Las aventuras de maya, Aiji y Lady Hannah:
Terrorismo contra pocos
Para maya y Aiji, el nuevo tour mundial significaría llegar a más países a tocar y dejar sus huellas en sus fans, un sueño que jamás se habrían imaginado poder concretar. Pero lo que ellos no esperaban era que el destino cambiaría el propósito de su viaje, aumentando a dos objetivos por cumplir. Todo comenzó en el viaje rumbo a Chicago, Illinois, Estados Unidos.
Mientras ellos y su staff estaban en el avión, maya quiso ir al baño, por lo que cortésmente pidió permiso a un sujeto rubio, pelo corto, de ojos verdes y tez blanca. El sujeto se levantó y maya caminó al baño. De vuelta, maya accidentalmente abrió el compartimiento del equipaje de mano. Al abrirse, un misterioso maletín cayó, dejando desparramado una serie de documentos sospechoso. Entre ellos, la fotografía de una joven aparentemente europea, de tez blanca, ojos verdes y cabello rojo intenso. Leyó la ficha contigua y leyó los datos de la joven. El nombre de la joven era Lady Hannah Petrikova, cuya identidad solo se limitaba a su nombre, edad y nacionalidad. El tipo anteriormente mencionado metió los documentos en el maletín en forma instantánea, guardó el maletín y se sentó inmediatamente. Maya se volvió a sentar y miró al sujeto con una mirada de sospecha. Algo le indicaba que aquella mujer era buscada o por la policía o por una banda de criminales organizada. Maya entró a dudar del hombre y se dedicó a observarlo.
Al llegar al aeropuerto, maya se acercó a Aiji para comentarle la situación. Le comentó las sospechas que tenía respecto al caso y su curiosidad por saber quién era la mujer en cuestión. Aiji soltó una carcajada y le aconsejó:
-No es hora de jugar a Sherlock Holmes, maya. Concéntrate en nuestros fans, no en misterios. Deja eso a la policía.-
-¿y si ellos son la policía?- preguntó maya con ingenuidad y Aiji volvió a reír. Pasaron sus documentos por aduana y en ese instante, el mismo hombre misterioso del avión no despegó sus ojos de los pasaportes de ambos músicos. Al pasar los controles, el hombre tomó su teléfono e hizo una llamada.
-Señor, tenemos a dos sujetos que pueden ser posibles soplones. ¿Sus nombres? Masahito Yamazaki y Shinji Mizui. Son dos músicos japoneses. Hay que tener cuidado con ellos, jefe.-
Después de unos segundos, el sujeto colgó la llamada y caminó hacia la salida del aeropuerto, donde abordó un auto sospechoso.
En el hotel, la mánager hizo el check-in de ellos, los miembros de la banda soporte y el staff. En ese momento, Sassy vio a dos hombres con turbantes pendientes de ellos. Se acercó a Aiji y le susurró al oído:
-No quiero asustarte, pero esos sujetos me dan miedo-
Aiji rio y le dijo a Sassy:
-No seas prejuicioso. Son musulmanes, no terroristas.-
Luego de hacer el check-in, el botones llevó las maletas de todos a sus respectivas habitaciones. Maya, al entrar a su habitación, corrió hasta la cama y se acostó en ella. Luego de suspirar, le dio la propina al botones y éste se marchó. Maya miró por la ventana y pensó en lo sucedido en el avión y en el aeropuerto. Por su mente se le pasó la posibilidad de meterse en líos por leer algo que no debió leer. En ese momento, alguien tocó la puerta. Pensando que se trataba de Aiji, corrió para abrirla. Al momento de abrir la puerta, los dos hombres con turbantes que se encontraban en el lobby lo abordaron con pistolas en sus manos, apuntando directamente a su pecho. Maya dejó caer su chupa chups y uno de los hombres gritó:
-¿Qué sabes de Lady Hannah?-
Maya tartamudeó por un instante y el más bajo de los sujetos lo golpeó fuertemente en su cara, botándolo al suelo. Ambos tipos aprovecharon de amarrarlo y amordazarlo, Luego lo dejaron en el suelo. Aiji entró desesperado a la habitación de maya y para mala suerte del guitarrista, corrió la misma suerte de su compañero. Aiji quedó del mismo modo que maya en el suelo. Mientras ambos sujetos vigilaban a los músicos, la vecina de habitación de maya escuchó los ruidos de la habitación contigua. En silencio, puso su pistola en una liga que portaba en su pierna derecha, salió por la ventana, se deslizó por una baranda, entró de manera sigilosa por la habitación de maya, sacó la pistola de la liga, apuntó en la sien a uno de los sujetos y dijo:
