mis pulmones, el corazón dejó de latir y sentí como todo se detenía a mí alrededor. Luego la sangre rugió en mis oídos, mientras mi cuerpo se llenaba de adrenalina al compás de mi alocado corazón.
─ Sakura Haruno, ¿Verdad? ─ oí que preguntaba con una voz fría y algo ronca.
Yo no podía responder. Estaba embobada, seguro que me tomaba hasta por retrasada. Pero llevaba tanto tiempo soñando con esos ojos, con ese pelo, con esa cara, que me era infinitamente imposible hacer otra cosa, como el articular un frase coherente con la cuál responderle.
─ No deberías andar sola de noche... ─ susurró mientras apoyaba una mano a lado de mi cabeza y la cerraba en torno a un barrote ─ puede ser peligroso...
La mención de esa palabra, actuó como el catalizador que necesitaba mi mente para volver a funcionar, y parpadeando levemente, me humedecí los labios y me agarré las manos conteniendo el temblor del cual estaban presas.
─ Yo...yo... ─ en momentos como este me merezco los golpes que me da Ino en la cabeza─...estaba dando una vuelta ─ contesté atropelladamente al fin.
Él pareció que se pensó mi respuesta mientras me miraba fijamente. Yo no podía evitar sentir cierta excitación al tenerlo en frente, y aunque mi mente me decía que de un momento a otro sacaría los colmillos para morderme - vale, en realidad me decía que mi madre mi iba a castigar una semana incluso dos si me pillaba a esas horas en la calle, pero la compañía de Ino me influye demasiado-, no podía evitar sonrojarme ligeramente bajo su mirada azabache.
─ ¡ Hmp! ─ exclamó al fin─ pues para la próxima vez, piénsatelo antes de decidir dar un paseo nocturno, nuca se sabe con lo que te puede encontrar ─ dijo mientras deslizaba un dedo por mi mejilla en una débil pero electrizante caricia.
Yo me quedé estática delante de la verja, ni si quiera me percaté del momento en el que desapareció de mi vista. La vocecita que me gritaba desde el principio que me fuera de allí, y que estaba callada hasta entonces, revivió con más energía alertándome del peligro, mientras mi mente se debatía entre la incredulidad y la sorpresa, presa de un temor primigenio ante el recuerdo que tenía mi cuerpo de esa caricia fría como el granizo de una noche de tormenta.
Sin saber como, mis piernas comenzaron a moverse rumbo a mí casa, cada vez más rápido. Una vez llegué al porche de ésta, recorrí el sendero que estaba por la izquierda, y encaramándome a un árbol, salté al interior de mi habitación. Casi con un miedo infantil, cerré la ventana y me metí debajo de la cama tapándome la cabeza con la colcha.
Viéndome incapaz de asimilar lo ocurrido cerré los ojos fuertemente intentando que el sueño tranquilizara el desconcierto que reinaba en mi cuerpo. Mas antes de caer en un profundo sueño, mi mente se percató de una cosa más, si Sasuke Uchiha era el que estaba hablando conmigo fuera de la casa, ¿Quién era la tercera persona que se hallaba junto a Itachi en el interior?
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Como dice la abuelita:
"Un Fanfic con review es un Fanfic feliz"
