Disclaimer: Los personajes y el potterverso pertenecen a J.K. Rowling.
Este fic ha sido creado para los "Desafíos" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black". Ha sido corregido por mi hermanita Adhy Rosier Moon Barigliessi.
Salazar respiró el fresco aire del amanecer. Sus paseos matutinos, enfundado en unas ajustadas calzas verdes, eran su secreto mejor guardado. Siempre se las arreglaba para no encontrarse con nadie.
Unas marcas en el barro le llamaron la atención. Ya las había visto antes, y, aunque se intuía que podían pertenecer a una serpiente, eran demasiado grandes. O era una serpiente enorme de esas que te podían comer entero, o era otro tipo de animal.
Pero esa mañana Salazar se sentía aventurero, asi que siguió las huellas y llego a una cueva, donde encontró a una enorme serpiente enroscada sobre sí misma. El ofidio abrió los ojos y fue amor a primera vista.
— ¿Quién erezzzzzz?— la serpiente no podía apartar su mirada del hermoso humano que se presentaba ante ella.
— Salazar Slytherin— de todos era sabido que sabia comunicarse con las serpientes— ¿Y tú, mi belleza reptil?
Si las serpientes se pudieran ruborizar, desde luego que ella se habría ruborizado por toda la extensión de su cuerpo al escuchar el piropo.
— Chancly.
Aquello fue el inicio de un romance nunca visto. Salazar se escapaba del castillo a todas horas para ver a su amante. Descuido a los alumnos, incluso su magia. En lo único que podía pensar era en Chancly y la forma que tenia de moverse para él.
Con la llegada de lo más crudo del invierno, sintió miedo por ella. La introdujo, con dificultad, en el colegio sin que nadie lo supiera, en una cámara hecha especialmente para ella, donde se reunían para amarse.
Pero pasado el tiempo, esa situación de clandestinidad no era suficiente para la bella serpiente. Ella quería más, quería a Salazar para ella sola, no tenerle que compartir con esos estúpidos alumnos. Las visitas de Salazar acababan en discusiones, que a su vez, llevaban a apasionadas reconciliaciones.
Hasta que Chancly se plantó. Necesitaba estar todo el día con él, enroscarse en su cuerpo y compartir bonitos momentos. Salazar no podía perder a su hermoso ofidio, así que tuvo una discusión con sus colegas, a cuenta de los alumnos muggles que entraban en el colegio. Todo una pantalla de humo, puesto que esos alumnos no le habían molestado antes. Pero necesitaba una excusa para dejar el colegio.
Sin embargo, Salazar, como todo humano, aunque fuera un mago poderoso, acabo muriendo. Y Chancly, le lloro, maldijo la suerte, se comió a todo humano que se puso por delante durante su periodo de duelo. E incluso se tiro a otras serpientes, dando a luz a unas cuantas serpientitas, pero nada lograba aplacar su pena.
Asi que, dejando un rastro de sangre y humanos desaparecidos a su paso, volvió al castillo donde había conocido a Salazar. A esa sala donde habían sido felices juntos. Y allí, espero y espero hasta que alguien, un descendiente de su amado, se presentara ante ella, para poder darle el mismo amor que le había dado a Salazar.
Siglos después, ese descendiente llegó, y él, Tom Riddle, aprendió de Chancly durante el tiempo que estuvo en el colegio. Y ella le prometió la misma fidelidad que le había dado a su antecesor. Incluso murió por él cuando llego el momento. Sin saber que una de sus descendientes se había convertido en una pertenencia de Lord Voldemort, ese mago oscuro en el que Tom se convirtió. Puede que incluso de la misma forma que ella perteneció a Salazar, pero eso ya, no hay forma de saberlo.
