Saludos al fandom de esta serie y a los amantes Yaoi.
Nos presentamos con un fic lemmon de varias parejas (I'm say two because my sister work too ¬¬)
Espero que disfruten leerlo como nosotras al escribirlo ;)
-+- Acto 1: Aceptación -+-
Primera pareja: MomoxRyo
Atadas mantenía sus muñecas en el tronco del árbol, un listón particular cegaba sus ojos gateados. No era su culpa, no ameritaba las circunstancias en las cuales se vio obligado por la terquedad de él. Pequeñas gotas caían en la superficie de la hierba, anunciando la posibilidad de futuras tormentas en el tiempo que quedaba.
Pero no le importaba, claro que no le importaba. ¿Cuan difícil le resultaba aceptar sus sentimientos? Estaba harto de la maldita espera. Mucho ya había esperado para dar marcha atrás y el pequeño arrogante solo esbozaba esa sonrisa de superioridad.
Bien, si quería jugar al desentendimiento formaría parte de la estrategia que le estaba ofreciendo
-¿No tienes miedo Echizen?- cada palabra que emitía representaba una cercanía profunda de su boca a la contraria- Acaso… ¿no temes estar en la oscuridad con un desconocido?-
-¿Por qué habría de temerte?- cuestionó con altanería- Quizá no seas tan desconocido después de todo- sonrisa- O no… Porqué no me lo dices tú- nuevamente sonrió- Si pudiste atarme y aislarme también podrías responderme- continuaba la altanería
No estaba llegando a ningún lado con él. ¡Es que siempre resultaba lo mismo cuando se trataba de él! El ojivioláceo rompió el atento contacto. Para recibir una bocanada de aire. Estaba perdiendo control de su persona, y es que Echizen era un maldito estratagema.
-Eres un maleducado- respondió con una torcida sonrisa- Es que no te enseñaron que una pregunta no se contesta con otra-
-No- respondía con burla- ¿Por qué no me enseñas tú?- arrugó su nariz
¿Estaba provocándolo? Claro, si bien lo hubo amarrado y cegado eso no era suficiente para detener la lengua provocadora del muchacho que continuaba altanera en cada palabra emitida. Bien, si quería ese juego él le ofrecería eso y mucho más.
-No puedo enseñarte eso, pero- tomo entre una de sus manos el rostro alzándolo por la barbilla- Puedo obligarte a callarte Echizen- amenazó golpeando con su propia respiración los labios contrarios- A no ser que el o'chibi tenga miedo-
Ryoma arrugó el entrecejo. ¿Por quién lo estaba tomando¿De verdad creía que no sabía quién era? Forcejeó el amarre en sus muñecas con la radiante sonrisa en su faz. ¡Qué ingenuo podía resultar ser su sempai!
-¿Ah sí?- la espontanea sonrisa se torció- Me gustaría verte intentarlo- continuo las gratuitas provocaciones a su "agresor"
El pelinegro alzo una ceja, la grosería del joven no disminuía ni en ocasiones dónde la supervivencia era clave. Sin ganas de posponer lo inevitable, tomo a la fuerza los labios del muchacho, con prepotencia singular mordió el labio inferior obligando a su presa a contener un ligero suspiro que connotó en la entrada oscura de su boca.
Inspeccionó con su propia lengua brutalmente, no esperaba respuesta, la demandaba. Un respingo de Echizen le hizo saber que ese movimiento no lo esperaba. Al mismo tiempo que enlazaba provocadoramente la lengua con la contraria marco una sonrisa de lado. Las yemas de los dedos en la barbilla se hundían en la piel dorada.
Desplazó una de sus manos del cuello a la quijada. ¿Cómo demonios podía mantener una piel tan suave? Separó, no por mucha distancia los labios contrarios.
-¿Y bien? Supongo que ahora querrás… - aspiró con profundidad una bocanada de aire- al menos tratarme con algo de respeto ¿no?- que retorcida podía resultar una conversación que debía ser sencilla
El peliverde se relamió los labios con un cierto deseo que él obviaba. Algo agitado trataba de desbloquear su mente, pues respirar y pensar eran dos cosas que estos momentos no podía hacer.
-Parece que ya se esfumó tu altanería Echizen- afirmó con triunfo más la sonrisa volvía aflorar en los labios que recientemente había probado y que sin lugar a dudas volvería hacer…
Una mano sublime recorría con seguridad los muslos del menor, a pesar de que la tela se hubo mojado a causa de la llovizna por ende ésta se hubo pegado perfectamente en las piernas. El pelinegro miraba las mejillas sonrojadas de Ryoma, quién iba gesticulando a medida que los dedos subían hundiéndose en su carne.
-¿Qué preten… Ahh- ahogo un nuevo gemido al saber que su hombría no solo pertenecía a él solamente
Por encima de la ropa, la mano que se ocupaba de los menesteres morbosos descendía el cierre de sus pantalones junto a la ilusa prenda íntima que apañaba la masculinidad. El jadeo continuo al sentir el apretón que estaba provocando que se tensara.
