CAPITULO 1 EL TREN
1951- Storybrook Maine
A pesar de que era domingo, me levanté como siempre a las 8 en punto, tenía que prepararle el desayuno a mi pequeño, Henry había heredado el mismo apetito insaciable de su padre. Me encontraba preparándole su chocolate cuando bajó, sonriendo me dio su beso de buenos días y se sentó a desayunar en silencio.
Siempre que Henry está en silencio me inquieta, algo está rondando por su cabecita, lo conozco bien… no pasaron ni dos minutos cuando mirándome me preguntó:
Mamá ¿Quién es Emma?
Munich-10 años antes:
Siempre he odiado viajar en tren, los espacios cerrados me ponen nerviosa, y ese tren donde nos metieron a la fuerza era completamente claustrofóbico. Estaba aterrada, no sabía dónde nos llevaban ni que iban a hacernos, había oído rumores sobre esos campos de trabajo pero eran solo eso, rumores… el firme brazo de mi esposo alrededor de mi cintura me confortaba. Daniel siempre sabía que hacer para que me sintiera mejor, y yo estaba completamente enamorada de él, tanto como para dejar toda mi vida de lujos y comodidades y al poco tiempo abrazar sus ideales políticos, los mismos ideales que nos llevaron a ser pasajeros en ese tren de la muerte, como más tarde lo llamarían.
Llegamos a Dachau cuando ya estaba anocheciendo, habían sido casi tres días de viaje en ese tren para ganado, estaba completamente agotada y con el miedo aferrado al pecho, la incertidumbre de no saber qué iba a ser de nosotros me estaba matando pero, mientras Daniel estuviera conmigo, todo estaría bien.
Nada más llegar dijeron que debíamos separarnos, los hombres a un lado y las mujeres a otro, que iríamos a campos distintos… No pude soportarlo más y me aferré a Daniel con fuerza mientras él intentaba explicar a los guardias que estábamos casados y que no nos podían separar.
Todo pasó muy deprisa, un estruendo en mis oídos como el sonido de un trueno y mucha sangre, mi cerebro se apagó, no me lo podía creer, el guardia lo había matado… y ahí estaba yo, con el hombre que amaba en mis brazos muerto y los guardias empujándome para que volviera a mi fila, entonces lo supe, supe que iba a morir ahí, que los rumores eran ciertos y perdí la esperanza.
Seguí con la fila hasta llegar a la zona de las mujeres, ahí teníamos que pasar una inspección sanitaria ante el doctor y la mirada atenta de la que sería la responsable del campo en el que me encontraba. Cuando la vi pude apreciar en ella los rasgos característicos de los cuales los alemanes se sentían tan orgullosos, era hermosa, parecía un ángel de cabellos rubios y mirada clara, pero no era un ángel y no tardaría mucho en descubrirlo, ella era el Diablo personificado, su sonrisa me heló la sangre en las venas, era una sonrisa macabra, la misma que tienen los niños cuando queman con lupa las hormigas. Pasé por delante del doctor y me dio su visto bueno, entonces el pánico se apoderó de mi cuando vi a la rubia mirarme, el doctor susurró "comunista" y ella simplemente sonrió y dijo una sola frase, la frase que cambió toda mi vida.
Llévenla a mi casa, a esta la quiero para mi.