-suelten a esos hombres-
Maya experimentó algo en ese momento que rara vez se podría experimentar. Se enamoró a primera vista de la joven. Pero su rostro se le hacía familiar. El más alto de los hombres echó a reír y exclamó:
-¡Lady Hannah Petrikova! Sabía que conocías a estos sujetos…-
-El hecho que sean mi banda favorita no significa que los conozca. Ahora…¡suéltenlos!- interrumpió la mujer. Eso dejaba más que claro a maya de quien se trataba. Era la mujer de la fotografía. Los hombres se negaron a soltar a ambos músicos, por lo que Hannah procedió a golpearlos. Propinó un combo en el mentón al más bajo y al más alto disparó en el muslo izquierdo. El bajo tomó una pistola e iba a disparar a Hannah, pero Aiji gritó para advertir del hecho a ella, por lo que Hannah tomó la botella de whisky que había en la habitación y la reventó en la cabeza del sujeto. El hombre cayó inconscientemente al suelo y Hannah procedió a llamar a la policía.
Hannah desató a ambos músicos y ellos se reverenciaron ante ella en forma de agradecimiento. Hannah tomó un vaso de agua y les dijo:
-Cuando dije que quería conocerlos, jamás pensé que sería de este modo. Soy Lady Hannah Petrikova, agente de INTERPOL enviada desde Klievner.-
Ambos quedaron con la duda. Klievner es una pequeña isla de la Polinesia, cuya monarquía se conservó frente a la oposición de dominio Ruso en época de la Unión Soviética. Hannah quiso entregar más información, pero no había mucho tiempo que perder. La policía ya había llegado al hotel, por lo que entraron a la habitación y se llevaron a ambos sujetos. Mientras Hannah reportaba el incidente, la mánager de ambos corrió a ver el estado de ambos músicos. Habló con los oficiales de policía para pedir protección para ambos músicos, por lo que uno de los oficiales dejó a Hannah a cargo. Hannah aceptó con gusto la misión y firmó los documentos correspondientes al caso. En ese momento, maya suspiró y dijo:
-Es…hermosa…- Aiji lo miró por un instante y rio.
Una hora más tarde, ellos fueron al recinto donde tocarían para verificar que todo estuviese en orden. Mientras Aiji probaba su guitarra, otro hombre con turbante dejó un bolso sospechoso en un rincón. Hannah bajó del escenario, abrió el bolso y notó que había una bomba programada. Tomó un alicate y cortó los cables, desactivando la bomba maya tomó la pistola de Hannah y corrió para alcanzar al sujeto, pero éste logró huir del lugar. Hannah, al ver a maya, le dio una bofetada y le gritó:
-¡No lo hagas nunca más! Pudo haberte matado.-
Maya bajó su cabeza y con un tono dulce y bajo, le dijo:
-Yo sólo quería ayudarte, Hannah-
Ella se ruborizó y sólo le susurró al oído:
-Ten cuidado.-
Esa noche, maya golpeó la puerta de la habitación de Hannah. Ella, mientras guardaba el archivo del caso en su laptop, abrió la puerta de su habitación. Al ver que se trataba de maya, se ruborizó y él la invitó a cenar. Ella volvió a ruborizarse y aceptó la invitación. Una vez lista, ambos partieron a un restaurante en el centro de la ciudad.
En medio de la cena, otro hombre del mismo aspecto que los demás criminales entró al lugar, se sentó en una mesa, presionó algo en su abrigo, dijo unas extrañas oraciones en un árabe paupérrimo y Hannah, al oírlo decir: "adiós mortales", gritó:
-¡Bomba! ¡Evacúen ahora!-
Tomó a maya de la mano y huyó del lugar con los comensales y los empleados del lugar. Apenas tocaron la calle, el lugar estalló. Maya abrazó a Hannah y cuando iba a besarla, unos hombres misteriosos golpearon a ambos en la cabeza, dejándolos inconscientes. Cuando recuperaron la consciencia, ambos notaron que estaban en un misterioso calabozo en un lugar desconocido. Maya sintió su celular en uno de sus bolsillos y envió un mensaje con la ubicación a Aiji, el cuál decía: "Senpai SOS". Aiji, al leer el mensaje, llamó a la policía y se fue con ellos al lugar.
