Viéndolo en retrospectiva, era bastante obvio que debió haber sospechado desde el momento en que Hipo entró en su habitación. Pero en ese momento su atención estaba completamente concentrada en lograr vencer la puntuación de Mavis en algo tan trivial y antiguo como los videojuegos, Pac-man. Así que cuando Hipo entró y comenzó cuestionarle sobre la amistad, solo le prestó un poco de su atención, de otro modo habría visto desde el principio que Hipo tramaba algo y de que él estaba siendo arrastrado a esa horrible pesadilla.

- Chimuelo – había comenzado el castaño llamándolo por ese apodo tan viejo como los días que llevaban conociéndose, el pelinegro solo desvió su mirada unos segundos de la pantalla para verlo – ¿Recuerdas el día que dijiste que serías siempre mi mejor amigo?

- Sí – dijo el chico sin darse cuenta de lo extraño que era ese comienzo para una conversación.

- ¿y recuerdas que ese día dijiste que nunca me negarías un favor?

- Claro – contesto el chico sin desconcentrarse del videojuego - ¿Por qué preguntas?

- Bueno… sucede que… necesito pedirte un gran favor….

Esa frase por fin había conseguido que Chimuelo pusiera pausa al videojuego y volteara a ver a su mejor amigo con verdadera curiosidad.

- Sabes que acepto, ¿Qué pasa? – le había dicho sin detenerse a pensar en las posibles consecuencias de haber aceptado sin saber cuál era el favor.

Ahora que estaba en la casa de Hipo, que siendo su vecino solo eran unos cuantos minutos después, se arrepentía completamente de haber aceptado, en especial al mirar el traje de Hada que su mejor amigo sostenía frente a él, no había ningún espejo a la vista, pero Chimuelo estaba seguro que nunca había mirado nada con una expresión de horror tan absoluto.

- ¡No! No, no y no, ¡de ninguna manera!

- ¡Pero dijiste que lo harías!

- ¡Pero no sabía que me pedirías esto!

- Por favor Chimuelo, no será tan malo, además solo será por unas horas.

- Ni por un minuto, Hipo, preferiría entrar al infierno que ponerme eso.

Hipo era su mejor amigo, y estaba dispuesto a apoyarlo en cualquier cosa… o bueno eso había creído hasta hace unos segundos, vestir un traje de hadas para aparecerse en la fiesta de cumpleaños de su hermanita menor, era algo que jamás había contemplado en sus planes.

- Chimuelo, por favor, es el cumpleaños de Rapunzel, le prometí que habría hadas en su fiesta. No puedo fallarle a mi hermanita.

Chimuelo se mordió el labio, maldiciendo mentalmente a las chicas que habían cancelado su aparición, y odiando que Rapunzel fuera una ternura de 7 años, con enormes ojos verdes que podían convencerte de hacer cualquier cosa por ella…

- ¿Pero porque nosotros? – dijo Chimuelo en lo que sonó como un lloriqueo.

- No hay nadie más que pueda hacer esto, y no puedo decepcionar a mi hermanita.

- agh – suspiró Chimuelo rendido – tú sí que en serio estás súper endeudado conmigo, Hipo Horrendo Abadejo III.

- ¡Gracias! – exclamó Hipo aliviado – elige el traje que quieras, debo asegurarme de que Jack venga.

- ¿Y cómo conseguiste que Jack aceptara también? – dijo Chimuelo realmente sorprendido de la hazaña de su amigo.

- Digamos que lo tuve que amenazar con decirle a todos sobre cierta foto que guarda bajo su almohada – dijo el castaño antes de salir por la puerta de su habitación.

Chimuelo sonrió sin darse cuenta, realmente esto de tener hermanas menores era una locura, se alegraba de que Mavis y él tuvieran casi la misma edad, y al pensar en su hermana no pudo evitar sentirse horrorizado ante la idea de cómo se burlaría ella si lo viera vestido con esas ropas, era una suerte que ella estuviera en un campamento de verano que terminaría en dos días más.

…..

Mientras tanto en algún lugar a varias calles de la fiesta de cumpleaños que estaba comenzando en el vecindario, se acercaba un auto, era conducido por un chico de 16 años y cabellos rojos y alborotados, en los asientos traseros iban dos chicas de 13 años, una pelirroja de ojos azules y una chica de cortos cabellos negros que también tenía ojos azules.

- Es increíble que los lograras convencer de que nos dejarán salir dos días antes del fin del curso – suspiró la chica de cabellos rojos.

- Soy una Drácula, la persuasión esta en mi ADN, - dijo la chica con una alegre sonrisa – lo genial es que tu primo Jhony aceptara venir a recogernos a la estación de autobús, caminar hasta mi casa sería realmente agotador.

- Y que lo digas.

- Bien señoritas – dijo el susodicho pelirrojo – ¿a la casa de quien vamos primero?

- Bueno Jhony, la idea de salir antes del curso de verano era ir a la fiesta de cumpleaños de Rapunzel, – comenzó Mérida con dramatismo – le prometimos que iríamos, así que si nos dejaras en casa de Mavis, nos ahorraríamos mucho camino.

- ok, vayamos para allá entonces - dijo él girando el volante.

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No sé de donde salió esto. si quieren verlo continuar pueden comentar.

Disclaimer: ningún personaje me pertenece a mi, ya lo saben.