DISCLAIMER: Nada de esto me pertenece, solo los hechos que ocurren en esta historia son producto de mi imaginación.

ATENCIÓN: Todo lo que vas a leer a continuación no se parece a nada que hayas leído antes sobre Severus y Hermione. Si crees que este fic puede echarte a perder cualquier concepto que tengas sobre ellos, te aconsejo que des a "atrás" y no lo leas. Si por el contario te atreves a leer, bienvenida a otra dimensión paralela donde todo ocurre más real y se aleja de la fantasía de la magia. Buena lectura.


Después de un cuarto de hora bajo el agua decide salir. Abre la mampara y posa sus pies sobre las baldosas de mármol beis que tanto la gustan. Estira su brazo y alcanza la toalla que yace colgada del perchero. Se la enrolla alrededor del cuerpo. A continuación coge otra toalla más pequeña, esta vez de la cesta de mimbre que hay junto al lavabo. Agacha la cabeza y se frota el pelo repetidas veces hasta dejarlo lo más seco posible. Se enrolla la toalla alrededor del pelo y decide ir a su habitación a cambiarse. Esta noche será inolvidable para dos personas.

Cuando llega a su cuarto, tira la toalla que cubre su cuerpo a la cama. Con paso felino se dirige a su armario. Abre las puertas de par en par. Sobre uno de los cajones hay un conjunto de fina lencería negra. Seguro le gusta. Se compone de un pequeño tanga de encaje unido a dos sensuales ligas. Y por arriba un corsé también de encaje negro que resalta la piel lechosa. Seguidamente decide elegir un conjunto sexy, provocativo. De esos que él sabe disfrutar. Se decide por un mini-vestido de cuero negro acompañado por una torera dorada brillante. Y como zapatos unos negros de plataforma y de gran tacón. No es bajita, pero tampoco muy alta.

Va al baño y alisa, seca y da volumen a su pelo repetidas veces. Bien. ¿Qué joyas ponerse? Se decide por unos pendientes cascada dorados y un anillo de flor dorado extra grande.

Después coge su set de maquillaje. Sombra de ojos negra y perfilador dorado. Labios abrillantados y uñas rojas. Sí, esos consejos que le dio Ginny le resultaron útiles.

Se le acaba el tiempo. Se da prisa y coge un pequeño bolso dorado a juego con la torera de manga corta y mete todo lo necesario. Las llaves, perfume, brillo, cepillo de dientes, tampón, gafas de sol y su teléfono móvil.

Decididamente sale de casa y parte a prisa a su cita.

***

Lava su cabello a prisa. Rápidamente sale de la ducha y se seca. Aplica loción hidratante en su cuerpo y se afeita tranquilamente con la certeza de que llegará a tiempo. Exagera por momentos.

Se dirige a su habitación. Abre de par en par el armario. Escoge un pantalón formal pero cómodo negro y una camisa, también negra. El cinto y los zapatos abrillantados hacen el resto. ¿Y si se pone una corbata? Uf, no, por dios. Quedará como un hortera entre tanta gente "cool". Se rie de su propia broma. Realmente le resbala lo que digan ya de él. Esa noche es de los dos y de nadie más.

Va al aseo y se aplica la colonia que le gusta a ella. Olor a menta. Frescor embotellado. A continuación se aplica una poción anti-arrugas de noche. ¿Qué pasa? ¿No puede cuidarse o qué? En el fondo es coqueto y todo.

Se dirige al vestíbulo de la casa y coge la chaqueta negra y la cartera. Sale a la calle.

***

Se aparece en la entrada de la discoteca California's sex. Título sugerente para una noche sugerente.

Espera ansiosa en la puerta. Oye un crack a sus espaldas.

-Cariño, tardaste un rato. Te estuve esperando ansiosa.

-Estás exagerando. Solo he llegado dos segundos tarde. Entremos.

Y le pasa un brazo por la espalda y al estilo Hollywoodense entran en California's sex.

***

Dentro hace un calor espantoso. Sobra todo. La gente mueve su cabeza locamente al ritmo de la música. Hay parejas en las esquinas dándose el lote. Gente que simplemente se fuma un cigarro y otros beben en la barra mientras ligan con la chica de turno.

La coge de la mano riendo y la atrae meneando las caderas y sonriendo. Ella se ruboriza. La apega a su cuerpo y empiezan una danza no apta para menores.

***

-Cariño, voy a por unas tónicas a la barra. En seguida vuelvo.

Severus se va con paso decidido. Le dice algo al camarero y dirige hacia ella la mirada, que empieza a bailar sola en medio de la gente. Baila sensualmente. Retándolo con la mirada. Dirige sus manos al cuero del vestido y se toca. Para él. Sube sus manos lentamente hacia sus pechos. Lentamente, abriendo la boca se los masajea. Cierra los ojos suavemente y arquea su espalda. Echa hacia atrás su cabeza. Lentamente baja hasta el suelo donde se pone de cuclillas y abre sus piernas todo lo que el vestido le permite. Sensualmente dirige uno de sus dedos hacia su boca donde lo muerde ligeramente mientras le mira fijamente. Acto seguido se levanta suavemente y una vez de pie coloca las manos en su cabello y se le masajea ligeramente en un gesto provocativo.

Él traga saliva. Nota unos toquecitos en la espalda. Alguien le necesita. Pero él necesita a otra persona.

***

Estan sentados en una mesa. Él pasa su mano sobre la pierna descubierta de ella. Es su turno. Antes casi pierde la cabeza.

-Severus…

-¿Mm…?

Ella busca sus labios. Salvaje. Lento. Rápido. Delicioso. Pasa su lengua por todos los recovecos de su boca.

Él introduce sus manos en el pelo de ella. Sedoso. Huele a cítricos y a papaya.

-Esta noche estás muy comestible ¿no?

-Sólo hay alguien aquí que me comerá.

***

Salen del humo. Apesta a vicio por todas partes. No van borrachos. Así, mañana, lo recordarán todo.

Y se quitan la ropa. Se juntan, se separan. Se caen al suelo. Piernas revueltas que se confunden. Risitas. Manos expertas. Lamidas. Dedos hábiles. Más ropa desperdigada. Aliento a tónica. Perfumes que se mezclan. Olores extraños les llegan. Ruido. Gemidos. Temblores y escalofríos. Proposiciones indecentes en noches indecentes.

***

Y salen del baño dados de la mano. Con la ropa descolocada y con cara de quien ha hecho una travesura. Y bailan en la pista. Locamente. Su pelo se balancea.

-Cariño, ese conjunto de ropa es nuevo ¿no?

-Sí. Te gusta.

-Me encanta.

-Lo tendré en cuenta para la próxima vez.

***

Y pasan la noche hasta altas horas. Entre humo, cerveza, whiskey, besos furtivos, roces simultáneos y la música a tope calla sus gemidos.

***

Salen de California's Sex. Mañana si tienen ganas repetirán. O si han salido de la cama. Se miran y se sonríen. Cómplices. Quién se imaginaría que ellos van a ese tipo de lugares.

Y qué lugar.


Bueno, ¿qué os parece? He pensado en seguirlo con más anecdotas de estas, pero no estoy segura. Si quereis que siga, decidmelo.

Es algo nuevo, ¿no? Se me ocurrió escuchando The Runaways-California Paradise.

Un beso!