FIC DE TERROR.


Los personajes de Saint Seiya Clasico y Saint Seiya The lost Canvas.


Despertar.

Se movió dormido, sentía como si algo acariciara su mejilla. Abrió las claras gemas esmeralda que tenía por ojos. Otra vez tenia esas bellas gemas mirando un punto fijo cerca de su cama. Se levantó de la cama y se dirigió a ese lugar...

El susurro le llevo fuera de la habitación, con una pequeña sonrisa comenzo a caminar.

Sala.

-Aioria... -El menor miraba por el inmenso ventanal panorámico que daba una excelente vista de las sierras que rodeaban la casa. - ¿Hijo? -El hombre se paró al lado del menor- ¿Que miras? -miro la inmensa oscuridad que poblaba las sierras en ese momento.- Aioria.

-¿Puedo salir a jugar?

-No hijo... es muy tarde -El hombre tomo al niño en brazos y comenzó a caminar de regreso a las habitaciones. - ya es hora de dormir, tendrías que estar durmiendo... -El niño apoyo su cabeza en el hombro de su padre, escuchando una vez más ese susurro. Que le invitaba a salir a jugar.

Tienda, mañana siguiente.

Aioria estaba en la silla del carrito de compras, su padre miraba con mucho entusiasmo (él y su hermano también) lo que sin duda era el capricho de los tres: cereales recubiertos de chocolate. Cuando su madre se alejó, a una prudente distancia, dos cajas de este fueron a esconderse debajo de otros artículos en el carrito.


Su madre regreso al rato, con cara afligida mientras colocaba otros artículos.

-¿Que paso? -Su padre le miraba preocupado, mientras le pasaba una mano por la caballera rizada de su hijo más pequeño.

-Luego te cuento en casa... -Regulus dejo un momento el carrito, quería preguntarle que le tenia tan alterada. Aioros aprovecho el descuido de su padre y se llevó el carrito con el pequeño. -¡AIOROS! -El menor se detuvo, mientras Aioria dejaba de gritar de emoción, dado que le gustaba cuando su hermano corría con él en el carrito.


En la cola para pagar, a pesar que él no entendía la gran mayoría de las cosas, escucharon (tanto él como Aioros) que era lo que había perturbado a su madre. Toda la tienda parecía querer hablar de la muerte súbita que se llevó al hijo de otro de los habitantes de la región...

Regulus, su padre, en más de una ocasión pidió que moderaran el tema dado que estaban sus dos hijos (uno de cuatro y otro de ocho) y otros tantos menores ahí presentes. Su madre, Conner, termino por bajarle del carrito y tomar a Aioros de la mano con el pretexto de llevarles a los caballitos mecánicos que había fuera de la tienda.


Mientras Aioros jugaba en uno con forma de coche, Aioria estaba sobre un caballo algo despintado... Aunque aún con muchas ganas de hacer sentir, todavía, a un niño pequeño un hábil jinete.

Su padre apareció al poco tiempo, llevando el carrito para las compras.

-Las buitres, para no perder costumbre, olvidándose que hay niños escuchando... -Gruño cuando estuvo junto a su esposa y sus dos pequeños hijos.

-A ellas no le importa -Replico su madre serena, mientras le seguía agarrando de la cintura.

-Otra vez... -Comenzó Aioros, con su expectante mirada de risueñas esmeraldas. Quería otra moneda para el juego.

-Luego los traigo campeón... -Informo su padre, mientras comenzaba a perfilar hacia el auto.

-Más vale que cuando vea las compras... Solo haya lo que yo puse en el carrito. -Amenazo la madre, en tono ligeramente burlón.- O se quedaran sin postre los tres...

Sala de juegos. Varias horas despues.

Aioria miraba como su hermano terminaba de poner en pie, con sus bloques, una torre un poco más alta que él.

-Espera que me corro... -Dijo este, antes de alejarse la torre. La pelota de goma no tardo en tirar la torre de piezas de madera. El ruido seco de los objetos al caer se pudieron escuchar por toda la casa.

-¿Ahora que rompieron? -Aioros agarro la mano de su hermano y se fueron a esconder dentro de un baúl, vació, decorado con adornos infantiles. Los juguetes que por lógica deberían de estar ahí, en ese preciso momento estaban esparcidos por toda la habitación.- Demasiado complejo para Aioria... -El hombre comenzó a recorrer la sala, levantando algún que otro juguete blando en el proceso- Esto tuvo que ser obra de Aioros... -Los nenes levantaron un poco la tapa, para ver a su padre levantando juguetes.- Me pregunto dónde estarán...

-Aioria... no te rías. -Escucho la risa del niño. Por lo tanto comenzó a acercarse al baúl- Shhh... Nos va a escuchar. -Regulus abrió el baúl y dejo caer los peluches dentro. -¡Papá! -Se quejó el menor, mientras su padre dejaba escapar una risa.

-Su madre se va a enojar si ve todo esto esparcido. -Informo, antes de sacar a los niños del baúl. -Ya les dije que no se metan, van a romperlo... -Él joven padre, psicólogo infantil, miro con ternura a sus hijos. -Vamos a guardar, lo que no usan... Con algo de suerte, convencemos a su madre de que nos hago un postre rico...

Esa misma noche.

Aioria se volvió a levantar de la cama y comenzó a caminar, arrastrando su juguete.

-¿Aioria? -El niño siguió caminando, ignorando a su hermano mayor que justo volvía de la cocina. -¿Hermanito? -La voz del más grande de sus hijos. Despertó a ambos padres- Aioria... -Su padre salió de la habitación y se paró frente al niño.

-Hijo... -El nene dirigió una mirada ausente al mayor, antes de desmayarse.- Aioria, Aioria despierta... Trae las alcohol o perfume... -Su esposa no tardo en desaparecer por la puerta de la recamara.

Hospital. Dos horas después.

-Le haremos un par de estudios... -Informo el médico de urgencia, luego que el padre pudiera cambiarse de muda de ropa en el baño de la habitación decorada con motivos infantiles.- Averiguaremos que le causo el desmayo -Regulus miro algo nervioso a su hijo.

-Ya es la sexta vez que se levanta en la misma semana y camina... de noche.

-Veremos si padece algún sonambulismos -Informo el hombre- Mañana a primera hora le harán los estudios... -Aioria miraba a su papá y luego al médico, no entendía de que hablaban. Tampoco era capaz de entender como mágicamente había aparecido en ese extraño cuarto.

-¿Y mami?

-En casa con Aioros... Vino a traerte esto -Saco de la mochila, en donde su esposa le había traído ropa para cambiarse, el peluche favorito de su hijo- Estamos en el hospital, te va revisar el medico... Mañana temprano -Le sonrió paternalmente al niño- Ya duerme, hijo. ¿Sí? Ya es hora de dormir...

Al día siguiente.

Regulus bajo del auto, fue al asiento trasero y abrió la puerta. Con cuidado saco al niño y comenzó a caminar hacia la casa. Su esposa abrió la puerta y le miro, le hizo gesto de que hablaban luego.

Aioros miro por encima del sillón, los dibujos animados no habían opacado el ruido del vehículo de su padre.

-¿Aioria está bien?

-Sí, solo está dormido -Informo su padre con una tierna sonrisa, mientras se llevaba al menor dormido a su cuarto.


Esa misma noche, Aioria volvió a levantarse y a deambular por la casa. Esta vez, fue su madre quien le encontró frente al ventanal panorámico.

Continuara.


¡AVISO!

Aunque Aioria es un niño, en este primer cap, en los siguientes sera adolescente/adulto.