Mientras tanto, Hannah sospechó de toda la situación. Los sujetos que quisieron atentar contra ella, el hombre que rezaba de manera equivocada, nadie revelaba su rostro, nadie se adjudicaba los atentados y ninguno de ellos tenía los ojos como típicos árabes. Nada concordaba con lo que al principio sospechaba. Mientras Hannah pensaba en unir las pistas, unos hombres con capuchas blancas desfilaron frente a ellos. Maya, asustado, gritó:
-¡Ku klux klan!-
Hannah, al verlos, hizo calzar una pieza del rompecabezas. Por algo ningún grupo musulmán se adjudicó un atentado, el cuál supuestamente los llevaría al cielo. Ideó un plan para desarticular al grupo. Se lo dijo al oído a maya y una vez acordado lo que había que hacer, maya gritó cosas en japonés. Los hombres con capucha blanca abrieron la celda y comenzaron a golpearlo. En ese momento, Hannah aprovechó de huir de la celda y corrió hasta el cuarto del líder. Ella se acercó a la silla, quitó la capucha de un misterioso hombre y dijo:
-Jonathan Smith, sabía que estabas detrás de esto-
Jonathan se levantó de su asiento, aplaudió un poco y le respondió:
-Lo descubriste. Felicidades. Te ganaste el gran premio…-
-¿Qué quieres?- preguntó Hannah. Jonathan rio un poco y contestó:
-Es evidente. Quiero sacar a esa lacra del país. Los musulmanes son sólo terroristas…-
-Te equivocas- interrumpió maya. De inmediato Jonathan sacó una pistola y apuntó con ella a Hannah. Maya, al ver lo que estaba sucediendo, se alzó sobre Jonathan y lo golpeó en su mano, quitándole la pistola. Cuando maya tomó la pistola de Jonathan y lo apuntó en su pecho, Aiji llegó con la policía a arrestar a todos los involucrados. El teniente Collins se acercó a los tres y dijo:
-Gracias, muchachos, sin ustedes, jamás habríamos desarticulado a los Águilas Calvas.-
Los tres aceptaron el agradecimiento del teniente y Hannah firmó los documentos finales para el caso. Una vez entregado los documentos al fiscal, Hannah llevó a maya y a Aiji al hotel. Antes de entrar a su habitación, maya se acercó a ella y le preguntó:
-¿Volveré a verte?-
Hannah sonrió y respondió:
-Por supuesto. Mañana ustedes tocarán e iré a verlos. Además, iré a México con ustedes. Me verás por un buen tiempo-
Maya la abrazó y se fue a su habitación. Hannah sonrió y se fue a dormir.
Al día siguiente, todo marchaba a la perfección. No había rastro de personas sospechosas ni atentados por efectuarse. Para Hannah, su misión en Estados Unidos ya estaba cumplida. Se dedicó a disfrutar del show de LM.C y a pasarlo bien.
Unas horas después, debían abandonar Chicago. En el aeropuerto, Hannah pasó su pasaporte por aduana y los agentes, al verlo, la dejaron pasar sin control alguno. Maya quiso ver su pasaporte, pero Hannah lo cerró de repente y gritó:
-¡No toques mi pasaporte!-
Maya entró a sospechar de ella. Hannah algo ocultaba con respecto a su identidad. Aiji rio un poco, le dio una palmada en su espalda y le dijo a su compañero:
-Maya, si en verdad la amas, ámala tal cual es.-
Maya sonrió y encontró la razón a Aiji. Tomó la mano de Hannah y juntos abordaron el avión. Hannah se sonrojó y maya comenzó a reír. Ella puso su cabeza en el hombro de maya y Aiji, al verlos, murmuró:
-Algo me dice que entre ellos hay algo-
En México les esperaban más aventuras y un arduo entrenamiento para maya y Aiji, y quizás que otras cosas más les depara el próximo destino. El futuro es incierto y aún más para nuestros protagonistas.