-No… pareces…ofendido- provocó jadeante el ojivioleta, si bien el placer era de Echizen a él también le estaba costando
-No… Ahh… pares- logró pronunciar sin tono de ruego alguno
La mano continuaba invadiéndolo sin reservas. Eróticamente el dedo índice rozaba tentativamente la punta de la espina, hundiéndolo en la misma. Ryoma a pesar de querer retener los orales sonidos con toda la fuerza de voluntad no podía.
-¿Es…un ruego?- interrogó acercando nuevamente el rostro hacia la faz perturbada del peliverde
La concentración que ejercía su propia mente para evitar gemir le obligó a hacer caso omiso de tal pregunta. Viró su cuello, echándolo hacia atrás ante las condenadas sensaciones que le eran transmitidas a través del simple tacto que representaba su sempai en su entrepierna.
-Tomare eso… como un sí- proclamó triunfante
Acentuó más el amarre en la zona sensible que le era entregada. Su boca devoró con ansias el cuello expuesto, lamiéndolo con detalles imperceptibles para el muchacho. Asaltando el inicio del pecho joven con pequeñas lamidas simuladas por el revés de la lengua.
Abrió los botones del saco del uniforme azulado con la mano disponible. Sin dejar de mantener las caricias en la entrepierna, continuaba con los botones uno por uno fueron dejando al desnudo el torso; los pequeños suspiros que brotaban de los labios de Ryoma incentivaban sus propias fantasías eróticas a ir más allá.
Los rozados y planos pezones quedaron expuestos a los ojos violetas que inspeccionaban embelesados el cuerpo de su "amante".
Con firmes movimientos circulares saboreó la zona, haciendo que el peliverde arquera su espalda contra el tronco. Si transpiraba no podía saberlo cortesía de la lluvia que continuaba cayendo sobre los febriles cuerpos.
El peliverde no quería dejar de sentir las ligeras descargas que se iban acentuando a lo largo de su cuerpo, por eso emitió un sonido de protesta al sentir la pérdida de contacto.
-Tranquilo, que todavía no término contigo- afirmo burlón antes de inclinarse
Todo pensamiento evocado se esfumo, al sentir una humedad en su virilidad que una mano no podría ofrecerle. Inhaló aire como reflejo por las continuas olas que lo golpeaban, sin lugar a dudas la lengua que profanaba su intimidad estaba surtiendo efectos pasionales en la frialdad de su persona.
Lamia con detenimiento toda la espina, inclinado como se encontraba debido a la posición incómoda en la que hubo atado al peliverde. Humedecía con la punta de su lengua la zona erógena del joven atrayendo diversos gemidos, cada lamida representaba un placer distinto.
Y Echizen se lo hacía saber, los tímpanos se le agudizaban cuando su boca abarcó en su totalidad la hombría del joven succionándola precavidamente. Las diferentes succiones y caricias combinadas estaban llevándolo al éxtasis, sus muslos se tensaron y su vientre se comprimió. Una última lamida provocó el desborde.
Un sonido gutural salió de sus labios y el aire que volvía a ingresar a sus pulmones al descargar los últimos fluidos que hubo retenido a la largo del retorcido juego.
-Supongo que estarás preparado para recibirme- afirmó el moreno retirando la opresión en sus pantalones
Un dedo se introdujo dentro del cuerpo del joven ojiámbar que trataba de apaciguar la intrusión en él. Sin embargo esa molestia iba despertando nuevamente el placer sin pudor en él, otro intruso se agregó dentro, con un nuevo dolor mezclado con el placer.
Sin siquiera haberse recuperado una ola nueva de placer le golpeó. Sus piernas fueron ligeramente alzadas, haciendo que las mismas se abracen la cintura del contrario con fuerza. Sus glúteos fueron con suavidad separados por la poderosa erección que mantenía su opresor; para luego sentir la dolorosa penetración que se produjo perdiendo así el virginal espacio que mantenía su cuerpo.
El moreno se alertó, a pesar de no poder admirar los ojos del muchacho, los labios apretados con fiereza contra sus dientes le decía que ciertamente lo hubo dañado.
-¿Estas..bien? Si quieres podemos…
-¡No! No… te detengas…- interrumpió el muchacho presionando los puños tras el árbol
Las cejas se arquearon dudosas, pero el deseo que el menor le profesaba no era muy distinto que el que él mismo sentía. Calló el gemido de dolor con un roce de labios, no buscaba lastimarlo, sino complacerlo.
Las caderas comenzaron a embestirlo con suavidad hasta que la mueca de sus facciones se hubo disipado dando lugar a una expresión única de deseo contenido. Ambos respiraban agitados, mordió el pezón frente a él consistente de cada embestida generando un camino húmedo hasta llegar a los labios entreabiertos.
