Primeras veces.

Se dice que las primeras veces en todo orden de cosas son importantes, significativas e incluso especiales. Pero Naruto no podía estar de acuerdo con ese estamento, al menos no en un cien por ciento.

La primera vez que Naruto sintió la necesidad de dar todo de si -para no perder- fue cuando Sasuke -de unos seis años- hizo una impecable demostración de su perfecto manejo con los shurikens. Después de ver esa sonrisita petulante y a todos adulándole, por primera vez quiso dejar de ser el perdedor y ganar la atención de todos y sobretodo la del pequeño Sasuke.

La primera vez que fue besado -pese a las curiosas circunstancias- Sasuke fue el culpable. Aquella afirmación era por lo menos absurda y él muy en el fondo lo sabía, pero Naruto se la repetía constantemente cuando sentía que su cuerpo se comportaba extraño ante el recuerdo de esos labios abrazando los suyos... .

La primera vez que Naruto pensó en la palabra amigo con seriedad, la imagen de Sasuke protegiéndole de Haku fue instantánea. Se sintió molesto sin motivo aparente, pero le fue imposible negar que Sasuke empezaba a asemejarse a uno, que de una u otra forma se preocupaba por su bienestar... y a veces en demasía.

La primera vez que Naruto sintió un pavor intenso fue cuando Sasuke se fue. La mera idea de Orochimaru experimentando con él o haciéndole daño nubló su raciocinio y si no fuese por Shikamaru, hubiese salido tras él aún en pijama.

La primera vez que Naruto experimentó el amor -estando conciente de ello- fue cuando dejó que Karui le golpease a su antojo hasta desfigurarle la cara. Escuchaba la vocecilla interior que le susurraba que tenía que ser amor o de lo contrario no hubiese aguantado uno a uno los golpes sin chistar, sin intentar siquiera defenderse.

La primera vez que Naruto pudo decirse que estaba completo, feliz, fue cuando encontró a Sasuke en la reunión de los cinco Kages, erguido entre escombros y cuerpos mutilados. Obviando el escenario, Naruto le vio sólo a él; su campo de visión se redujo pobremente impidiéndole ver a su derecha u izquierda, no había nada más que su espalda y su negro cabello meciéndose al viento. Esa imagen nunca la pudo borrar y fue ese el gatillo para acercársele, cogerle de la mano y correr sin rumbo fijo.

La primera vez que Naruto tomó la iniciativa en el campo emocional y/o sentimental fue cuando tomó a Sasuke de las solapas, lo arrinconó contra la pared de la cocina de la cabaña en la que se escondían y lo besó a la fuerza. No es que Sasuke se resistiera mucho tampoco, o al menos se subentiende eso cuando él mismo le guió a la mesa del comedor y se tumbó en ella atrayendo y aferrándose a Naruto con sus piernas.

La primera vez -sí, esa primera vez- fue... agitada. Naruto recuerda la luz de la luna bañando el cuerpo del Uchiha, la boca contraída de él conteniendo los gemidos, la respiración acelerada, el níveo pecho subiendo y bajando con prisa y luego... la explosión, la colisión, su propio cuerpo temblando y su enronquecida voz llamando a Sasuke.

Y ahora, contemplando y acariciando el rostro dormido de Sasuke, Naruto piensa que las primeras veces no pueden encasillarse rígidamente en buenas o malas, pero puede aceptar que son determinantes y a veces concluyentes. Tiene presente que aún quedan cosas por experimentar, pero si puede estar seguro de algo eso no es más que mientras Sasuke esté ahí entonces valdrá la pena experimentarlas.


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Lumina Mithrandir.