En mi semana de los drabbles, porque es lo que parece, os traigo uno de House, ya que la señorita Eillen Hera me retó a ello teniendo en cuenta mi reciente obsesión con este amargado Doctor.

Está basado en la tercera temporada en la serie, en la que House fue… House con un paciente que resultó ser detective y está buscando la forma de amargarle la vida hasta conseguir meterle en la cárcel. En una de éstas, habla con su equipo: Foreman, Cameron y Chase y les pregunta cuántas pastillas toma el médico. Cameron responde que seis.

A pesar de estar basado en la tercera temporada, está ambientado en la quinta, con el nuevo equipo.

¡Espero que os guste!

Disclaimer: House no me pertenece, yo sólo uso su carismático ser para entretenerme y entreteneros

Este fic ha sido programado por el foro/comunidad Retos fanfiction


Six Pills

Seis pastillas. Eso fue lo que Cameron le dijo al maldito policía pero, ¿cuánta verdad había en aquello? Ni siquiera el propio House calculaba cuántas veces abría el bote de vicodina al cabo del día, hacía años que había dejado de hacerlo. El hombre que lo controlaba todo era incapaz de centrarse cuando se trataba de su gasolina, de lo que le hacía seguir adelante cada día.

Había pasado mucho tiempo desde que se había librado de la cárcel por meterle un termómetro por el recto a un gilipollas, que Cameron había mentido por él, al igual que Wilson, Chase… Todos le habían protegido y él no había dado las gracias, nunca lo hacía. Pero no era eso lo que seguía rondando la cabeza, no era el deberles un favor, el saber que podría haber pasado sus días en prisión años atrás por su simple cabezonería, no; era el hecho de que Cameron asegurase que tomaba seis pastillas al día, ni una más, ni una menos. Seis. ¿Qué tenía el seis? ¿Por qué había dicho seis?

-¿House?

¿Habría sido porque le había visto tomar seis a la vez? No, imposible. Por mucho que se pasase con la dosis eso habría sido demasiado hasta para él. ¿Quizás seis veces al día…?

- House, tenemos a un paciente con edema pulmonar y…

- Hacedle un ecocardio.

- Pero…

- Hacédselo y cuando veáis que Kutner no tiene razón, empezad con betabloqueadores.

Trece se rindió y se levantó de la mesa con un suspiro, seguida de un amargado Kutner, un resignado Taub y un sonriente Foreman que disfrutaba con aquellas pullas de House casi tanto como el propio médico.

Pero él no estaba disfrutando con eso, no realmente. Por mucho que fuese capaz de diagnosticar, de tratar, de analizar… Su mente seguía centrada en las malditas seis pastillas. Era una tontería, tenía claro que lo era, pero su cerebro era incapaz de detenerse cuando algo le intrigaba. Lo más probable era que hubiese sido una casualidad, pero las casualidades no le gustaban, era incapaz de creer en ellas.

- Ugh…

Se llevó una mano al muslo derecho, aquél en el que una vez hubo un cuádriceps. A pesar de estar sentado frente a su pizarra, el dolor había regresado. No era insoportable, ni siquiera excesivamente molesto, pero sacó el bote naranja de pastillas del bolsillo de su chaqueta, abrió la tapa, echó unas cuantas pastillas en la palma de su mano y se la llevó a la boca. Pero entonces se detuvo. ¿Cuántas iba a tomar? Así que abrió la mano, miró y una sonrisa cruzó su cara. Seis. Al parecer, las coincidencias seguían sin existir.