Un sueño le parecía cada expresión, cada retazo de goce que Echizen le entregaba. La mano volvió a tomar los dominios de su hombría acentuando conforme a cada movimiento de caderas. Cada embestida era distinta, y con ellas el placer distinto también. La boca pequeña buscaba en la desolación los labios contrarios que lo recibieron gustosos.
Los gemidos en su amplitud orales eran suprimidos en la boca contraria.
-No creo… ahh… que resista más…- anunció el peliverde perdiéndose nuevamente entre los brazos que ofrecían soporte
El ojivioláceo le miró percatándose de un detalle. ¿Sabría que era él quién le entregaba el placer? Sin embargo todo pensamiento se nubló ante la constancia de la culminación que sufría su cuerpo descargando cada sentimiento y deseo que había experimentado desde que descubrió sus sentimientos hacia el muchacho.
Tratando de recuperar el ritmo de su corazón y su respiración, rozó con sutileza los labios de Echizen, quién para su sorpresa, le recibió completamente entregado. Con dificultad y sin querer abandonar la calidez que le había ofrecido se separó del cuerpo que había tomado y drenado algo cabizbajo debido a los pensamientos que intervinieron su mente.
-No pensarás dejarme aquí- suspiró indignado el prodigio soltándose las cuerdas de su muñeca
-¡Como diablos…
-¿Qué?-interrogó masajeándose las muñecas, pero sin retirarse la venda de sus ojos- Que ingenuo eres Momo-sempai- contribuyó brindándole luz opaca propia de la noche a sus ojos
No pudo evitar entreabrir su mandíbula al saber que había sido descubierto. Por consecuente le ofreció su espalda, incapaz de mantener contacto visual con el prepotente o'chibi; solamente oía como se arreglaba la ropa que por cosas de la vida él había desarreglado.
-¿Ahora… no me dirás nada?- interrogó sin dejar su altanería el ojiámbar
¿Qué le podía decir? Que lo amaba… no, no era tan tonto como para cometer tal torpeza. Las cualidades de Ryoma no se encontraban en el plano afectivo, ni mucho menos en otro que no sea el tenis que tanto admiraba. Sabía que tendría que aceptar lo que ambos habían formado, pero quizá ahora no era "su" momento.
-Entiendo- cierto tono melancólico le pareció percibir del menor- Lo mejor será que me vaya- avisó sin dejar aquel tono que ya estaba impacientado al moreno
Una cosa era confesar sus sentimientos y otra era que el muchacho se fuera… sin arreglar las cosas. ¿Qué hacer? Cualquier pensamiento fuera de lo que la lógica de Takeshi representaba, fue tras los pasos del peliverde abrazándolo de la espalda, pero sin decir palabra alguna.
Ryoma mantenía la cabeza gacha, el montón de cabellos verdosos húmedos se pegaban en su frente y ojos, pero su visión no era solamente nublada por la lluvia. No. Algo más complejo que eso le nublaba los ojos.
-¿Estas… Llorando?- preguntó incrédulo y asustado en las posibilidades de que lo hubiera lastimado físicamente- ¿Te sientes mal¿Te lastime?
El menor mantenía su pacto de silencio, ahogándose su propio sollozo e incertidumbre. Aclaro la garganta pasando con dificultad saliva.
-Momo-sempai… yo…te amo- musitó débilmente aferrándose de las manos que lo enlazaban de la cintura
Inaudito, queriendo escuchar eso hace tiempo y se volvía realidad… ¿Tan fácil? No, nada era fácil con una persona como él. Nada.
-¿Qué dijiste?- interrogó limpiándose sus orejas, pues creía haber entendido mal.
-No me hagas repetirlo- entonces sí era cierto, aunque era una lástima que volviese a ser el Ryoma de todos los días el júbilo que sintió fue grande- Tengo hambre- se quejó despertando del sueño a el moreno
-Yo también- respondió con doble sentido
Si el ojiámbar no lo conociera como lo conocía hubiese creído que solamente le hablaba a su cena particular. Sin embargo el mensaje no tardo en llegar, por lo que el sonrojo fue lo que siguió a continuación.
Una sonrisa de lado y su mano firmemente enlazada le ocasionaron un sinfín de pulsaciones que avecinaban su corazón. Y un recuerdo le obligó a fruncir el entrecejo al peliverde.
-Y no estaba rogando- afirmó complacido
¿De qué demonios le estaba hablando? Ciertamente Takeshi no tenía la menor idea…
Una última mirada que le inspiraba seguridad. A pesar que los sentimientos suelen resultar complicados para algunas personas, para otras simplemente les cuesta aceptar y entregarse a ellos.
-+-End of chapter -+-
Gracias por leer n.n
Este fic va a ser un conjunto de drables sin conexión alguna
Es que ambas estamos escasas de tiempo para hacer un fic completo
Para la próxima pareja nos gustaría que la eligieran ustedes, ya saben: FujixRyo o KaoruxInui o EijixSuichirou o etc. No tenemos problemas n.n.
Un beso enorme a todos/as
See ya!!
